viernes, 9 de diciembre de 2011

Políticos palestinos que dicen la verdad

Políticos palestinos que dicen la verdad

Ezequiel Eiben

03/12/2011
7 Kislev 5772


Hay políticos palestinos que dicen la verdad. Que más allá de los circos montados alrededor de las mentiras, calumnias e injurias antiisraelíes, se desenmascaran y ofrecen al público (dependiendo de la audiencia, es como manipularán el mensaje) su verdadero rostro.
Para conocer la verdad, no hace falta escuchar a ningún apologista occidental del terrorismo, ni a los decadentes intelectuales judeofóbicos, ni tampoco a los cleptómanos de la historia o a los altruistas descabellados amantes del suicidio.
Simplemente, en estos casos lo que hace falta es escuchar a los propios representantes palestinos, de manera lisa y llana, sin interpretaciones o deformaciones que intenten acomodar sus dichos. Los mismos protagonistas de las declaraciones arrojan luz sobre las verdaderas intenciones de los gobernantes.
Un ejemplo clarificador en este asunto es el de Adli Sadeq, embajador de la Autoridad Palestina en India. A continuación, palabras suyas:
“(Los israelíes) tienen un error común, o un concepto erróneo por el cual se engañan a sí mismos, dando por hecho que Fatah los acepta y reconoce el derecho de su Estado (Israel) a existir, y de que es solamente Hamas el que los odia y no reconoce el derecho de este Estado a existir. Ellos ignoran el hecho de que este Estado, basado en una fabricada empresa (sionista), nunca tuvo una pizca de derecho a existir… Hamas, Fatah y los demás no están haciendo ahora una guerra contra Israel por razones referidas a equilibrio de poder. No hay dos Palestinos en desacuerdo sobre el hecho de que Israel existe, y el reconocimiento de ello es decir con otras palabras lo obvio, pero el reconocimiento de su derecho a existir es otra cosa, diferente del reconocimiento de su existencia física” (1).
La verdadera visión de Fatah respecto de Israel, está esbozada allí. Simple y concreta; no se requiere darle muchas vueltas al asunto. Israel nunca tuvo ni una pizca de derecho a existir.
¿Qué diría uno de esos paupérrimos intelectuales que busca adaptar la realidad a la ideología en vez de la ideología a la realidad? Es fácil suponerlo, cuando ya hemos visto hasta el hartazgo las engañifas a las que recurren para darles a los mensajes los significados que ellos desean que tengan, por encima del sentido que el propio autor de las palabras les propició. Un defensor de los trogloditas asesinos diría: “En verdad, eso es una declaración hecha solamente por oportunidad y conveniencia ante una audiencia que necesita que le digan lo que ella quiere escuchar. Estas no son las verdaderas intenciones de los líderes palestinos. Ellos realmente desean hacer la paz con Israel, solo que no lo pueden decir porque sino serían destituidos o el pueblo les quitaría su apoyo. Sería como traicionar a su pueblo. Fatah mantiene grandes diferencias con Hamas, y en el pasado Arafat ya reconoció a Israel. Es Israel el que no entiende el tremendo esfuerzo que hacen los palestinos para la paz. Es Israel el culpable de que los procesos de paz no avancen”.
Pues bien, si nos detenemos a analizar el arquetipo de la manifestación políticamente correcta del que cree ser una persona netamente comprometida con la paz aunque eso implique la desaparición forzosa de Israel, se pueden rescatar varios puntos que demuestran la ridiculez de la postura, el mermado entendimiento, y las equívocas técnicas de interpretación.
Lo que se insinúa de semejante mamarracho, en consonancia con la tradicional línea de pensamiento antiisraelí, es lo siguiente:
El mote de “declaraciones hechas por oportunidad y conveniencia” queda relegado a las declaraciones de guerra; cuando una declaración habla (y ya sabemos que recurriendo a la mentira) sobre la paz, automáticamente se toma como verdadera y se pone fuera de todo cuestionamiento acerca de la veracidad, legitimidad e intencionalidad subyacente. Porque los gobernantes palestinos son personas bondadosas; lo demás son deslices o pequeñas mentiritas piadosas.
La “audiencia que necesita que le digan lo que quiere escuchar” no solo se limita al público palestino; un embajador en India también debe manejarse en esos términos (no vaya a ser que los hindúes no puedan vivir tranquilos y den vueltas en la cama a la noche porque Fatah avisará que reconoce el derecho a la existencia de Israel de manera inequívoca). De hecho, en todo el Medio Oriente los representantes diplomáticos palestinos deben mantener la farsa de que odian a Israel cuando realmente lo aman, porque sino se desataría una guerra sin precedentes, y todo por culpa de los sionistas. Como los sionistas son la mayor amenaza a la paz mundial, y los conflictos entre los propios islámicos, islamistas, árabes, persas y turcos son su culpa, y el destino incierto de las revueltas árabes demasiado temprano llamadas “primaveras” son obviamente culpa de Israel, esta mentirita en miniatura que esconde el verdadero amor de los palestinos hacia los sionistas debe ser mantenida. Por su parte, el público occidental no debe considerarse como ese tipo de audiencia que nada más necesita que los líderes árabes le digan lo que quiere escuchar; cuando los árabes hablan en inglés, a los de este lado del mundo nos dicen la verdad en serio. El occidental puede distinguir la sinceridad en la voz de Arafat hablando de ramos de olivos, y su paternalismo le hace comprensible y soportable que a un pobre palestino haya que mentirle y manipularle el conocimiento subordinando sus ansias de verdad a un plan de conveniencia política mayor de los tiranos expertos en opresión.

Ahora bien, uno se pregunta: si en verdad los líderes palestinos fueran destituidos en caso de revelar sus auténticos planes, ¿cuál es entonces la legitimidad en su cargo como exponentes de la visión del pueblo palestino? Si los gobernantes llegaran a ser desplazados en caso de ser sinceros con los gobernados, y por lo tanto deben recurrir a la mentira y la falsificación ¿cuál es su representatividad como funcionarios públicos? ¿Es de preferencia el político que miente para conservar su posición y subordina los intereses de los gobernados a su propio plan? Suena a que los apologistas de estos tiranos manejan conceptos de paz, democracia y representación en base a la arbitrariedad. Lo peor de todo esto es que la evidencia demuestra que la verdad es el discurso palestino dirigido a los árabes, y no a los occidentales: la verdad es que los gobernantes palestinos quieren destruir a Israel, en vez de querer hacer la paz con él.
Las diferencias que mantenga Fatah con Hamas, pueden dejarse momentáneamente de lado para cumplir el objetivo máximo de destruir a Israel. Los líderes prefieren firmar acuerdos y unificar representaciones para embestir al enemigo sionista, y recién luego dirimir cuestiones internas. Su naturaleza bestial los lleva a matarse entre ellos como ya ocurrió, y a planear el derrumbamiento del otro; pero un pacto de mutuo acuerdo que perjudique a Israel, es siempre opción viable contra el enemigo sionista aunque dentro de casa no todo se haya limpiado.
Las diferencias en las naturalezas de los reconocimientos a Israel (como Estado, como Estado Judío, o simplemente como realidad de hecho sin derecho) han sido explotadas por los gobernantes palestinos para convencer a unos cuantos con supuestas intenciones de paz, y poder llevar a cabo con mayor margen de operaciones (cuando se trata de obnubilar y engañar al enemigo) el verdadero propósito que es el plan por fases para destruir a Israel enunciado hace ya largo tiempo por Arafat. Después de todo, la victimización palestina, las deformaciones históricas, las putrefacciones políticas y la cooperación de los idiotas útiles funcionales a los fines oprobiosos de los dictadores, harán quedar siempre a Israel como el malo de la película. En definitiva, muchos pueden decir una cosa, muchos pueden decir otra, y al final la culpa siempre la tienen los sionistas.

Más allá de cualquier entretejido estafador y de las artimañas a las que recurren los negadores de la realidad y aborrecedores de la verdad, los que realmente se preocupan por la existencia de Israel en óptimas condiciones de seguridad, tienen en cuenta el mensaje constantemente difundido como el pronunciado por el embajador palestino en India: tanto Fatah como Hamas son una banda de criminales deseosa de exterminio contra judíos.

No hay que dejar que estos malvados terroristas cumplan su cometido.

Fuentes:
(1) PA official: "[Israel] never had any shred of a right to exist" - Itamar Marcus y Nan Jacques Zilberdik
http://www.palwatch.org/main.aspx?fi=157&doc_id=5905

“Exigimos ya la aplicación de la ley también en las escuelas y universidades privadas”

“Exigimos ya la aplicación de la ley también en las escuelas y universidades privadas”

Detrás de las palabras que componen esta pequeña, y a la simple vista de muchos, justa frase, que tomamos a modo de ejemplo como un típico reclamo ciudadano o parlamentario para regular cuestiones privadas, se esconden cuestiones que son menester analizar.
No ahondaremos la exposición en el aspecto jurídico de una ley, sino que nos limitaremos a un análisis desde el punto de vista filosófico y moral respecto de la exigencia de su sanción y aplicación.
“Exigimos ya” normalmente refiere exclusivamente al interés del sector que pretende la aplicación de la ley, sin considerar o bien directamente pasando por encima el interés de quienes serán los principales receptores de dicha legislación: aquellos a quienes las regulaciones están destinadas y que deberán obrar en consecuencia de lo dispuesto. En el caso de nuestro ejemplo, las reguladas por el Estado serían las escuelas y universidades privadas.
“La aplicación de la ley”, que en nuestro ejemplo refiere a la supervisión estatal de un emprendimiento privado, refiere a la coacción estatal para hacer cumplir sus disposiciones y al castigo en caso de desobediencia. La manera de hacer cumplir una ley que por definición es obligatoria (y que regula aspectos privados o íntimos afectando la libertad) a un sector determinado es a través de la fuerza. Se cumple con la ley, sino se recibe una sanción: esta puede variar desde multas hasta la clausura del establecimiento, dependiendo la gravedad de la falta.
Es decir, la exigencia de que una ley reguladora de diversos aspectos de una actividad como la educación privada se haga manifiesta y efectiva equivale en líneas generales a abrir las puertas al intervencionismo estatal en actividades privadas. Se puede visualizar que el Estado interviene en negocios, contratos o proyectos de particulares como un entrometido intentando poner orden de acuerdo a su arbitrariedad, cuando en rigor el ente público (en caso que existiera) debería sustraer su actuación de interferencias indebidas y limitar su accionar a la protección de los derechos de los individuos. Si se sancionaran leyes, estas deberían ser objetivas, garantizando derechos individuales, en vez de violándolos.
Aquellos que reclaman por aplicaciones de leyes coactivas sobre espacios y aspectos privados ¿acaso no perciben realmente lo que están pidiendo? ¿No se dan cuenta que están cercenando la libertad de mercado, y arrojándose en manos de papá Estado que impartirá las órdenes? De más está decir que varios estatistas son plenamente concientes de su posición favorable al aparato público omnipresente. No dejan lugar a lo voluntario; prefieren lo forzoso. Al resto que “no se da cuenta” de lo que están difundiendo, ¿no son suficientes ya los fracasos como para cambiar de postura?
Como decía Ludwig Von Mises: “El Estado es una institución humana, no un ser sobrehumano. Quien dice: debería haber una ley sobre este asunto, quiere decir: la fuerza armada del gobierno debería obligar a la gente a hacer lo que no quiere hacer. Quien dice: esta ley debería ser puesta en vigor, quiere decir: la policía debería obligar a la gente a cumplir esa ley. Quien dice: el Estado es Dios, deifica la armas y las cárceles” (*).
Aquellos obsesivos de las regulaciones y sedientos de la creación de leyes, aquellos desenfrenados sancionadores de legislación y ansiosos por seguir recopilando volúmenes normativos de imposición a los demás, son los que aprueban el intervencionismo estatal y el consecuente daño a la libertad individual.
Favorecen la caída de la ya de por sí precaria división existente en su cosmovisión entre la esfera pública y la privada, disminuyendo o extinguiendo la libertad y sentando los cimientos desde donde se edifica el Estado totalitario.
La propiedad debe ser privada, y a la propiedad privada se la debe respetar. De existir un Estado, el mismo debe cumplir los fines de garantía de la libertad y protección de la propiedad, en vez de ser el principal violador de la primera y saqueador de la segunda.
¿Se habrán preguntado los partidarios del intervencionismo estatal acerca de su moral, consistente en impedirles a las personas la posibilidad de tomar ellas mismas sus propias decisiones morales, comerciales y privadas de manera libre? En nuestro ejemplo sobre educación privada, pretenden que burócratas decidan caprichosamente con “iluminaciones” ideológicas, la educación que los padres deben otorgar a los hijos.
El “vive y deja vivir” no es algo a lo que están acostumbrados ustedes los intervencionistas; prefieren gobernar y dominar, regular la vida de los demás.
Deben cambiar de actitud. Intervencionistas, no se si querrán vivir; pero por lo menos dejen vivir a los demás. Ustedes consigo mismo hagan lo que quieran.

Ezequiel Eiben
24/11/2011

Fuente:

(*) Ludwig Von Mises, Gobierno Omnipotente, Madrid, Unión Editorial, S.A., 2002 (1944). Pág. 81.
La cita puede verse en: http://www.liberalismo.org/articulo/157/64/estado/minimo/

viernes, 14 de octubre de 2011

El probable acuerdo de liberación de Guilad Shalit y el porvenir para Israel

El probable acuerdo de liberación de Guilad Shalit y el porvenir para Israel

Ezequiel Eiben
14/10/2011
16 Tishrei 5772


La probabilidad de llevar adelante un acuerdo por parte del gobierno de Israel con Hamas, a través de la mediación de Alemania con colaboradores egipcios, para liberar al soldado de Tzahal Guilad Shalit, ha vuelto a encender como siempre las vociferadas posturas opuestas, a favor y en contra del trato de marras: por un lado, los que se muestran a favor del acuerdo, sostienen que es obligación de Estado recuperar a uno de sus hijos secuestrado, que encima en el caso de Shalit este estaba prestando un servicio al país por lo que merece enormes esfuerzos, y que la vida de un israelí vale lo suficiente para hacer concesiones al enemigo con tal de salvarla; los que se muestran en contra alegan que firmar un acuerdo por la liberación de Shalit a cambio de prisioneros palestinos con sangre en las manos (terroristas asesinos) no hace más que incentivar al terrorismo a seguir secuestrando gente para reclamar por más presos liberados, le permite continuar con campañas de extorsión, y que además se proyecta una imagen de debilidad israelí que cede ante la presión, el chantaje y las amenazas de sus enemigos. Vale la aclaración: ambos grupos desean que Guilad sea recuperado sano y salvo, pero difieren en los medios propuestos: los primeros quieren liberarlo por medio de negociaciones asegurándose con claras garantías el bienestar del soldado; los segundos quieren liberarlo pero mediante una operación militar de rescate que implica más riesgos pero permite no tener que rebajar a Israel al nivel de negociar con terroristas.
Frente a esto, la cuestión política que se está dando para analizar es que precisamente un gobierno como el de Biniamin Netanyahu que defendía en teoría la segunda tesis, es el que puede ser protagonista de un histórico acuerdo siguiendo el curso de los postulados de la primera tesis. Escribió Netanyahu en su libro “Fighting Terrorism: How Democracies Can Defeat Domestic and International Terrorists”: “No liberar a los terroristas encarcelados. Entre las políticas más importantes que deben adoptarse frente al terrorismo es la negativa a liberar a terroristas convictos de las prisiones. Esto es un error que Israel, líder en técnicas anti-terroristas, ha hecho una y otra vez. La liberación de terroristas convictos antes de haber cumplido sus condenas parece una forma fácil y tentadora de desactivar situaciones de chantaje en el que personas inocentes pueden perder sus vidas. Pero su utilidad es momentánea. Liberar presos sólo alentará a los terroristas, dándoles la sensación de que incluso si se les captura el castigo será breve” (1). Como vemos, los tiempos y el contexto de suma delicadeza de la situación que atraviesa Israel, pueden haber llevado a Netanyahu a reconsiderar sus propias formulaciones. Este aparente giro copernicano (lo llamaremos aparente hasta que haya una confirmación y no se presenten sorpresas) se hace aun más notorio al repasar la lista de los terroristas que serían dejados en libertad, en donde se encuentran nombres especialmente nefastos. Tal como informa el material de Hatzad HaShení: “¿Quiénes son los archi terroristas que podrían ser liberados? Podría ser Marwan Barguti, ex jefe del Tanzin, cursa 5 sentencias de por vida más otros 40 años de condena. Abdallah Barguti – El ingeniero del Hamás, mato a 67 israelíes. Ahmed Saadat – jefe del “frente Popular para la Liberación de Palestina”, asesinó al ministro israelí Rehavam Zeevi. Ibrahim Hamed – jefe del ala militar en Ramallah, responsable de decenas de atentados, sobresalen las matanzas en el café Moment e Hillel, etc” (2).
Otro tópico a analizar es como seguirá la visión israelí al respecto del tema de los secuestros, de aquí a futuro. Si para cada caso concreto habrá que planificar una solución específica, si de una vez por todas se sentarán las bases de una política estable y consistente con principios rectores inmodificables desde los que se partirá para considerar cualquier episodio, si se mezclarán las tesis de acuerdo a lo que se presente; en fin, si se establecerá una política de Estado duradera y coherente, o si las resoluciones vendrán de políticas de gobierno de acuerdo a quien esté en el poder. Por internet circulan opiniones de analistas que proponen algo como lo siguiente: “...las reglas deberían ser cambiadas:
1) A todo secuestrado por los terroristas se lo considerará a partir del momento del hecho como 'muerto'.
2) Para facilitar las cosas, cada soldado deberá ser provisto de un dispositivo letal implantado en alguna parte de su cuerpo, que solo podrá activar él mismo en caso necesario, si así desea hacerlo. Creo que tenemos la tecnología para materializar ese tipo de cosas. El dispositivo le permitirá decidir si prefiere vivir en cautiverio... o apagar la luz.
3) Nunca más canjes ni permutaciones, bajo ninguna circunstancia.
4) La única forma que un secuestrado podrá volver a casa será si lo liberan, o si eventualmente es rescatado por una operación comando.
5) Para los criminales terroristas que son arrestados, sin excepción alguna: pena de muerte”
(3).
Los puntos aquí enunciados me permiten hacer ciertas reflexiones: estoy en contra de ceder ante los chantajes terroristas, es repugnante el quebrarse ante sus extorsiones y amenazas. Considero que aceptar tratos en los términos de los terroristas es otorgarles un triunfo significativo que incentiva su metodología de la muerte y agranda sus aspiraciones inhumanas. Los terroristas presos en las cárceles israelíes gozan de privilegios que ha más de un observador lo dejan atónito o incrédulo; se podría considerar la pena de muerte para todos los terroristas bajo las siguientes premisas: ellos no reconocen el derecho a la vida de otras personas y atentan contra ellas, ergo pierden la posibilidad de resguardarse en su propio derecho a la vida. Los terroristas no pueden invocar para sí un derecho que no están dispuestos a respetar en los demás: la vida.
Israel puede llegar a considerar seriamente la opción de proveer a cada soldado con un dispositivo para suicidarse si así lo desean en caso de ser secuestrados o capturados; sin embargo, para que haya justicia en este asunto de ser soldado, es preciso que el ejército deje de ser forzoso y pase a ser voluntario. Si servir en Tzahal es voluntario, el riesgo asumido es propio del jaial: nadie lo forzaría a hacer algo que no quiere, emprender una misión que no comparte, realizar un trabajo que no elige; la persona sería ama y señora de su decisión de convertirse en conscripto, y en caso de aceptar serlo, atenerse a las consecuencias y riesgos inherentes de su libre decisión, sabiendo las reglas de juego expresas desde el comienzo. En el caso del servicio militar voluntario, sí sería moral la decisión de ser soldado; y ante una situación desfavorable (si se implantara el mencionado sistema del dispositivo) se tendría la alternativa de suicidarse antes que caer en manos enemigas, pero a dicha situación se habría llegado circunstancialmente ejerciendo funciones estipuladas en un contrato firmado voluntariamente sin coacción.
Si el ejército es forzoso, y encima se dispone por ley que el soldado secuestrado será considerado muerto y se le implantará un dispositivo para suicidarse si así lo prefiere, se está obligando por la fuerza a una persona a que se embarque en un servicio del cual no tiene escapatoria asumiendo que si las cosas salen mal puede suicidarse o bien someterse a las torturas de los criminales enemigos. Alguno podría decir que el jaial tiene libertad de elegir la alternativa de suicidarse o no hacerlo; pero sin embargo el problema radica en la base y es que el soldado no elige si quiere hacer o no el ejército, por lo tanto se lo ha privado de elegir en la raíz de la situación que lo llevó en su desenlace al escenario de las alternativas. Su libertad está restringida de manera forzosa previamente, y él debe optar entre opciones (y encima ninguna es buena) en un contexto impuesto, sustraído a su consentimiento.
En definitiva, Israel debe abolir el servicio militar obligatorio (forzoso), y a partir de ese importante paso en el respeto por los derechos individuales de sus ciudadanos, debe establecer una política de Estado de negativa a la liberación de terroristas. No se debe ceder más a las exigencias terroristas, no se debe liberar más a los asesinos con manos ensangrentadas para que sigan llevando a cabo su propósito de eliminación del Estado Judío; y tampoco se debe obligar más a los ciudadanos israelíes a que sirvan en el ejército bajo riesgo de ser muertos, secuestrados o capturados por un enemigo en una situación en la que no eligieron estar.
A partir de este avance, los soldados como Guilad podrán optar libremente por servir o no en el ejército; nos ahorraremos penurias como la del presente ante las exigencias de un grupo terrorista plagado de asesinos para liberar más asesinos, y ante el secuestro ya por más de 5 años de un inocente ciudadano israelí que está sufriendo profundamente de manera injusta por un episodio derivado de prestar un servicio militar sobre el que no tuvo poder de elección; y cada vez que un ciudadano israelí interesado por la defensa de su país decida sin coacción estatal enlistarse en Tzahal, sabrá que, por propia convicción, habrá sellado su suerte.

Fuentes:

1- Benjamin Netanyahu: no escribas más libros, por favor!
http://www.coscorrones.com/2011/10/benjamin-netanyahu-no-escribas-mas.html
2- El gobierno israelí aprueba el acuerdo con el Hamás para intercambiar a Guilad Shalit por 1000 terroristas palestinos
Hatzad Hashení (La cara de la verdad) - CLAM HASBARÁ - Gabriel Ben Tasgal
3- Olga opina, y nada más
http://www.coscorrones.com/2011/10/olga-opina-y-nada-mas.html

viernes, 23 de septiembre de 2011

La exposición de la destrucción

La exposición de la destrucción

Ezequiel Eiben
23/9/2011
24 Elul 5771

Damas y caballeros, “malvenidos” a la exposición de la destrucción.
En este circo repleto de payasos que se llama ONU (aunque no con poca razón alguno podrá expresar “¿qué culpa tienen los circos y los payasos? Ellos alegran a la gente”) asistimos a la debacle moral e intelectual de los negadores de la existencia. La debacle de los que siguen los ritualismos de la violencia y el culto a la muerte. Y sin embargo, al mismo tiempo, asistimos a su triunfo político. ¿Cómo es posible que esto suceda? ¿Cómo es posible que la miseria moral vaya acompañada de la victoria política? ¿Qué mundo racional lo permitiría? ¿Qué mundo con seres pensantes, conscientes y con ganas de vivir sin molestar a los demás se quedaría mirando expectante cómo sus destructores venden la mentira como verdad a cambio de sumisión y obediencia? ¿Qué mundo racional se dejaría intimidar, reconocería al miedo como fuente fecunda de obtención de resultados forzosos sobre los subyugados, y permitiría al terror imponer los términos del modo de vida?
Evidentemente, nuestro mundo no es aquel mundo racional que no lo permitiría. Nuestro mundo lo permitió hoy, de rodillas ante la maldad, rendido ante la violencia, con la cabeza gacha ante la imposición de la injusticia, con la cola entre las piernas ante las amenazas de terror. El terrorista presidente de la terrorista Autoridad Nacional Palestina Mahmoud Abbas presentó su plan del futuro terrorista estado palestino en la Asamblea General de la ONU y muchos lo aplaudieron entusiasmados. Algunos porque apoyan el terrorismo, otros porque lo consideran un medio tan legítimo como las negociaciones entre repúblicas liberales, otros porque si está encaminado a destruir a Israel no puede ser malo (nada que esté dirigido a perjudicar a los judíos puede ser algo condenable).
El detestable Abbas, malvado sin remedio, acusó a Israel de apartheid, de colonialista, de racista. ¡Sinvergüenza! Aquellos que son malvados, nos acusan de ser malvados; aquellos que sirven al apartheid, nos acusan de apartheid; el racismo se queja del supuesto racismo de los demás. La irracionalidad en puntos culminantes.
Estos son los rasgos de la exposición a la que asistimos, la burda exposición de la destrucción. Los líderes palestinos se encargaron de destruir los conceptos, de destruir el lenguaje, de destruir la moral, de que el culto a la muerte superara en estima al amor por la vida. Y su regalo al mundo, envuelto en el falso paquete de buenas intenciones y esperanzas legítimas, ha sido aceptado por este. El terrorismo ha demostrado que triunfa cuando los que deberían combatirlo no cumplen sus deberes. El terrorismo ha demostrado que disfrazándose de payaso y llendo al circo de la ONU puede resultar agradable a los políticos. Si el mal por sí mismo es impotente y necesita de los buenos que lo alimenten para subsistir, y de los buenos que no hagan nada para triunfar, el mal va por buen camino en la ONU. Allí hay varios que se consideran “buenos” que no están dispuestos a hacer nada para interponerse como obstáculos insalvables en la carrera del mal hacia el dominio por la fuerza, y varios que se muestran deseosos de donarle millones de dólares convenciéndose a si mismos que lo hacen por una buena causa.
El mal inventó la leyenda del inexistente pueblo palestino; el mal reclamó como tierra ancestral a un Israel que no le pertenecía; el mal repartió su farsa a través de pistolas, bombas y misiles. Algunos intentaron resistir a los atropellos de los asesinos de la vida humana, la verdad y la historia. Otros aceptaron sus regalos, creyendo que aceptar el paquete bajo la amenaza de un arma en la cabeza realmente constituía una ofrenda a la verdad de parte de seres bondadosos. En Israel hay de las dos clases de personas: los que enfrentaron al mal y los que aceptaron su mensaje como digno de ser considerado para la paz, los que lucharon contra el mal y los que lo legitimaron buscando el “punto medio”. Sí, lamentablemente hubo de esta segunda clase de personas, y ellos permitieron con culpa, negligencia, indiferencia e irracionalidad que el mal llegara hasta donde llegó hoy: al estrado con exigencias basadas en supuestos “derechos inalienables del pueblo palestino”. Te estoy hablando, izquierda israelí, promotora de los palestinos y denigradora de los asentadores. Les estoy hablando también a ustedes, grupo de derechistas que con el tiempo flaquearon y aceptaron los errores de la izquierda como absolutos indiscutibles de cara al futuro del país. Y por supuesto a ustedes, centristas, izquierdistas enmascarados y algunos aún provenientes de un pasado derechista.
La furia que muchos conocedores de la historia de Israel habrán experimentado al oír semejante catarata de mentiras y disparates en boca de Abbas en la ONU, es entendible a la luz de su compromiso con la verdad y la legitimidad del sionismo. La verdad es que Israel tiene razón, y los palestinos no. Es así. De un lado está la verdad, y del otro la mentira. De un lado la razón, y del otro la sinrazón. No hay término medio. No lo hay entre nosotros y nuestros asesinos; no hay un poquito de razón de nuestra parte, y un poquito de razón de su parte, y juntos tomando un café con leche y comiendo golosinas podemos llegar a un acuerdo. La fuerza contra los que emplean la fuerza, es la medida eficaz a adoptar. Nada de pacifismo barato (ese que huye a los compromisos con la defensa de la propia vida y prefiere verla resignada ante las locas aspiraciones del resto); nada de entendimiento (ese que eleva a la categoría de dignos adversarios en un debate a aquellos que desde el arranque no nos reconocen). Abbas cada vez da más señales para que nos convenzamos de que quiere eliminar a Israel. ¿Por qué mirar hacia otro lado? ¿Es que a ciertas personas la realidad se les hace insoportable y la mentira un refugio placentero? ¿Es que la contundencia de los hechos less obliga a revisar postulados que no quieren, mientras que los delirios fuera de la realidad les permiten mantenerse con comodidad sin necesidad de hacer un esfuerzo crítico y reflexivo?
Si hay un momento para hacer autocrítica, es este. Si Israel no hubiera legitimado a la OLP, Abbas no hubiera reclamado hoy por un estado palestino. Si Israel hubiera eliminado a sus enemigos en vez de darles otra oportunidad, sus enemigos no estarían utilizando hoy esa oportunidad para tratar de eliminar a Israel. Y los imbéciles e idiotas útiles no tendrían hoy a ese enemigo para ponerse de su lado y chuparle las medias. Hoy la mención del terrorista Yasser Arafat (el mayor asesino de judíos después de Hitler) como un hombre de paz, despertó aplausos entre la multitud espectadora, el recuerdo de su infame frase “que no se caiga la rama de olivo” despertó elogios y añoranzas en periodistas y comentaristas; si se hubiera hecho lo necesario en su momento para que desapareciera la organización de Arafat el Asesino, heredada por Abbas el Mentiroso, los imbéciles e idiotas útiles estarían añorando otras maldades, pero no ésta tan perjudicial para Israel. No estarían hoy aplaudiendo a la organización que planea de manera consistente y constante la destrucción de Israel. Quizás estarían aplaudiendo a un nuevo enemigo que hubiere aparecido, pero no a este que tuvimos oportunidad de eliminar. A los arquitectos y promotores de los Acuerdos de Oslo les habría venido bien leer el Señor de los Anillos: en una épica batalla el bien derrotó al mal, Isildur venció a Sauron y le quitó el Anillo Único que le daba poder. Pero Isildur no destruyó el Anillo, y le permitió al mal subsistir. Tiempo después el mal reclamó la nueva oportunidad que se le dio y sus ejércitos se rearmaron. Miles de vidas se perdieron hasta que el país del bien, Gondor, pudo imponerse al país del malvado Sauron, Mordor. Y en esta segunda oportunidad, el Anillo fuente de poder del mal se destruyó. Buena lección acerca de no deshacerse del mal cuando se tiene la oportunidad, permitirle subsistir para que luego vuelva a amenazar, y las vidas que se pierden en el nuevo intento por terminarlo.
¿Hasta cuando Israel, tus políticos le van a extender la mano a los verdugos del pueblo judío? ¿Cuándo será el día en que dejen de intercambiar la foto en la que aparecen dándole la mano al asesino, la cual piensan que les garantizará el podio en los anales de la historia, por el sufrimiento de las familias de miles de muertos a manos del terrorismo islamista?
Es porque no rinde la seguridad a cambio de la falsa paz, una de las razones por las que apoyo a Biniamin Netanyahu. No comparto la insistencia con la cual llama a Abbas a sentarse a negociar la paz como socio auténtico (y estoy seguro que en su interior Bibi no le tiene semejante estima), pero me da satisfacción y tranquilidad saber que no resigna el propio interés al pedido de los demás.
Es una cuestión filosófica: el sufrimiento de los demás no es un condicionamiento a nuestro propio bienestar; nosotros no tenemos que sufrir solo por el hecho de que otros sufran. Si hay palestinos que sufren por no tener estado propio, eso no les otorga derecho moral para obligar a Israel a hacer un acto de autosacrificio. Nosotros estamos primero, nosotros somos nuestra prioridad, nuestro interés es nuestro interés. Después de la exposición de la destrucción cuya autoría son los asesinos palestinos, espero seguir escuchando cantos a la vida de parte de Netanyahu y de todo Israel.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Nacionalsocialistas en Córdoba

Nacionalsocialistas en Córdoba

Ezequiel Eiben
7-9-2011
8 de Elul 5771


Un grupo de rock desconocido e irrelevante en el mundo artístico, llamado Andrasz y perteneciente a la ciudad de Córdoba, Argentina, ha aparecido llamativamente en las noticias de un diario local, la Voz del Interior; no por haber alcanzado la fama debido a su música (de hecho a nadie le interesa ella, ni los intérpretes son invitados a festivales de gran difusión para que la toquen), sino porque los integrantes del grupo son unos racistas defensores del nazismo.
Uno de los músicos, de nombre Lucas Velázquez, profesa admiración por Adolf Hitler y fue fotografiado haciendo el saludo nazi en el monumento conocido como “Memorial de los desaparecidos” en el cementerio de San Vicente. Entre las declaraciones hechas por el simpatizante del asesino de seis millones de judíos figuran: “Tenemos una ideología nacionalista, de centroderecha. La misma que grupos como Almafuerte. Bien peronista y de centroderecha. Es un sentir patriótico nacionalista”; “Si fuéramos realmente fachos, como dicen, ¿por qué se nos critica si estamos a favor de la familia, en contra de la ‘falopa’ y del aborto?”.
Al respecto, son necesarias varias aclaraciones. Los comentarios ya de por sí allanan la percepción del lector para considerar que este joven de 21 años es de pocas luces en su análisis político y se le mezclan los conceptos. Pero igual, no vienen de más observaciones para terminar de descartar irracionalidades, estupideces y deformaciones.
Su ideología nazi es incompatible con lo declarado, al definirla como de “centro derecha”. El nazismo no es centro derecha, y quien pretenda hacerlo pasar como tal se burla adrede de las ideas o vomita chanchadas de ignorancia. Tomando como referencia el actual vocabulario político, el nazismo no es centro, sino extremismo. Y ahondando en sus particularidades, se observa que no es solo extrema derecha, sino que también incluye componentes de extrema izquierda, en una mezcla pavorosa. En lo estrictamente político, sus rasgos de extremismo de derecha son las teorías raciales, el nacionalismo exacerbado y el militarismo. En lo económico, el izquierdismo extremista se manifiesta en el Estado planificador y el socialismo totalitario.
Vamos a analizar punto por punto:
- Las teorías raciales fueron un insulto a la ciencia, pretendiendo proclamar sin sustento alguno la superioridad de la raza aria y la inferioridad de la raza judía. Los nazis partieron del error inicial de recurrir a la mística en detrimento de la racionalidad, y de dividir artificialmente a la humanidad en razas hechas a su medida y conveniencia, para establecer mejores y peores, y con dicho basamento idear un programa político fulminante.
- El nacionalismo exacerbado consistió en la exaltación de lo alemán como si fuera símbolo de un poder más allá de los demás, en detrimento del resto, los no alemanes. Los nazis identificaron a su tierra, su nación y su Estado con los delirios de su carismático líder y los malvados designios de su partido político. Se creyeron mejores que los demás clamando derecho a dominarlos solo por haber nacido dentro de una división administrativa distinta a las otras, se arrogaron el derecho a exterminar porque sus madres los parieron en un determinado punto geográfico preferencial.
- El militarismo nazi se vio plasmado en la creencia en el uso de la fuerza para lograr cualquier objetivo planteado. Así diseñaron un Estado con competencia legal para promover la violencia a discreción; institucionalizaron la agresión oficial a minorías como los judíos, gitanos y homosexuales; sometieron a inocentes al yugo del ejército, unidades paramilitares y la policía; llevaron a cabo la Shoá, un genocidio singular sin parangones; y a través de conquistas militares se expandieron violando las soberanías y tierras de otros Estados.
- La economía nazi era socialista, lo cual ya de por sí traía aparejadas restricciones a la libertad individual. Y si a eso le sumamos el nacionalismo, el resultado es la combinación mortal. La intervención estatal literalmente destruyendo negocios judíos sin respetar propiedad privada, y manipulando la economía del país de manera total, dio forma a un socialismo generador de hambre, miseria y muerte. El fracaso económico alemán fue tan rotundo e indisimulable, que el propio Hermann Goering (encargado de la planificación económica) lo admitió, reconociendo que intentó controlar la vida de las personas sin lograr lo esperado.
La identificación de Velázquez con la ideología de Almafuerte, otra banda de rock argentina, nos brinda más información sobre sus pareceres y posturas. El cantante de Almafuerte Ricardo Iorio, se autodefine como un ultranacionalista (y ese “ultra” nos da la pauta de que resulta por lo menos rebuscado intentar encajarlo en el “centro”). Se lo conoce por frases como “si vos sos judío, no me vengas a cantar el himno (argentino); y por canciones como “Cumpliendo mi destino”, en la cual escribe: “Puede haber caballo verde mas no uno de ellos honesto”. A simple vista uno podría preguntarse qué vinculación hay entre esta canción y el tema que tratamos, sin advertir conexión; pues bien, esa estrofa no es más que una paráfrasis de una frase que se le atribuye a Mohamed Alí Seineldín (Coronel de las Fuerzas Armadas argentinas, admirador de los dictadores Juan Manuel de Rosas y Juan Domingo Perón, y judeófobo): “Es más fácil encontrar un caballo verde que un judío honesto”. Figuras como estas son las que el pretendido “nacionalista de centro derecha” reivindica. Citamos a continuación lo que un intelectual liberal de pura cepa, Jorge Luis Borges, pensaba sobre los mencionados tiranos referentes de los personajes reverenciados por Andrasz: “Pienso en Perón con horror, como pienso en Rosas con horror”.
Velázquez también menciona a su grupo como peronista. Recién en este punto exhibe un poco de coherencia y verdad entre lo que piensa y dice. Que sean peronistas no debe sorprendernos; después de todo, Perón fue un tirano con todas las letras. Entre su nefasto currículum encontramos que fue agregado militar de Argentina en la Italia de Mussolini (manifestando pública admiración por él), promovió la infiltración de corrientes fascistas en territorio argentino, y recorrió la Alemania nazi y sus tierras ocupadas con devoción hacia el Führer. Por si fuera poco, Perón fue el responsable de la llegada encubierta a la Argentina de criminales de guerra nazis (de la talla de Adolf Eichmann, Josef Menguele y Erich Priebke) que escapaban de quienes buscaban su juzgamiento. Siempre digo que así como en el museo de la Shoá en Israel, Yad Vashem, se les dedica un espacio especial a las personas que cumpliendo ciertos requisitos salvaron la vida de judíos perseguidos por el nazismo, otorgándoles el título de “Justos entre las Naciones”; en un eventual museo a favor del nazismo, Perón merecería el título de “Nazi Justo entre las Naciones” por haber salvado la vida de criminales nazis perseguidos para llevarlos a los tribunales.
Una breve reseña del peronismo puede leerse en este resumen de Ezequiel Martínez Estrada, citado por Alberto Benegas Lynch: “Perón organizó, reclutó y reglamentó los elementos retrógrados permanentes en nuestra historia [...] Perón infiltraba legiones de fascistas, nacionalsocialistas y falangistas [...] El peronismo es una forma soez del alma de arrabal, [...] el GOU acaudillado por Perón, esta secta que era diametralmente opuesta a la Logia Lautaro, impuso una dictadura de tipo totalitaria [...] Eran las mismas huestes de Rosas, ahora enroladas en la bandera de Perón, que a su vez era el sucesor de aquel tirano [...] Una característica sobresaliente de la política de Perón, tanto en su campaña proselitista como en su programa doctrinario, es que recogió con prolija minuciosidad de hurgador en los tachos de basura, los residuos de todas las actividades nacionales, en los órdenes espiritual y material [...] Atacó la libertad de imprenta y los principios democráticos que hacían posible la crítica a su dictadura [...] No hubo campos de concentración pero si salas de tortura”. Quien hace un saludo nazi clamando por superioridad innata, puede fácilmente identificarse con lo expuesto. Y por si a alguien le quedara alguna duda sobre la ideología de Perón, mejor conocer lo que salió de su propia horripilante mente: “Levantaremos horcas en todo el país para colgar a los opositores”.
El “sentir patriótico” de los resentidos músicos no debe engañarnos con palabras que intentan ser bellas y dulces. Es evidente que nada tiene que ver su patriotismo detestable con el esfuerzo por la patria que hicieron los próceres como José de San Martín o Manuel Belgrano. Estos dedicaron su vida al nacimiento y defensa de Argentina, mientras que pusilánimes como los resentidos en cuestión solo difunden ideas que no pueden conducir a otro destino más que a la destrucción.
A continuación, el músico desmiente que sean fascistas y a la vez se declara a favor de la familia, y en contra de la droga y el aborto. El tema del aborto merecería toda una discusión aparte por lo que no será tratado en este artículo. Me concentraré en los otros dos. El estar a favor de la familia es un eufemismo que emplea para manifestarse en contra del matrimonio entre homosexuales. Estar en contra de la droga es expresar postura a favor de la penalización y en contra de la legalización. Este modo de pensar es censurador de la libertad individual de cada persona: firmar un contrato que en nada perjudica derechos de terceros (como lo es casarse con una persona del mismo sexo), y consumir un producto por elección propia asumiendo voluntariamente las consecuencias perjudiciales para la salud (como es el drogarse). Estos impedimentos a la libertad más el nazismo que componen la ideología de la banda, hacen que sus integrantes merezcan una respuesta inequívoca a su pregunta de si son “fachos”: sí, son fascistas.
Para ir concluyendo, no hay que dejarse engañar por los eufemismos de aquellos que se catalogan como “nacionalistas”, devotos del “sentir patriótico”. Hay nazis rondando por ahí que intentan suavizar su imagen proclamándose de “centro” mientras saludan a Hitler con afecto. El nazismo no es “centro derecha”, es una reunión de lo peor de la derecha y de la izquierda: el nacionalismo afianzado en superioridad racial y el socialismo respaldado por el Estado totalitario. A la operación que conduce esto es: nacionalismo + socialismo = nacionalsocialismo. Hay cuentas que pagar tanto por parte de los extremistas de derecha como de los extremistas de izquierda; ni unos ni otros deben hacerse los desentendidos en las ideologías que fomentan y los magros resultados que consiguen. Después de todo, los derechistas no quieren admitir que los nazis también son nacionalistas, y como dijo Ludwig Von Mises, “Los marxistas no están dispuestos a reconocer que también los nazis son socialistas”.
Mi consejo es alejarse de las ideologías colectivistas, sean nacionalistas o socialistas, que claman actuar en beneficio de entes abstractos como “la nación”, “el pueblo” o “la sociedad”, mientras en verdad actúan perjudicando a las personas individuales reales de carne y hueso. Una cosa es verse como nacionalista porque se respetan las gestas patrióticas que dieron origen al país, el obrar de los próceres en el proyecto de nación, y se identifica con simbología típica; y otra cosa es hacer de ese “sentir patriótico” un culto a la irracionalidad y al exterminio de los que no pertenecen al grupo selecto. Los actos deben estar determinados por la racionalidad como fundamento, y no por la mística nacionalista o socialista legitimadora de la violencia.
Ni siquiera hay que debatir con los racistas que de entrada nos rebajan a la categoría de infrahumanos, que desde el principio nos descalifican y no nos reconocen derecho a la existencia; si nosotros nos movemos en el plano de la racionalidad y ellos en el de la irracionalidad, no hay que otorgarles el status para que puedan “debatir” sus ideas con las nuestras. Nuestros principios no necesitan pasar por la revisión de los nazis para ser legítimos.

Fuentes:
- Saludo nazi frente a memorial a los desaparecidos
http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/saludo-nazi-frente-memorial-desaparecidos
- El Inadi actúa tras una foto con un saludo nazi ante el memorial de desaparecidos
http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/inadi-actua-tras-foto-con-saludo-nazi-ante-memorial-desaparecidos
- Rolling Stone n.º 24, marzo de 2000
- Ácido argentino
http://www.rollingstone.com.ar/585001
- El problema es el Peronismo - Alberto Benegas Lynch
http://www.elcato.org/el-problema-es-el-peronismo
- ¿Qué significa el peronismo? - Alberto Benegas Lynch
http://independent.typepad.com/elindependent/2009/10/qu%C3%A9-significa-el-peronismo.html
- Citas
http://www.liberalismo.org/citas/M/

lunes, 1 de agosto de 2011

Tres observaciones respecto del atentado terrorista a la AMIA

Tres observaciones respecto del atentado terrorista a la AMIA

Ezequiel Eiben
1-8-2011
1 de Av 5771


Hay tres observaciones dignas de hacerse respecto de la situación del caso AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina). La primera tiene que ver con el flojo discurso que se escuchó en boca de un analista internacional de renombre acerca del terrible atentado terrorista que asesinó a 85 personas volando la sede de la mutual; la segunda con el pedido de resolución de la causa en un tribunal internacional; y la tercera sobre la figura del fiscal Alberto Nisman.
Para empezar, quisiera analizar el discurso del analista político internacional Claudio Fantini, pronunciado en Córdoba durante el acto del 17º aniversario del atentado terrorista, evento organizado por la filial en dicha ciudad de DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas). El discurso estuvo dividido en dos partes. La segunda tuvo su mérito, en la cual expresó condena al terrorismo acusando a éste de atacar blancos en Buenos Aires, Nueva York y demás capitales y metrópolis del mundo, ya que en estas ciudades predomina el pluralismo, y el terrorismo busca eliminar lo distinto, lo que no está de acuerdo con sus ideas. Pero la primera parte no estuvo a la altura de la ocasión. Fantini divagó durante varios minutos haciendo referencia a la literatura sobre detectives producida en Gran Bretaña y Estados Unidos, diferenciando estas dos en cuanto que los detectives ingleses lograban resolver los casos, mientras los norteamericanos no porque se encontraban con el elemento de la mafia que impedía llegar a la solución. Trasplantó esta analogía a la realidad de la causa AMIA, que no se ha llegado a resolver por encubrimientos, ilegalidades y mafias que han impedido avanzar hasta el final. Uno entiende la intención del analista de extrapolar conceptos y criterios para referirse al tema evocado, pero que esta comparación metafórica fuera casi el foco del discurso, no era de esperar. Quizá lo dicho hubiese estado más acorde para un Premio Nóbel de Literatura, que para un analista de quien todos esperábamos vislumbrar su visión concreta sobre el asunto. Fantini no señaló a Irán, no lo acusó inequívocamente como culpable del atentado y no exigió con determinación que la República Islámica entregara a los principales sospechosos y se sometiera a la ley. Semejante evasión de datos reales concretos frente al ahínco en el paseo por personajes literarios y obras de ficción, fue lo que me causó molestias. Fantini también habló de la oscuridad que se cierne sobre el caso, de la falta de claridad, sumándose al discurso de otros dirigentes comunitarios a nivel nacional que procuran especial detenimiento en la observación de la ausencia de respuestas. Pues bien, a esta altura del partido, no se puede hablar de oscuridad, falta de claridad y ausencia de respuestas como se hablaba en los primeros diez u once aniversarios del atentado. Estos tres factores han pasado a reflejar un slogan atrasado en el tiempo en vez del estado actual de la situación. Es verdad que faltan resoluciones en el caso AMIA, pero hoy se cuenta con un respaldo probatorio, con un archivo documental, y con un caudal de información que arrojan luz a los interrogantes del pasado. Casi nadie habla de ello en sus discursos. Se sabe quienes planificaron el atentado (funcionarios terroristas iraníes y libaneses), quien lo ejecutó (Ibrahim Hussein Berro), a través de que banda terrorista (Hezbollah), con el apoyo de que país (Irán), por donde ingresaron a Argentina (Triple Frontera), cual fue el método (coche bomba), y cual la motivación (interrupción de la transferencia de tecnología nuclear de Argentina a Irán, esto en el marco de expansión mundial del islamismo). ¿Acaso hay una deliberada omisión de esta información? Y si así es el caso, ¿por qué? ¿por miedo? ¿por algún otro tipo de presión? Una cosa es la impotencia que sentimos todos al ver la injusticia, la impunidad y la falta de seriedad que envolvieron al tratamiento de la causa durante sus peores momentos transitados. Pero otra cosa son las pruebas con las que contamos hoy, el avance de las investigaciones, y demás elementos que permiten acusar formalmente a los culpables y dejar atrás meros clichés acerca de “la oscuridad” o la “falta de claridad”. Cuando ya hay luz acerca de autores y motivaciones, no da que los discursos se queden enganchados en el pasado permanentemente. Así como Fantini prefirió poner el acento en cuestiones periféricas y alusiones indirectas, más de un dirigente planea seguir haciéndolo por más que la información esté en frente suyo, lo cual es penoso. Para terminar con el tema del discurso de Claudio Fantini, sugiero que no se pongan a la misma altura moral al terrorismo y al contraterrorismo. Un caso planteado en sus palabras fue el atentado a las Torres Gemelas y la respuesta de la Administración Bush mediante la Ley Patriótica como si las dos cuestiones fueran igual de malas, buscando una simetría moral inexistente. Se puede no estar a favor de esa ley o de ciertos aspectos puntuales, pero no hay equivalencia posible entre dicha respuesta legal preventiva para la lucha contra el terror, y el flagelo terrorista en sí. El terrorismo ha sido la causa del efecto contraterrorista, y por más que alguien piense que este tipo de medidas defensivas no se justifican, no puede igualarlas a un atentado terrorista.
Acerca de la propuesta de que la causa se resuelva en un tribunal internacional, esto es una expresión de vergüenza que debe pesar sobre nosotros. Más vergüenza que la idea en sí misma, es que se haya tenido que llegar a proponerla. La paupérrima imagen que brindó la Justicia argentina; la desconfianza generada por el tumultuoso camino recorrido por la causa, plagado de ilegalidades y aberrantes violaciones a lo que constituiría un digno código moral de cualquier persona para regir sus actos; y la falta de respuestas contundentes en los momentos en que se las requirió para impedir que el caso se prolongara indebidamente, son argumentos que han llevado a la propuesta del tribunal internacional, sumados a la falta de cooperación del agresor iraní para con la agredida Argentina. Un juicio que debería haberse realizado y terminado hace mucho tiempo con actuación contundente de la Justicia argentina, es posible que termine en manos de un tribunal internacional con fuertes reclamos de absolución a los acusados por parte de organizaciones hipócritas de Derechos Humanos y de grupos terroristas disfrazados bajo el manto protector de la actividad caritativa, montando un circo alrededor del juzgamiento. Es notorio el esfuerzo que hace Irán para no entregar a los sospechosos, para eludir los reclamos judiciales, a la vez que “invita” al gobierno argentino a resolver la cuestión pacíficamente, con un arreglo entre gobiernos. Evidentemente los iraníes no tienen incorporada y asumida la noción básica de un Estado de Derecho que es la división de poderes; por un lado está el poder ejecutivo, por otro el legislativo y por otro el judicial. Ostentar un poder judicial independiente, libre de presiones políticas, no es algo con lo que Irán se siente cómodo; por lo que prefiere politizar la situación, mezclar arreglos entre los ejecutivos iraníes y argentinos para entorpecer la imparcialidad e independencia de criterio de la Justicia, cuando no lograr que se retiren los cargos y Argentina cese en sus pretensiones. Más allá de esto, lo que sí es menester reconocer es el enderezamiento judicial argentino en la causa gracias al complejo y eficiente trabajo desempeñado por la UFI (Unidad Fiscal de Investigación) encabezada por el fiscal Alberto Nisman, y a la elogiable tarea en este caso del juez Rodolfo Canicoba Corral que declaró crimen de lesa humanidad al atentado terrorista y ordenó la captura internacional de los imputados.
Llegado el momento de hablar del fiscal, lamento tener que decir que muchos dirigentes, en sus discursos a las comunidades judías o al público en general, no reconocen a Alberto Nisman. Ha desempeñado una tarea impresionante, con una seriedad y una calidad difícil de encontrar en varios de sus colegas, rescatando una causa hundida como estaba y pasando a encabezar la lucha mundial contra el terrorismo desde su posición. Nisman es un héroe nacional a quien los discursos lo han relegado a un triste papel secundario o directamente a la indiferencia más lastimosa. Merece todos nuestros honores y manifestaciones de apoyo. Tras haber padecido contratiempos y amenazas violentas, ha seguido adelante con su fenomenal trabajo sin ceder ni claudicar en sus esfuerzos para que se haga justicia. Quizá muchos intereses políticos estorben el agradecimiento público correspondiente por sus merecimientos, pero nada podrá opacar su figura para quienes se preocupan por seguir el caso AMIA y valorar su actuación. Es Alberto Nisman quien junto al fiscal Marcelo Martínez Burgos, el 25 de octubre de 2006, acusó formalmente al gobierno de Irán de haber planificado el atentado terrorista y al grupo terrorista libanés Hezbollah de perpetrarlo. Esto logró que luego el juez Canicoba Corral ordenara la captura de los funcionarios iraníes y de un participante libanés miembro de Hezbollah. Posteriormente, la Asamblea General de INTERPOL, el 7 de noviembre de 2007, emitió las “circulares rojas” para detener a los acusados y someterlos a la Justicia. Es ostensible el movimiento desplegado por Nisman desempeñando una sólida tarea con férrea determinación cual servidor del alto ideal de justicia.
Para concluir, estas observaciones apuntan a: que se de un paso adelante en los discursos sobre AMIA de gente idónea para pronunciarlos, no estancándose en el pasado y en menciones vacías de contenido, sino tomando en consideración todo lo que se ha avanzado que nos permite expresar un enérgico rechazo al papel desempeñado por Irán y sus actuales intentos por eludir juzgamiento, y a Hezbollah; a que sea cual sea el tribunal que finalmente juzgue a los implicados en el atentado, la imparcialidad sea la regla inquebrantable que no tambalee ante las presiones y amenazas pertenecientes al salvajismo con el cual están acostumbrados a imponerse los terroristas, ni a los reclamos piadosos o estúpidos de organizaciones de Derechos Humanos que en varias ocasiones ameritan que se las llame organizaciones de Derechos Terroristas; y que se reconozca la actuación del fiscal Alberto Nisman, tomando en consideración todo lo hecho por él y sus implicancias en la lucha antiterrorista global, a la hora de presentar el tema AMIA. No hay que eludir nombrar, sino remarcar, a los acusados por el atentado terrorista: Ali Akbar Hashemi Bahramie Rafsanjani (Presidente de Irán 1989-1997), Alí Fallahijan (Ministro de Información y Seguridad de Irán 1989-1997), Alí Akbar Velayati (Ministro de Relaciones Exteriores de Irán (1981-1997), Mohsen Rezai (Comandante de la Guardia Revolucionaria Pasdarans (1981-1997), Imad Fayez Moughnieh (Jefe de Servicio de Seguridad Exterior de Hezbollah, libanés liquidado en Siria), Mohsen Rabbani (Consejero Cultural de la Embajada de Irán en Argentina 1994-1998), Ahmad Reza Asghari (también conocido como Mohsen Randjbaran, 3º Secretario de la Embajada de Irán en Argentina 1991-1994), Ahmad Vahidi (Comandante de las fuerzas Quds 1989-1998, y actual Ministro de Defensa de Irán).
“Justicia, justicia perseguirás…” está escrito en la Torá (Devarim 16:20). Nisman lo está haciendo, está persiguiendo justicia, y debemos apoyarlo. Sin esconder, eludir, o ignorar lo que debe ser nombrado. El terrorismo merece ser repudiado con vehemencia y contundencia. Hay que decir con claridad: Irán es un Estado terrorista. Esto no es acusar a toda su población (a quien, de paso, apoyo en sus reclamos contra la tiranía que los oprime). Sino al aparato estatal, a las instituciones, a sus funcionarios públicos responsables de actividades terroristas que gozan del beneplácito de la jerarquía gubernamental, a las autoridades asesinas que dominan el país, a las sanguinarias ordenanzas emitidas, y a las expresiones legales iraníes que patrocinan y ordenan ejecutar actos de terrorismo. Irán Estado terrorista; no hay que olvidarlo.

domingo, 31 de julio de 2011

¿De qué socio palestino hablan?

¿De qué socio palestino hablan?

Ezequiel Eiben
31-7-2011
29 Tammuz 5771


Muchos que piensan que Israel quiere la paz y debe forzosamente avanzar hacia la creación de un Estado palestino, afirman que tiene un socio. Otros afirman que en los proyectos de negociación, ese palestino es el socio que verdaderamente quiere la paz mientras que Israel es el socio ausente que dificulta los procesos. Ambos grupos de analistas, ¿de qué socio palestino hablan? ¿Del presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas? Aunque en ocasiones parezca una tomada de pelo, a él se refieren. Lo pintan como un luchador por su pueblo que se basa en el amor hacia sus hermanos y despliega una lucha auténtica en su nombre en aras de la necesitada paz. Por muy romántica que suene esa mentira, no es más que eso: una mentira.
Abbas no puede invocar amor por su pueblo, ni siquiera un proceder racional hacia los derechos y necesidades de sus miembros. A muchos los mantiene en campos de refugiados para utilizarlos como punta de lanza en sus reclamos, a los fines de conseguir adeptos a la causa. Continúa sometiéndolos a la bajeza para dar lástima ante el mundo y obtener favores políticos. Los denigra y arroja a la degradación humana cual mendigos que dependen únicamente de la beneficencia de otros. No les permite la digna autosustentabilidad.
Abbas es aliado de la agrupación terrorista islamista Hamas, con la cual en conjunto demuestran su desprecio hacia los judíos en particular y a la humanidad en general, promoviendo asesinatos y masacres. Ahora bien, el desprecio también se proyecta, aunque en otro nivel, sobre los propios palestinos. Hamas lleva adelante un gobierno islamista totalitario en la Franja de Gaza que oprime a los palestinos con ferocidad. Los gobernantes se transforman en victimarios de su pueblo víctima, y Abbas lo convalida. No se puede decir que el presidente de la AP sea un amoroso con sus hermanos. Por el contrario, colabora con sus verdugos.
Abbas ve a los palestinos como medios para alcanzar sus fines: ellos sufren los errores de su gobierno; el conflicto con Israel se perpetúa; y él continúa en el poder haciendo movimientos políticos estratégicos, a veces desesperados, que le aseguren su lugar. No lo mueve el amor por los palestinos, ni una consideración racional hacia ellos, ni un limpio interés en verdaderamente ayudarlos a todos, sino su interés de seguir en el poder y que los libros de historia hablen de él en el futuro como un héroe enfrentado a los monstruos más poderosos. Busca conservar un sitio privilegiado desde el cual seguir dando sus directivas que someten a cuerpos y espíritus bajo el látigo de la tiranía. Abbas no es un representante heroico de los palestinos, sino un político malvado que los perjudica.
Abbas tampoco puede alegar seriamente que ha querido con sinceridad ser un socio de Israel para la paz. Junto con Arafat intentó destruirlo a través del terrorismo primero, y luego siguiendo su camino desde la presidencia de la AP por medio de la diplomacia y la presión internacional reclamando el inexistente derecho al retorno palestino para ahogar demográficamente al Estado Judío y hacerlo desaparecer.
¿Éste es el socio que le presentan a Israel y que quieren hacerle creer que se mueve con honestidad? ¿Qué debe hacer Israel frente a este viejo conocido aborrecedor de judíos respecto de sus reclamos territoriales? Para empezar, tener en consideración que los territorios en disputa pertenecen a Israel. Si bien están, como se ha dicho, siendo disputados, el derecho israelí sobre ellos es superior y justificado. No hay ninguna ley que obligue a Israel a desprenderse de ellos y cederlos a los palestinos. No importa la presión internacional que haya en su contra, no importan las amenazas recibidas: el Estado Judío debe obrar según su voluntad, que es la prioridad fundamental, pensando en su propia paz y seguridad. En caso de que Israel decidiera finalmente entregar los territorios, esto solo debería entenderse en el marco de consideraciones humanitarias (para que muchos de los palestinos vivan en un país independiente en vez de sufrir en campos de refugiados, suponiendo que al malvado Abbas se le ocurriera sacarlos de allí, y estando de más agregar que no hay responsabilidad israelí en las turbias maniobras árabes), o por conveniencia y estrategia política (no gobernar población palestina que apunta a destruirlo, sino sacárselos de encima y que definitivamente no dependan más en ninguna medida del gobierno israelí). Pero no hay razones legales ni fundamentos morales ineludibles que obliguen a Israel a ceder los territorios a una postura palestina que algunos creen más fuerte y superior. Por lo tanto, en el caso de que Israel resolviera poner fin al asunto de la creación de un Estado palestino en Gaza y Judea y Samaria, y anexar todos los territorios, estaría justificado y tendría razones de sobra para defender su determinación. Su respaldo argumentativo sería suficiente.
Respecto de las consideraciones humanitarias y de conveniencia anteriormente aludidas, en caso de que Israel las tuviese en cuenta debiera saber que son solo hipótesis que podrían favorecerlo, pero nada es seguro cuando el gobierno terrorista palestino está del otro lado. Es muy probable que no se diera ni lo uno ni lo otro. Esto es porque, primero, el establecimiento de un Estado palestino no necesariamente es sinónimo de progreso y bienestar para sus futuros ciudadanos. El gobierno de Abbas puede degenerar en una tiranía peor de la que ya es bajo el manto de un Estado totalitario, oprimiendo aún más a sus súbditos. No sería nada del otro mundo, sería una dictadura árabe más entre todas las que existen. Y acerca de lo segundo, nada garantiza que un gran número de palestinos, con Estado nuevo, olvidarán su clásico anhelo de aniquilar a los judíos. Los palestinos continúan siendo educados en el odio hacia Israel, y un Estado propio que no fuera desmilitarizado en este contexto les daría mayor fuerza para bregar por la destrucción del Estado Judío.
Los israelíes deben poner en práctica el egoísmo racional, y no sacrificar el propio interés a otros. Muchos palestinos se autoproclaman enemigos de Israel, y sus necesidades no deben ser hipotecas para el futuro judío. La obligación del gobierno israelí es garantizar la seguridad de sus ciudadanos, proteger los derechos de propiedad judíos sobre las tierras, y la preservación del país, sin ceder a presiones terroristas o diplomáticas que perjudiquen sus legítimos intereses.
El sionismo ya sufrió en el pasado el robo histórico de territorio que implica la creación del Reino Hashemita de Jordania al este del Río Jordán. Ése es el Estado que los británicos le regalaron a los árabes de la entonces llamada Palestina, extirpando la mayor parte de Eretz Israel. Semejante traición a los judíos no debe volver a ocurrir ni permitírsele a Abbas forzar sacrificios israelíes; si otro Estado árabe ha de crearse en territorio que le corresponde a Israel, la iniciativa debe partir de negociaciones entre partes legítimas que incluyan el consentimiento libre y voluntario del Estado Judío con el apoyo de sus ciudadanos y sin que se perjudiquen sus derechos de propiedad, y no ser el nuevo país árabe producto de otra injusticia más contra el pueblo hebreo.

martes, 26 de julio de 2011

Tres falsas acusaciones contra Israel

Tres falsas acusaciones contra Israel

Ezequiel Eiben
26/7/2011
24 Tammuz 5771


Son harto conocidas las falsas acusaciones en contra de Israel. Es penoso que además de ser repetidas en los ambientes socialistas (donde la regla es la mentira), también algunos liberales defensores de la libertad que mejor que nadie deberían comprender al Estado israelí (si bien son los menos los antiisraelíes), se copen con las mentiras y las calumnias que ya han sido refutadas fácilmente una y otra vez por los defensores sionistas. Los acusadores repiten y repiten que Israel es tan terrorista como los palestinos o quizá más o quizá que solamente los judíos son terroristas, que Israel es culpable de las guerras, que Israel es teocrático, y una sarta de mentiras que la imaginación va moldeando y remodelando a medida que la judeofobia se va abriendo el paso. En el presente artículo nos limitaremos a desarmar las tres falsas acusaciones mencionadas específicamente y a expresar esperanza respecto del futuro liberal sobre la visión de Israel.

No se puede establecer una simetría moral inexistente entre Israel y los terroristas palestinos. Es como intentar establecerla entre los inquisidores cristianos demonizando y quemando judíos en hogueras, y judíos que ante ello propaguen liturgias anticristianas y se intenten defender de los victimarios. Hay una diferencia política y moral esencial: el soldado israelí está facultado jurídicamente para matar en acciones de autodefensa, representa al ejército regular de un Estado con derecho y deber de defenderse y preservarse. El terrorista es un asesino que considera a las demás personas fines para sus propios medios, y actúa permanente e injustificadamente fuera de la ley. El soldado ataca blancos terroristas. El terrorista ataca deliberadamente civiles e indefensos. Hamas utiliza a propios civiles palestinos como escudos humanos, de ahí que la responsabilidad por la muerte de esos civiles sea del propio Hamas. Aun así, Israel ha practicado la llamada doctrina de los “asesinatos selectivos” (que no es un asesinato a un pobre inocente combatiente o líder, sino que consiste en liquidar terroristas con sangre en sus manos que continúan planificando torrentes de muertos israelíes), y ataques quirúrgicos para evitar o reducir al máximo el daño colateral. No hay equivalencia moral entre el agresor y el agredido, entre la víctima y el victimario. Poner esto en la misma balanza es realmente atroz. Es de una perversidad moral inusitada. De los socialistas, no extraña. Pero de algunos liberales, sorprende.

No hay ninguna guerra que Israel haya provocado. Esto es muy claro incluso desde antes de que el Estado Judío declarara su independencia, en la época de la resolución 181 de la Asamblea General de la ONU: los sionistas acataron; los árabes atacaron. Siempre atacaron primero los enemigos árabes e islámicos; en la única contienda bélica que Israel comenzó el ataque es en la Guerra de los Seis Días, dirigiendo una avanzada contra Egipto, pero esto fue tras un despliegue de efectivos y violaciones a la ley por parte del gobierno egipcio, sumado a la retórica auspiciosa y prometedora de genocidio judío por parte de su presidente, que demostraban la inminencia de una agresión total árabe. No hay que olvidar tampoco el pacto de Egipto firmado con Jordania y Siria para que atacaran en otros frentes contra Israel. De hecho lo hicieron. La consigna de los Estados árabes para guerrear contra el Estado Judío consistió en el mero nacimiento de este último. Si se siguen las excusas puestas por los árabes y se considera que Israel es el que provocó las guerras, estaríamos frente al inaudito argumento de que la existencia de un Estado legítimo es causa de justificación suficiente para agredirlo. Es decir, Israel debería disculparse por haber nacido y permitir su obliteración a mano de sus enemigos. ¿Alguien puede imaginar, en el caso de seres humanos, que una persona que inocentemente vino al mundo a vivir tenga que pedir perdón por su existencia y resignarse a ser asesinada? En referencia a esta contienda entre Estados, aplicar esa cadena de razonamientos equivaldría a condenar al legítimo establecimiento del Estado de Israel y justificar las ilegítimas agresiones de las cuales fue víctima.

El Estado de Israel no es una teocracia y nunca lo fue. El sionismo como movimiento político nació secular y así se desarrolló mayoritariamente. Israel no se constituyó anunciando una verdad programada en la Torá, sino que su origen fue un evento político con lectura de un documento político jurídico como la Declaración de la Independencia, más allá de las interpretaciones místicas que muchos quieran hacer de ello. Israel nunca fue gobernado por la religión, si bien religiosos tienen bancas en su parlamento. Israel es una democracia con una ley secular de cumplimiento obligatorio, mientras que la ley religiosa judía es de cumplimiento voluntario para quien desee regirse por ella. Israel no necesita recurrir a argumentos religiosos para justificarse. Es una realidad política, perfectamente concebible sin la religión. Cualquiera que haya estudiado su historia y analizado su presente, por más que haya influencias religiosas más o menos notorias e incidentes, es imposible confundirse y pensar que es una cuestión de fe opuesta a la razón. Israel no se basa en la teología para justificarse, sino en el derecho.

Una amplia mayoría de socialistas es antiisraelí, y una amplia mayoría de liberales es pro israelí. Por más que duela encontrarse con cierta gente en ambientes liberales que expresa soberbia inteligencia en muchos tópicos pero que rinde su razonamiento a estúpidos clichés internacionalmente difundidos por judeófobos cuando el foco se centra en Israel, es sabido que Israel puede asociarse a una isla de libertad en medio de un mar de esclavitud en el Medio Oriente, y que el grueso de los liberales así lo entiende. Por eso, doy el consejo y manifiesto el deseo de que la imagen positiva de Israel (sin olvidar las correcciones que es necesario efectuar ya que no es perfecto sino perfectible) sea desarrollada dentro del liberalismo como un legítimo proyecto de libertad.

Peras al olmo

Peras al olmo

Ezequiel Eiben
26/7/2011
24 Tammuz 5771


Veo que mucha gente (entre la que a veces, iluso, me incluyo) le pide a la izquierda (y a partir de ahora, por izquierda me referiré a su sector fanático y fundamentalista, sin incluir a los moderados con quienes se puede debatir) que proteste contra los inocentes asesinados víctimas de regímenes a los que habitualmente defiende. Que así como organiza marchas cuando terroristas palestinos mueren abatidos por el Ejército de Israel y lamentablemente en la maniobra de autodefensa israelí algún civil pierde la vida (que de más está decir, es por culpabilidad de los mismos terroristas que emplean a ciudadanos indefensos como escudos humanos), emita aunque sea un comunicado por los civiles asesinados, que se cuentan de a miles, por las tiranías árabes en las revueltas protagonizadas durante este año. Que así como pone el grito en el cielo cuando musulmanes mueren en el transcurso de un combate contra fuerzas israelíes, por lo menos hable en voz baja, aunque sea apenas perceptible, pero que hable, cuando musulmanes son asesinados por otros musulmanes debido a los cruentos atentados terroristas que perpetran los fanáticos militantes del islamismo y a la aplicación de la espantosa Sharia. A estos selectivos protestantes de los derechos humanos, a estos justificadores de masacres en nombre del multiculturalismo, relativismo, revolución y materialismo histórico, se les pide que protesten para demostrar en todos los casos que son coherentes con lo que profesan. La gente se pregunta dónde están los valores de la izquierda en dichas situaciones. Pero la cuestión de los valores de la izquierda es más abarcadora, y sin intención de intentar mezclar conceptos sin relación, se pretende dar un pantallazo al desprecio que esta ideología demuestra hacia el progreso de la humanidad y a las dignas aspiraciones del ser individual con basamento en la libertad. Así, vamos a entender que el trasfondo ideológico izquierdista está tan podrido que no cabría esperar pureza argumental en contra de flagrantes injusticias.
Cada vez que reflexiono sobre este tipo de cosas, la frase "no hay que pedirle peras al olmo" adquiere una sabiduría de proporciones magníficas. ¿Cuáles son los valores de la izquierda? saquear fortunas ajenas, expropiar lo que no es de ellos, redistribuir lo que no les pertenece, robar el fruto del trabajo de los demás, diseñar eficaces Estados totalitarios, sacrificar los interés individuales de las personas en nombre de abstracciones como el "bienestar público", asesinar y masacrar a los disidentes por no concordar con el régimen, poner la igualdad artificial por encima de la libertad natural y obrar en consecuencia retrasando al progreso y aborreciendo los triunfos de los virtuosos, recurrir al empleo de la fuerza física para toda clase de medidas económicas y políticas, matar de hambre 80 millones de personas y aun así seguir insistiendo en sus ideales negándose a reconocer su fracaso e insultando la dignidad y memoria de los desgraciados que perecieron bajo sus sistemas demenciales, hacer de la irracionalidad un culto, sostener falacias como que el afán de lucro es algo negativo, favorecer la corrupción institucionalizada, mentir hablando de pluralismo mientras descartan ipso facto cualquier crítica que se les haga por "imperialista" o "burguesa", creer que sus principios son superiores y se imponen a la realidad en vez de reconocer la realidad y sobre ella construir principios, promover el altruismo logrando que las personas sientan desprecio hacia ellas mismas y hacia el goce que se merecerían de lo producido por su trabajo, formar alianzas bajo el principio "el enemigo de mi enemigo es mi amigo" para unirse a lo retrógrado y arcaico con tal de no ver prosperar a los países de vanguardia o a los empresarios o a los que tengan ganas de vivir mejor, aplicar vocabulario eufemístico como “luchadores por la libertad” para esconder y desvirtuar el verdadero significado de las atrocidades que sus representantes o alabados terroristas cometen... podría seguir pero no hace falta. Para el mero sentido de la defensa de la causa israelí y de la crítica a la ausencia de enojo por parte de la izquierda ante el cuadro de miles de israelíes asesinados por el terrorismo, creo que sería suficiente acusarlos de judeofobia recalcitrante. En ese cargo ya se contendrían varios de los repugnantes valores por los que se rigen. Pero para entender globalmente el problema izquierdista, es necesario el repaso general por sus nocivos postulados.
La izquierda está malacostumbrada a robar y a asesinar. ¿A esta izquierda la vamos a exhortar a que se manifieste en contra de la falta de libertad en los regímenes dictatoriales del Medio Oriente? ¿A esta izquierda le vamos a reclamar que proteste por los inocentes asesinados por las tiranías mencionadas? ¿A estos descerebrados fanáticos de los tiranos y de sus sanguinarias tiranías les vamos a pedir que se critiquen a ellos mismos? Quizá sea hora de que asumamos en serio que no se le pueden pedir peras al olmo, dejemos de reclamarle a la izquierda algo que jamás estaría dispuesta a hacer por implicar desenmascararse a ella misma siendo que le gusta apasionadamente construir corazas que impidan la menor crítica a sus postulados, quitarle el disfraz que se pone para confundir y justificarse, considerarla como responsable y cómplice de lo que se la tenga que considerar, y empezar a juzgarla moralmente con la dureza e implacabilidad que merece.

domingo, 24 de julio de 2011

Terrorismo en Noruega: repudio a la violencia y reproche moral al silencio selectivo

Terrorismo en Noruega: repudio a la violencia y reproche moral al silencio selectivo

Ezequiel Eiben
25/7/2011
23 Tammuz 5771


Al menos 93 personas fueron víctimas del terrorismo en Noruega el viernes 22/7/2011. Dos atentados ejecutados en coordinación, uno en Oslo y otro en un campamento juvenil de socialdemócratas en la isla de Utøya, ubicada a aproximadamente 40 kilómetros de la mencionada ciudad capital.
Los atentados son repulsivos, como todo el terrorismo; no solamente éstos. Injustificables todos, por supuesto. Ahora bien, enfocándonos en la tarea desempeñada por los medios de comunicación, y no en la tragedia humana que ya condenamos, se entiende que muchos nos enojemos. Esto es porque todos los días hay atentados terroristas realizados por el islamismo, y muchos medios callan. Porque cuando las víctimas son israelíes, muchos medios enmudecen, censuran o hasta aplauden, y cuando las víctimas son de otras nacionalidades, lloran. Con esto no se quiere decir que Oslo debe pasar desapercibido; al contrario, debe ser cubierto y condenado sin tapujos. Hay que lamentar la pérdida de aquellas vidas inocentes. Pero también debe ser condenado el islamismo, que encima es muchísimo más frecuente. El islamismo es constante, y mucho más letal tomando en consideración representación política, despliegue estratégico, capacidad armamentística y adoctrinamiento ideológico. Sin embargo, no recibe las mismas quejas. El silencio de varios es su aliado.
Personalmente repudio 100% el atentado terrorista, y también repudio la simpatía que el islamismo genera en muchas personas occidentales y cómo cuando los que lo sufren son niños israelíes muchos hacen la vista gorda. Pero quiero aclarar, discrepo con los que piensan que los noruegos asesinados estén “soportando ellos mismos” un atentado en respuesta a su propia medicina. Una cosa es ser terrorista, y otra cosa es no quejarse del terrorismo cuando es contra israelíes y poner el grito en el cielo cuando es con otras personas.
Todas las personas tienen derechos individuales, y no está justificado el ejercicio ilegítimo de la fuerza en contra de ellas: ninguna persona, como ser individual, debe ser asesinado, ni debe considerarse que se la ha retribuido por lo que se llama la “opinión pública” o demás abstracciones como “la voz de la nación noruega”, que aquí sería la falta de condena moral hacia el islamismo. Lo que debería exigirse, concretamente, es la condena inequívoca al terror, sin pedir por sufrimiento innecesario e ilegítimo como retribución a la falta de condena moral. El reclamo para aquellos que se callan cuando el terrorismo se da en una parte del mapa y vociferan cuando es en otra, es estrictamente moral, sin solicitar que prueben la violencia que sufren ciertas víctimas para que por fin estas últimas sean comprendidas.
No tengo muchas esperanzas en que este atentado provoque el radical cambio en la estima respecto de Israel de muchos países europeos como Noruega y que empiecen a comprender su causa vital. Pero, sin justificar la violencia terrorista, y rechazando completamente la idea de que solo mediante atentados van a abrir los ojos, espero como mínimo que los noruegos y varios más empiecen a comprender la naturaleza del terror y a combatirlo como se debe.
Quiero aprovechar, ahora sí, para brindar unas palabras de apoyo a los familiares de las víctimas de la masacre terrorista en Oslo, justo en una época de especial sensibilidad también en Argentina, desde donde estoy escribiendo, porque acabamos de recordar otro atentado terrorista perpetrado en Buenos Aires contra la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina). Las causas del bien y del respeto a los seres humanos y a sus proyectos de vida, prevalecerán en el marco de la civilización si trabajamos para ello; y el flagelo del terrorismo será derrotado, si lo combatimos. Así como hoy nos toca llorar víctimas, esperemos que mañana estemos aplaudiendo a soldados que derroten militarmente a los terroristas, y saludando a maestros que eduquen hacia el respeto por la vida y la libertad de las personas.

sábado, 23 de julio de 2011

Capitalismo de amigos

Capitalismo de amigos
Ezequiel Eiben
23/7/2011


El llamado “capitalismo de amigos” no es un tipo de capitalismo, o una deformación del mismo; simplemente no es capitalismo, es otra cosa. Es una mezcla fraudulenta y mortal consistente en la conjugación de elementos de dos partes sumidas en una moralidad perversa: el empresario oficialista por un lado, y el gobierno por otro.
¿Por qué decimos que esto no es capitalismo? Primero y principal, porque la base ética del capitalismo es el laissez faire, es decir, el poder y dejar hacer en relaciones entre comerciantes libres, sin coacción estatal por medio de regulaciones exasperantes. En el “capitalismo de amigos”, el empresario simpatizante y co-contratante del gobierno recibe privilegios de la administración pública que lo catapultan por encima del resto de sus colegas, gozando de una protección estatal que a la vez se traduce en perjuicios para los competidores, que son saqueados en detrimento suyo y en beneficio del círculo íntimo del poder. Segundo, porque este fenómeno del “capitalismo de amigos” se da en el marco del estatismo, es decir, de la intervención estatal en la economía, preservando monopolios y llegando a apropiarse de la industria. Mientras que, en el capitalismo, las condiciones óptimas para su real desenvolvimiento son aquellas que conducen a la separación de economía y Estado.
El “capitalismo de amigos” llevado a cabo por empresarios y burócratas, es culpable del establecimiento y perduración de los monopolios, los cuales no podrían darse de manera coactiva en el marco de una sociedad libre. El estatismo manipula y elimina competidores para favorecer a quien le hace o de quien recibe favores; en cambio el libre mercado permite el triunfo del más talentoso e inteligente, y su llegada a la cima, pero sin eliminar competencia a través del descabellado uso de la fuerza.
El “capitalismo de amigos” solo mancha la imagen del verdadero y único capitalismo legítimo, aquel que se asienta en la digna visión de la libertad humana. Es alimentación al odio irracional de los anticapitalistas contra el capitalismo, siendo que es un reflejo de sus doctrinas estatistas e intervencionistas. Es un sistema en el cual no desaparecen todos los hombres de negocios, pero arbitrariamente se eligen a algunos para sobrevivir y a otros para ilegítimamente dejar morir: es decir, no triunfa el más talentoso y se quedan atrás aunque con plenas posibilidades de mejorar los menos talentosos, los holgazanes o vagos en base a méritos estrictamente empresariales; sino que se encumbran a los que favorecen la supervivencia y perpetuación en el poder de los burócratas y demás parásitos que viven a costa de lo generado por los trabajadores que producen.
El capitalismo es un sistema por el cual la producción aflora en cantidades impresionantes gracias a la ausencia de trabas en los procesos creativos y generadores de riqueza; mientras que el “capitalismo de amigos” ayuda al crecimiento de los fondos estatales, que no son propios de ni producidos por los burócratas (porque el gobierno no produce nada) precisamente triunfando sus selectivos beneficiarios por regulaciones y controles que afectan la competencia. Uno rechaza el intervencionismo estatal y puede favorecer a todos; otro no puede subsistir sin la simpatía y dominación del Estado y ocasiona verdaderos desastres.
Lo correcto es desenmascarar al “capitalismo de amigos” que intenta pasar por capitalismo para justificarse y prolongarse, y trabajar en aras del capitalismo laissez faire, el sistema donde los hombres se tratan los unos a los otros como comerciantes, y no hay funcionarios estatales otorgando dádivas o privilegios para hacer amistades monopólicas y para solidificar relaciones de amos y esclavos.

martes, 5 de julio de 2011

Joven liberal

Joven liberal

Joven liberal, o aspirante a serlo, ¡¡¡despierta!!! Es hora, siempre es hora, para comprometerte en luchar por la libertad. Necesitamos que asumas el protagonismo que te corresponde, manifiestes sin vergüenza tu filosofía y ejerzas los derechos que te son propios. La realidad impone y la razón indica que eres un individuo con valor en sí mismo, y que ningún colectivo imaginario o construcción de entidad social abstracta deben menguar las posibilidades que mereces por el solo hecho de existir.

Joven liberal, eres portador de una teoría con muchas razones que ya ha demostrado su fundamentación y justicia en la práctica. No solo que tu credo es justo y vale la pena esforzarte en ostentarlo; también funciona. Debes hacerte cargo de ti mismo, corregir cualquier dejo de esclavitud que pueda impurificar tu razonamiento, y desear ser libre. Tu revolución personal le enseñará a otros a saberse libres, a querer romper las cadenas que poco a poco han ido atrapando y menguando su realización personal, y los invitará a sumarse en la sagrada causa por la libertad. Será una auténtica revolución. No arrastrarás masas como cuerpos inútiles detentando demagogia con dosis de engaño y estafa. Respetarás la individualidad natural de cada persona que quiera aportar a este proyecto de brindar autodeterminación y plantear pelea intelectual y política contra los esclavizantes gobiernos que mantienen en la miseria a sus súbditos mientras ellos se dedican a nadar en opulencia ilegítima.

Imaginándonos que vivimos cada uno en un cubo, y este representa nuestra esfera de acción dentro de la cual ejercemos derechos, tus derechos terminan donde empiezan los derechos del otro, es decir, tu cubo termina donde empieza el cubo del otro. Tu cubo no puede inmiscuirse en otro cubo sin consentimiento, no puede chocarlo hasta romperlo e ingresar en su esfera de acción, porque el espacio legítimo para ti es el que te está delimitado en tu cubo; ni un centímetro más, ni un centímetro menos. Sí puedes relacionarte con otros cubos, por medio del contrato y los acuerdos celebrados con mutuo consentimiento, donde ambos abrirán sus puertas y permitirán acercamientos, relaciones y superposiciones. Pero eso es de carácter voluntario, no forzoso. Si imaginas, por otro lado, que vas en un camino recto, junto a los demás, tus derechos continúan coexistiendo a lo largo junto con los de los demás. Tu mantienes tu senda, los demás la suya. Hay espacio para todos en esa autopista, y nadie debe chocar al otro. De este modo, tus derechos seguirán existiendo sin verse ilegítimamente afectados y sin afectar a los derechos de los otros, como debe ser en una sociedad compuesta por la suma de sus miembros en la cual el principio de libertad permite la iniciativa individual, y el principio de igualdad concede trato ecuánime ante la ley. Un Estado mínimo donde hay oportunidades para ejercer derechos gozando de garantías, y defensas contra el menoscabo que los demás, tanto ciudadanos comunes como gobernantes, te busquen propinar.

¡¡¡Despierta!!! Los totalitarismos acechan para liquidar cualquier aspiración que tengas a vivir dignamente de la forma que quieras, del modo que elijas, en base a tus propias decisiones e iniciativas. Los sistemas que todo lo controlan en los cuales la libertad es solo aquello que hay que prohibir y por cualquier medio reprimir, se levantan por dos tipos de personas: los tiranos que creen fervientemente en ellos y se sostienen en el poder resguardados por los mecanismos que derraman sangre inocente y saquean fortunas ajenas; y sus apologistas, serviciales y ciegos seguidores que por más que la realidad los ha chocado de frente y han comprobado que sus hipótesis (que consideran en su totalidad axiomas) son erróneas y conducen a un asesinato masivo, continúan creyendo en una inexistente bondad que no se percibe ni por asomo. Pero ahora hablaremos principalmente de ti, joven liberal, de tu dedicación a la libertad: nunca formes parte de eso, ni de un tercer tipo de personas que de manera indirecta resulta tan nocivo como los anteriores: el de los indiferentes, resignados y desinteresados. La tiranía no puede contar con tu pasiva complicidad. Tu activismo en pos de la libertad es menester, antes de que un tirano pretenda aprovechar los espacios vacíos abandonados y se sirva, a través del robo y la confiscación, de tu vida y de lo que produces.

La libertad es tu credo. Y cuando un socialista, un comunista o en general un estatista te diga que están de acuerdo en la base de la filosofía, que en definitiva buscan lo mismo que es el “bienestar general” o el “bien común”, y que en lo que difieren son los medios, tu tienes que responder definitivamente que no es así. Porque concordar sería un grandísimo y gravísimo error. Tu quieres derechos legítimos para todos; él quiere restricciones para todos. Tu crees en derechos absolutos e inalienables que nadie te puede ilegítimamente afectar y que un ente público protector se encarga de que ello se cumpla; él cree en un ente público omnipotente que arbitrariamente te cede derechos para que tu los tomes por el tiempo en que el cedente quiera. Tu aprecias la libertad natural; él quiere condicionarla a la igualdad artificial. Tu eres un egoísta racional capaz de verte construyendo tu propio camino y dándole la misma oportunidad a los demás, ayudándolos en su cometido si es tu voluntad; él es un altruista dispuesto a hacer sacrificios y a sacrificarte a ti por los objetivos de otros. Puede hacerlo de manera consciente e intencionada o de manera inconsciente e inocente, pero buscará dominarte y someterte para que tengas que pedir permiso para hacer lo quieres, lo que te gusta, lo que te mantiene.

Es posible que te parezca un camino duro que emprendes, joven liberal, cuando fácilmente podrías recostarte y dejar que los demás dirijan tu vida y controlen aspectos engorrosos que crees que a la larga no entenderás o no te interesará manejar. Puede parecerte más exigente, más arduo y con mayores responsabilidades, pero es el único camino justo. Y es lo que debes elegir por tu bien de manera directa y por el bien de los demás de manera indirecta. Porque si al final te convences de que la comodidad de la esclavitud es preferente a la responsabilidad de la libertad, eso puede no ser así para una inmensa cantidad de individuos que no merecen restricciones; y tu irreflexión en la vida, en las urnas y en los trabajos puede afectarles su libertad y su deseo de ser ellos mismos quienes agarren las riendas de su propia felicidad. Por eso si te desvirtúas apoyando sistemas que sabes van a afectar la libertad que rechazas pero que los demás quieren, te transformas en un coherente con tu vagancia o desidia pero en un cómplice de la tiranía que oprime a tus compañeros. Joven liberal, haz lo que debes hacer: opta por la libertad; siempre es mejor.

Joven liberal: estudiando y trabajando, pensando y actuando, con miras a tu objetivo, lograrás ser protagonista de la revolución que restaurará la amada libertad al lugar que corresponde, reconociéndola como un absoluto esencial de las personas, protegida bajo el imperio de la justicia. Acotarás a los gobiernos expropiadores y saqueadores malacostumbrados, y reducirás al ente estatal recuperando el terreno perdido de la privacidad. Recuerda que eres un fin en ti mismo, y no un medio para el cumplimiento de los fines de otros. Pon el Estado a tu servicio, y no tu servicio al Estado. Sé libre, nunca esclavo. El Estado se creó para servir a los hombres, no para que estos se transformaran en sus siervos.

Ezequiel Eiben
17/05/2011

jueves, 9 de junio de 2011

Los palestinos lo planearon con anticipación

Los palestinos lo planearon con anticipación

El plan preconcebido
Los palestinos lo planearon con anticipación. No fue una idea revolucionaria que de repente afloró en la mente de los dirigentes; no fue una reacción contra la supuesta falta de predisposición israelí a proseguir con las tratativas de paz; no es el grito del hartazgo que insinúa el Primer Ministro de la Autoridad Palestina Salam Fayyad tras el predecible fracaso de la reinauguración en 2010 de las conversaciones que se habían interrumpido por la Operación Plomo Fundido. El futuro Estado palestino nacido de una declaración unilateral es un plan preconcebido por la Autoridad Palestina que irremediablemente iba a ser puesto en marcha, sin importar los progresos realistas que pudieran constatarse en mesas de negociación y conferencias internacionales con participación conjunta de Israel.
2010 no fue el año en que la estrategia se urdió. En ese año empezó la campaña de una manera más ruidosa por parte de los palestinos para la obtención de un Estado sin tener que negociar con Israel. Entre los primeros en manifestar su agrado ante la iniciativa, que excluía a quien debía ser el socio en un acuerdo serio, estuvieron naciones latinoamericanas. Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Cuba y Chile, se sumaron a Venezuela y Nicaragua, prestando su reconocimiento al Estado palestino, sin que la creación de este surgiera de un acuerdo negociado. Un episodio tan lamentable como vergonzoso, que no podía más que reforzar la intransigencia palestina en sus posiciones respecto del conflicto con Israel. Los líderes de las naciones latinoamericanas alegaban en sus discursos que sus medidas favorecían a la paz y aceleraban su llegada, pero no solo constituían una contradicción con el principio de un tratado de paz con participación de todas las partes en cuestión precedentemente defendido en otras alocuciones, sino dar la espalda a Israel, el verdadero agredido en esta contienda y el que pagaba el precio del abandono latinoamericano a la justicia de su causa.

Mala memoria de los medios de comunicación

La cobertura mediática se encargó de enmarcar esta determinación palestina en un contexto de frustración ante la negativa israelí a un nuevo congelamiento en la construcción de asentamientos en Judea y Samaria (sin dar mucho crédito al histórico congelamiento que sí se llevó a cabo por parte del predispuesto Israel); un supuesto “extremismo” del Primer Ministro de Israel Biniamin Netanyahu de querer boicotear cualquier esfuerzo de paz a través de sus políticas; y por supuesto a la gran y taquillera mentira, asquerosa a más no poder por cierto, del apartheid israelí que ahoga cualquier esperanza palestina de lograr la independencia y soberanía. Grosso error, ya que la idea de la declaración unilateral del Estado palestino precede a la exigencia palestina del congelamiento de la construcción de asentamientos con anuencia para esto último de Estados Unidos; el Primer Ministro de Israel reiteró una y otra vez en sus discursos su disposición a negociar con los palestinos sin condiciones previas y a intentar lograr un acuerdo histórico para la región; y el apartheid no existe más que en la torpe y malintencionada mentalidad de periodistas, burócratas y militantes judeofóbicos. Paradójicamente, muchos de los medios que atribuían la iniciativa intransigente palestina de 2010 a la culpa de Israel por no encaminar el proceso de paz, habían publicado en sus propios diarios, revistas y webs el mismo plan palestino ¡en el 2009! ¿Debería sorprender esta incapacidad de muchos medios masivos de comunicación de buscar en sus propios archivos de noticias, editoriales y opiniones para ver lo que publicaron con anterioridad? ¿Debería sorprender su inhabilidad para aunque sea googlear en sus propias páginas digitales a los fines de rastrear informes pasados? Para quienes han estudiado la judeofobia y sus diversas manifestaciones, la respuesta a ambas preguntas es un sencillo “no”. A la hora de criticar destructivamente a Israel, de reducirlo a la noción de ente corrupto y culpable de todas las desgracias del mundo (y recién después de eso, de la desgracia particular de los palestinos), la ceguera es total, la sangre hirviendo reservada exclusivamente para las ocasiones en que el Estado Judío mueve un pelo explota (sin importar que el cuerpo de civiles israelíes explote por atentados terroristas palestinos) y el fundamentalismo antiisraelí se convierte en una consigna de imposición obligatoria. Por eso, no sorprende para nada que se obvien detalles tan “simples”, “tontos” si se quiere, como la premeditación palestina con varios meses de anticipación. Lo mismo ocurrió en la Segunda Intifada: varios medios propagandísticos vieron en Ariel Sharon y su visita al Monte del Templo en el 2000 la causa original de la violencia; no importó que la Autoridad Palestina había anunciado días antes que iba a lanzar una oleada de ataques sanguinarios contra Israel. Será que los medios de comunicación tienen mala memoria.

Una sencilla búsqueda

Utilizando la maravillosa herramienta que es Google (es decir, un buscador popular al alcance de cualquier usuario de internet), se pueden hallar noticias respecto del plan palestino, sin necesidad de mucho esfuerzo (tomarse el trabajo de investigar libros, revolver bibliotecas, consultar papers y demás métodos de intelectuales a los que no recurren los representantes de la vagancia judeofóbica por ser la acusación automática contra Israel la opción más simple y rápida). Con esto para nada se pretende minimizar la información circulante en la red (por el contrario, se festeja su amplia disponibilidad), ni la tarea de quienes investigan por internet (de hecho, yo lo hago constantemente), sino que se pretende subrayar la sencillez con la que pueden hallarse los rastros del proyecto palestino del Estado declarado de manera unilateral. Crítica Digital publicó el 25 de agosto de 2009: “El gobierno autónomo palestino planea crear un Estado de facto en los próximos dos años ante el repetido fracaso de las negociaciones con Israel, según anunció este martes el primer ministro palestino, Salam Fayyad. (…) Sostuvo que fueron estériles los 16 años que siguieron a los acuerdos de Oslo, entre Israel y la Organización para la Liberación Palestina (OLP), y que por eso los palestinos ahora decidieron tomar el control de su futuro. "El gobierno palestino lucha con determinación contra un régimen de ocupación hostil (...) con el fin de establecer un estado de facto dentro de los próximos dos años", manifestó en conferencia de prensa en Ramallah, Cisjordania, y llamó a los palestinos -divididos desde que Hamas conquistó la Franja de Gaza, el territorio más pequeño de los dos del proyectado Estado- a cerrar filas tras el plan. El proyecto incluiría la conjunción de las fuerzas de seguridad y el desarrollo de una economía próspera y sustentable. (…) "Decidimos ser activos, acelerar el fin de la ocupación israelí trabajando duro para construir hechos positivos en el terreno, haciendo surgir nuestro Estado como un hecho que no pueda ser ignorado. Esta es nuestra agenda, que seguiremos con determinación", subrayó Fayyad” (1). El medio digital Público.es apuntó el mismo día: “El primer ministro palestino, Salam Fayyad, presentó hoy un plan para crear un estado palestino en 2011, aunque éste tenga que ser declarado de forma unilateral y no sea resultado de negociaciones de paz con Israel. "Tenemos que tomar la iniciativa. Sabemos lo que tenemos que hacer y debemos ser capaces de crear nuestro Estado porque Israel nunca tomará la iniciativa por nosotros", dijo Fayyad en una rueda de prensa en la ciudad cisjordana de Ramallah. Los palestinos tendrán que "trabajar duro para lograr este sueño" y "conseguir todo el apoyo posible" tanto local, como regional e internacional, añadió. "Nuestro proyecto nacional es un proyecto de liberación", dijo Fayyad, que señaló que los palestinos "no necesitan esperar a una postura israelí al respecto" puesto que "ellos son la potencia ocupante". Para el primer ministro palestino, los pasos a seguir en este momento son tomar la iniciativa, elegir el mejor momento y, mientras tanto, crear "hechos sobre el terreno" que faciliten el nacimiento del Estado palestino. "Tenemos que dedicar los próximos dos años a construir un Estado" (…)” (2). Esta misma noticia difundida por EFE se puede leer en La Vanguardia, donde también figura, al igual que en el anterior medio digital mencionado, lo siguiente: “El documento presentado por Fayyad hace énfasis en la necesidad del desarrollo económico de los territorios palestinos y presenta propuestas como la construcción y mejora de infraestructuras, incluida la creación de un aeropuerto en Cisjordania que cumpla con los estándares internacionales. "Necesitamos mucho dinero para inversión y desarrollo y trabajaremos para conseguirlo", dijo Fayyad” (3). Por su parte, también ese 25 de agosto, el Corresponsal Israel Palestina escribió: ““Palestina, fin de la conquista y fundación del estado”. Ese es el titular de un documento de sesenta páginas presentado este martes en Ramallah por el Primer Ministro del Gobierno Autónomo Palestino, Salam Fayyad y en el cual describe el plan de trabajo para los próximos dos años. El documento está destinado a preparar el terreno para la creación de facto de un Estado, aún si no concluye la conquista israelí en la Ribera Occidental para entonces. En el mismo se establecen los objetivos nacionales y los principios políticos del nuevo Estado y se sientan las bases para la creación de las dependencias de gobierno, la bolsa de valores, una economía libre, el sistema educacional, un aeropuerto internacional en el valle del Río Jordán y mucho más” (4). Nadie puede argumentar que no estaba informado de la intención palestina, ni mucho menos atribuirla a los sucesos transcurridos durante 2010.

Campaña de traición, aliados y adherentes

La campaña de flagrante traición de la Autoridad Palestina a Israel (que se suma a una lista mucho más poblada de decepciones e incumplimientos de lo pactado con el Estado Judío), apunta a obtener legitimidad de los gobiernos de distintos países para una virtual declaración unilateral del Estado palestino, así en septiembre de 2011 en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, éste sea reconocido internacionalmente por el organismo que nuclea a los líderes mundiales; todo llevado adelante bajo su creencia de que el aval de la ONU (que siempre se muestra dispuesta a perjudicar a Israel) sea irreversible para el Estado Judío. La propia ONU también se manifestó sobre el tema, y al respecto escribió Rubén Kaplan en Guysen Internacional News: “Corroborando la tradicional posición favorable de la ONU a los intereses árabes y contraria a los israelíes, Robert H. Serry, el diplomático holandés, nacido en 1950 en Calcuta, que ostenta el cargo de Coordinador Especial para el Proceso de Paz en Medio Oriente y Representante Personal ante la Organización de Liberación de Palestina y la Autoridad Nacional Palestina, anunció el martes 26 de octubre que el Consejo de Seguridad del organismo internacional podría apoyar la creación unilateral de un Estado palestino en 2011, si Israel no renueva el congelamiento de viviendas en los asentamientos, expirado el 26 de septiembre luego que la moratoria por 10 meses concedida por Israel, no lograra progresos significativos en las negociaciones directas de paz mantenidas entre las partes” (5). Es decir, el organismo internacional según un alto funcionario oficial, estaría dispuesto a aceptar la propuesta palestina y someter a Israel a las desagradables consecuencias que la errónea determinación podría traer aparejadas.
La Unión Europea cae en el mismo juego que algunos de los latinoamericanos y la ONU, y con la ilusa aspiración de que el apoyo de las naciones a la declaración unilateral contribuirá a acelerar la paz, presta su consentimiento al proceder palestino. La campaña de traición ha logrado cosechar aliados y va por más adherentes. Tomemos por caso España, cuya notable tradición histórica de judeofobia galopante se sigue manteniendo fielmente en algunas ideas de la sociedad en general, y con especial ahínco en la política. El 21 de diciembre de 2010, Aurora informó: “La ministra de Asuntos Exteriores española, Trinidad Jiménez, reafirmó el compromiso de España con la constitución del Estado palestino como fórmula para lograr una "paz global, sostenible y duradera" en Oriente Medio. Jiménez trasladó este mensaje a su homólogo palestino, Riad Al Malki, en la reunión celebrada en Madrid para reforzar la cooperación entre el Gobierno español y la Autoridad Palestina, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores de España. (…) De hecho, la nota de Jiménez implica que España no reconocerá, por ahora, al Estado palestino como exige la AP; pero garantizó que va a seguir cooperando con las autoridades palestinas para que su estado sea "viable" en áreas como el fortalecimiento de sus instituciones, la gestión de los recursos, la situación de los refugiados o la educación” (6). A esto se le agregaba algo que podía generar suspicacias: “el Ministerio español de Exteriores acordó el pasado mes de septiembre elevar el estatuto de la representación palestina en España al grado de misión diplomática, cuyo responsable tiene tratamiento de embajador” (7). Al representante palestino se le asignaba el trato de embajador, como si trabajara para un Estado, en vez de una entidad menor como la AP; pero hasta ahí, España no prestaba su reconocimiento. El 15 de enero de 2011, se agregó: “Israel ha recibido garantías del Gobierno de España de que no apoyará una declaración del Estado palestino este año si no es fruto de la negociación entre las dos partes en conflicto en Oriente Medio. El embajador israelí en España, Raphael Schutz, afirmó que ésta es la postura que le ha trasladado el Ejecutivo español después de que la Autoridad Palestina (AP) haya dado por hecho que su Estado será reconocido por España en 2011, aunque sea sin consenso de Israel y la Unión Europea (UE). Por las conversaciones mantenidas con el Ministerio español de Exteriores, Schutz sostiene que España sigue compartiendo la tesis del Estado judío de que la solución de los dos Estados debe salir de la mesa de diálogo, y no de una medida unilateral. "La posición de España -explicó- no ha cambiado, en el sentido de que apoya la idea de los dos estados, como Israel, pero también retomar las negociaciones directas y que la solución debería conseguirse a través de esta negociación, y no de la imposición"” (8). La postura oficial del ejecutivo español fue comunicada al embajador israelí, en refuerzo de la posición antes explicada. Tan solo 4 meses después, el 31 de mayo, la nueva comunicación sobre el parecer español resultó escandalosa, y más aún dado que este se hizo público en un marco de reconciliación de la AP con organizaciones terroristas asesinas de israelíes: “La Autoridad Palestina anunció que España reconocerá, antes de septiembre, al Estado palestino en base a las fronteras del 1967. Un diplomático español le dijo al negociador palestino Nabil Shaat que Madrid apoyará el ingreso del Estado palestino en las Naciones Unidas. Shaath realizó el anuncio tras dialogar en Ramallah con el cónsul general de España, Alfonso Portabales. Una fuente palestina señaló que Portabales, le confirmó a Shaath que el Gobierno español - que acaba de ser humillado en las elecciones municipales- apoyará la moción palestina en la ONU. Mientras tanto, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas se reunió en El Cairo, bajo el patrocinio de las autoridades egipcias con Ramadan Sallah, secretario general de la organización terrorista palestina Jihad Islámica y su lugarteniente, Ziad Nakleh. El encuentro entre los líderes palestinos tuvo como objetivo la consolidación de la reconciliación nacional, dijo una fuente de la Autoridad Palestina. Ambas partes discutieron la represión de los operativos de la Jihad Islámica y sus simpatizantes en la Cisjordania. La Jihad Islámica ha condenado la continua represión contra su grupo e instó a la Autoridad Palestina a liberar a todos sus miembros” (9). Fuera solo por su siempre presente simpatía a la causa palestina, o también por la necesidad extra de contentar a varios españoles en política internacional para contrarrestar la humillación del gobierno en elecciones municipales, España cambió su postura a pocos meses de la cita mundial en la ONU, sumándose al conjunto de países que buscan ahorcar a Israel, ponerlo contra las cuerdas, y restringir su espacio para maniobrar mientras el escaso tiempo de cara a septiembre le juega una mala pasada. Ya el 21 de abril, el Presidente de la AP Mahmoud Abbas había continuado con sus repetidas amenazas contra Israel, y mientras algunos respaldaron sus afirmaciones, otros las desmintieron: “Abbas manifestó que “la Autoridad Palestina cuenta con la visión del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, quien dijo que quería ver un Estado palestino establecido en septiembre, tal como lo determinó el Cuarteto de Paz para Oriente Medio”. “Más de 130 países están dispuestos a reconocer al Estado palestino dentro de las fronteras de 1967”, dijo Abbas, quien remarcó que naciones que antes no habrían reconocido al Estado palestino tales como el Reino Unido y Francia, ahora lo harán. Abbas realizó estas manifestaciones en su gira por Túnez, desde donde partió rumbo a Francia para reunirse con el presidente Nicolás Sarkozy. Mientras tanto, diplomáticos norteamericanos y europeos advirtieron a Israel que si las conversaciones no se renuevan, reconocerían formalmente al Estado palestino, según un reporte del periódico Los Angeles Times. El Cuarteto, conformado por Estados Unidos, la Unión Europea, las Naciones Unidas y Rusia, debería haberse reunido la semana pasada con el objetivo de discutir una iniciativa del Reino Unido, Francia y Alemania para reiniciar las negociaciones y proponer el esbozo de un acuerdo final. Existe una creciente presión sobre el Primer Ministro Biniamin Netanyahu para que revele una iniciativa de paz o se arriesgue al apoyo formal del Cuarteto a un apoyo a la declaración unilateral palestina de un Estado sobre las fronteras de 1967. Se trata de una posibilidad que ha sido insinuada por el enviado especial del Cuarteto, el ex Primer Ministro británico Tony Blair. Sin embargo, Estados Unidos rechazó los esfuerzos palestinos para obtener en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el reconocimiento unilateral para su Estado en septiembre. “No creemos que esa sea una buena idea, no creemos que eso ayude”, señaló el vocero del Departamento de Estado, Mark Toner, en un comunicado” (10). Mientras ciertos políticos entienden que el Estado palestino debe ser el resultado de una negociación con la parte que nada más ni nada menos debe facilitar el territorio donde este se erigirá, otros políticos de no poca influencia dan rienda suelta a su imaginación y conciben a un Medio Oriente pacífico arrodillándose ante las exigencias de quienes orgullosamente exhiben su prontuario terrorista. Los que antaño lastimaron a Israel y clamaron por la sangre de todo el pueblo judío, y que en la actualidad no son lo suficientemente claros en afirmar si quieren o no vivir en paz en un Estado vecino, reciben los favores de inteligentes puestos al servicio del mal y de descerebrados sumados a propaganda antiisraelí.

La infame reconciliación

Se husmeaba, se olía, se sospechaba, una posible reconciliación entre las dos facciones de gobierno palestinas: Fatah perteneciente a la Autoridad Palestina en Ramallah, y Hamas en la Franja de Gaza. La AP ha tenido vaivenes en sus negociaciones con Israel (y dentro suyo elementos radicales, también en épocas de negociación, no cesan de pedir por el quiebre de las relaciones para retomar la lucha armada, mediática y diplomática en toda su extensión contra el Estado Judío); Hamas nunca ha renunciado a su voluntad de destruir a Israel, y en reiteradas ocasiones sus funcionarios reafirman en público ese compromiso inquebrantable. ¿Cómo es posible que un supuesto socio para la paz como la AP decidiera armar un gobierno de unidad nacional con Hamas? ¿Será que eso es la prueba irrefutable de que la AP no es socio para la paz, no le interesa reconocer a Israel y por el contrario no pierde la esperanza en derrotarlo y destruirlo? La cuestión es que el acuerdo llegó y las dos facciones se reconciliaron (tras violentos enfrentamientos que los dividieron en el pasado, incluyendo golpe de Estado de Hamas contra Fatah en Gaza, desplazamiento de los miembros de Fatah fuera de la franja, y varios muertos de este último grupo a mano de integrantes de Hamas, que se suman a aproximadamente 200 palestinos que perdieron su vida debido al enfrentamiento). El 27 de marzo de 2011, se informó: “Crecen las voces que llaman a la unidad entre Fatah y Hamas. Un día después que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, declarara su disposición a llegar hasta la Franja de Gaza para promover el establecimiento de un gobierno de unidad (entre Hamas y Fatah), manifestantes llamaron, en la Franja, al fin de la división. Al mismo tiempo, Israel activa la presión contraria. En Jerusalén comenzaron los contactos frente al gobierno norteamericano y países centrales de la Unión Europea a fin de obligar a Abbas a no conformar un gobierno de unidad con Hamas en vista a las elecciones en Cisjordania y Gaza. El Primer Ministro, Biniamin Netanyahu, dijo ayer en una entrevista a la red CNN que se opone, de manera terminante, a la propuesta de Abbas de unidad palestina y aclaró que, esa medida, no permitirá avanzar en el proceso de paz. “Ahora hablan de unidad nacional con Hamas, que pide nuestra eliminación” dijo Netanyahu a la CNN. “¿Cómo es posible estar a favor de la paz con Israel y, también, a favor de la paz con Hamas que nos quiere eliminar? ¿Puede usted imaginar un acuerdo de paz con Al Qaeda? Por supuesto que no”. (…) El llamado de Abbas a la unidad, de hecho, llega como respuesta a las manifestaciones organizadas por los jóvenes palestinos en Cisjordania y Gaza pidiendo la conciliación entre Hamas y Fatah” (11).
El acuerdo fue firmado el 4 de mayo, y las reacciones fueron más leves de lo que podía esperarse: “EE.UU. no tratará con un gobierno palestino que incluya a Hamas a menos que el grupo fundamentalista islámico cambie sus posiciones, declaró la secretaria de Estado Hillary Clinton. Tras el acuerdo de unidad firmado por Hamas y Fatah el miércoles, Clinton manifestó que Hamas debe adoptar los principios del Cuarteto de Paz para Oriente Medio (EEUU, UE, ONU y Rusia) de reconocer el derecho de existencia de Israel, renunciar a la violencia y respetar los tratados previamente firmados por los palestinos” (12). Evidentemente, la lección no se aprendió, y cuando esto sucede, la historia puede repetirse. Luego de la retirada unilateral de Israel de la Franja de Gaza en 2005 bajo el gobierno de Ariel Sharon, Estados Unidos comenzó un proceso de presión constante al Estado Judío para que hubiese amplia participación de postulantes palestinos en las elecciones a llevarse a cabo para elegir los gobernantes del lugar. George Bush y Condolezza Rice lo exigieron de manera implacable, y a Hamas (que nunca se podría haber pensado sinceramente que renunciaría a sus principios políticos axiomáticos de destruir a Israel para encausarse en un romántico período de transformación destinado a reconocer al Estado Judío y quererlo como vecino para vivir en paz), se le permitió postularse. Hamas ganó. Según Khaled Abu Toameh, periodista palestino, porque la AP había demostrado ser tan corrupta que cualquier novedad que ofreciera Hamas sería bien recibida (13). Según mi parecer, además de cualquier modificación que pudiese prometer, Hamas ganó porque los palestinos de Gaza en su mayoría quieren la destrucción de Israel y es innegable que son educados para convertirse en terroristas promotores de una guerra santa en vez de futuros sostenedores de un tratado de paz histórico. Por supuesto, Hamas se dedicó al terrorismo todos y cada uno de sus días de gobierno en Gaza hasta la actualidad. Asesinó israelíes y clamó por el fin del Estado de Israel. Hoy en día, que Hamas se reconcilia con la AP, Hillary Clinton como representante de Estados Unidos encabeza una tibia reacción, y apenas le exige al grupo terrorista que reconozca los principios del Cuarteto. Es sabido que Hamas no reconoció lo que le exigieron en el pasado, y es sabido que no lo hará ahora. Pero en vez de fulminar en críticas al revelador acuerdo palestino de las intenciones de Fatah de intentar hasta lo último la destrucción de Israel, apenas se le exige a Hamas un cambio de actitud para recibirlo como otro socio más para la paz. Que poca capacidad para aprender lecciones históricas, que poca memoria sobre lo que pasó hace apenas 4, 5, y 6 años.

Los motivos de la unión

¿Qué es lo que persiguen concretamente los gobiernos palestinos con esta movida? Pueden ser varios motivos. Los tres de mayor peso se enunciarán a continuación. Primero, en el marco de la campaña palestina en búsqueda de legitimación internacional para que sea aceptada la declaración unilateral de su Estado, se quieren mostrar unificados en un proyecto nacional común. Piensan que el mundo no les brindará legitimación si entre ellos mismos se encuentran divididos, y no son capaces de forjar una administración palestina central. El Estado palestino en Judea y Samaria y en la Franja de Gaza, para ser uno, debe tener un solo gobierno soberano, y no facciones enemistadas o guerreando entre ellas. Por eso, el acuerdo apunta a paliar las diferencias territoriales y políticas en un gobierno de unidad nacional para dar una imagen de reconciliación y comunidad capaces de llevar adelante un único proyecto de país. Que el acuerdo se romperá inmediatamente luego de ser logrado el reconocimiento internacional, es muy probable. Las partes volverán a sus posicionamientos políticos internos tradicionales, y las luchas de ego por el heroísmo histórico y de gobiernos por la centralidad y totalidad del control estatal estarán a la orden del día. La infame reconciliación llegará así a su fin y la naturaleza agresiva de ambos grupos volverá a predominar para disputarse el gobierno del Estado palestino. Total, Hamas ya sabe que no es demasiado presionado para abandonar sus principios y puede seguir siendo un ente terrorista a la par que gobierna, sin dejar de lado su aspiración de destruir a Israel; y la AP también puede beneficiarse con la obtención del reconocimiento al Estado sin que un acuerdo de paz con Israel la ligue y la limite a otros intereses, y proseguir sus campañas de deslegitimación y odio para en un futuro, asentada ya en una importante plataforma mundialmente aceptada, lanzarse a proferir mayores reclamos para obtener mayores desmembraciones territoriales de Israel los cuales vienen adosadas con mentiras históricas y culturales espantosas que separan a los judíos de su patria milenaria y su patrimonio histórico. La fragilidad del acuerdo palestino puede constatarse comprobando las intenciones de ciertos miembros de Hamas que no apoyaban la reconciliación; a su parecer, a Hamas le convenía consolidarse más que nunca como gobernante solitario rechazando cualquier pedido de la AP, ya que la revolución en Egipto venía demostrando que la Hermandad Musulmana (organización de la que Hamas procede) se postulaba como el grupo con más posibilidades para acceder al gobierno. De este modo, con Egipto (Estado soberano) gobernado por el fundamentalismo islámico del tenor de Hamas, el posicionamiento de los terroristas gazanos se fortalecería, Egipto no suavizaría sino directamente abriría las fronteras para dar rienda suelta al paso de armamento para Hamas, y la organización se equiparía mejor que antes, contando además con el apoyo militar de un Estado poderoso en el mundo musulmán y dispuesto a romper su tratado de paz con Israel. En este contexto, Hamas podría prescindir perfectamente del apoyo político de la AP, y engrosados su arsenal y representación en el mundo islámico, dedicarse a desplazarla definitivamente del plano internacional y local. Por lo visto, primó la posición de los interesados en aliarse a la AP en vistas a la futura declaración unilateral. Dentro del primer motivo de la reconciliación se posiciona Barry Rubin: “De repente, tras años de continuos fracasos, Fatah y Hamas - lo que quiere decir la Autoridad Palestina (AP) y Hamas - han firmado un detallado acuerdo de reconciliación. ¿Por qué justo ahora? El acuerdo ha sido preparado para la ONU, para poder decir allí que la Autoridad Palestina es el único representante legítimo de los palestinos. Para poder decir en las Naciones Unidas que ahora gobierna tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza, Al Fatah (AP), ha hecho enormes concesiones que antes se negaba a hacer. Por supuesto que el acuerdo se romperá. Probablemente, después de que la AP reciba un amplio apoyo para ser un país independiente, entre finales de este año y antes de las elecciones palestinas proyectadas para 2012. ¿Por qué Hamas se une a esto? Porque el acuerdo le otorga un montón de ventajas, incluida la promesa de elecciones para dentro de un año. Hamas ganó las últimas elecciones y, posiblemente, confía que va a ganar otra vez - especialmente cuando mira el triunfo electoral de Hezbollah en el Líbano y el probable éxito de los Hermanos Musulmanes en Egipto, dentro de poco. Pero también hay otra razón. Hamas está, probablemente, muy contento con la idea de que muchos países - y quizás la ONU - reconozcan un Estado palestino independiente sin condiciones. En otras palabras, habrá un amplio e internacional reconocimiento de Palestina sin necesidad de hacer la paz con Israel. No será preciso hacer concesiones. Los palestinos tendrán todo y no renunciarán a nada. Ellos no se consideran obligados, en modo alguno, a los cambios de fronteras o a las garantías de seguridad. La lucha por borrar a Israel del mapa puede continuar. Es el sueño de Hamas hecho realidad” (14). El segundo motivo, que si bien está en cierta medida incluido dentro del primero merece ser considerado en apartado especial por la fuerza argumental y por los cambios trascendentales que implicaría de hacerse oficialmente de público conocimiento, tiene que ver estrictamente con la voluntad y posición de la AP respecto del conflicto con Israel. Mahmoud Abbas ha demostrado muchas señales de que le cuesta, no se decide, o finalmente no desea firmar un acuerdo de paz con Israel. Sus exigencias son siempre maximalistas, sus agresiones políticas una constante, sus rechazos a negociar figurita repetida, y las demonizaciones de Israel bajo su mandato continúan con la adrenalina que solamente puede generar la más conspicua judeofobia. El acuerdo con Hamas podría llegar a ser una sincera señal reveladora de la verdadera intención de Abbas escondida bajo la fachada vendida a Occidente de dirigente moderado que lucha por la libertad de su pueblo, de que lo que busca es la obliteración de Israel, aunque eso implique aliarse a acérrimos rivales políticos. Con la declaración del Estado palestino obtenida, la guerra palestina dirigida por el gobierno unificado contra Israel pasaría a ser de Estado soberano a Estado soberano (ya no de entidades terroristas contra un Estado), y de sobra tendría excusas para exponer a Israel como el agresor y a los palestinos como los agredidos (cruel inversión que la ONU acepta a pesar de su evidente falsedad). La judeofobia imperante en la ONU no tendría problemas en hacer la vista gorda una vez más a la agresión palestina, considerar a Israel como el culpable de iniciar la contienda bélica, condenar a Israel mediante la Asamblea General y contribuir a su aislamiento internacional por medio de sanciones del tendencioso Consejo de Derechos Humanos. El abandono israelí quedaría concretado, la posición palestina apoyada y un paso más en la incesante labor por expurgar al Medio Oriente de la presencia judía sería dado. Para esto, La AP tendría en cuenta que por atacar a Israel abandonando el proceso de paz dejaría de recibir donaciones y colaboración de Estados Unidos, que se posicionaría del lado israelí; pero tendría buenas razones para pensar que sus afluentes europeos no decaerían, ya que así como financiaron a la OLP de Arafat en el pasado cuando el terrorismo que promovía era palpable en todos lados, y han continuado financiando a Abbas a pesar de sus negativas a encaminarse al proceso de paz renunciando definitivamente a la opción de la lucha armada (terrorista) contra Israel, la contribución a la interminable causa palestina proseguiría inmutable. Además, por su unión con Hamas, Abbas se vería más directamente beneficiado con el patrocinio del Estado terrorista de Irán, que ya colabora estrechamente con Hamas, y los ingresos económicos y armamentísticos para la Jihad contra el sionismo serían espectaculares. El tercer motivo de la alianza tiene que ver con posturas más pragmáticas que ideológicas, y luce con menos posibilidades de ser realmente determinante si bien algo de peso hay por el contexto regional: ante la oleada revolucionaria en el mundo islámico, que ha derrocado gobiernos o los ha puesto en jaque, puede que los representantes de Hamas y Fatah, ferozmente corruptos, hayan sentido el miedo de que los vientos del despertar oriental los golpeasen en la cara. Tomando parte de la argumentación de Khaled Abu Toameh sobre la corrupción de la AP, los palestinos bajo su gobierno podrían absorber las modalidades empleadas por los demás pueblos árabes y empezar a revelarse en Judea y Samaria. La AP tuvo en cuenta esto por lo que emprendió apuradas reformas destinadas a permitir mayores beneficios civiles y sociales a los palestinos bajo su cargo. Por su parte, los gazanos, tras años de Hamas en el poder, ya podrían haberse dado cuenta de la propia corrupción de su gobierno, y emprender similar camino revolucionario en su contra. Puede sonar contradictorio afirmar primero que los palestinos de Gaza concuerdan con Hamas y después decir que planean revoluciones para voltearlo; para evitar caer en eso, habría que barajar la posibilidad de que los gobernados concuerdan en su política externa judeofóbica pero que no toleran su represión civil y social interna. Por todo esto, tal vez para enviar un mensaje de unidad en la lucha por puros beneficios y libertades para los palestinos, los gobiernos hayan decidido unirse. Así pueden aunar esfuerzos en su control y sometimiento (aunque levemente alivianado) de toda la población palestina, y vender la imagen de que estando juntos y en relación de amistad uno con el otro, el verdadero enemigo que causa la real opresión es Israel, y no ellos mismos en sus respectivos territorios gobernados.
Siguiendo con el argumento de que el plan palestino ya venía desarrollándose antes de 2010 y 2011, acá hay otra noticia publicada en 2009, el 30 de septiembre, para que nadie pueda decir que los palestinos no avisaron de sus intenciones, o que a varios decepcionados los tomaron por sorpresa. Sobre el posible acuerdo de Fatah con Hamas, ahora sabemos que encaminado a facilitar la vía hacia la declaración unilateral del Estado palestino, precisó Michael Bloch en Guysen Internacional News: “El exiliado líder político de Hamás, Jaled Mashaal, anunció este lunes 28 de septiembre que el movimiento palestino había acordado, en principio, llegar a una reconciliación con su rival Fatah. Las dos organizaciones compiten por el poder desde que el Hamas se apoderó de la mayoría de los escaños tras las elecciones parlamentarias de enero del 2006. Entonces, la comunidad internacional terminó rechazando el resultado de las elecciones y suspendió su ayuda financiera a la Autoridad Palestina para así ejercer presión sobre el Hamas. Los occidentales querían obligar a la organización terrorista a reconocer a Israel y renunciar a la lucha armada. Acorralado, la organización terrorista se sentía especialmente comprometida a firmar un acuerdo con su rival, el Fatah. El acuerdo, llamado "La Meca", preveía el establecimiento de un gobierno de unidad nacional y el reconocimiento por parte del Hamas de los acuerdos previamente firmados por la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), que reconoció formalmente al Estado Judío. Pero este pacto se ha roto, por parte del Hamas, en junio del 2007. El grupo terrorista lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza contra Al Fatah, para terminar controlando todo el territorio” (15). La reconciliación se venía sopesando por parte de las dos facciones palestinas, y ante nuevas eventualidades políticas tanto en el plano local como internacional, los implicados reevaluaban sus opciones, posibilidades, conveniencias y viabilidad del pacto. Pero lo fundamental, es que la idea central de reconciliación existía, y con mucha más fuerza que la idea de paz con Israel por el lado de la AP.

El papel egipcio

Egipto, país que hasta el día de hoy mantiene un acuerdo de paz con Israel (aunque no se sabe si por mucho tiempo más ya que aspirantes a gobernar radicales y grandes cantidades de población han manifestado su reproche al anterior gobierno de Hosni Mubarak por mantenerlo y enseñan su deseo de quebrarlo), ha tenido en este tiempo un papel para nada despreciable en la vinculación de los palestinos y su programación a futuro sobre Israel. El 19 de agosto de 2009, Aurora publicó lo siguiente: “Egipto pedirá a los Estados Unidos imponer un límite de tiempo de dos años al proceso de paz israelí-palestino. (…) Mubarak rechazó en Washington la idea de un estado palestino temporario. "Debemos movernos hacia un estatus de solución final", dijo el mandatario egipcio. "Podemos alcanzar una solución, porque los países árabes quieren la paz y una vida mejor, y el pueblo israelí también quiere estabilidad en sus vidas", aseguró Mubarak” (16). Egipto también se había sumado públicamente a la movida palestina de no posponer la declaración del Estado más allá de 2011. Bajo el lema poco creíble (proviniendo de labios de un mandatario que por décadas enteras demostró ser un tirano) de que los árabes querían la paz con Israel, apoyó a su manera fijar el tiempo límite de 2011 para el proceso de paz. Es cierto que Mubarak no se refirió a un Estado palestino unilateralmente declarado, ni a excluir a Israel en las decisiones a tomar, sino que habló sobre el proceso de paz que involucraba tanto a israelíes como palestinos. Pero el insinuar que su país se sumaría a la propuesta de fijar 2011 como barrera infranqueable para llegar a un acuerdo, no solo ponía en aprietos a Israel (que necesitaba el tiempo suficiente para evaluar y firmar un acuerdo serio, en vez de precipitarse en su accionar o firmar algo contra su voluntad), sino que estaba en clara connivencia con los deseos palestinos de presionar en base al tiempo para obtener un Estado, en vez de demostrar hechos empíricos inconfundibles de su deseo de hacer la paz. Para Israel, el problema del adoctrinamiento en el odio de los palestinos es grave, y generaciones completas crecen aprendiendo que los judíos son el peor mal de la humanidad, que son satánicos, y toda aberración que se les pueda ocurrir. Esto lleva a muchos a pensar, con razón, de que en dichas condiciones deplorables no se puede firmar un tratado de paz destinado a prolongarse en el tiempo; los palestinos están educando a su gente para odiar nada más ni nada menos que al socio para la paz, en la esperanza de que algún día finalmente se va a hacer desaparecer al sionismo y a los judíos. Egipto, con su determinación, estaba presionando a Israel para que hiciera la paz a pesar de la tristemente contrastable realidad del odio en la cultura palestina, alentando a los demás a sumarse a la insistencia contra el Estado Judío para obligarlo a firmar un acuerdo por demás acelerado poniendo en riesgo a sus ciudadanos frente a la agresión palestina. Para comprobar que la estabilidad en la vida de los israelíes de la que hablaba el hipócrita Mubarak poco le importaba a Egipto, recurrimos nuevamente al artículo de septiembre de 2009 escrito por Michael Bloch: “Egipto ha tratado de forma esporádica, conciliar a las dos organizaciones palestinas. En varias ocasiones, sendos acuerdos estaban a punto de alcanzarse aunque fracasaron en el último momento. Sin embargo, Jaled Mashaal, parece optimista en esta ocasión: "En el documento egipcio, se superó todos los desacuerdos", dijo. El líder del Hamas aclaró que el proyecto de acuerdo "podría allanar el camino para la reconciliación palestina". "Hemos respondido a ese espíritu", agregó. Egipto, que se ofrece desde hace meses como mediador, propuso por primera vez la formación de un gobierno de unidad nacional aunque el Hamas se ha negado a participar en cualquier gobierno que reconozca a Israel” (17). Siguiendo lo dicho por Mashaal, suponiendo que no es sermón, corrección fingida o puro proselitismo político y que en verdad los palestinos lograron ponerse de acuerdo en algo, Egipto habría logrado ser mediador de un proyecto que “superó todos los puntos”. Vale decir, vincular a los palestinos que públicamente dicen que quieren destruir a Israel, con los que aparentan moderación pero dan señales, a veces para nada encubiertas, de que buscan lo mismo. Egipto estaba subido al tren de presión a Israel para forzarlo a equivocarse, coaccionándolo diplomáticamente y sugiriendo a otros adherirse a la estrategia. Encima ahora, en Egipto hay chances de que la Hermandad Musulmana se haga con el poder, por lo que el panorama pro Hamas egipcio luce desesperanzador para Israel. Si Egipto con tratado de paz era frío y contrario en la ONU, el mismo país dominado por el fundamentalismo islámico no puede prometer algo mejor.

La información y la educación
El filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) dijo: “Esta horrible cantidad de libros impresos que todos los días llega a mi mesa, seguramente me conducirá a la barbarie mas no a la cultura” (18). El pesimismo de Leibniz sobre la imprenta tal vez se sustentaba en que el esparcimiento de los libros al nivel que llegaba con los nuevos métodos de producción no permitiría distinguir el verdadero conocimiento de lo erróneo, las obras que valían la pena de las que no, y estas últimas terminarían imponiéndose, quizá pensando en que los realmente inteligentes eran pocos y la mayoría eran ignorantes o vendedores de habladurías. Hoy vivimos en una realidad que superaría las peores pesadillas del alemán en cuanto a la generación, producción y difusión de conocimientos, escritos, y letras. Apartándome de su opinión, diré que por lógica lo contrario es lo correcto. En nuestra época la educación dejó de ser el privilegio de unos pocos nobles o acomodados con posibilidades de acceder a ella, y pasó a estar al alcance de mucha mayor cantidad de gente. Es así que difundiendo más la educación y la cultura, se consiguen más educados y cultos. Mientras mayor sea la creación de material y la puesta a disposición del mismo, mayor número de personas podrá acceder a él, y tendrá la oportunidad de formarse gracias a los beneficios de la modernidad. En la era de la globalización, comunicación y auge tecnológico sin precedentes, las fuentes de información sobrepasan fronteras día a día. Es un fenómeno incontrolable y casi incalculable. El mundo jamás había estado tan conectado, y gozado de tantas opciones para alimentar su intelecto como en la época en que vivimos, en donde las sociedades capitalistas y liberales pueden orgullosamente afirmar que han contribuido en enorme medida a que esto suceda. De este modo, con la producción en serie y en enormes cantidades, la educación se vuelve algo más popular y deja de ser cuestión exclusiva de oligarcas. Por supuesto que hay desventajas y transgresiones, difusión de información falsa y tergiversaciones. Pero respecto de la posibilidad que tiene un ser humano de manifestarse, es menester cumplir con el principio fundamental de la libertad de expresión, para así construir de verdad un mundo libre; que muchas opiniones o estudios no sean de nuestro agrado no es motivo suficiente para su censura. En cuanto a las falsedades e impresiones circulantes, los malintencionados o los verdaderamente ignorantes también podrían hacer de las suyas en una sociedad donde fueran exclusivos dominadores de los medios de difusión, por lo que el acierto de la pluralidad apunta a que tengamos opciones sobre la mesa y sepamos elegir las fuentes que son de fiar y que encajan en nuestra confianza. Aparte, mentirosos los hubo y los habrá.
La educación en la modernidad permite ejercitar el intelecto y reconocer la información fidedigna. Así podemos desechar eslóganes inválidos y estudiar la historia y la política de manera eficaz, con medios y facilidades a nuestro alcance para lograr un óptimo nivel de conocimiento. Adentrándonos nuevamente en nuestro tema, el sentido de este ensayo no es solamente proveer datos sobre la perspectiva gubernamental palestina e intentar desenmascarar la planificación de tropelías contra Israel, sino ser un instrumento educativo respecto de cómo investigar y analizar la información para no caer presa de engaños y mentiras. Hemos visto como internet es una impresionante base de datos en la cual, descartando las propagandas sin sustento y los contenidos erróneos en base a elecciones de fuentes confiables, podemos encontrar la clarificación que buscamos. De ahí que de los propios artículos publicados en el pasado en una diversidad de webs, podemos encontrar las claves para desarticular las actuales argumentaciones del gobierno palestino y las de sus apologistas, junto con las de aquellos que se sorprenden o son tomados desprevenidos, y atribuyen falsas causas a los fenómenos mediante razonamientos falaces. El archivo muestra los planes contra Israel, el archivo desnuda las contradicciones de los judeófobos, y recurrir a las fuentes en defensa de la verdad y contra la memoria política selectiva y tendenciosa es una herramienta eficaz para demostrar la justicia de la causa de Israel.
El filósofo francés Michel Serres pregona un discurso mucho más positivo que el de Leibniz acerca de los beneficios del progreso científico en el ámbito de la cultura: “Gracias a los avances de la ciencia, los más cultivados de nuestros hijos serán capaces de remontarse hasta 3500 millones de años para referirse a la aparición de la vida, 4000 millones para la del planeta y 15.000 millones para la del universo. La cultura, la filosofía y la visión de la aventura humana del mañana se instalarán en la lógica de ese proceso. (…) Yo desconfío de los mercaderes de angustia. El riesgo, el temor, la sociedad del miedo, se han transformado en valores mercantiles y no tengo intención de soplar para avivar el fuego. Yo trato de construir un mundo mejor para mis nietos, y el miedo no los ayudará. Hoy, la ciencia pasa por ser la única responsable de los riesgos que corre el planeta, cuando, por el contrario, es gracias a ella que podremos vivir cada vez más y mejor. La verdad es que los riesgos dependen de las decisiones políticas y de la utilización que los hombres hacen de los avances tecnológicos. (…) Desde el momento en que se inventó la escritura, la memoria se vio liberada de un peso real. Antes de la invención de la imprenta, un hombre que quería conocer a Homero o a Plutarco debía aprenderlos de memoria. La imprenta suprimió esa necesidad y dejó a la memoria tiempo libre para ocuparse de otras cosas. No hay que tener miedo de perder, pues -por el contrario- ganamos, descargándonos de la aplastante tarea de acordarnos. Así, nuestro cerebro puede ocuparse en otras actividades más creativas. Hoy, las nuevas tecnologías ponen a nuestra disposición toda la memoria del mundo. (…) (Decir que el acceso a las nuevas tecnologías aumenta la fractura social) es un absurdo. La fractura pedagógica y científica que existió siempre entre países ricos y pobres es muy superior a la que provocará la presencia de Internet en todos los rincones del globo. Como sucedió con la llegada de la imprenta, la Red es una herramienta formidable para poner el conocimiento y la cultura a disposición de todos” (19). Con este espíritu favorable a la ciencia y las alturas que nos permite alcanzar, es que se propone utilizarla en su esplendor para fortalecer las posiciones israelíes que defendemos y desarticular las injustas objeciones a sus acciones. La cantidad de citas y de textos transcriptos en este ensayo no es casual; aparte de ser un soporte ilustrativo, obedece a la deliberada estrategia de mostrar como es posible valerse en este caso de la tecnología de internet para rastrear información y enviar un mensaje de esclarecimiento sobre la defensa de Israel alertando de los enemigos que pretenden su destrucción.

La posición de Israel

Biniamin Netanyahu expresó, en referencia al acuerdo Hamas-Fatah, que Israel no puede lidiar con un gobierno en el cual el 50% lo quiere destruir, y subrayó que eso es un problema porque afecta no solo a la paz, sino también al proceso de paz (20). En su discurso en el Congreso de Estados Unidos el 24 de mayo de 2011, aseveró: “La paz no puede ser impuesta. Debe ser negociada. Pero puede solo ser negociada con socios comprometidos con la paz. Y Hamas no es un socio para la paz. Hamas continúa comprometido con la destrucción de Israel y con el terrorismo. (…) Entonces yo le digo al presidente Abbas: ¡Rompa su pacto con Hamas! ¡Siéntese y negocie! ¡Haga la paz con el Estado Judío! Y si usted lo hace, yo le prometo esto. Israel no será el último país en dar la bienvenida a un Estado palestino como un nuevo miembro de las Naciones Unidas. Será el primero en hacerlo” (21). Cuando Bibi habló de porcentajes, bien sabe que es más del que insinuó. Mucho más que el 50% del gobierno palestino está obsesionado con el aniquilamiento de Israel. Era de esperar que en un discurso que pretendía allanar el camino para el relanzamiento de las negociaciones de paz, el Primer Ministro hubiese adjudicado el mal a Hamas y la moderación a la AP. Pero como él también ha recalcado con anterioridad, en su discurso tras el asesinato de la familia israelí Fogel por terroristas palestinos, la AP no hace lo suficiente para condenar al terrorismo, y continúa educando al odio hacia los judíos. En estas condiciones, yo no reconocería a un socio para la paz en un porcentaje de la mitad del total; no reconocería a ningún socio inequívocamente comprometido. Por supuesto que la estrategia discursiva de Netanyahu va encaminada a que Estados Unidos siga creyendo en Israel, a que el mundo sepa que Israel es el que quiere la paz (a pesar de sus poco creíbles socios palestinos) y que la parte de enfrente no la tiene como prioridad, y a que no se continúe con el injusto aislamiento internacional del Estado Judío mientras se presta oído a las mentiras y codicias de los gobiernos árabes que si pudiera elegir entre creación inmediata de Estado palestino y destrucción inmediata de Israel, sin lugar a dudas optarían desesperadamente por la segunda opción. En este sentido, es correcta la posición de Bibi de reafirmar frente al mundo, en un lugar de fabulosa democracia como el Congreso de Estados Unidos, el compromiso asumido por Israel, interpelar en búsqueda de sinceridad en las negociaciones, y pasarle la pelota a Abbas para que decida finalmente si quiere la paz o el fin de Israel. Las trampas y métodos persuasivos de la AP, que apuntan a presentarse siempre como víctimas cuando en realidad no han parado de agredir a Israel, si no es por las armas por los otros recursos de los que dispone, han deslegitimado al Estado Judío a los ojos del mundo, y éste no debe rendirse y perder pisada diplomática en la defensa de su causa y en pedir por sensatez a las naciones a la hora de pronunciarse en la Asamblea General de septiembre. La AP ha logrado que un concepto tan bello y valioso como la palabra “paz” pierda completamente su contenido empleándolo en discursos que distorsionan la realidad y aplicándolo como fórmula hueca para un acuerdo vacío tanto de relleno como de veracidad y sinceridad. Las naciones deben entender que para una paz real se requiere compromiso, y condiciones de sustentabilidad que la hagan duradera y no menos importante, segura. La paz no debe implicar la rendición de Israel a los intereses exacerbados de los palestinos, sino por el contrario debe garantizar la seguridad del Estado Judío y su ubicación en una posición defendible. En la política del Medio Oriente, la paz sin el correlato necesario de la seguridad, no es más que una mentira, o la imposición de un programa que irónicamente conducirá al triunfo a la tiranía. El fundamentalismo islámico es experto en traiciones y quebrantamientos de pactos: por caso, el ayatollah Khomeini de Irán consideraba los contratos voluntarios realizados entre naciones soberanas (aquí nos referimos a la suya negociando con alguna otra occidental) como explicación de la agresión imperial y justificación del terrorismo contra ese enemigo ficticio que creaba e imponía en las mentes y políticas de su país. De la macabra ideología de este fanático religioso musulmán, se nutrió la Revolución Islámica de Irán, y desde esta plataforma actualmente recibe sus auspicios Hamas, y en el pasado, en un nivel no despreciable, recibió la OLP dirigida por Arafat, que hoy es representada por la AP de Abbas.
El doble discurso no es abandonado por el liderazgo palestino de la AP; por lo menos en Hamas reconocemos su inconfundible objetivo de destruir a Israel sin muchas vueltas, pero los gobernadores en Judea y Samaria no le cuentan lo mismo hablando en inglés a la prensa occidental que hablando en árabe a sus medios de comunicación locales y regionales. Lo concreto es que por más que amague, entre y salga de negociaciones fallidas y relanzamientos de negociaciones fallidas, Abbas todavía está muy comprometido con la destrucción de Israel. Los hechos lo demuestran: reconciliación con Hamas e integración con la agrupación terrorista de un unificado gobierno palestino; diatribas antiisraelíes para deslegitimar al sionismo ante la mirada internacional; exigencias de un Estado palestino judenrein; negativa a reemprender conversaciones de paz sin que se cumplan exigencias cuyo resultado debería ser el fruto negociado de un acuerdo en vez de condiciones previas; esfuerzo por conseguir declaración unilateral válida del Estado palestino con el apoyo de las Naciones Unidas para zafar de arreglar una paz aunque sea precaria con Israel (lo que en mi opinión no quita que Israel no debería aceptar garantías débiles en los tratados); distorsiones históricas para borrar los vínculos judíos con Eretz Israel; negativa a reconocer a Israel como Estado Judío. Si bien es cierto que se puede apreciar cierto esfuerzo en el gobierno de Abbas para luchar contra el terror palestino, esto no es por amor a los judíos, por un súbito respeto a la vida de los dhimmis (no musulmanes), ni por el repentino reconocimiento personal o institucional de Israel a existir de manera definitiva y no circunstancial. Sino simplemente porque no puede guerrear abiertamente contra Israel ya que Tzahal (las Fuerzas de Defensa de Israel) lo aplastarían; porque promover de manera demasiado pública el terrorismo le quitaría el apoyo israelí como representante legítimo de los palestinos para negociar (no debería promover ni permitir el terrorismo de manera pública ni encubierta, pero hay que limitarse a decir “demasiado pública” porque ciertos dirigentes izquierdistas israelíes le perdonan al presidente de la AP políticas y acciones contradictorias en un marco de proceso de paz y afrentas a la esencia del mismo); y porque seguir presentando la imagen del viejito luchador cansado de las injusticias y deseando la paz (aunque sus referencias y emprendimientos confunden si se trata de la paz con los judíos o la paz de que estos no existan más en Medio Oriente) le permite continuar siendo donatario de afluentes económicos norteamericanos y europeos, ya que Estados Unidos financia en enormes proporciones la construcción de casas palestinas en los territorios en disputa, y los europeos están dispuestos a donar fortuna en cuanta causa palestina (Estado aún sin paz, refugiados aún a costa de poner en jaque la demografía israelí, educación aún a sabiendas de que es adoctrinamiento en la judeofobia, infraestructura aún siendo ostensible que los materiales van a parar al equipamiento terrorista) aparezca en el plano internacional. Abbas baraja las opciones para liquidar al Estado Judío: si no es por la lucha armada directa contra el ejército de Israel (que no le conviene), es excusándose de no poder impedir el terrorismo de otras facciones palestinas a la vez que se alía con ellas; o bien recurriendo a la vía del reclamo por el ejercicio del inexistente derecho al retorno de los refugiados palestinos: el objetivo de liquidar a Israel es el mismo, lo que cambia es la consideración del medio para lograrlo, que en vez de ser las armas pasa a ser el ahogamiento demográfico de Israel, la utilización como punta de lanza de palestinos mantenidos adrede en la pobreza por los mismos dirigentes palestinos para meterlos en Israel, hacerle perder a este su mayoría judía en la población, para que de este modo se apunte a eliminar el carácter judío del Estado y se lo estrangule junto con sus habitantes judíos por medio de radicales que han crecido y madurado con la consigna de asesinar judíos donde quiera que los encuentren.
Que Israel esté frente a un panorama desalentador en lo que a la paz concierne, no es para nada algo nuevo. Lo que sí a veces resulta novedoso es la utilización de renovadas tácticas palestinas, salidas de su fábrica oscura de insaciables aspiraciones genocidas contra el pueblo judío, para lograr su añejo cometido. De cara a la Asamblea General de la ONU, Israel no debe quedarse de brazos cruzados. Netanyahu expresó: “No tenemos la manera de detener la resolución en la Asamblea General; solamente esperamos que algunos países nos apoyen”; “Es imposible recibir el reconocimiento de un Estado palestino sin el apoyo del Consejo de Seguridad, y por eso la medida [palestina] está destinada al fracaso” (22). Por su parte, Tzipi Livni, líder la oposición en la política israelí, expresó: “En definitiva, las Naciones Unidas no van a establecer un Estado. Van a hacer una declaración. Incluso después de septiembre, algo se deberá hacer para establecer un Estado” (23). Probablemente Estados Unidos ejercerá su poder de veto en la ONU, y los planes palestinos quedarán frustrados. Pero solo en parte; para ellos será un triunfo propagandístico si muchos Estados los apoyan, y podrán adaptar la situación a su ideología diciendo que el mundo quiere al Estado palestino pero que la cruel alianza del imperialismo norteamericano con el sionismo judío lo impide. Y aquí, Israel debe jugar su papel, no “esperando” que esos países de los que pretende un gesto lo apoyen, sino moviéndose para concientizar sobre el tema y fortalecer su posición. Para nada quiero sugerir que Israel solo depende de los demás (eso le quitaría la fuerza de su soberanía); es más, soy un convencido de que Israel debe obrar pensando en si mismo en vez de intentando quedar bien con todos (cosa esta última que nunca logrará ni aplicando políticas angelicales). En este caso, hacerse de unos amigos para la causa contra la declaración unilateral será pensar en los intereses israelíes, para que sean menos los que luego lo presionen para reconocer de iure algo que dirán que es una realidad de facto. Para esto, el Estado Judío debe solidificar su posicionamiento para impedir (aunque será difícil) o bien reducir el triunfo simbólico palestino. Ejemplos insignificantes, incluso involucrando a israelíes judíos, ya se encuentran dando vueltas por ahí, como este: “Representantes de un centenar de ONG israelíes y palestinas reunidas en la ciudad palestina de Jericó declararon su reconocimiento a un Estado palestino independiente en las fronteras de 1967 con Jerusalén como capital compartida con Israel. En su encuentro anual en la ciudad cisjordana el Foro de ONG Pacifistas Palestinas e Israelíes emitió un comunicado en el que llama al Gobierno del Estado judío a hacer lo propio y reconocer a Palestina en las divisorias previas a la conquista que siguió a la Guerra de los Seis Días” (24). Pero la victoria jurídica todavía no ha sido obtenida por los gobernantes palestinos, y el camino que pretendan transitar hasta ella, Israel lo debe poner complicado. Lo puede hacer apoyándose en razones concretas como las exhibidas por Alan Baker: “El reconocimiento de una entidad política como Estado no crea en si mismo o por si mismo un Estado, ya que tal reconocimiento no carga significado definitivo o sustancial en la creación de Estado. Como mucho, es indicio de los puntos de vista políticos de los Estados reconocedores. El establecimiento del Estado, por otro lado, requiere una serie de criterios internacionalmente aceptados y acostumbrados, como fue establecido en la Convención de Montevideo de 1933 sobre los Derechos y Deberes de los Estados, relacionados con una capacidad de gobierno, población permanente, territorio definido y capacidad para entrar en relación con otros estados. De hecho, esa convención estableció específicamente que "la existencia política del Estado es independiente del reconocimiento por parte de los otros Estados". Pero en el caso palestino estos criterios para el Estado deben ser leídos en el contexto de requerimientos sustanciales, hechos a medida de las distintas resoluciones de Naciones Unidas tratando con el arreglo del tema de Medio Oriente, tanto como los compromisos específicos por parte de los palestinos en los muchos acuerdos aun validos firmados con Israel con los años” (25). Por lo tanto, Israel debe convencer a las naciones a que apoyen su posición de retorno a las negociaciones y rechacen el pedido palestino; alertar sobre las sospechosas ideas del plan palestino que busca eludir compromisos pasados, actuales y futuros y optar por la vía fácil y sin arreglo a circunstancias negociadas previamente en acuerdos preexistentes; exigir que la comunidad internacional condene el acercamiento de la AP a Hamas y presione para la disolución del vínculo; advertir sobre el peligro de la presencia iraní en un futuro Estado palestino creado sin garantías de seguridad, y las injerencias que la República Islámica ya tiene en sectores palestinos como los manejados por Hamas; recordar que Hamas y la noción de paz con Israel son incompatibles; y hacer un esfuerzo de esclarecimiento para desmantelar las malas intenciones palestinas y desenmascarar una urdimbre de proyecto con mal olor. Para eso, la voz israelí en Naciones Unidas debe estar sólida (por más que nadie la escuche o intente comprenderla, porque marcará presencia; y desde luego que los palestinos le prestarán atención); los ministros israelíes deben trabajar en la comprensión de la situación actual junto a los embajadores de distintos países; Netanyahu (que es un orador fuera de serie y ha sido elegido en votaciones como uno de los judíos más influyentes del mundo) debe insistir en la imposibilidad de llegar a un acuerdo con Hamas integrando el gobierno palestino; El Primer Ministro debe mostrarse tan sólido en sus reuniones con demás mandatarios como en la última que mantuvo con el Presidente de Estados Unidos en mayo; y el Estado Judío debe resistir la presión del mismo Estados Unidos comandado por Barack Obama como lo ha hecho hasta aquí, sin ceder a las pretensiones del líder norteamericano de hacer retroceder a Israel a fronteras indefendibles.

Conclusión

Alan Baker señala: “Hablando legalmente, las acciones por parte del jefe de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas, y su asistente Sa'eb Erekat, presionando para lograr este objetivo (Declaración unilateral del Estado palestino) están en violación del Acuerdo Interino israelí-palestino de 1995, articulo IX, párrafo 5, de acuerdo al cual:
...el Consejo [palestino] no tendrá poderes y responsabilidades en la esfera de las relaciones exteriores, cuya esfera incluye el establecimiento en el exterior de embajadas, consulados u otros tipos de misiones extranjeras y puestos o permitir su establecimiento en Cisjordania o la Franja de Gaza, el nombramiento o admisión de equipo diplomático o consular, y el ejercicio de funciones diplomáticas. En forma no menos importante, el liderazgo palestino esta comprometido, en el articulo XXXI, párrafo 7, a no "iniciar o tomar ninguna acción que cambie el status de Cisjordania y la Franja de Gaza mientras esté pendiente el resultado de las negociaciones de status permanente". Cualquier actividad por parte del liderazgo palestino, incluida presionar a gobiernos extranjeros para reconocimiento individual e iniciar resoluciones en órganos de Naciones Unidas para traer el establecimiento unilateral de un Estado fuera del proceso de negociación, es una seria violación de sus compromisos frente a Israel. Es equivalente a pasar por alto el proceso de negociación aceptado internacionalmente, y minar las mismas resoluciones y acuerdos que sirven como la base y fundamento para el proceso de negociación de paz. Como los compromisos palestinos frente a Israel fueron presenciados y garantizados por elementos centrales de la comunidad internacional, incluidos EEUU, ONU, Unión Europea, Rusia, Egipto y Jordania, y respaldados por la mayoría de los otros países, incluidos Brasil y Argentina, entonces claramente las actividades de presión palestinas deben ser condenadas por aquellos elementos, y no deben ser alentadas por ellos” (26). Excelente explicación que deja mal parados a los líderes palestinos, quienes no solo están actuando en contravención con lo estipulado en acuerdos con Israel, sino también demostrando desprecio por las resoluciones de la ONU en las que tanto se fundan y escudan cuando les conviene. Ahora vemos que en la fiesta del oportunismo las dejan de lado, quizá para reclamar por ellas más adelante cuando la fiesta termine. Además, se demuestra como Argentina y Brasil, por ejemplo, también están en contradicción, prestando ahora reconocimiento al Estado unilateral mientras que en el pasado también han respaldado las negociaciones con Israel.
Evidentemente, dadas las cosas como están, y tomando en cuenta el devenir histórico de los acontecimientos, Israel tiene más y mejores derechos sobre Judea y Samaria y la Franja de Gaza que los palestinos, y las leyes internacionales y principios de pactos arreglados con los palestinos, lo avalan. Los palestinos no tienen razones, tienen excusas. No tienen argumentos de peso, tienen mentiras eficaces. Su romántica y fantasiosa lucha contra el autofabricado enemigo judío, debe toparse con un obstáculo imposible de sortear: las verdades y legitimidades de Israel. Aún si los palestinos ganan en la ONU, Israel debe sobreponerse con más fuerza en su justa causa de existencia y seguridad. Haciendo valer todos los cuerpos legales, eventos históricos y justificaciones morales que están de su lado, Israel debe triunfar en esta contienda.

Ezequiel Eiben
4-6-2011


Fuentes:
1- Palestina quiere un Estado independiente en 2011
http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=28594
2- Un estado palestino en 2011 con o sin Israel
http://www.publico.es/internacional/246174/un-estado-palestino-en-2011-con-o-sin-israel
3- El primer ministro palestino presenta un plan para tener un estado en 2011
http://www.lavanguardia.com/internacional/noticias/20090825/53772286761/el-primer-ministro-palestino-presenta-un-plan-para-tener-un-estado-en-2011.html
4- “Palestina, fin de la conquista y fundación del estado”
http://corresponsalisraelpalestina.wordpress.com/2009/08/25/palestina-fin-de-la-conquista-y-fundacion-del-estado/
5- Robert H. Serry y su apoyo a un Estado unilateral palestino – Rubén Kaplan
http://www.guysen.com/es/articles.php?sid=14419
6- España no reconocerá por ahora al Estado palestino
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Titular/33959/
7- España no reconocerá por ahora al Estado palestino
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Titular/33959/
8- España garantizó a Israel que no reconocerá al Estado palestino
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/34553/
9- "España reconocerá al Estado palestino sobre las líneas de 1967"
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/37741/
10- “Inglaterra y Francia reconocerán próximamente al Estado palestino”
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Primera_Linea/36831/
11- Netanyahu: la unidad palestina no permitirá el avance en el proceso de paz - Barak Ravid y Avi Issacharoff
http://www.radiojai.com.ar/OnLine/notiDetalle.asp?id_Noticia=54311
12- EEUU no tratará con el Gobierno palestino a menos que Hamás cambie
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Titular/37240/
13- Una clase magistral de Khaled Abu Toameh – Traducción de www.porisrael.org
http://elrejunteil.wordpress.com/2009/02/24/una-clase-magistral-de-khaled-abu-toameh/
14- Acuerdo Fatah- Hamás: Otro clavo en el ataúd del proceso de paz
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Opinion/37159/
http://pajamasmedia.com/barryrubin/2011/04/27/fatah-hamas-agreement-another-nail-in-the-peace-processs-coffin/
15- Fatah-Hamás: ¿Hacia la reconciliación tras dos años de conflicto? - Michael Bloch
http://www.guysen.com/es/articles.php?sid=10808
16- El Plan Mubarak: Proceso de Paz en dos años
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Titular/23515/
17- Fatah-Hamás: ¿Hacia la reconciliación tras dos años de conflicto? - Michael Bloch
http://www.guysen.com/es/articles.php?sid=10808
18- Leibniz por Serres
http://deleuzefilosofia.blogspot.com/2009/08/leibniz-por-serres.html
19- “Estamos frente a una nueva humanidad”, asegura Michel Serres
http://www.lanacion.com.ar/683921
20- Entrevista a Julián Schvindlerman
http://www.kehilacordoba.org/novedades_ver.asp?id_noticia=2779
21- DISCURSO DEL PRIMER MINISTRO NETANYAHU ANTE EL CONGRESO AMERICANO
http://soysionista.blogspot.com/2011/05/discurso-del-primer-ministro-netanyahu_25.html
22- Netanyahu: Israel no puede impedir que la ONU declare el Estado palestino
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/37730/
23- Livni: La declaración de la ONU no creará al Estado palestino
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/37731/
24- Cien ONG reconocen un estado palestino en las fronteras de 1967
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/34766/
25- Reconocimiento de un estado palestino - Prematuro, Legalmente Invalido, y Minando cualquier Proceso de Negociación de Buena Fe – Alan Baker
http://soysionista.blogspot.com/2010/12/reconocimiento-de-un-estado-palestino.html
26- Reconocimiento de un estado palestino - Prematuro, Legalmente Invalido, y Minando cualquier Proceso de Negociación de Buena Fe – Alan Baker
http://soysionista.blogspot.com/2010/12/reconocimiento-de-un-estado-palestino.html