martes, 14 de julio de 2015

Acuerdo “histórico”, por lo malo.

Acuerdo “histórico”, por lo malo.
Ezequiel Eiben
15/7/2015
28 Tammuz 5775

Finalmente se llegó a un acuerdo entre Irán y el 5+1 (Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU –Estados Unidos, Rusia, Francia, China y Reino Unido- más Alemania). Basado en la idea de limitación del programa nuclear iraní como contrapartida de alivios en las sanciones internacionales que pesan sobre Teherán[1], el acuerdo es “histórico” para el Presidente de Estados Unidos Barak Obama y el resto que lo apoya, quienes alegan públicamente que esto detendrá a Irán en su ambición de conseguir bombas nucleares. Para quienes nos oponemos al acuerdo, el carácter de “histórico” dice presente pero de una forma muy distinta: no de manera positiva como lo presenta la administración Obama, sino “histórico” por lo malo que es para la paz y seguridad de Israel y los racionales opositores al islamismo. Es histórico por el peligro que conlleva sus medidas de cara a Irán, por el precedente que sienta en cuanto a negociaciones con el régimen de los ayatollahs, y por el modo en que Occidente y el mundo semi-libre ceden ante la pretensión del islamismo y el mundo totalitario.
Obama declaró desde la Casa Blanca: "Hoy, después de dos años de negociaciones de los Estados Unidos, junto con la comunidad internacional, ha logrado algo que décadas de animosidad no consiguieron: un acuerdo global a largo plazo con Irán que va a evitar que obtenga un arma nuclear”[2]. Un político mucho mejor que Obama, el Primer Ministro de Israel Benjamin Netanyahu, afirmó -con razón- lo contrario: “Al no desmantelar el programa nuclear de Irán, en una década este acuerdo le dará a un régimen terrorista sin reformar, impenitente y más rico la capacidad de producir muchas bombas nucleares, de hecho, un arsenal nuclear entero con los medios para lanzarlo. ¡Qué error histórico impresionante!”. Netanyahu también subrayó la posición de su país: “Israel no está obligado por este acuerdo porque Irán sigue buscando nuestra destrucción. Siempre vamos a defendernos”[3]. Incluso voces de la oposición a Netanyahu en Israel se alzaron contra el resultado de las negociaciones. Tzipi Livni expresó que el acuerdo “no solamente es pésimo por lo que dice sino por lo que no contiene”[4].
¿Por qué los opositores a este defectuoso acuerdo insisten en que es una mala movida? The Israel Project señala puntos cruciales para calificarla de dicha manera[5]:

·        Protege la infraestructura nuclear iraní en vez de desmantelarla.
·        Coloca a Irán en la posibilidad de construir armas nucleares a días o semanas de haber expirado el acuerdo.
·        Mantiene más de 5000 centrifugadoras iraníes funcionando.
·        Acerca a Irán decenas de billones de dólares en un inmediato “bonus terrorista”.
·        Destruye procedimientos de verificación y coloca al propio Irán en un comité que votará sobre permitir el acceso a sitios nucleares iraníes bajo sospecha.
·        Compromete a las potencias mundiales a ayudar a Irán a desarrollar mejores y más nuevas tecnologías nucleares.
·        Brinda a Irán acceso a las armas convencionales más avanzadas del mundo al levantar el embargo de la ONU.

En 1938, en ocasión de reunirse por el Pacto de Múnich, Adolph Hitler como Führer alemán y Neville Chamberlain en calidad de Primer Ministro británico firmaron un documento que apuntaba a garantizar la paz entre las naciones mediante la consulta y el diálogo[6]. Chamberlain exclamó en tono triunfal, al regresar aplaudido a Londres, que en ese papel llevaba la paz de su tiempo. Precisamente el tiempo, de manera rápida e implacable, demostraría el rotundo fracaso de su política de apaciguamiento frente a la bestia totalitaria nazi. No consiguió la paz de su tiempo; por el contrario, la guerra más grande conocida por la humanidad  hasta ese momento se desató en un suspiro.
En 2015, tras reunirse los equipos negociadores en Viena, Obama anuncia que su famoso acuerdo con Irán evitará que el país persa consiga armas nucleares, y por ende la paz y seguridad en la región será conseguida. Los demócratas frente a la pantalla de televisión aplauden el “logro”. Un elemento de análisis no menor: la contraparte de Obama es una bestia totalitaria, versión islamista. Y esta bestia no finge tanto en la previa como Hitler: sus líderes reiterada y públicamente, junto a enardecidas multitudes, claman “Muerte a América”, “Muerte a Israel”. Cuando la farsa quede al descubierto (ante los ojos ahora dormidos, porque los ojos despiertos ya saben lo que pasará), el 5+1 no podrá alegar que la historia no le avisó lo que venía.
Resta destacar lo falsificadores de la realidad que son Obama y los negociadores. Sostener que Irán cumplirá los términos del acuerdo en aras de la paz y no en búsqueda de un arsenal nuclear para desatar la guerra santa, es una falsedad. Hay dos posibilidades para tener en consideración: Primera posibilidad, que Obama esté equivocado, manejándose en base a premisas erróneas pero en verdad creyendo lo que dice sobre el impedimento a Irán. Esto no lo exime moralmente de las evasiones y falsificaciones que protagoniza al hacer oídos sordos ante las declaraciones de los ayatollahs y cerrar los ojos cuando delante tiene señales que inducen por lo menos a sospechar (como las trabas que pone Irán a las inspecciones internacionales en sus instalaciones); pero lo sitúa en el lugar de alguien que actúa por convencimiento intentando ser coherente entre lo que dice y hace según sus propios parámetros. Defendiendo su posición estadounidense y de aliado a Israel; de mala manera, pero defendiéndola al fin.
Segunda posibilidad, y más grave aún, es que Obama esté mintiendo en su posición pública, y a sabiendas esté firmando un acuerdo malo. La evidencia que apoya la desconfianza a Teherán es demasiado clara y notoria como para dejarla pasar, e Irán mismo se encarga de recordar día tras día su animosidad religiosa e ideología política anti-americana, anti-israelí, anti-occidental. En este escenario peor, Obama estaría actuando deliberadamente en contra de su mandato, alentando a la bestia a salir de la cueva y enseñar sus fauces, y a premiarla por ello. ¿Esto es caer en teorías conspirativas sobre un caballo de troya o quinta columna? No necesariamente. Hay gente en el mundo a la cual no le hace falta aliarse en público o en secreto con monstruos para destruir; el propio código moral no objetivo y anti-existencia que adoptan y siguen sin cuestionar es suficiente para que demuestren ansias por la destrucción, lo irracional y la bajeza. Quizás no lleguen a medir todas las consecuencias de sus acciones, pero no les hace falta.
En su fuero interno, Obama sabrá bien por qué siguió adelante en la negociación de un acuerdo con un régimen teocrático terrorista aspirante a genocida nuclear. Lo mismo va para el resto que hizo al acuerdo posible.
Lo concreto es que estando la existencia de Israel en juego, se llegó al acuerdo. Tal vez si otro fuera el principal amenazado y se viera a sí mismo con serias posibilidades de desaparecer del mapa, no habría acuerdo sino invasión, o por lo menos habría un mejor acuerdo, mucho más duro. Pero cuando es Israel quien está en la zona caliente, las cosas son así. Por eso, los que apoyan a Israel esperan que el Primer Ministro cumpla su promesa: no ligarse al acuerdo, siempre defenderse.         



[1] Leer más en: Los puntos clave del histórico acuerdo nuclear entre Irán y las seis grandes potencias
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/07/150714_iran_acuerdo_nuclear_potencias_ac
[2]Para Barack Obama, el acuerdo con Irán "corta todas las vías para un arma nuclear"
http://www.lanacion.com.ar/1810263-barack-obama-acuerdo-nuclear-con-iran
[5] Más información en la web http://www.nobombforiran.com/
[6] Ver más en: El Pacto de Munich 1938
http://www.historiasiglo20.org/GLOS/pactomunich.htm

No hay comentarios:

Publicar un comentario