viernes, 19 de junio de 2015

Ni una menos: Violencia de género como medio de dominación del Posmodernismo y el marxismo cultural

Ni una menos: Violencia de género como medio de dominación del Posmodernismo y el marxismo cultural
Ezequiel Eiben
3/6/2015


Fui a la marcha #Niunamenos para analizarla desde mis propios ojos. Es decir, ahorrate la chicana de que la veo a través de Magnetto (de paso, TN estuvo pendiente del evento a través de sus medios y redes sociales).
Voy a empezar diciendo que defiendo el derecho de la gente a expresar ideas, no importa lo buenas o nefastas que sean. En este caso, el derecho de las mujeres a expresarse. Ahora te hablo a vos, mujer independiente y de bien: tenes derecho a reclamar que no te golpeen y que no te abusen sexualmente. Ahora, que eso no te confunda en el planteo de la cuestión. La violencia recibida en supuestos individuales, con víctimas y victimarios individuales, que procede por diversos motivos, no puede ser generalizada bajo la conceptualización “violencia de género”, porque eso es un desvío. No es que la mujer es violentada por ser mujer, y que el hombre agrede por ser hombre. No hay una razón metafísica para que esto suceda. Y cuando una mujer es golpeada por un marido descarriado, borracho, vago y violento, son estos los motivos de la agresión, no su calidad de hombre. Lo mismo puede suceder al revés, que el hombre sea agredido, y ahí no escuchamos el argumento de género.
Una vieja estrategia de dominación es “divide y reinarás”. Los marxistas dividieron a la gente en proletario explotado y capitalistas explotadores, y dominaron. Los nazis en razas superiores y razas inferiores, y dominaron. Los fascistas en nacionalistas y enemigos de la nación, y dominaron. Los islamistas en los que profesan la Verdadera Fe, y los infieles, y dominaron. Mujer independiente, no caigas en una trampa. El movimiento intelectual llamado Posmodernismo, y el marxismo cultural, con la adhesión de sectores políticos como el peronismo, están detrás de una nueva división. Ahora no es la lucha de clases, de razas, de religiones: es la lucha de género. Quieren dividir para dominar. No permitas que te usen como instrumento para sus políticas. Lo que estos movimientos intelectuales buscan es instalar su agenda política generando antinomias y divisiones, instalando eslóganes para conglomerar a un grupo, y dentro de este preparar su fuerza de choque. Cuando hay una división artificial de este tipo, les resulta más fácil lograr sus metas: porque se fortalece a un grupo dándole la identidad de víctima, y se lo fanatiza con consignas; y se instala la idea de chivo expiatorio y culpabilidad sobre el otro. En este caso: mujeres son víctimas, hombres son culpables. ¿Qué deja de lado este planteo? La idea esencial de ser humano como tal, más allá de que sea hombre o mujer. Vale preguntar, ¿la marcha no es también por los hombres golpeados? ¿No hay un #Niunomenos al cual asistir?
No hay una responsabilidad colectiva de todos los hombres por el daño causado a las mujeres. Los supuestos son individuales, por lo tanto las responsabilidades son individuales. Es culpable el hombre golpeador, y no es culpable el hombre que no golpea. De la misma manera para las mujeres. No hay una victimización colectiva de todas las mujeres, porque una mujer golpeadora no es una víctima. Hagamos una comparación: ¿Un alemán nacido en este siglo debería sentir culpabilidad personal por pertenecer al colectivo “alemanes”, dentro del cual miembros el siglo pasado asesinaron a judíos? No. Puede asumir la responsabilidad de educar y luchar para que no vuelva a suceder, pero no tiene responsabilidad personal directa por lo acontecido. De la misma manera, un hombre individual de hoy no tiene responsabilidad personal directa porque en el pasado otros hombres maltrataron mujeres. Demás está decir, que los culpables son responsables de la violencia, no del sexo con el cual nacieron. Pero los interesados en que haya lucha de clases, nos quieren convencer de la visión colectivista del género, atribuyendo culpabilidad y victimización por grupos.
En la marcha en San Juan, la política partidaria estuvo presente en un evento que se suponía sería por y para la mujer, sin esas banderas distintivas. Aquí se puede descubrir ideologías detrás. Una oradora dijo, palabras más palabras menos: “No se vaya gobernador Gioja. Gracias por el sueldo”. Es decir, apoyó explícitamente al Frente para la Victoria, hizo campaña con nombre y apellido para el oficialismo, y pidió algo de dudosa constitucionalidad. De paso, le agradeció al gobierno la plata que este le da para llevar adelante sus tareas en pos de la mujer. Cierta gente empezó a murmurar que el evento no era político, y la siguiente oradora sintió lo mismo, al manifestar que “las mujeres independientes también vinieron” y que no había que “nombrar políticos”. Un hombre, como no podía faltar, habló en contra de la dictadura, refiriéndose a madres y mujeres torturadas en aquella época. Ahora bien, ¿las torturaron por ser mujeres? ¿Por ser madres? ¿Hombres no fueron torturados? ¿No fueron otros los motivos de la tortura? Como se ve, la (falta de) lógica de género es instalada para analizar tanto el presente como la historia, y así todos los hechos son vistos a través del prisma posmoderno o marxista cultural. Otra mujer expresó “agradezco infinitamente a la presidenta”. ¿Qué hay que agradecerle a Cristina Kirchner, exactamente? ¿Qué se le agradece a una tirana populista? Otra mujer habló sobre violencia de género laboral, que no había igualdad de oportunidades y de sueldo. ¿A esta mujer no le interesa la idea de mérito, idoneidad y calidad laboral? ¿Ella quiere cobrar lo mismo que otros por el hecho de ser mujer? Dirá que los empresarios tacaños y ambiciosos les pagan menos a las mujeres. Entonces, si esto es así las mujeres deberían ser más contratadas porque cobran menos y los empresarios pagan menos, lo cual contradice la idea de falta de oportunidades. Podrá referirse a la ausencia de mujeres en puestos más importantes, lo cual implicaría admitir que quiere que mujeres ocupen esos puestos por su calidad de mujer y no por su idoneidad, lo cual no habla bien de la estima que le tiene a la calidad laboral de las mujeres. Los argumentos feministas de esta clase se anulan a sí mismos. Otra oradora expresó la frase kirchnerista “La patria es el otro” y dijo que “no puede ser que las mujeres carguen con los maridos”. ¿Esto es algo generalizado y motivo suficiente para organizar una marcha? ¿Los maridos no “cargan” con sus mujeres? Es notorio el bajo nivel intelectual en este caso de alguien con apoyo oficial que le brinda un micrófono para difundir deformaciones de la realidad.
Entre las banderas vistas en la marcha, están las de Miles (oficialismo de Luis D´elía), Kolina (oficialismo de Alicia Kirchner), con caras de Eva Perón y Néstor Kirchner, JP Evita, UPCN (gremio del oficialista Villa), y banderas rojas y negras (colores del anarquismo marxista). Gente portaba remeras del Ministerio de Desarrollo Social – Presidencia de la Nación. Panfletos de la CTA de los trabajadores pedían por la democratización de los medios para una comunicación no sexista ni violenta (una forma de decir que apoyan la Ley de Medios kirchnerista en contra de la libertad de expresión y la libertad de imprenta, y que quieren controlar lo que dicen los periodistas aprobando o desaprobando manifestaciones de acuerdo a sus estándares). Otro panfleto anarquista izquierdista le echaba la culpa al capitalismo de la violencia sufrida por las mujeres (cuando ha sido el sistema bajo el cual las mujeres mejor se han desarrollado y han logrado la igualdad de derechos).
Espero que te sirva esta explicación, mujer independiente, para darte cuenta del trasfondo ideológico y político de la “cuestión de género”. Si no querés ser un instrumento al servicio de quienes te usan como caballito de batalla para su propia agenda posmoderna, marxista o peronista, efectuá tus reclamos desde otro enfoque, no desde la plataforma de estos inescrupulosos buscadores de carne de cañón. Lo que tenemos que defender quienes deseamos vivir en paz, tranquilidad y prosperidad, no son los tratamientos especiales para grupos a costa de otros grupos injustamente colectivizados, que fomentan la división artificial. Tenemos que pregonar los derechos individuales: vida, libertad y propiedad, independientemente de religión (seas judío o católico), de sexo (seas hombre o mujer), de color (seas blanco o negro). Derechos individuales por el hecho de ser personas racionales, no por haber nacido hombre o mujer.
No hay metafísica ni determinismo histórico que imponga una guerra entre hombres y mujeres. No caigamos en el “divide y reinarás” bajo el cual quieren someternos los ideólogos de las luchas de clases. Juntos, seamos hombres o mujeres, cooperemos para tener una sociedad abierta y pacífica, liberal, respetuosa de los derechos de sus integrantes. Hay una contradicción entre reclamar igualdad y a la par reclamar un tratamiento especial con privilegios por el simple hecho de ser mujer. Reclamemos igualdad ante la ley, para que los derechos de cualquier persona sean valorados. No reclamemos que el “femicidio” (feminicidio en rigor) tenga que tener mayor pena que matar a un hombre, porque eso es valorar a la mujer por encima del hombre.
Yo respeto tus derechos mujer, más allá de que seas mujer, porque sos persona.  
 

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