"El atentado a la Embajada de Israel no está en la agenda de ningún gobierno"
El 17 de marzo pasado se cumplieron 22 años del atentado a la Embajada de Israel en Argentina. La conmemoración de este hecho, al igual que el vigésimo aniversario del atentado a la AMIA en julio próximo, deberían servir para aclarar las dudas respecto al letargo y la impunidad con que la justicia argentina ha manejado ambos casos. En la siguiente entrevista, el analista argentino, *Ezequiel Eiben responde a algunas interrogantes sobre ese trágico hecho que enlutó a 29 familias en 1992 y del cual aún no se hallan responsabilidades.
1.- Este mes se cumplieron 22 años del atentado terrorista contra la Embajada de Israel en Argentina. Fue el primer atentado contra la comunidad judía del país y el primer gran atentado terrorista en suelo argentino. ¿Cuál fue el contexto que motivó a que se llevará a cabo tal ataque en un país tan alejado de Medio Oriente?
Para empezar, cabe recalcar que no es la primera agresión
en contra de la comunidad judía argentina. En enero de 1919, en la llamada
“Semana Trágica”, se llevó a cabo un pogrom.
Respecto del atentado a la Embajada de Israel, el contexto debe ser analizado desde una doble perspectiva: las relaciones bilaterales entre Argentina e Irán, y el expansionismo mundial del islamismo chiíta iraní.
Respecto de la primera, cabe resaltar que al asumir la presidencia de
Argentina, el electo dirigente Carlos Menem buscó la aproximación diplomática
con Estados Unidos. Esta tendencia llevó a que suspendiera acuerdos de
transferencia de tecnología nuclear a Irán, lo que ocasionó hostilidad de los
fanáticos ayatollahs que gobiernan el país oriental. La tecnología argentina
resultaba indispensable para que Irán siguiera desarrollando su plan nuclear, y
este contratiempo con Argentina no fue de su agrado. Por un lado, el atentado
se inscribe dentro del marco de una represalia contra Argentina por cancelar
los acuerdos y alinearse a Estados Unidos, este último declarado públicamente
enemigo de Irán y calificado de “Gran Satán” por boca del gobierno islamista.
La segunda perspectiva alude a la exportación de fanatismo islamista que lleva
adelante Irán. Sus dirigentes religiosos sueñan con un Gobierno Islámico
Mundial, como la religión islámica manda, y este debe lograrse mediante la Jihad (guerra santa). Por medio de este
concepto justifican intromisiones, difusión de ideología, ataques y promoción
de la violencia terrorista a gran escala en otros países. Todo como parte del
plan de expandir el islam por el mundo con el objeto de conquistarlo y sumir a
las poblaciones bajo el imperio de la Sharia (ley religiosa islámica).
2.- Se dice que dentro de la Embajada ya habían
explosivos que ocasionaron la destrucción. Esta teoría fue sostenida por la
Corte Suprema argentina. ¿Qué ocurrió realmente en la zona del atentado?
Esa hipótesis demencial, difundida por activistas
judeofóbicos para manchar a Israel y a la comunidad judía, fue descartada. También,
en un momento se sostuvieron especulaciones como la de que explosivos habían
ingresado camuflados entre material de construcción. Más allá de eso, la
evidencia demuestra que la explosión ocurrió fuera desde un coche-bomba. Aquí
cabe destacar que esta metodología de autos explosivos es típica de los
terroristas, en este caso los islamistas. La misma fue elegida para volar la
sede de la AMIA dos años después.
Propagandistas de Irán y judeófobos de profesión insisten en sembrar la
sospecha de que había explosivos dentro del edificio, no con criterio de
averiguación de la verdad sino con fines indecorosos: buscan imponer su
mentiroso relato de que en verdad todo se trata de un auto-atentado organizado
por el Estado de Israel. Por eso, quieren dar a entender que los propios
israelíes colocaron explosivos dentro de la sede para detonarla ellos mismos.
3.- Según
investigaciones posteriores, los autores
del atentado ingresaron al país desde la triple frontera, donde el grupo
terrorista Hizbollah tiene algunas bases. ¿El gobierno de entonces tenía
conocimiento previo de las actividades que grupos extremistas realizaban en
aquella región?
Desde hace tiempo que hay información sobre las
actividades de Hizbollah y el terrorismo islamista en la Triple Frontera.
Supuestamente para conocer este tipo de asuntos, entre otras cosas, es que los
Estados tienen servicios de inteligencia. Pero, uno puede preguntarse: con
todas las irregularidades y encubrimientos que vinieron después del atentado
para enterrar la causa, ¿qué garantiza que se hubiera manejado de manera
distinta el gobierno argentino si aseguramos que tenía toda la información
necesaria sobre los manejos de Hizballah?
4.- Todo apuntaba en aquel entonces a qué los autores del
atentado fueron integrantes del Hizbolah, incluso se halló responsabilidad
política del gobierno de Irán en el ataque. Días después, el propio Hizbolah y
la Yihad Islámica se disputarían la autoría del atentado. ¿Cómo procedió el
gobierno de Carlos Saúl Menem ante estas pruebas? ¿Se afectaron las relaciones
diplomáticas entre Argentina y el país persa?
El vínculo diplomático entre Irán y Argentina se mantuvo.
Tampoco se interrumpió luego del atentado a la AMIA, perpetrado por el régimen
islamista iraní.
Argentina, además, ha mantenido lazos comerciales muy fuertes con Irán. Para no
perjudicar los vínculos, nadie en Argentina se animó a decirle a Irán lo que
debía decirle. Incluso, se podría sugerir, dentro de lo posible, que se
mantuvieran los vínculos comerciales y se cortaran los diplomáticos. Pero nada
cambió. Menem se encargó de enviar el mensaje que su país podía ser cacheteado
en el rostro sin esperar demasiada reacción.
5.- Argentina tiene la comunidad judía más numerosa de
Latinoamérica y la tercera en población del mundo. Tras el atentado a la Embajada, sin embargo,
el país volvió a ser blanco de un atentado de mayor envergadura aún, como lo
fue el de la AMIA en 1994. ¿Fallaron las medidas de protección del gobierno en
las comunidades judías del país o no hubo intención política de asegurar a las
instituciones de esa colectividad?
Hay que distinguir: AMIA era una institución de la
comunidad judía local, pero la Embajada de Israel era una sede diplomática del
Estado israelí. Es decir, no es una cuestión meramente de protección focalizada
en instituciones judías locales. Falló la seguridad del país en general. Si se
pudieron infiltrar terroristas y cometer el atentado, eso da cuenta de
Argentina era un país débil y fácil de atacar a los ojos del islamismo. Lo que
sí pasó es que luego de los atentados, tanto la seguridad gubernamental como la
seguridad privada de las instituciones judías comenzaron a trabajar de forma
diferente y coordinada, modificando los enfoques de protección a los fines de
prevenir los atentados. En esto, capacitadores de Israel han prestado una
considerable ayuda en base a su experiencia contra-terrorista.
6.- Si bien el caso se halla prescrito, ¿el actual
gobierno argentino ha reconsiderado reabrir el caso?
No. El atentado a la Embajada de Israel no está en la
agenda de ningún gobierno.
Ahora bien, los islamistas no son meros criminales que pueden ser enjuiciados
en caso de ser aprehendidos. Son terroristas que le han declarado la guerra a
Israel y le han enviado el mensaje que lo golpearan aún en sedes diplomáticas
distantes, fuera de sus fronteras.
Sumado a esto, como queda demostrado, por
una u otra razón tienen impunidad. Ante este panorama, es correcto si Israel
decide tomarlos como lo que son y aplicar políticas defensivas de eliminación. No estoy diciendo que esto sea lo que Israel
efectivamente haga; estoy diciendo que si Israel decidiera hacerlo, yo lo
aprobaría.
7.- A 22 años del atentado, ¿cómo recuerdan los
argentinos judíos y no judíos este hecho?
Fuera de los conspiranoicos que difunden falsedades sin
asidero en la realidad, el atentado se recuerda como un episodio lamentable de
violencia por parte de fanáticos. Ahora bien, el atentado contra AMIA se
recuerda más, por el carácter local de la institución, por la mayor cantidad de
víctimas, y para los antisionistas porque pueden hacerse los conmovidos con
mayor credibilidad cuando la sede explotada es judía pero no israelí.
En el grueso de la comunidad judía, y la sociedad argentina en general, AMIA moviliza más, convoca más.
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*Ezequiel Eiben, es presidente del Partido Liberal Libertario de Córdoba, investigador asociado de la Fundación Bases de Rosario, blogger en EzequielEiben y columnista en medios de prensa internacionales.
http://periferianoticias.blogspot.com.ar/2014/04/el-atentado-la-embajada-de-israel-no.html