Peras al olmo
Ezequiel Eiben
26/7/2011
24 Tammuz 5771
Veo que mucha gente (entre la que a veces, iluso, me incluyo) le pide a la izquierda (y a partir de ahora, por izquierda me referiré a su sector fanático y fundamentalista, sin incluir a los moderados con quienes se puede debatir) que proteste contra los inocentes asesinados víctimas de regímenes a los que habitualmente defiende. Que así como organiza marchas cuando terroristas palestinos mueren abatidos por el Ejército de Israel y lamentablemente en la maniobra de autodefensa israelí algún civil pierde la vida (que de más está decir, es por culpabilidad de los mismos terroristas que emplean a ciudadanos indefensos como escudos humanos), emita aunque sea un comunicado por los civiles asesinados, que se cuentan de a miles, por las tiranías árabes en las revueltas protagonizadas durante este año. Que así como pone el grito en el cielo cuando musulmanes mueren en el transcurso de un combate contra fuerzas israelíes, por lo menos hable en voz baja, aunque sea apenas perceptible, pero que hable, cuando musulmanes son asesinados por otros musulmanes debido a los cruentos atentados terroristas que perpetran los fanáticos militantes del islamismo y a la aplicación de la espantosa Sharia. A estos selectivos protestantes de los derechos humanos, a estos justificadores de masacres en nombre del multiculturalismo, relativismo, revolución y materialismo histórico, se les pide que protesten para demostrar en todos los casos que son coherentes con lo que profesan. La gente se pregunta dónde están los valores de la izquierda en dichas situaciones. Pero la cuestión de los valores de la izquierda es más abarcadora, y sin intención de intentar mezclar conceptos sin relación, se pretende dar un pantallazo al desprecio que esta ideología demuestra hacia el progreso de la humanidad y a las dignas aspiraciones del ser individual con basamento en la libertad. Así, vamos a entender que el trasfondo ideológico izquierdista está tan podrido que no cabría esperar pureza argumental en contra de flagrantes injusticias.
Cada vez que reflexiono sobre este tipo de cosas, la frase "no hay que pedirle peras al olmo" adquiere una sabiduría de proporciones magníficas. ¿Cuáles son los valores de la izquierda? saquear fortunas ajenas, expropiar lo que no es de ellos, redistribuir lo que no les pertenece, robar el fruto del trabajo de los demás, diseñar eficaces Estados totalitarios, sacrificar los interés individuales de las personas en nombre de abstracciones como el "bienestar público", asesinar y masacrar a los disidentes por no concordar con el régimen, poner la igualdad artificial por encima de la libertad natural y obrar en consecuencia retrasando al progreso y aborreciendo los triunfos de los virtuosos, recurrir al empleo de la fuerza física para toda clase de medidas económicas y políticas, matar de hambre 80 millones de personas y aun así seguir insistiendo en sus ideales negándose a reconocer su fracaso e insultando la dignidad y memoria de los desgraciados que perecieron bajo sus sistemas demenciales, hacer de la irracionalidad un culto, sostener falacias como que el afán de lucro es algo negativo, favorecer la corrupción institucionalizada, mentir hablando de pluralismo mientras descartan ipso facto cualquier crítica que se les haga por "imperialista" o "burguesa", creer que sus principios son superiores y se imponen a la realidad en vez de reconocer la realidad y sobre ella construir principios, promover el altruismo logrando que las personas sientan desprecio hacia ellas mismas y hacia el goce que se merecerían de lo producido por su trabajo, formar alianzas bajo el principio "el enemigo de mi enemigo es mi amigo" para unirse a lo retrógrado y arcaico con tal de no ver prosperar a los países de vanguardia o a los empresarios o a los que tengan ganas de vivir mejor, aplicar vocabulario eufemístico como “luchadores por la libertad” para esconder y desvirtuar el verdadero significado de las atrocidades que sus representantes o alabados terroristas cometen... podría seguir pero no hace falta. Para el mero sentido de la defensa de la causa israelí y de la crítica a la ausencia de enojo por parte de la izquierda ante el cuadro de miles de israelíes asesinados por el terrorismo, creo que sería suficiente acusarlos de judeofobia recalcitrante. En ese cargo ya se contendrían varios de los repugnantes valores por los que se rigen. Pero para entender globalmente el problema izquierdista, es necesario el repaso general por sus nocivos postulados.
La izquierda está malacostumbrada a robar y a asesinar. ¿A esta izquierda la vamos a exhortar a que se manifieste en contra de la falta de libertad en los regímenes dictatoriales del Medio Oriente? ¿A esta izquierda le vamos a reclamar que proteste por los inocentes asesinados por las tiranías mencionadas? ¿A estos descerebrados fanáticos de los tiranos y de sus sanguinarias tiranías les vamos a pedir que se critiquen a ellos mismos? Quizá sea hora de que asumamos en serio que no se le pueden pedir peras al olmo, dejemos de reclamarle a la izquierda algo que jamás estaría dispuesta a hacer por implicar desenmascararse a ella misma siendo que le gusta apasionadamente construir corazas que impidan la menor crítica a sus postulados, quitarle el disfraz que se pone para confundir y justificarse, considerarla como responsable y cómplice de lo que se la tenga que considerar, y empezar a juzgarla moralmente con la dureza e implacabilidad que merece.
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