viernes, 3 de junio de 2011

A favor de la libertad

A favor de la libertad

Quienes estén completamente a favor de la libertad, y no de la libertad a medias o nula, pensamiento este último que la clasifica artificialmente y subdivide tendenciosamente en base a intereses políticos, pueden encontrar en el liberalismo respuestas a las inquietudes que surgen cuando alguien se pregunta sobre tan elevado e incomparable valor y derecho humano. La izquierda, en ciertos ámbitos, se ha caracterizado por permitir libertades individuales (casamiento homosexual, legalización de drogas) que en algunas sociedades conservadoras son inexistentes, pero ha anulado la libertad económica (no hay mercado libre, sino economía planificada por el Estado). Las derechas por lo general se han apoyado en la libertad económica (libre comercio y competencia) pero han restringido libertades individuales, principalmente por la influencia de la moral religiosa o conservadora (prohibición del casamiento homosexual, penalización del consumo y tenencia de estupefacientes). El liberalismo es una opción superadora de ambas concepciones, la progresista y la conservadora. La libertad es una, y como libertad debe entenderse todo aquello que el ser humano puede realizar de acuerdo a su voluntad y sin perjudicar los derechos y libertad de los demás. El ejercicio del libre albedrío sin restricciones injustas e ilegítimas es lo único que permite el desarrollo pleno del hombre en sus capacidades civiles, políticas y económicas, lo que lleva correlativamente a su desenvolvimiento integral, opuesto a cualquier alienación o esclavización. Permite el hombre autosustentable, autosuficiente, autodeterminable.
Para lograr tales características en base al ejercicio de su libertad, el hombre debe tener garantizadas las posibilidades de controlar su vida sin interferencias ajenas. El hombre es su propio propietario, y en este principio fundamental se sustenta la propiedad privada, un pilar de nuestra concepción liberal: el hombre es propietario de su propio cuerpo, y como tal, puede disponer de él y sobre él como le plazca, para vivir acorde a sus decisiones derivadas de su escala valorativa.
En lo que a su propiedad se refiere, ningún interés puede ser más elevado que el interés del propietario. La negación del postulado de que un hombre es quien tiene derecho a hacer uso de su libertad y es su propietario, implica el absurdo moral y filosófico de que otra persona, tan humana como nosotros, tiene más y mejores derechos sobre nosotros que nosotros mismos (aquí es cuestión de debate liberal el tema del aborto, sobre su supuesta legitimidad o ilegitimidad, amparándose las posturas en si tiene más derechos la madre como propietaria de su cuerpo o la persona por nacer en su derecho a la vida; pero el abordaje de este supuesto puntual quedará para otra ocasión ya que no es el fin del presente artículo). Esto le daría a alguien una prerrogativa superior sobre los demás, lo cual conduce a la esclavitud de un hombre bajo el poder de decisión de otro, el sometimiento de un esclavo al látigo de su amo, el entierro de nuestros intereses personales a los intereses ajenos, la arbitrariedad y el capricho de un aparente ser superior por encima de nuestra propia capacidad de toma de decisiones. De más esta decir a esta altura que tal concepción atenta no solo contra la constitución de una sociedad libre, sino que es antihumana por antonomasia, negando desde un principio la mismísima naturaleza humana, que es la libertad del individuo para llevar adelante su vida en este mundo. Solo un ser libre puede lograr enteramente su autosustentabilidad y autosuficiencia, sin depender injustamente de voluntades ajenas, que las más de las veces pueden ser opuestas y perjudiciales, y que todas las veces, por más que hayan coincidencias, es impuesta y por lo tanto no elegida.
Por lo tanto, la inviolabilidad de los derechos individuales de las personas necesariamente lleva a que tengamos una concepción del gobierno mucho más restringida que las tendencias progresistas o conservadoras actuales, que pisotean una y otra vez la esfera personal del individuo, invaden la intimidad, y también se registran casos en que sobrepasan los límites del poder que democráticamente les confieren. Demasiado poder sin adecuado control aclimata el ambiente para los abusos. La clase gobernante no es superior a la clase no gobernante, sus derechos no deben estar por encima de los derechos de los demás. Ellos no están en el gobierno por ser seres esencialmente superiores con facultades naturales inalcanzables para los demás. Están ahí en virtud de la voluntad libre de quienes los eligieron para administrar y desempeñar una función de control y policía para que los derechos no sean violados, no precisamente para abusar del poder, otorgarse prerrogativas divinas y violar lo que se supone deberían proteger. La noción de un Estado más abarcador, con poderes inconmensurables, o bien perfectamente medibles pero superiores al punto del pisoteo de cualquier derecho individual de cualquier persona, es contraria a la noción de Estado de Derecho. El Estado es creado por hombres con derechos, para que ese ente artificial sirva a esos hombres con derechos que lo crearon, y no para que los hombres sean sus servidores sometidos y el ente pase a ser el dominador indiscutido inexpugnable. Esto no puede más que allanar el camino a la tiranía, donde un gobernante no respeta los derechos legítimos y los principios jurídicos y políticos más elementales, para arrogarse el conocimiento y poder de dirección y sanción de cualquier emprendimiento, y el poder de imponer restricciones ilegales e inmorales a las facultades de los individuos. El Estado debe cumplir la función de garante de que el derecho se cumpla, en vez de garantizar que el derecho se viole, y mucho menos siendo pionero desde el aparato burocrático de semejante atropello.
Es preciso y precioso entonces, revalorizar la concepción de la persona como ser individual dotado naturalmente de derechos inalienables, a cuyo servicio se desenvuelven los entes creados en base al consentimiento con sus pares. Así podremos garantizar que el hombre no se vea menoscabado en sus facultades jurídicas por los entorpecimientos y entrometimientos del aparato estatal o de los demás sujetos que componen la sociedad en la que vive. El hombre actúa de acuerdo a sus intereses, para actuar necesita de la libertad a los fines de tener la posibilidad de dirigir, elegir y encausar su obrar, y en ejercicio de la libertad trabajar para producir y mantener su vida y la de su familia. Sin el producto de su trabajo, el hombre no puede sobrevivir. Y sin parte del producto de su trabajo, ilegítimamente sustraído por otro, el hombre no se beneficia en la medida en que debería hacerlo por el trabajo invertido. ¿Cómo es posible entonces, que las personas sumidas en la pasiva actitud de ser manejadas al antojo del gobierno, no protesten cuando el ente estatal se lleva, en elevados porcentajes, las ganancias que han obtenido en base a su esfuerzo y dedicación? Esa es la injusticia de los impuestos. El hombre produce, y el Estado se lleva. La quita de lo producido es compulsiva; no es un pedido de colaboración, no es un ofrecimiento voluntario del productor. El Estado le arranca de las manos al trabajador el fruto de su empeño. Y esto lo hace con fines redistributivos: lo recaudado por el Estado es destinado a otras áreas, a otras personas, en definitiva, a otros intereses. He aquí uno de los mayores impedimentos que minan el principio de la autonomía de la voluntad: uno no puede disponer de la totalidad de su propiedad; sino que el Estado dispone por él. Flagrante violación a los derechos individuales y a la libertad del ser humano. Inversión de funciones: el hombre se pone al servicio del Estado, en vez del Estado a su servicio. La persona que actuó de acuerdo a su propio interés, es menoscabada y los beneficios van a parar a otras personas con otros intereses. Un interés realiza el trabajo y no disfruta de lo obtenido; otro interés no realiza el trabajo pero goza de sus resultados. ¡Qué buen cuadro para incentivar la producción! ¿Acaso la creencia de que las necesidades de otros son motivo suficiente para expropiar y disminuir la importancia de las necesidades de uno? ¿Qué escala de medición utilizan para mensurar las muchas necesidades de los otros y las pocas necesidades de uno? Con este clima, no se puede más que generar el efecto de la decadencia del aparato productivo. ¿Tiene ganas de trabajar y mejorar, alguien que sabe que no va a ser el beneficiario de las horas, trabajo físico y esfuerzo intelectual invertidos? Para fomentar la producción de riquezas, es indispensable garantizarle al productor que libremente va a poder crear, generar, y disponer del producto. Es nada más ni nada menos que el manejo de la propiedad privada. Ya lo dijimos antes: la negación de esto conduce a aceptar que un ajeno a nuestra propiedad privada tiene más derecho sobre ella que nosotros, por lo que la propiedad privada queda desvirtuada hasta el punto de desaparecer. ¿Alienta esta perspectiva a todos los que no trabajan a conseguir trabajo? Por supuesto que no. La derivación lógica del anterior supuesto es que los inmorales no van a querer molestarse trabajando, si de manera fácil y gratuita puede obtener las ganancias de los demás. El estado intervencionista y redistribuidor repartirá los beneficios obtenidos por un productor, para satisfacer otros intereses y no los del generador de la riqueza, y aquellos que no producen gozaran injustamente de lo producido sin haber hecho el menor esfuerzo. Esto se llama vivir a costa de los demás. No se estimula a producir porque se impide gozar de lo producido; no se incentiva a trabajar porque se pueden obtener ganancias sin hacerlo. La generación de riquezas entra de esta forma en una situación de crisis donde no hay seguridad jurídica para los productores, ni invitación a sumarse al ciclo productivo a los parásitos vividores del esfuerzo ajeno. Y el punto de partida de esta maquinaria atroz es el cobro de los impuestos y redistribución ilegítima de la riqueza por parte del Estado; el gran quitador compulsivo del dinero de los trabajadores, cuando su papel debería ser diametralmente opuesto, cual es el de ser la valla infranqueable al asalto de la propiedad privada. Esta, como su mismo significado lo expresa, es nuestra, son los objetos que legítimamente tomamos y hacemos propios, asignándoles un valor, transformándolos, utilizándolos como fuente de producción o consagrándolos como resultado de nuestro mérito; simboliza nuestro derecho a elegir y disponer como nos plazca de lo que nos pertenece, de lo que está sometido al poder dictado por nuestros intereses, y no al arbitrio de los demás.
En orden a la consecución de los intereses propios, del estímulo a la producción, y de la seguridad jurídica respecto del ejercicio de los derechos y goce de lo obtenido, necesitamos imperiosamente el establecimiento del mercado libre. La libertad, como dijimos, no debe verse menoscaba por artificiosas clasificaciones, sino no es libertad. Y la libertad también está presente en la economía, y esto se garantiza solamente a través del libre mercado, que permite el libre intercambio de bienes y servicios en orden a la satisfacción de nuestras aspiraciones. Esto presupone admitir que todas las necesidades de todos los hombres son imposibles de determinar de antemano, que los intereses que corresponden a los individuos comerciantes no pueden ser cercados y delineados por un burócrata, sino que innumerables cuestiones pueden suscitarse con asiento en las innumerables posibilidades que el desempeño de un ser humano libre permite. Por lo tanto, la economía planificada no solo que no funciona, sino que es injusta. Yo, como ser racional individual, como adulto capaz de celebrar contratos voluntariamente, no necesito obligatoriamente a nadie que me diga de forma incuestionable dónde tengo que invertir, cómo debo manejarme en mis negocios, dónde debo poner mi plata, y menos, al servicio de quién. Es injusto que yo sea un parásito, así como es injusto que otros intenten serlo aprovechándose de mi predisposición al trabajo. ¿Acaso la oscura figura del planificador estatal es una denigración implícita al concepto que se tiene de mi? ¿Acaso el Estado se cree el ente a cargo de la dirección de mis intenciones e impide mi libre desenvolvimiento para “cuidarme” de que no obre incorrectamente según sus parámetros? Pareciera que el Estado no confía en lo que yo voy a hacer con mi propiedad, y por lo tanto se toma la molestia de disponer sobre ella. Este Estado interventor es contrario a la libertad económica, y por lo tanto, contrario a la libertad y a la propiedad privada. Quienes detentan este poder de dirección, responden a tres situaciones: o son tiranos que no reconocen nuestros derechos, y que imponen su planificación estatal por encima de nuestra planificación de vida; o son tutores y curadores que nos consideran incapaces de obrar con discernimiento, manifestar consentimiento y obrar libremente con consciencia; o bien son discriminadores negativos que nos toman por brutos en general y poco inteligentes para llevar adelante negocios, y nos arrancan la atribución para hacerlo tomándola para ellos.
La denigración y obstaculización de las capacidades personales se ve claramente en las políticas populistas y asistencialistas del Estado. Sus resultados son generar vagancia o mantenimiento en la pobreza, pero nunca generar condiciones aptas para el autosustentamiento de individuos que inicialmente poseen pocos recursos. Y en los pocos casos que lograsen mejoramientos ostensibles de condiciones de vida, estos beneficios serían proveídos ilegítimamente por el ente que expropió y quitó coactivamente a quienes no debía, y dichos mejoramientos no perduran en el tiempo, y generalmente están destinados a sectores que forman parte del clientelismo político de los gobernantes de turno, o grupos que están en el espectro político de los gobernantes solo por conveniencia y que reciben riqueza por medidas arbitrarias. Señores, asistimos a la esclavitud de los ciudadanos trabajadores patrocinada por el Estado: el productor no obtiene como corresponde el fruto de su trabajo, sino que los demás se lo llevan.
Este es el aparato burocrático que hay que descentralizar y disminuir. Este es el gobierno que hay que limitar y reducir. Este es el Estado ladrón de nuestra libertad que hay que minimizar y restringir.

Ezequiel Eiben
28-5-2011

jueves, 5 de mayo de 2011

Agradecimiento a Estados Unidos por haber matado a Osama Bin Laden

Agradecimiento a Estados Unidos por haber matado a Osama Bin Laden

El agradecimiento a Estados Unidos por haber matado a Osama Bin Laden, de parte de los que amamos la libertad, es alegre y estruendoso. “Sos un hipócrita” me dicen varios progresistas, “lo que escribís con la mano lo borras con el codo” me aleccionan ciertos izquierdistas. Puede sonar fuerte y hasta contradictoria la línea con la cual se abre este artículo. Pues bien, es muy fuerte; pero para nada contradictoria. No hay hipocresía en ser liberal y espiritualmente haber acompañado los festejos en la Casa Blanca y en el Ground Zero que espontáneamente colorearon la noche norteamericana ante la sacudida provocada por tamaña noticia. Quienes apoyamos la lucha en su máxima expresión (es decir, lucha armada) contra el terrorismo internacional, somos favorables a las acciones militares que acaban con los jihadistas que planificaron y planifican el asesinato en masa de cientos de miles de inocentes. Queremos ver pueblos libres y no oprimidos ni masacrados, queremos relaciones pacíficas entre hombres pacíficos, pero no pacifistas. Afirmó Ludwig Von Mises: “El pacifismo completo e incondicional equivale a una rendición incondicional ante los tiranos más despiadados”. Y los liberales y amantes de la libertad no nos vamos a rendir ante el chantaje terrorista, que busca arrebatar concesiones en vez de renunciar a las armas y a la ideología totalitaria para cambiarlas por la sincera mesa de negociación; ni permitiremos que nos ataquen ilegítimamente alegando justas razones cuando en verdad no tienen más que putrefactas excusas. A quienes pretenden nuestra destrucción, les avisamos que no los dejaremos cumplir con su cometido y que intentaremos derrotarlos primero.
Hipócrita sería si me quedo hablando de libertad mientras insensato dejo que los terroristas acribillen a la humanidad. No voy a incurrir en las falacias de los negadores de la realidad y de los apologistas del terrorismo islamista. Además, tampoco hay contradicción en querer libertad y paz y a la vez sentirse alegre y tranquilo por la muerte de Bin Laden. Quien ha sido abatido no es un inocente, es un terrorista. Es un asesino. Y como tal, enemigo. Su muerte no es el resultado de una política de asesinato por doquier y fanatismo sanguinario propulsado desde las bases de la intolerancia religiosa como la que su propia doctrina promovía, siendo Al Qaeda fiel expresión. Su muerte es el resultado de la defensa propia de una democracia contra quien financiaba y ejecutaba aniquilaciones macabras y suculentas. Es la búsqueda de justicia para hacer pagar al culpable de la desaparición física de miles de personas.
Es más que claro que a la libertad, luego de los milenarios y tortuosos procesos atravesados por el hombre para conseguirla, hay que defenderla de los tiranos cuya máxima preocupación es verla reducida hasta la insignificancia e intrascendencia. La filosofía objetivista de Ayn Rand explica que nadie tiene derecho a iniciar la fuerza física contra otro. Y en este caso siguiendo la coherente línea de pensamiento sabemos que la agresión causada por el terrorista islamista merecía una retribución, una respuesta contundente en defensa de intereses vitales y contra pretensiones genocidas. La acción militar del ejército de los Estados Unidos que acabó con la vida de un agresor enemigo de la libertad, está justificada. Bin Laden era eso, un agresor enemigo de la libertad. Quienes estén cegados por los prejuicios y por las artificiosas construcciones teóricas que aplican el reduccionismo e intentan comprender el fenómeno jihadista de Bin Laden solamente como una manifestación contra Estados Unidos, o contra los judíos, o contra los capitalistas occidentales y sus colaboracionistas orientales, se equivocan groseramente. El expansionismo de la jihad, no solo a través de Al Qaeda, sino de numerosas organizaciones terroristas más, busca imponer su ley a todos, sin excepción. Y a todos sin excepción, significa a la humanidad en plenitud. El objetivo de alzar un Gran Califato Mundial con la Sharia coaccionando incluso cada bocanada de aire que intentemos dar, es el objetivo islamista final.
Muchos se han preguntado horrorizados cómo es posible que un Presidente ganador del Premio Nobel de la Paz como Barack Obama haya dado un discurso hablando de justicia y satisfacción cuando alguien ha sido eliminado militarmente. A ellos hay que preguntarles: ¿acaso ser ganador del Nobel de la Paz debe implicar ser un estúpido?, ¿acaso hay que arrodillarse desprotegidos y resignados a ver cómo asesinan al pueblo inocente por haber recibido un galardón que no significaría nada si su ganador no estuviera dispuesto a luchar por la paz? Refrescando un poco la memoria, cuando Obama recibió su premio aseveró, entre otras cosas, que “los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz”, “la creencia de que (la paz) es necesaria raramente es suficiente para lograrla”, “las negociaciones no pueden convencer a los líderes de Al Qaeda de que deben deponer las armas”, y que “decir que la fuerza es a veces necesaria no es un llamamiento al cinismo, es reconocer la historia”. No tengo problemas en afirmar que a mi gusto la premiación de Obama fue inmerecida por no haber hecho suficiente, y que soy muy crítico de su política en la arena internacional, pero nobleza obliga y reconozco también cuando está acertado.
La idea de capturar a Bin Laden (como el recordado episodio de Saddam Hussein) y enjuiciarlo, que según fuentes informativas y portavoces era la prioritaria, no habría sido errónea para llevarse a la práctica. Pero frente a imposibilidades materiales, que se haya podido liquidar a este enemigo, no es para lamentar. Si bien el líder de Al Qaeda no gravitaba en el ambiente al nivel de antaño, sus malignos designios continuaban siendo llevados a cabo por las células que respondían a su nombre. Su muerte, más allá de las implicancias que pueda tener a nivel político y dentro del contexto de la amenaza jihadista mundial, es trascendentalmente simbólica. Envía un claro mensaje al terrorismo: Estados Unidos no olvida lo que hiciste, Occidente no se rendirá a tus macabras elucubraciones; terroristas agresores, los iremos a buscar para acabar con sus ataques. No importa si Bin Laden estuviera haciendo más, o estuviera haciendo menos: lo que hizo ya era motivo suficiente para interceptarlo.
A tener en cuenta, la alerta de Pilar Rahola sobre lo que sucederá en los medios: “Veremos cómo Bin Laden no estará muerto y los estadounidenses serán los autorresponsables de los atentados que los matan. Y es que es posible que internet sea el invento del siglo, pero la cantidad de cretinos, extremistas e ignorantes que acumula es también una de sus grandes características. Y, cuando se trata de despreciar a los yanquis y minimizar a los fanáticos radicales, el ejército de paranoicos es inmenso”. Querer echarle la culpa a Estados Unidos por acabar con quien ocupaba un asiento en la hilera de los peores enemigos de su historia, y un puesto de honor en el muro de los acérrimos y violentos enemigos de la libertad con diploma en asesinato de hombres, mujeres y niños, es ridículo. Los relativistas morales que vociferan contra el imperialismo, justifican el 11/9 y se quejan por las represalias norteamericanas, solo son coherentes con su inestable y atrofiada ideología, pero bochornosos para con los valores más elevados a los que puede aspirar el espíritu humano.
Para finalizar, también soy muy crítico de ciertas acciones e injerencias políticas promovidas por sucesivos gobiernos estadounidenses; pero apoyo al país en el ejercicio de su derecho a defenderse, valoro su coraje, y pido por bendiciones para su búsqueda de justicia. Felicito especialmente hoy a quienes estuvieron involucrados en el operativo militar que ya es de antología.
Como también han dicho respecto de otros nefastos asesinos: la muerte de Bin Laden contribuye a hacer del mundo un lugar un poco más seguro.

Ezequiel Eiben
5-5-2011
1 de Iyyar 5771


Fuentes:
- El presidente Obama defiende la necesidad de la guerra
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/26019/
- El asesino está muerto – Pilar Rahola
http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20110504/54148172264/el-asesino-esta-muerto.html
- Remarks by the President on Osama Bin Laden
http://www.whitehouse.gov/blog/2011/05/02/osama-bin-laden-dead

domingo, 1 de mayo de 2011

El hombre como tal

EL HOMBRE COMO TAL

El hombre como tal, entendido su concepto con su dignidad inherente, no puede estar sujeto al cumplimiento de todas sus necesidades básicas por parte del Estado. Esto implica que, siendo los hombres diferentes en sus gustos, habilidades, estilos de vida y aspiraciones, no haya un concepto fijo sobre necesidades básicas específicas para cada uno (el concepto general puede hablar de alimentación, educación, salud y vivienda, por ejemplo, pero eso varía de hombre en hombre). Por lo tanto, el relleno de las necesidades básicas de la generalidad de los hombres, partiría de una decisión arbitraria por parte del gobernante del Estado, que determinaría en base a una noción general (dada la imposibilidad de contemplar cada caso concreto de los hombres), lo que los ciudadanos necesitan tener sí o sí, para ser hombres como tales, con respeto de su dignidad. Es decir, el hombre con dignidad en base al cumplimiento de necesidades básicas, es un concepto demasiado amplio que deja un gran espacio para las decisiones arbitrarias del gobierno en cuanto a su delimitación y campo de acción e intromisión. Con respecto de los hombres, también se generaría el contexto de arbitrariedad en cuanto a sus reclamos al ente estatal encargado de la satisfacción de necesidades: alguien podría reclamar como una necesidad que debe ser cubierta, sino el Estado no lo estaría concibiendo como hombre con dignidad inherente, hasta los puntos más mínimos que hacen a su existencia, comodidad y confortabilidad, y exitosamente incluir esa necesidad particular dentro del concepto general de necesidades. Es decir, dentro de la obligación estatal de alimentación, reclamar una mejor alimentación en cuanto a calidad, o bien una mayor cantidad de la misma; dentro de la obligación de la vivienda, una mejor casa, por ejemplo con dos pisos y más habitaciones, porque su familia se engrandece y la casa ya le queda chica. Por otra parte, y en consecuencia, el reclamo de un hombre por mejoras, llevaría al despertar de los demás hombres y también al reclamo de estos por mejoras, y así cada uno reclamaría mejoras distintas, de acuerdo a sus propios pareceres, y no solo que el Estado perdería su concepto general de necesidades porque se iría deformando paulatinamente con la variedad de pedidos de personas diferentes, sino que tendría que abarcar cada vez más los aspectos de la vida de la persona, participar y entrometerse más, dar más cosas, y la forma de hacerlo sería cobrar más impuestos a los contribuyentes para cubrir las nuevas necesidades o la profundidad de las viejas de los que empezaron el reclamo por las mejoras. No todos los hombres necesitan lo mismo, ni se puede determinar desde el Estado lo que cada uno necesita. Solo el propio hombre sabe lo que necesita y lo que lo hace feliz. Por lo tanto es injusto que se le cobren más impuestos a los hombres para que el Estado pueda asistir a los reclamos de los demás, que no verían la necesidad de trabajar para conseguir el sustento de vida, sino simplemente reclamar al Estado y que este regale lo que le piden, pues su deber sería cubrir las necesidades básicas, sino no tendría en consideración a sus ciudadanos como seres con dignidad.
El hombre es hombre independientemente de sus necesidades, y del estado de sus necesidades: cubiertas o no cubiertas. Lo justo sería que el Estado permita al hombre la construcción de su propio camino a la felicidad, a la satisfacción de sus propias y únicas necesidades, y sobre todo, que se instalase en la sociedad la cultura del trabajo (para que el hombre produzca y se autosustente) y no la cultura del regalo (asistencialismo total y cada vez mayor por parte de un Estado que hace optar por la opción del reclamo y no por el trabajo). Por lo tanto, el Estado no debe conceptualizar al hombre como tal solo cuando sus necesidades están cubiertas, en base a un criterio arbitrario. El Estado debe ser el asegurador de oportunidades para que el hombre, que reconoce sus propias necesidades y aspiraciones, cubra lo que desee. El Estado tiene la misión de asegurar la libertad del hombre. La libertad es el derecho fundamental del hombre, y a partir del cual, identificando sus propios gustos y deseos, construirá su camino a la felicidad y autosustentabilidad (lo que le permitirá vivir con dignidad, y depender de sí mismo, no de regalos estatales que se pagan con los impuestos de los demás, quienes ven coartada su libertad debiendo contribuir exageradamente para cumplir necesidades ajenas, y que ante la noción del reemplazo del trabajo por el reclamo, se genera un círculo vicioso destinado a perpetrar la situación y ensancharla cada vez más). Es así que el Estado no debe andar cubriendo ese tipo de necesidades para mantener el status de dignidad de sus ciudadanos, sino que debe considerar la dignidad del ciudadano y asegurar su libertad, para que éste sea el que libremente identifique lo que quiere y vaya en su búsqueda. Así la dignidad no se sujeta a la arbitrariedad del gobernante, sino al respeto del derecho fundamental de todos los ciudadanos y su correlativo derecho a elegir lo que quieren y trabajar por ello. Correlato necesario del derecho a la libertad es el derecho a la propiedad privada del ciudadano, empezando por ser el propietario de su propio cuerpo, y por lo tanto elegiendo su modo de obrar; y siguiendo por ser el propietario de los frutos de su trabajo, de lo que adquiere, consigue y mantiene, para así generar el marco de autosustentabilidad que le permitirá desarrollar una vida libre. El derecho a la propiedad con base en el derecho a la libertad, le permiten al hombre elegir, desarrollarse y depender de sí mismo, y forjar su vida en armonía con sus gustos y pertenencias.

Ezequiel Eiben

24-1-2010

sábado, 16 de abril de 2011

La tan ansiada y deseada libertad

La tan ansiada y deseada libertad

“Y será que cuando tu hijo te pregunte en un futuro: «¿Qué es esto?», tú le dirás: «Con mano fuerte El Eterno nos sacó de Egipto, de la casa de esclavitud” (Shemot 13:14).

Pesaj es un jag hermoso. Sus múltiples enseñanzas y significados pedagógicos ostentan el carácter de eternos para toda la humanidad. Une generaciones tras generaciones por medio de una celebración nacional, une familias con un pasado común mediante hijos preguntando y padres relatando, une gargantas que proclaman la enaltecida libertad. Ella, la tan deseada y ansiada libertad, que es parte integral de nuestra existencia, sin cuya presencia apenas podríamos decir que hemos vivido, y nunca aseverar que nos desarrollamos como personas.
Esa institución horripilante creada por los hombres contra los hombres llamada esclavitud solo permitía vivir para morir otro día. Los hijos de Israel eran esclavos, objetos de otros sujetos, sin derechos que ejercer pero con obligaciones que cumplir. Pobreza, desamor y desencanto como elementos circundantes en una pestilente realidad destructora de esperanzas, sepultadora de sueños, represora de aspiraciones.
La guía de Moshé, cumpliendo noble misión encomendada por D-os, llevó a los hebreos a cortar las cadenas que los ataban, alejar los látigos que los golpeaban y a respirar el aire fresco de la libertad, el verdadero aire que llena los pulmones de oxígeno y regocijo. Las amarguras propiciadas por el tiránico Faraón quedaban atrás, y el pueblo podía vivir una nueva vida de acuerdo a su propia Ley.
Rescatando principalmente el valor de la libertad y el carácter nacional de la celebración, los judíos de cada generación deben verse a sí mismos como si ellos hubieran salido de Egipto, para pasar a ser miembros de un pueblo libre. En este sentido, desde el secularismo escribe Berl Katzenelson: “Es difícil encontrar un punto más alto de conciencia histórica, y no hay en el mundo ni en las culturas, una fusión más intensa del individuo y la sociedad que en esa antigua propuesta pedagógica. No conozco una creación literaria más educativa para despreciar la esclavitud y amar la libertad que el relato de la Torá sobre Pesaj. Tampoco conozco, memoria más antigua, completamente dirigida hacia el futuro como cuando decimos: “Zejer litziat Mitzraim – Recuerdo de la salida de Egipto”. Qué instinto de libertad antiguo está impreso en el corazón de un pueblo que pudo en la primavera de su vida, haber gestado esta creación genial, entregándola de una a otra generación”. Por su parte, el rabino David Hartman nos proporciona una reflexión religiosa del jag: “La noche del Seder nos remarca la esencia del judaísmo como religión de libre albedrío, y la esencia de los judíos como el pueblo del pacto que nosotros mismos hemos elegido”.
El futuro común que como naciente nación con renovada unión esperaba a Israel en la Tierra Prometida, pasaba a ser tomado en sus manos, para encaminarse de acuerdo a la Torá y sus preceptos. Ya no dependía de las arbitrariedades del jefe opresor y despiadado. La libertad implica la posibilidad de elegir, de determinarse, y proporciona un marco propicio para el crecimiento personal en la racionalidad y espiritualidad de un ser sin las ataduras opulentas que denigran su capacidad volitiva y la expresión de su voluntad propiamente dicha. Pesaj es el canto a la vida libre que educa a que las personas no transgredan los legítimos derechos de los demás para someterlos injustamente a su servicio sin consideración de su humanidad, y que demuestra que la felicidad y progreso como individuos y como nación tienen un prerrequisito que es gozar de la posibilidad de conducirse sin ser reducidos al encarcelamiento despótico que implica la falta total de elección. De ahí su hermosura.
“A la libertad hay que ganársela” es una frase que tiene eco en amplios círculos sociales. Aquí la tomaremos como el esfuerzo de un pueblo que no tiene libertad por haberla perdido a manos de un tirano esclavizador y que busca recuperarla. Pero diremos que las personas nacemos libres, y así es como debemos vivir y morir. Ningún régimen o líder nos provee de la libertad que sin su favor sería inexistente; la libertad está para todas las personas, y los ordenamientos bajo los cuales se rigen solo deben reconocerla. No la crean, sino que ya viene impresa en la naturaleza de este mundo. Hay que ganarla cuando no está, pero debe estar. Como valor, como derecho inalienable, como esencia humana.
De este modo, Israel y el resto de los pueblos pueden aprender de Pesaj que siendo libres la entereza y la sublimidad llegan al seno de sus civilizaciones.

Ezequiel Eiben
16-4-2011
12 de Nissan de 5771


Fuentes:
-Torá - www.tora.org.ar
-El judaísmo como opción. Rabino David Hartman - www.bamah.org
-Pesaj. Material Ampliatorio – Lomdim – www.bama.org

jueves, 24 de marzo de 2011

Atentado en Itamar, atentado a la Embajada de Israel en Argentina, y Purim

Atentado en Itamar, atentado a la Embajada de Israel en Argentina, y Purim

Las fechas en el calendario
Las fechas tradicionales en el calendario hebreo se encargan de señalar días donde se apela a la memoria de los judíos como pueblo para no olvidar relevantes acontecimientos que han marcado nuestra historia. Lógicamente, aparte de las clásicas conmemoraciones, con el avance de las épocas y en nuestros tiempos, otros sucesos importantes nos han llevado a establecer días de recordación aún en el calendario gregoriano que continúan forjando el caparazón de lo que debiera ser una memoria indestructible.
En el 2011 e.c., el destino revelador del devenir ha juntado en seguidilla tres hechos a subrayar, agregando uno a dos que ya veníamos recordando: El 11 de marzo (5 de Adar II de 5771) se produjo el brutal atentado terrorista en Itamar en el cual terroristas palestinos asesinaron a 5 miembros de la familia Fogel; el 17 de marzo (11 de Adar II) se recordó el 19º aniversario del atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires, Argentina (ocurrido en 1992 e.c.) y el 20 de marzo conmemoramos la salvación del pueblo judío de los terribles designios de Hamán y la ejecución del enemigo a través del jag de Purim (la fecha histórica es el 15 de Adar de 3405).
De estas fechas el pueblo judío puede extraer conclusiones unificadoras y aprender lecciones modernas a partir de enseñanzas antiguas.

La conexión pedagógica de los hechos

Los tres hechos que hemos mencionado, por sus diferencias y separaciones históricas y geográficas, parecen no tener una vinculación directa. ¿Pero acaso hay entonces reflexiones que permitan verlos en conjunto como precedentemente afirmamos con vehemencia? Por supuesto que sí, y es lo que nos disponemos a hacer de inmediato. Lo que se puede lograr es un desmenuzamiento de vínculos, y una conexión pedagógica de los tres sucesos a los fines de su transmisión, y de esta forma, con un esfuerzo intelectual y una apertura espiritual para receptar enseñanzas de la historia, elaborar la visión que une lo aprendido en cada caso. Para esto, repasemos lo ocurrido.
El atentado en Itamar fue perpetrado por terroristas palestinos que asesinaron a 5 miembros de la familia Fogel en su propia casa: el padre, Udi (37 años), sus hijos Loav (10 años), Eldad (4 años) y Hadad (3 meses), mientras dormían; la madre, Rut (36 años), a la salida del baño. El momento seleccionado fue la noche y los medios elegidos apuñalamiento y degollación. Tamar (12 años), Roi (8 años) e Yishai (2 años) se salvaron pero tuvieron que ver a su familia ensangrentada y quedaron huérfanos.
El atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires, Argentina, dejó un saldo de 29 muertos y 242 heridos. El grupo terrorista Jihad Islámica se lo adjudicó, actuando como brazo armado de la mayor organización terrorista Hezbollah.
El relato de Purim, contenido en la Meguilat Esther, nos cuenta cómo un enemigo voraz de los judíos, Hamán, pretendió a través de un edicto la aniquilación de todo el pueblo, pero luego terminó siendo ejecutado él junto con sus diez hijos, y los judíos celebramos nuestra supervivencia.
A simple vista, pareciera rebuscado y artificioso hallar rasgos comunes que puedan, si bien no encadenar directamente, envolver los significados de estos tres hechos que traemos a colación. Pero en verdad puede hacerse y demostrarse que hay algo más que su proximidad en el calendario.
El atentado en Itamar fue reivindicado por el “Grupo Imad Mugniye”, que son terroristas de las Brigadas de Mártires de Al-Aqsa, vinculados a Al-Fatah, núcleo de ésta y también de otras facciones terroristas. Los asesinos pertenecientes a este grupo alegaron que pudieron llevar a cabo su acción “gracias a la ayuda de Alá”. Debemos inspeccionar estos datos de manera de ahondar en nuestro cometido.
Al-Fatah opera dentro de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) cuyo presidente, hasta que falleció, fue Yasser Arafat. Este terrorista, que tiene el título de mayor asesino de judíos después de Hitler, era muy cercano al ayatollah Khomeini, el líder protagonista de la Revolución Islámica de Irán. Envió armamento a las huestes iraníes, brindó apoyo público a la tiranía teocrática del ayatollah, y recibió a cambio de parte de la propia familia Khomeini la promesa de ayuda hasta que Palestina quedase liberada y por consiguiente Israel destruido.
Si bien la OLP siempre fue reconocida como entidad laica, o a lo sumo secular, Arafat demostró simpatía por ayudar a esparcir revoluciones religiosas islámicas como la que desembocó en Irán (que no comenzó simplemente como religiosa pero en eso terminó), se rodeó de amigos con este ideal como Khomeini (un fundamentalista despiadado), y terroristas que actuaron y actúan dentro de la organización que presidió invocan a Alá para realizar terrorismo en su nombre. Es decir, la connotación religiosa (extremista, fanática o fundamentalista) está presente de una u otra forma.
Irán, que es una teocracia en manos de un gobierno terrorista, contribuyó a la segunda intifada lanzada por los palestinos bajo el mando de Arafat con armas, entrenamiento y atención médica. Siguiendo la voluntad divina, el país persa promueve levantamientos que apuntan a la aniquilación de los judíos. El actual ayatollah Alí Kamenei continúa las políticas de financiación de grupos terroristas que operan incluso en Judea y Samaria en Israel (donde se supone que la Autoridad Palestina debería combatir las infiltraciones y ser un socio de paz con el Estado Judío), entre los que se cuentan, precisamente, la Brigada de los Mártires de Al-Aqsa. Estos últimos no son laicos o seculares, son islamistas, y esa es una razón más para abrazar la causa islamista iraní y ser socios en el esparcimiento de la Jihad contra Israel y el mundo infiel.
Con respecto del atentado a la Embajada de Israel, como se mencionó fue realizado por Jihad Islámica actuando como brazo armado de Hezbollah. Aquí quedan claras las relaciones: esto es terrorismo internacional patrocinado por Irán. El mismo nombre “Jihad Islámica” refiere al objetivo de los terroristas islamistas: la expansión de la guerra santa musulmana contra los no musulmanes hasta que el Islam domine a todos los pueblos del planeta. En ocasiones se empieza contra los judíos, pero nunca termina con ellos, sino que siguen los demás pueblos libres. Actuaron para Hezbollah, que es un grupo financiado y armado por Irán en el Líbano, y que su mismo nacimiento está influenciado y solventado por la doctrina del ayatollah Khomeini, quien deseaba el esparcimiento de la revolución islámica. El atentado en sí explica que los ataques contra Israel no se limitan a su territorio nacional en Medio Oriente, sino que incluso sus sedes diplomáticas en el exterior son también blanco de agresión; que no solo los judíos en Israel, sino los judíos alrededor del mundo, están en la mira del terrorismo; y que a fin de cuentas, el atentado lo fue también contra la sociedad argentina en su conjunto, muriendo argentinos judíos y no judíos tras la explosión, y que viola el ordenamiento legal de Argentina como Estado de Derecho. Vale aclarar, los islamistas realizan atentados aún en países con los cuales no tienen un conflicto bélico actual y directo, porque su objetivo es imponer la Sharia (ley islámica) sobre todos por medio de la Jihad, y en última instancia entraran en guerra contra aquellos Estados hasta que los derroten y los dominen.
Llegando a la reflexión de Purim, vemos que el enemigo mortal del pueblo judío, Hamán, era un ministro del Rey de Persia Ajashverosh. Acostumbrado a que se arrodillaran ante él en los ambientes que frecuentaba, el persa enardeció cuando un judío, Mordejai, en consonancia con sus preceptos religiosos, se negó a hacerlo. Dice la Meguilat Esther: “Todos los sirvientes del rey a la entrada del palacio tendrían que arrodillarse y postrarse ante Hamán, pues esto era lo que el Rey había ordenado a todos los que hicieran. Pero Mordejai no se arrodillaba y no se postraba” (3:2), “Cuando Hamán vio que Mordejai no se arrodillaba o postraba ante él, se enfureció” (3:5). Hamán, que difundió un odio colectivo contra todos los judíos, intentó convencer a Ajashverosh que exterminara al pueblo al que pertenecía Mordejai. Aquella Persia donde Hamán planificó el genocidio de los judíos, con el tiempo llegaría a ser Irán.
Entonces ahora sí podemos afirmar que las conexiones que nos propusimos vislumbrar han sido descubiertas y selladas. En la antigüedad, un terrible enemigo persa deseó la desaparición de los judíos. Y en la actualidad, Irán, el Estado persa dominado por la Revolución Islámica, desea la desaparición de los judíos.
La Meguilat Esther dice de Hamán: “Sin embargo, pensó que sería una lástima de castigar solamente a Mordejai, pues ellos le habían dicho que Mordejai era judío. Puesto que Hamán quería destruir al pueblo de Mordejai. Todos los judíos del reino entero de Ajashverosh” (3:6). El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, declara: “Se están preparando los cimientos para que el régimen sionista vaya pronto al infierno y cualquier régimen que lo apoye, lo acompañará en ese viaje al infierno” y “Debo anunciar que el régimen sionista (…) está por morir y pronto será borrado del escenario geográfico”. Está escrito en la Meguilat: “Entonces Hamán le dijo al rey Ajashverosh: "Hay una cierta nación dispersa y difundida entre las naciones, en todos los países de tu reino. Sus leyes son diferentes a las leyes de las otras naciones. Ellos no siguen las leyes del rey; por lo que no conviene para el rey dejarles con vida” (3:8). Hassan Nasrallah, líder del Hezbollah libanés financiado por Irán, exclamó: “Los sionistas, que son los contratistas del imperialismo, están utilizando la prensa muy eficientemente”, “El imperialismo y sus contratistas sionistas en la región deben saber que los estamos esperando en cada colina, en cada valle, en cada calle y en cada pulgada de nuestro país”, y “No solamente en el Líbano, sino también en toda la región, el régimen sionista busca la polarización con las tensiones entre grupos étnicos, sectas y creencias”. Esta ahora manifiesta conexión pedagógica para aprender de las amenazas que sufrieron los judíos en los tiempos de antaño, y las que sufren hoy, puede ser aprovechada para que absorbamos las lecciones históricas y pongamos en práctica mecanismos de defensa para evitar que nuestros enemigos quieran llevar a cabo su tan ansiado genocidio de judíos.

Conclusiones
Así como Hamán se valió de mentiras y calumnias (como que los judíos no cumplían con las leyes del rey) para dirigir su malvado plan, los actuales líderes enemigos de los judíos e Israel siguen recurriendo a las conocidas armas judeofóbicas de denunciar falsos hechos, de acusar injustamente, y de que hay una (inexistente en realidad) conspiración judía (como expresa Nasrallah hablando sobre contratistas sionistas con el imperialismo, y el intento de agitar distintas etnias). Las burdas mentiras contra los judíos muchas veces han penetrado en el pensamiento colectivo y han llegado a provocar un baño de sangre.
Lo que nos deja esta seguidilla de fechas que recordamos es que desde la historia antigua hasta la actualidad hemos tenido un feroz enemigo pretendiendo nuestro exterminio como pueblo, hasta el último bebé (como lo demuestra el asesinato del bebé de tres meses en Itamar). Ese odio antijudío que se generó en Persia a través de Hamán, fluctúa o reencarna en los representantes del gobierno de Irán, que buscan la bomba atómica para hacer desaparecer a Israel del mapa. A la judeofobia que viene de Persia debemos estudiarla para sabernos defender, teniendo en cuenta que los líderes no son malvados porque son persas (no es una cuestión de racismo), sino porque quieren por una u otra razón nuestra destrucción.
El destino ha hecho que tres horrorosos intentos provenientes de Persia dirigidos al asesinato de judíos estén cerca en el calendario (en un período de diez días) para que no permitamos que nuestra memoria olvide la amenaza existencial que ha pesado y pesa sobre nosotros. Una conmemoración viene seguida de la otra, para reforzar los recuerdos y la alerta que se debe mantener. Una seguida de otra, de manera que si irresponsablemente olvidamos un hecho dentro de este lapso de una decena de días, inmediatamente el otro nos lo recuerde con contundencia. El asesinato de los Fogel, la voladura de la Embajada, y el edicto promovido por Hamán son expresiones judeofóbicas que se han dirigido a cerrar injusta y violentamente los ojos de hermanos judíos inocentes. Se destaca que tengamos Shabat Zajor precediendo a la celebración de Purim, donde el rabino nos dirá “Zajor et asher asá lejá amalek...” (“Recuerda lo que te hizo a ti Amalek…”), para reafirmar el compromiso que debemos demostrar hacia el pasado, y los frutos que de él podemos extraer.
Escribe Liat Collins acerca de celebrar Purim: “Así como el plan genocida de los persas de antaño fallo, así también fallarán los planes de los actuales líderes iraníes. Entonces, comamos, tomemos y seamos felices, porque mañana nuevamente nos rehusaremos a morir”. En 10 días de este 2011 e.c. hemos recordado con rigor la maligna voluntad de nuestros históricos enemigos persas y sus financiados palestinos o libaneses de apagarnos la vida. Por supuesto que demostrando ser humanos y despojándonos del detestable racismo, no interpretaremos estas fechas como indicación de que todos los persas son malvados, que por ser persas son incorregibles y de que no es posible una convivencia. Pero sí aprendiendo las lecciones y siendo concientes de las amenazas en el presente y de cara al futuro inmediato, interpretaremos puntualmente que no hay convivencia posible con los asesinos y terroristas persas o sus aliados palestinos y libaneses que nos atacan alrededor del mundo y quieren borrarnos junto con nuestro Estado Judío. A ellos los combatiremos hasta triunfar.

Ezequiel Eiben
24-3-2011
18 Adar II 5771

Fuentes:

- Meguilat Esther: http://www.mesilot.org/esp/festividades/purim/meguilat.htm
- OLP/Fatah e Iran: Una relación especial - por Francisco Gil-White:
http://www.hirhome.com/iraniraq/plo-iran2_esp.htm
- Ahmadinejad says Israel will soon disappear - Breitbart: http://www.breitbart.com/article.php?id=080602124328.f6eyi8y1
- Purim: http://www.barmitzva.com.ar/Costumes/6.html
- Recuerda... (sobre Amalek y el atentado a la Embajada de Israel en Argentina) - Rabino Dr. Mordejai Maarabi – http://www.masuah.org/
http://jinuj.net/articulos_ver.php?id=466
- Discurso en el tekez por el 18º aniversario del atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires – Ezequiel Eiben: http://ezequieleiben.blogspot.com/2010_04_01_archive.html
- Entrevista a Sabed Hassan Nasrallah - Escrito por Roza Sadem:
http://www.porpalestina.com/index.php?option=com_content&view=article&id=36:entrevista-a-sabed-hassan-nasrallah&catid=24:entrevistas&Itemid=43
- Brigada de los Mártires de Al Aqsa reivindica el atentado terrorista en la Cisjordania - Aurora: http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Conflicto/35922/
- Liat Collins – Mi palabra: perpetuamente Purim - The Jerusalem Post:
http://soysionista.blogspot.com/2011/03/mi-palabra-perpetuamente-purim.html

miércoles, 16 de marzo de 2011

Brutal atentado terrorista en Itamar y brutales intentos de justificarlo

Brutal atentado terrorista en Itamar y brutales intentos de justificarlo

El brutal atentado terrorista perpetrado en la madrugada del viernes 11 de marzo de 2011 e.c. por asesinos palestinos contra una familia judía en Itamar es, como todo terrorismo, injustificable. Los terroristas palestinos degollaron a 5 personas mientras estas dormían. Voy a dar los nombres y edades de las víctimas ya que la parte malvada de la prensa internacional y los violentos grupos de presión que se observan en algunas calles y casas de gobierno, cuando se trata de un crimen contra Israel, prefieren obviar lo que quizá consideren nimiedades frente a su simpatía por la causa palestina: que los judíos también tienen rostro y una historia personal, que los judíos también son humanos que sufren. Fueron asesinados de los miembros de la familia Fogel: el padre, Udi (37 años), la madre, Rut (36 años), sus hijos Loav (10 años), Eldad (4 años) y Hadad (3 meses). Y no hay que dejar de decir que otros hijos, Ronie (8 años) y Yishai (2 años) se salvaron solamente porque su presencia no fue advertida, al estar durmiendo en una habitación no percibida por los terroristas; y que la hija mayor, Tamar (12 años), descubrió junto con un vecino a los cadáveres de sus familiares apuñalados.
Las barbaridades que he escuchado decir y leído después de este lamentable episodio no encuentran fondo en su hondo pozo de odio antijudío.
Hablan de que incluso una nueva intifada estaría justificada contra Israel por tener población en los territorios en disputa. Pues bien, hay que decir que una intifada no se puede justificar, y el terrorismo tampoco, porque son atentados contra la vida humana cuyo principal objetivo son civiles indefensos, y quien intente ponerse de lado de los terroristas asume una posición, más que judeofóbica, antihumana.
Hablan de que hay terrorismo por la construcción de casas en Judea y Samaria. Es decir, su moral retorcida y judeofóbica los lleva a equiparar construcciones de casas con asesinatos a adultos y niños inocentes. Plantean al terrorismo en términos de reacción natural y lógica. Y no quieren reconocer que había terrorismo palestino antes de que existieran asentamientos en dichas zonas, por lo cual estos no son su causa original.
Hablan de que quieren que todos los judíos se vayan de Judea y Samaria y que no quede ni uno en el futuro Estado Palestino. O sea, proponen un Estado Palestino judenrein, sin judíos, lo que evoca la memoria de Hitler que quería una Alemania judenrein, sin judíos. Todo esto piden, mientras que protestarían hasta el año 2078 (por decir un año arbitrariamente) si Israel decidiera aplicar un transfer contra los árabes israelíes y dejar a Israel sin árabes. Qué incoherencia ideológica, qué racismo selectivo, de parte de los autodenominados defensores de derechos humanos.
Hablan que los territorios son ocupados, cuando en realidad son disputados y legítimo objeto de negociación.
Hablan de que Israel se cree poseedor de un derecho divino para robar tierras, cuando el sionismo ampliamente mayoritario basó sus reclamos en un derecho histórico que no se sustentaba en la religión y el Estado tampoco recurre al concepto de Tierra Prometida (por más que algunos de los asentadores judíos invoquen derechos divinos según sus propias y particulares corrientes), y que encima no ha robado territorios sino que los ha obtenido ganando guerras de autodefensa no iniciadas. De hecho, la Declaración Balfour incluso se refería a los dos lados del Jordán para el establecimiento del Hogar Nacional Judío.
Tienen que entender que detener la construcción de casas por un atentado terrorista es darle el triunfo a los terroristas y decirles “atáquenme más, así me sacan más concesiones a través de sus medios violentos”.Tienen que darse cuenta o admitir que están en contra de los derechos de propiedad judíos en los territorios y no de los derechos de propiedad palestinos, así que son racistas y discriminadores. Tienen que saber que los judíos tenemos derecho a los asentamientos. Y también a los territorios. Más y mejores derechos.
A propósito, algunas conclusiones, exhortaciones y pedidos:
No equiparen viviendas con asesinatos terroristas por favor. Es como que justifiquen que maten a sus padres y hermanos mientras duermen porque ustedes alquilaron un departamento en un edificio en el que algunos (sin razón) les dicen que no pueden vivir. No defiendan las injustas restricciones. ¿Qué pasa, los judíos no tenemos derechos de propiedad? ¿Los árabes pueden vivir en Israel, el Estado Judío, pero los judíos no pueden vivir donde supuestamente será el Estado Palestino? Los judíos venimos de Judea; paradojas del destino que no nos quieran dejar construir legalmente allí mientras que gobiernos de países como el de Estados Unidos por medio de Obama están invirtiendo millones y millones en construcciones para palestinos.
Dejen de decir que el atentado “es un episodio aislado” cuando el terrorismo palestino ha sido una constante por años y la incitación a la violencia de su parte está patente; o comentarios como el que hizo María José Lubertino siendo titular del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, de Argentina) ante el terrorismo de Hamas durante la Operación Plomo Fundido para explicar agresiones a judíos en el país sudamericano: “Israel violó el derecho internacional y eso se le vino en contra”. Están demostrando que no les importa que acuchillen a inocentes durmiendo, y que si nos vienen a pegar a los judíos en Argentina o en otros países hay una buena explicación para echarle la culpa al sionismo.
Por eso, hay que rechazar el atentado terrorista perpetrado por asesinos palestinos. Exhortar a la ONU y organismos internacionales a manifestar plenamente su enérgico repudio en contra de la nueva muestra de terrorismo palestino y tomar decisiones firmes y acciones al respecto (a pesar de que la ONU esté repleta de dictaduras árabes e islamistas, y Libia haya estado hasta hace unos días en el Consejo de Derechos Humanos, lo que da pruebas de su poca seriedad). Condenar las manifestaciones en Gaza que festejaron el atentado y apoyaron a los terroristas, a pesar de que ya no sorprendan, cuando se sabe que allí hay terroristas y simpatizantes del terrorismo que son peores que las bestias, y que se puede esperar algo así. Condenar el silencio de los extremistas, especialmente el de izquierdistas y progresistas, prontos a ir a atacar a las Embajadas de Israel en los diversos países cuando el Estado Judío ejerce su derecho a la autodefensa, y mudos y escabullidizos cuando deberían estar protestando contra semejante muestra de intolerancia asesina. Apoyar la decisión del Gobierno de Israel de no detener las construcciones de viviendas para la población judía en Jerusalén y en Judea y Samaria, no restringiendo los derechos de propiedad de los judíos habitantes de dichas zonas. Y como siempre, apoyar a Israel en su lucha sin cuartel contra el terrorismo palestino e internacional.

Ezequiel Eiben
16-3-2011
10 de Adar II 5771

jueves, 3 de febrero de 2011

Antisionismo y judeofobia generados por el odio

Antisionismo y judeofobia generados por el odio

Como ya vimos con anterioridad, el antiisraelismo, antisemitismo y antisionismo son iguales de fondo. Allí, en el punto de partida, en su esencia original, está su vinculación: el odio al judío. Después, en la forma pueden o no asumir distintas máscaras.
Decir que el antisemitismo (a partir de ahora lo llamaré judeofobia para mayor precisión terminológica) solo se origina por envidia o ignorancia, es una teoría simplista e incompleta. Ni Hitler ni Ruholla Khomeini, por citar líderes judeofobos, eran lo que uno normalmente llamaría ignorantes (por el contrario, se los consideraba bastante cultos).
Si bien muchos atacan a los judíos por envidia (algún no judío religioso que se quedó afuera del Pueblo Elegido, algún neonazi marginado social que le vendieron un cuento y se lo tragó entero sin preguntar), no puede decirse que aquella sea la única causa; si fuera la única eficiente y suficiente, entonces cualquier envidioso de cualquier cosa caminaría libre por la calle atacando a todos cuantos envidiara, y así tendríamos que explicar el genocidio del Tercer Reich o el terrorismo de la Revolución Islámica a partir de la envidia.
Hay algo más: ODIO. El odio cristiano era religioso, el nazi era racista, el comunista era cultural y anti-minorías. Otra manifestación: CHIVO EXPIATORIO. Descargar las frustraciones en los judíos para hacerlos aparecer como culpables de los propios fracasos cuando no tienen nada que ver.
Se ha dicho que la judeofobia es solo un racismo comparable con el existente en otras partes del mundo, incluido Israel contra otras minorías. El odio a los judíos no se puede comparar en sus expresiones con otros odios, como los que pueden existir en Israel (que no representan a la mayoría de la población sino que son manifestaciones marginales). La Shoa fue exterminio contra el pueblo judío, si bien no exclusivamente, mayoritaria y principalmente. Un genocidio de características únicas nunca visto antes ni después, basado en un racismo que no se estructuró en la mera envidia o ignorancia, sino en pruebas pseudocientíficas sin ninguna validez, una irracionalidad con apariencia de teoría eficaz.
Sobre antisionismo, se argumenta que no se le puede pedir al árabe israelí que sea sionista, y a la vez que éste no puede ser antisionista (aunque abogue por el fin del sionismo) si precisamente vive en Israel. Pues bien, el árabe que vive en Israel, si no se siente identificado con el sionismo, puede elegir perfectamente ser no sionista o a-sionista (es decir, no involucrarse en su desarrollo, no apoyarlo activamente, no militar en su favor, no ejercer una regular y constante defensa de su validez argumental, vivir una vida civil sin vinculación al Movimiento). Ser antisionista implica negar la libertad y autodeterminación del pueblo judío en su país. ¿Acaso el querer ver al judío sin libertad, despojado de derechos, sin país, como esclavo, en un ghetto o en un campo de exterminio, no se origina en el odio? ¿No es una manifestación claramente judeofóbica? Si un árabe israelí, o un judío israelí, adopta semejante postura ideológica, no hay reparos en decir que es judeofobica. Es antisionista por más que vivan en Israel. El solo hecho de haber nacido allí, no los hace sionistas si lo que quieren es la destrucción del Estado Judío, ni los obliga a ser antisionistas, si no se sienten identificados con el Movimiento de Liberación Nacional del pueblo judío.
Fuera de esto, se me ha criticado la mención de ciertas personas que utilicé para ejemplificar la judeofobia y antisionismo en el artículo “La Trilogía Antijudía” argumentando que ellos no decidirán el futuro de Israel. Los nombres como D´elía los empleé para darle continuidad al artículo anterior, "El espectáculo del antisemitismo" donde aclaro que a D´elía no hay que ignorarlo por el daño que ha ocasionado a la comunidad judía argentina mediante marchas en las calles y manteniendo reuniones políticas con Ahmadinejad y los responsables del atentado terrorista a la AMIA como Mossen Rabani (lo cual es un insulto a la Argentina y a todos sus ciudadanos, y es darle la espalda al mundo libre); pero que tampoco hay que elevarlo al status de enemigo formidable del pueblo judío como nuestros enemigos históricos (y hablamos de imperios y genocidas), porque es un personaje vulgar, comprable y de poca inteligencia. En fin, coincido en que hay enemigos más importantes que D´elía, pero eso no es suficiente para dejar su maldad completamente de lado.
Con respecto de Ahmadinejad y la bomba, que se ha dicho que también puede utilizarla contra Arabia Saudita o Egipto, todos sabemos a qué país amenaza con borrarlo del mapa, y qué país es su prioridad exterminar.
Para restarle importancia a la vinculación de la judeofobia con el antisionismo, se intenta exponer al sionismo como un proyecto no apoyado en su momento por la mayoría de la judería mundial. Ok, el sionismo no fue mayoría, lo cual no quiere decir que los que no hicieron aliá eran antisionistas en el sentido de negar la legitimidad del proyecto de cumplir el sueño milenario del retorno a Eretz Israel.
Luego se intenta ver como “un asunto humano, no antisionista, pedir por el fin de la “ocupación de Palestina””. Cuando simpatizantes de Hamas y Hizballah piden el fin de la "OCUPACIÓN DE PALESTINA" no se refieren a que Israel debe salir de Judea y Samaria, sino de toda Palestina; ellos hablan de la obliteración del Estado Judío, la desaparición de Israel. Humano sería que el terrorismo se detuviera de una vez por todas desde los territorios, para poder adoptar una solución política en clima de paz. Humano hubiese sido que el Mandato Británico no hubiese traicionado al sionismo y lo hubiese despojado de las tierras comprometidas a partir de la Declaración Balfour. Y una corrección más: los territorios no son ocupados, son conquistados en guerras de autodefensa, y por lo tanto objetos de negociación en un tratado de paz. Son territorios disputados, no ocupados. Las razones de Israel son mucho más fuertes que las que puedan tener Jordania, la Autoridad Palestina o Hamas. Ante cualquier duda, chequear la ley internacional. Aún así, Israel se muestra dispuesto a intercambiarlos para garantizar la paz.
Cuando la defensa del sionismo es férrea y sólida, los eternos críticos se vuelven al tema del racismo dentro de Israel y los territorios, y alegan que los gobiernos israelíes han diseminado el odio y la persecución contra los árabes. Disiento. Muy por el contrario, todos los últimos gobiernos de izquierda en Israel (Rabin, Peres, Barak, ahora Livni en la oposición desde centro izquierda) han intentado maquillar la situación de manera tal que han pintado color de rosas un cuadro que ha sido espeluznante para Israel. Esos gobernantes se callaron cosas y mintieron sobre los palestinos para que el público los viera como interlocutores para la paz, mientras los terroristas seguían con sus campañas sanguinarias de violencia y masacres. Todo al revés. Les mintieron a los israelíes para sembrar un falso amor y disfrazar la realidad bajo el lema de amor recíproco y entendimiento mutuo, mientras en busca de objetivos políticos ignoraban deliberadamente y ocultaban los maliciosos designios palestinos. Hasta la derecha de Netanyahu llegó a afirmar una vez que la OLP había modificado su carta fundacional que llama al exterminio de los judíos, cuando no era cierto y la letra permanecía intacta.
Fuera de eso, los esfuerzos que ha hecho Israel para la paz han sido impresionantes, y en la gran mayoría de las veces, unilaterales por no recibir respuesta favorable del liderazgo palestino que solo piensa en la perpetuación de su guerra de odio judeofóbico. Cuando se utilizan nimiedades, fruslerías, mentiras y falacias para descalificar al Estado Judío (el único que ha asumido seriamente su responsabilidad y compromiso con la paz), hay que defenderlo y resaltar sus aportes. Y cuando se intenta minimizar a los que lo amenazan, relativizar sus promesas de exterminio, y esconder tras semánticas engañosas el verdadero odio hirviendo a punto de ebullición, hay que estar atentos y reconocer los peligros a tiempo para actuar de manera sólida.

Ezequiel Eiben
3-2-2011
29 Shevat 5771