El atentado a la Embajada de Israel es el acto de terrorismo de mayor envergadura, luego del dirigido contra AMIA, cometido en la República Argentina.
Una bomba que explota no solo contra la sede diplomática del Estado de Israel, sino contra la sociedad argentina en su conjunto. Y lamentablemente, debido a maliciosos encubrimientos y negligencia de ciertos funcionarios, no ha habido una resolución que emane de las autoridades argentinas correspondientes que haga justicia. Eso es lo que venimos a reclamar hoy. Justicia, y castigo a los culpables. Por supuesto, también el recuerdo a las víctimas, a quienes no olvidaremos, y por quienes seguiremos luchando.
Hace pocos días, el dirigente piquetero y judeófobo Luis D´elía viajó con su esposa a Irán y se reunió nada más y nada menos que con Mohsen Rabbani. Rabbani estaba vinculado al gobierno iraní en la época del atentado contra la sede diplomática israelí y trabajaba en la embajada de Irán en Argentina cuando explotó AMIA, está acusado por Israel de ser uno de los responsables del segundo acto terrorista, y es un prófugo de la justicia. Este acto de D´elía y su esposa, que encima ocupa un cargo público, es una afrenta a la ley argentina, una deshonra a la memoria de las víctimas de ambos atentados perpetrados por los conectados terroristas, y una burla a los familiares que todavía las lloran. Una moral asquerosa que expresa una alta dosis de judeofobia y que ni siquiera parece importarle los pedidos de captura de INTERPOL.
El grupo terrorista Jihad Islámica se adjudicó el atentado a la Embajada de Israel, actuando como brazo armado de la organización terrorista Hizballa. Terrorismo fanático financiado por Irán. Así que en el día de hoy, que conmemoramos las víctimas de este atentado en particular, no debemos olvidarnos del principal responsable del terrorismo en el mundo, de su financista, de su patrocinador, y también ejecutor: Irán.
De manera infame los británicos creyeron que, a través del Premier Chamberlain, habían firmado la paz duradera con Hitler. El tiempo les demostró lo equivocados que estaban. Entre tantas víctimas de la Segunda Guerra Mundial que provocó el nazismo con quien creían haber alcanzado la paz, se encontraban 6 millones de judíos. Por eso aprendamos de la historia, y aprendamos a leer las verdaderas intenciones del presidente extremista de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, cuya consigna de gobierno es borrar a Israel del mapa. O sea, otra Shoa.
El Primer Ministro de Israel, Biniamin Netanyahu, dejó en claro en su discurso en la Asamblea General de la ONU en 2009, que Irán hoy es como la Alemania de Hitler. El mundo libre debe estar prevenido, escuchar la alarma a tiempo e impedir una nueva catástrofe antes de que sea demasiado tarde. No durmamos en las trampas tendidas del fundamentalismo, y pidamos que D-os le otorgue al gobierno de Israel y a sus aliados la fuerza necesaria para enfrentar las aspiraciones genocidas de Irán. No hay amenaza de sanción internacional del Presidente de Estados Unidos Obama, ni del Grupo de los Seis, que valga lo suficiente, mientras Irán sigue su marcha enriqueciendo uranio. Se requiere de acciones concretas. Solo con el derrocamiento de Ahmadinejad, y la caída del régimen fundamentalista islámico de los ayatollahs, se podrá asestar un duro golpe al terrorismo, y evitar un desastre nuclear.
En nombre de la Tnua Hejalutz Lamerjav y de Macabilandia, ambos del Departamento de Juventud de Macabi Noar, repudiamos el atentado a la Embajada de Israel, rendimos homenaje a sus víctimas inocentes y reclamamos acción concreta contra Irán.
Las últimas palabras del embajador de Israel en Argentina, Daniel Gazit, acerca de que Israel ya se encargó de los terroristas que perpetraron el atentado, nos deja más tranquilos. Pero resta descubrir la conexión local, y la justicia argentina todavía está en deuda. Así que debemos seguir insistiendo y exigiendo hasta que todo esté aclarado, y justicia completa se haya hecho.
Jazak Veematz.
Ezequiel Eiben
20/3/2010
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