Mordejai Anilevich: el Héroe
Clásicos Héroes judíos
El pueblo judío ha contado a lo largo de su historia con personajes protagonistas de hazañas increíbles, que bien merecidamente fueron catalogados como Héroes. Por citar dos ejemplos, nombro a Yehuda Maccabi y Bar Kojva.
El primero de ellos, fue el líder de los combatientes judíos que enfrentaron a los dominadores griegos allá por el 168 a.e.c. Fue una doble lucha: militar, contra el enemigo que dominaba Judea; y espiritual, en contra de la asimilación al helenismo. Los griegos profanaron el Segundo Templo Judío, levantaban sus propios ídolos, realizaban sus rituales paganos, y controlaban política y militarmente la ciudad. Los grandes macabeos lograron el triunfo en las dos dimensiones de su enfrentamiento, logrando erradicar el politeísmo pagano griego del Templo con la subsecuente purificación, y expulsando por la fuerza a los invasores. La fuerza de Yehuda Maccabi fue la decisiva para, en la dura contienda, inclinar la balanza en favor de los judíos.
El segundo, Bar Kojva, fue otro exponente del liderazgo militar judío, esta vez en contra del Imperio Romano. Tal era el sentimiento que despertaba en los suyos, tan imponente era su figura, que hasta fue aclamado Mesías por el Rabí Hakiva. Finalmente su rebelión sería aplacada en el año 135 e.c., al caer la última fortaleza, Betar. Pero por tres años, Bar Kojva había enfrentado a los romanos infligiéndoles violentos e inesperados golpes. A los judíos, ya desparramados, con el Templo ya destruido, aún les había quedado fuerzas para esa última rebelión, siguiendo a su esperanzador líder.
Yehuda Maccabi y Bar Kojva. Dos líderes, dos Héroes judíos. Lo realizado por ellos es sencillamente heroísmo. Y hay que tener en cuenta ciertas cosas cuando de Héroes judíos hablamos: no hay que olvidar que en esos casos el pueblo judío siempre fue una minoría, no hay que olvidar que enfrentó potencias mucho más poderosas. Los Héroes judíos se la tuvieron que arreglar en inferioridad numérica, con menor armamento y tecnología militar, contra verdaderos profesionales en el arte de la guerra. Le agrega un plus al Héroe judío, el enfrentar a mucho con muy poco. Una valentía y un orgullo palpables en la convicción de luchar por lo que se podría dar con facilidad como una causa perdida.
Los macabeos terminaron triunfando, mientras que la rebelión de Bar Kojva fue derrotada. Es así que el Héroe judío a veces gana y otras pierde. Su heroísmo no proviene de la victoria obtenida (puesto que esta le ha sido negada en ocasiones) sino de su atrevimiento a hacer las cosas osadas. Proviene también de las circunstancias, siempre adversas, que tiene que enfrentar: ya sea por la menor cantidad de efectivos habilitados para pelear contra los enemigos, por el menor desarrollo armamentístico, o por todo lo que arriesga llevando a cabo una lucha en su propio territorio, cerca de donde están su gente y sus moradas.
El Héroe juvenil
En la Shoá, el pueblo judío fue masacrado. El imperio nazi que se extendía por Europa con una maquinaria de guerra conquistadora y asesina, tenía el objetivo de eliminar a los judíos y al judaísmo del planeta, incluso de borrar su memoria. Pero aún este poderío nazi encontró quien le hiciera frente en condiciones de vida infrahumanas, inimaginables.
Este es el papel desempeñado por los Héroes juveniles judíos, en el que aquí destacamos los grandes protagonistas del Levantamiento del Ghetto de Varsovia. Las tnuot (movimientos juveniles) fueron en gran parte las que decidieron cargarse al hombro el destino de los judíos encerrados en el ghetto, y prepararon un enfrentamiento con armas contra los nazis.
El líder de la Z.O.B. (Organización Combatiente Judía) de la resistencia armada, un auténtico Héroe judío, se llamaba Mordejai Anilevich. En su persona podemos apreciar las cualidades que definían a aquellas almas torturadas que decidieron pelear contra la opresión genocida del nazismo. Juventud, responsabilidad, y decisión. No es fácil la transición de ser alguien que vivía en su casa en una ciudad, a convertirse en miembro de una guerrilla de un ghetto, sin formación y experiencia previa como con las que cuenta un soldado de un ejército regular.
Anilevich y las circunstancias de su liderazgo
El primer movimiento juvenil al que perteneció Anilevich fue Betar. Luego se unió a las filas del Hashomer Hatzair, tnuá con cuyas ideas sentía una identificación más plena, y en la cual se quedaría finalmente.
En los diferentes países, Betar enseñaba a sus janijim autodefensa, de cara a enfrentar los peligros que significaban el antisemitismo en Europa y las dificultades que tenían los sionistas con las revueltas árabes en Eretz Israel. Esta tnuá basaba parte de su educación en la visión premonitoria de Vladimir Zeev Jabotinsky de que la diáspora terminaría con los judíos.
Las demás tnuot no se especializaban en la autodefensa, y por eso se podría considerar que sus miembros estaban más desprotegidos por falta de entrenamiento. De ahí que se distingue el accionar del ZZW (Organización Militar Judía, grupo integrado por betarim como Pavel Frenkel que también enfrentó a los nazis), que contaba con adiestramiento y algunos de sus miembros habían pertenecido al ejército polaco, del resto de los grupos clandestinos. Hubo quien, para integrar la resistencia armada, tuvo que empezar desde cero. Cómo tomar un arma, cómo disparar.
Recordar se debe el contexto de desinformación en el cual los judíos pasaban sus días. Pocas noticias entraban al ghetto provenientes de afuera, funcionaban periódicos de forma clandestina, y alguno que otro podía contrabandear información. Ni hablar de poder verificar y constatar lo que ocurría del otro lado de las paredes en los lugares lejanos, donde ni los judíos que salían a trabajar llegaban. Era sumamente difícil la obtención de datos certeros. En un principio los propios judíos estaban desinformados de la idea nazi de exterminarlos por completo. Por la desagradable manera de constatar la realidad, al desaparecer cada día más judíos por las “acciones” y deportaciones nazis, se empezaron a dar cuenta del macabro plan. Anilevich luego advirtió no subirse a transportes, ya que estos desembocaban en Treblinka, y los judíos iban a parar directo a las cámaras de gas. Los viajes que este joven realizó le permitieron obtener datos y contactos que ayudarían posteriormente en la proeza en el ghetto. Queda en evidencia que, con casi nada a favor, y demasiado en contra, las circunstancias en las que Anilevich debió liderar aumentan el prestigio de su accionar y el orgullo de su memoria.
Desempeño de Anilevich antes y durante el Levantamiento del ghetto de Varsovia
Ana Kahan lo definió como una persona muy inteligente. Y no caben dudas de que así fue con solo echar un vistazo a las maniobras que debió realizar en la resistencia contra los nazis.
Mordejai era un vocero naturalmente escuchado, siendo su opinión la de mayor valor en lo que respectaba al movimiento clandestino. Sus palabras iban acompañadas con hechos que verificaban la valentía de lo que decía en lo que realizaba. En su visión, el judío no debía quedarse de brazos cruzados ante la horrible campaña de exterminio nazi. Por más que la rebeldía únicamente provocaría mayor furia alemana, valía la pena. Los judíos no se quedarían sentados, oprimidos, sumidos en la impotencia, sin que eso le costara un alto precio al enemigo. De esto, Anilevich daba claros mensajes en sus intervenciones como orador y publicaciones en periódicos clandestinos. En esta misma línea, nos cuenta Kahan que “en 1942 Mordejai se entrevista con el dirigente máximo del Judenrat de Silesia M. Merin a quien advirtió que en caso de que continuara el envío de transportes con judíos la juventud se opondría con las armas en mano”.
Anilevich se encargaba con suma responsabilidad en preparar la defensa de los judíos en el ghetto y el ataque contra los nazis. Preparaba granadas, organizaba ataque contra transportes nazis que cargaban judíos, ordenaba los grupos preparándolos para el eventual estallido. La valentía quedaba demostrada en cada acto, que implicaba un compromiso asumido por la vida y seguridad de sus compañeros y de todos los judíos del ghetto. Sabía que se cargaba al hombro la vida de muchos; que sus ataques provocarían una ira mayor en las tropas alemanas. Pero también sabía que todos morirían tarde o temprano en el ghetto o en los campos de exterminio, si se quedaban sin hacer nada. Por eso prefería morir dignamente enfrentando al enemigo, que rendirse y marchar con la cabeza gacha a su perdición. Especialmente ilustrador al respecto de su tarea y su intención resulta este párrafo de Kahan: “Anilevich y un grupo de combatientes se mezclaron con las personas que volvían de sus trabajos fuera del ghetto que eran conducidos por los alemanes armados al Umschlagplatz, la plaza junto a la estación desde donde los judíos eran llevados en vagones de ganado a Treblinka. Se desarrolló una sangrienta lucha. Actos similares de resistencia armada tuvieron lugar en otros sectores del ghetto donde había otro grupo dirigido por Arie Wilner, Eliezer Geler y otros. La inesperada resistencia opuesta por las organizaciones judías de combate tomó de sorpresa a los alemanes, obligándoles a suspender las deportaciones y buscar medios y formas de apresar a sus víctimas. Anilevich realizó una gran reorganización y fortaleció la capacidad de lucha de los grupos. En 1943 se ocupó de adiestrar a los jóvenes y a proveerles de armas”. Hay mucho más por decir, sin embargo debemos dejarlo de lado ya que no pretendo entrar en mucho detalle sobre los hechos sino más bien resaltar el coraje y valentía de Anilevich y sus seguidores.
El 18 de enero bajo la comandancia de Anilevich, la ZOB, ante una deportación, enfrentó a los nazis en una encarnizada lucha callejera. “Cuatro día después, los alemanes detuvieron las deportaciones. Los judíos interpretaron esto como una victoria de la resistencia judía” (Mordejai Anielewicz, http://www.ort.edu.uy/sobreort/pdf/anielevicz.pdf).
El 19 de Abril de 1943, vísperas de Pesaj, aniversario del nacimiento de Hitler, los nazis pretendían festejar su cumpleaños realizando una gran deportación. Los judíos no se habían creído la mentira proferida por los alemanes de que se los llevarían de allí sin violencia, de que los trasladarían pacíficamente.
Este preciso día comenzó el Levantamiento del ghetto de Varsovia. La resistencia peleó con fiereza, dignamente como la historia cuenta acerca de los Héroes judíos de todas las épocas. Lograron hacer que nazis huyeran, se replegaran, gritaran de asombro ante la increíble manifestación que tenían frente a sus ojos. Los atormentados prisioneros del ghetto se rebelaban contra el agresor y le ocasionaban severas bajas. La lucha en las calles evidenció la organización judía y el aprendizaje en los entrenamientos, mas la realidad se comenzó a palpar de manera dura otra vez: la superioridad nazi en cantidad de hombres y armamento provocó que los judíos debieran refugiarse en las casas.
Los nazis intentaron convencerlos de que salieran, pero como ya se dijo, las falsas promesas de tan crueles uniformados no convencerían jamás al harapiento honorable judío, que en el peor de sus momentos, elegía luchar con lo último que le quedaba. El enemigo recurrió entonces al fuego, quemando las casas, las personas, asfixiando e incinerando a aquellos que habían logrado llegar hasta aquel momento respirando las últimas bocanadas.
El 8 de mayo, tras semanas de confrontación, Anilevich se refugiaba con combatientes que habían sobrevivido en el búnker de la Z.O.B. en la calle Mila 18. En este día el bunker cayó y el levantamiento fue finalmente reprimido. Anilevich murió junto con gran parte de los que lo acompañaban (según algunas fuentes cayó en combate, mientras que otras señalan que se suicidó como los judíos ancestrales en Metzadá). Sin embargo su heroísmo ya había emprendido el camino hacia la inmortalidad en el cuadro de los grandes combatientes judíos de todos los tiempos. Por siempre allí figurará Mordejai Anilevich, comandante del Levantamiento del ghetto de Varsovia.
El heroísmo eterno del comandante
“A partir de enero de 1940, Anilevich se convirtió en un activista clandestino profesional. Como líder de su movimiento juvenil, organizó células y grupos de jóvenes, enseñó, colaboró en publicaciones clandestinas, organizó reuniones y seminarios, y visitó grupos en distintas ciudades… Al divulgarse las noticias del exterminio en masa de judíos en Europa oriental, las actividades de Anilevich cambiaron. De inmediato comenzó a organizar grupos de autodefensa dentro del gueto de Varsovia” (Mordejai Anilevich, www.jewishprograms.org).
Leyendo estas palabras, el lector alcanza a percibir ese cambio del que se habló en la actitud y formación del madrij y combatiente Anilevich. De educar a janijim y difundir noticias, a entrenar en autodefensa para la pelea. De ser un joven tnuatí referente como educador para sus janijim dentro del ghetto, a tener que improvisar grupos y tácticas de combate de guerreros judíos inexpertos, y pasar a ser comandante de la Z.O.B. en la resistencia armada con un profesionalismo adquirido sorprendente.
Anilevich reúne las características y actúa en un ámbito similar al que hemos estudiado de otros Héroes judíos históricos. Como Yehuda Maccabi y Bar Kojva, comienza actuando en la clandestinidad, preparando una rebelión en la cual los Héroes judíos desafian a una autoridad invasora represiva, en inferioridad numérica, con menos armamento y de menor calidad. La suerte que corre es como la de Bar Kojva, siendo finalmente derrotado pero entrando en la historia a partir de una valentía sobresaliente que logra infringir un daño impensado al enemigo como hasta ese momento no había conocido.
La lucha de Anilevich y sus combatientes del Levantamiento del ghetto de Varsovia contra los nazis es la lucha de la inexperiencia frente al profesionalismo; en muchos casos improvisación contra la planificación. Pocos revólveres contra una maquinaria de guerra. Es la bravura y el honor judío lo que permite contrarrestar semejantes desventajas y, aunque sea por un tiempo, mantenerse en pie frente a un enemigo netamente superior. Es el empeño, la dedicación y el compromiso asumido para tratar de cambiar el rumbo de los judíos encerrados, lo que transforma a estos valientes combatientes en profesionales de la clandestinidad. La consigna de Anilevich para participar del levantamiento del ghetto era “el que quiere sobrevivir, que no forme parte. Aquí los que peleamos sabemos que vamos a morir”. Era conciente que iba a dar su vida por la última causa judía dentro del ghetto.
Está el debate de si Anilevich fue o no un Héroe; algunos simplemente opinan que hizo lo que tenía que hacer. Anilevich es tan Héroe como los grandes personajes históricos mencionados. Lo que hizo, lo hizo voluntariamente. No necesariamente “debía” hacerlo. Lo eligió. Sino, todos los judíos en todos los ghettos se hubiesen levantado en armas. Él prefirió luchar a entregarse en una deportación, conociendo el destino de ambas opciones: la muerte. La cuestión es cómo eligió morir, manteniendo bien el alto el estandarte de la inacabable garra judía. Miles de judíos no pudieron hacer nada y no conocían el destino de los trenes, que los conducían inexorablemente a la muerte en la cámara de gas. Anilevich tomó la oportunidad de hacer algo y la concretó.
La resistencia armada está fielmente reflejada en Anilevich. Si bien hubo otras formas de resistencia, como educar en secreto, contrabandear panes y todo lo que nombra Jaim Guri en “La Resistencia”, el levantamiento armado en sí, declarado contra los nazis, fue este que contó con Anilevich entre sus principales protagonistas. No hay que relativizar el valor de la resistencia armada, que fue realizada por los Héroes combatientes. Esto no implica restarles importancia a las demás manifestaciones de resistencia, pero sí destacar quien resistió de forma expresamente declarada frente a los enemigos recurriendo a las armas para matar la mayor cantidad posible antes que ellos mataran a los judíos. Es para lo que entrenaron, contrabandearon, organizaron y se martirizaron. Por una causa justa.
Escribe Anilevich en su última carta: “El sueño de mi vida se hizo realidad. La resistencia judía armada y la venganza son hechos consumados. He sido testigo de la magnifica y heroica lucha de los combatientes judíos”. Como él mismo lo afirma, se trató de una lucha heroica. Y el orgullo que le produjo es el que nosotros debemos sentir.
El Levantamiento del ghetto de Varsovia hace de Anilevich y sus combatientes verdaderos Héroes judíos.
Ezequiel Eiben
29-12-2009
Fuentes
Mordejai Anilevich. Combatiente del Ghetto de Varsovia. – Ana Kahan (http://www.fmh.org.ar/revista/6/anilevich.htm)
Mordejai Anilevich (www.jewishprograms.org)
Mordejai Anielewicz (http://www.ort.edu.uy/sobreort/pdf/anielevicz.pdf)
miércoles, 30 de diciembre de 2009
martes, 29 de diciembre de 2009
60 años de Hejalutz Lamerjav
60 años de Hejalutz Lamerjav
60 años en movimiento. No es poco, tampoco es tanto. Y por eso seguiremos moviéndonos.
60 años de trabajo. Se hicieron varias cosas, quedan muchas por hacer. Y por eso seguiremos trabajando
Un orgullo difícil de explicar es lo que siento al poder festejar 60 años de nuestra querida Tnuá, la que nunca nos dejó solos, la que siempre nos ofreció un marco dentro del cual aprendimos, enseñamos, jugamos, y por sobre todo, nos identificamos.
Nadie de nosotros puede ponerse a enumerar una por una las anécdotas que guardamos, las alegrías que tuvimos, porque se nos pasaría la vida entera con tantos y tan buenos recuerdos. Por eso no quiero ponerme a invocar hechos concretos, sino decir en general que Hejalutz Lamerjav, nos forma en todo sentido: como janijim, como madrijim, como judíos. Nos forma como seres humanos que habitamos este mundo que tanto necesita de nuestro pionerismo, para lograr hacerlo un lugar mejor, para cambiar lo que está mal, para portar por el mundo ideales y valores, y ofrecer a los jóvenes la posibilidad de moverse e ir en busca de lo que quieren.
Las tnuot que desembocaron con amor y pasión en Israel nos dejaron un claro mensaje, que hay que luchar por nuestros sueños, seguir nuestros ideales, y así sentirnos realizados. Como parte de las tnuot, es realmente significativo e importante, mucho más de lo que a veces imaginamos, que estemos educando hacia Eretz Israel, que nos comprometamos con su bienestar, y que nos juntemos para unir esfuerzos en lo que consideramos una causa digna.
Gracias Tnuá por ser nuestra casa, por darnos un marco judeosionista que nos hace sentir que nuestra vida toma rumbo. Gracias por haber sido la casa de muchos otros a lo largo de 60 años, en nombre de ellos te damos nuestros sinceros reconocimientos, y te aseguramos que seguiremos a tu lado, tal como vos estuviste con nosotros, para que el movimiento siga y siga.
Vamos Hejalutz que somos la tnuá más grande de Argentina y no nos quedamos en el camino; vamos Hejalutz de mi vida, y gracias por todo.
Eze Eiben
2009
60 años en movimiento. No es poco, tampoco es tanto. Y por eso seguiremos moviéndonos.
60 años de trabajo. Se hicieron varias cosas, quedan muchas por hacer. Y por eso seguiremos trabajando
Un orgullo difícil de explicar es lo que siento al poder festejar 60 años de nuestra querida Tnuá, la que nunca nos dejó solos, la que siempre nos ofreció un marco dentro del cual aprendimos, enseñamos, jugamos, y por sobre todo, nos identificamos.
Nadie de nosotros puede ponerse a enumerar una por una las anécdotas que guardamos, las alegrías que tuvimos, porque se nos pasaría la vida entera con tantos y tan buenos recuerdos. Por eso no quiero ponerme a invocar hechos concretos, sino decir en general que Hejalutz Lamerjav, nos forma en todo sentido: como janijim, como madrijim, como judíos. Nos forma como seres humanos que habitamos este mundo que tanto necesita de nuestro pionerismo, para lograr hacerlo un lugar mejor, para cambiar lo que está mal, para portar por el mundo ideales y valores, y ofrecer a los jóvenes la posibilidad de moverse e ir en busca de lo que quieren.
Las tnuot que desembocaron con amor y pasión en Israel nos dejaron un claro mensaje, que hay que luchar por nuestros sueños, seguir nuestros ideales, y así sentirnos realizados. Como parte de las tnuot, es realmente significativo e importante, mucho más de lo que a veces imaginamos, que estemos educando hacia Eretz Israel, que nos comprometamos con su bienestar, y que nos juntemos para unir esfuerzos en lo que consideramos una causa digna.
Gracias Tnuá por ser nuestra casa, por darnos un marco judeosionista que nos hace sentir que nuestra vida toma rumbo. Gracias por haber sido la casa de muchos otros a lo largo de 60 años, en nombre de ellos te damos nuestros sinceros reconocimientos, y te aseguramos que seguiremos a tu lado, tal como vos estuviste con nosotros, para que el movimiento siga y siga.
Vamos Hejalutz que somos la tnuá más grande de Argentina y no nos quedamos en el camino; vamos Hejalutz de mi vida, y gracias por todo.
Eze Eiben
2009
Educación No Formal
Educación no formal
Lo que hacemos en la Tnuá, desde nuestra posición de madrijim, es dar peulá. Brindamos educación no formal a los chicos dentro de un marco judío, donde pretendemos ser de ayuda para que forjen su identidad y afiancen los lazos de amistad que los unen.
El ser madrij te deja cosas, e implica otras tantas. Implica cosas, porque bajo nuestra responsabilidad, libremente asumida, está la tarea de educar y guiar a los janijim. Proporcionarles herramientas que construyan razonamientos propios, facilitarle elementos para la recreación, y formarlo para que pueda elaborar juicios y también debatir.
Y el ser madrij te deja cosas, te llena el espíritu de satisfacciones y gratas sensaciones. Porque, ¿qué puede ser más lindo para un madrij que ver unido a su grupo de janijim, y compenetrarse con ellos? ¿Qué puede ser más lindo que ir viendo como semana a semana, el vínculo se fortalece, y se sabe que se está en presencia de algo bueno? Ni hablar de lo que significa que un janij te pida tu jultzá.
Todo esto es la educación no formal. No sentamos a los chicos en bancos y disertamos para luego ponerlos a prueba tomándoles un examen. Hacemos actividades de manera distinta, bajo techo o al aire libre, con juegos y tareas, todo dentro de la informalidad.
Como dice Gusti Guelbert al referirse al ser madrij: “el madrij no lo sabe todo”. Si el janij pregunta algo que el madrij desconoce, queda como inquietud para que ambos investiguen para hallar la respuesta.
Ahora, si nos ponemos a pensar, invocando a la historia, nos damos cuenta que grandes maestros, acorde a algunos de los parámetros citados, han propiciado los que pueden ser precedentes de la educación no formal. Quiero citar al espléndido filósofo Sócrates, que transmitía conocimiento mientras caminaba seguido por personas que lo iban oyendo. U, ocasionalmente, paseaba por la plaza y escogía a cualquier caminante para platicarle, utilizando métodos como la ironía, resultando hasta molesto para quienes no querían soportarlo. Muy diferente a lo que hizo su discípulo Platón, que fundó una academia, formalizando la enseñanza a alumnos propiamente dichos.
Así vemos como rastreando en el tiempo encontramos claros ejemplos que sirven como precedentes a lo que hoy nosotros hacemos como madrijim. Estoy seguro que Sócrates también sentía satisfacción cuando lograba despertar la razón de las personas. En definitiva, esa era la finalidad de la ironía: que el sujeto llegara por sus propios medios, guiado por preguntas, al conocimiento. Además, apela a la misma clase de humildad que se señaló más arriba en el ser madrij, en su frase "Sólo se que no se nada". Como Sócrates, nosotros transmitimos, y sobre todo, guiamos.
Ezequiel Eiben - Hejalutz Lamerjav
2008
Lo que hacemos en la Tnuá, desde nuestra posición de madrijim, es dar peulá. Brindamos educación no formal a los chicos dentro de un marco judío, donde pretendemos ser de ayuda para que forjen su identidad y afiancen los lazos de amistad que los unen.
El ser madrij te deja cosas, e implica otras tantas. Implica cosas, porque bajo nuestra responsabilidad, libremente asumida, está la tarea de educar y guiar a los janijim. Proporcionarles herramientas que construyan razonamientos propios, facilitarle elementos para la recreación, y formarlo para que pueda elaborar juicios y también debatir.
Y el ser madrij te deja cosas, te llena el espíritu de satisfacciones y gratas sensaciones. Porque, ¿qué puede ser más lindo para un madrij que ver unido a su grupo de janijim, y compenetrarse con ellos? ¿Qué puede ser más lindo que ir viendo como semana a semana, el vínculo se fortalece, y se sabe que se está en presencia de algo bueno? Ni hablar de lo que significa que un janij te pida tu jultzá.
Todo esto es la educación no formal. No sentamos a los chicos en bancos y disertamos para luego ponerlos a prueba tomándoles un examen. Hacemos actividades de manera distinta, bajo techo o al aire libre, con juegos y tareas, todo dentro de la informalidad.
Como dice Gusti Guelbert al referirse al ser madrij: “el madrij no lo sabe todo”. Si el janij pregunta algo que el madrij desconoce, queda como inquietud para que ambos investiguen para hallar la respuesta.
Ahora, si nos ponemos a pensar, invocando a la historia, nos damos cuenta que grandes maestros, acorde a algunos de los parámetros citados, han propiciado los que pueden ser precedentes de la educación no formal. Quiero citar al espléndido filósofo Sócrates, que transmitía conocimiento mientras caminaba seguido por personas que lo iban oyendo. U, ocasionalmente, paseaba por la plaza y escogía a cualquier caminante para platicarle, utilizando métodos como la ironía, resultando hasta molesto para quienes no querían soportarlo. Muy diferente a lo que hizo su discípulo Platón, que fundó una academia, formalizando la enseñanza a alumnos propiamente dichos.
Así vemos como rastreando en el tiempo encontramos claros ejemplos que sirven como precedentes a lo que hoy nosotros hacemos como madrijim. Estoy seguro que Sócrates también sentía satisfacción cuando lograba despertar la razón de las personas. En definitiva, esa era la finalidad de la ironía: que el sujeto llegara por sus propios medios, guiado por preguntas, al conocimiento. Además, apela a la misma clase de humildad que se señaló más arriba en el ser madrij, en su frase "Sólo se que no se nada". Como Sócrates, nosotros transmitimos, y sobre todo, guiamos.
Ezequiel Eiben - Hejalutz Lamerjav
2008
miércoles, 23 de diciembre de 2009
Polacles
Polacles
El joven Polacles caminaba observando alrededor. Veía gente por aquí, gente por allá, gente en todos lados. Se preguntó qué sería de sus vidas, de sus sueños. Polacles creía en el destino reservado para el ser humano. Un camino ya trazado que sólo restaba recorrer. Muchas preguntas iban y venían por su cabeza, dudas e ideas acerca de la gente. Pensaba cosas tristes de esas personas. “Una vida triste, sumida en la pobreza y la injusticia”. ¿Era eso realmente una vida? En sus pocos años, el muchacho había gozado de experiencias satisfactorias, emocionantes. Experiencias que aquellas personas solitarias y apartadas solo podían imaginar. ¿Qué era entonces lo que los pobres hacían en el mundo? Trabajo duro y horas de desgarradores servicios, pero ninguna tarea desempeñada más allá de la mencionada rutina.
Los hombres importantes eran políticos, los fuertes eran guerreros, los inteligentes eran filósofos, los talentosos eran artistas. Y los pobres trabajaban. Construían todo lo que los ricos disfrutaban y alardeaban tener. De vez en cuando un pobre sacaba a luz su dote artística y expresaba sentimientos en una obra. Pero claramente, la mayor parte del tiempo a los carenciados se los explotaba con deberes. “Horroroso debe ser vivir en tales condiciones” pensó Polacles.
Siguió su camino sin rumbo definido, con la brisa fresca sonándole en los oídos. Finalmente se acercó a la sombra de un árbol y se echó a descansar. Cerró los ojos en busca de paz, mas las reflexiones invadían su cerebro.
-Te ves preocupado –le dijo una voz grave, que denotaba cierta edad. Polacles alzó la mirada y descubrió a un señor sentado a su lado-.
-Así es, mi buen amigo Meledeo. Lo estoy.
-Cuéntame entonces, si lo deseas, qué ocurre.
-Meledeo, si hay una persona de la cual nunca yo dudaría de su sabiduría y mucho menos me atrevería a contradecir, esa eres tú. Confío en ti. Dime ¿Qué es ser pobre? ¿Quién es pobre?
-Pobre… me temo que no hay una sola respuesta a tus preguntas. ¿Qué es ser pobre? Para el ojo humano, pobre es aquel que viste mal porque no tiene qué ponerse, es aquel que no puede permitirse gastar una moneda más, alguien que no come todos los días, y cuando come, come mal. Ahora hablemos desde el corazón humano. ¿Qué es ser pobre? Es no sentir amor. No amar al que tienes al lado, no honrar la vida, no creer en Dios. Es la falta de un motivo para seguir adelante. No alimentar tu espíritu con sentimientos positivos. Si no amas, por siempre sumido en la remota oscuridad vagarás. ¿Comprendes?
-Perfectamente –respondió Polacles asombrado. Nunca se había planteado la pobreza desde ese ángulo-.
-Bien –continuó Meledeo-. ¿Quién es pobre? El que es pobre para el ojo, no siempre es pobre para el corazón. Es más, sucede en varios casos que aquel que no posee recursos materiales para satisfacer necesidades, forja a partir de su constante lucha una fortaleza espiritual que le permite no solo subsistir, sino vivir. Vivir con humildad y orgullo. En ciertas ocasiones, el hombre que lo tiene todo materialmente hablando, no esta cómodo. Hay un vacío en su interior, afectivo, existencial, como sea.
-Siento mucha pena por los pobres. Y ahora que me lo explicas, también compasión siento por los que tienen todo y a la vez no tienen nada.
-Es un sentimiento humano que a veces sirve, la pena. El sentir pena por alguien nos puede mover a ayudarlo.
-Le pediré a los Dioses por sus almas, que sepan andar por el camino que les ha sido destinado.
-Yo también le he rezado a mi D'os para que la pobreza desaparezca de la Tierra. Lo que podemos hacer nosotros es contribuir a que se sientan parte de este mundo, y no marginados.
-¿Tu D'os te escucha Meledeo? Veo la desgracia y me pregunto si hay seres superiores que nos cuidan.
-D'os siempre escucha. Es como un amigo que en todo momento presta su oído para nuestras plegarias. Sí, D'os siempre nos protege.
-Es extraordinario como tu pueblo afirma la fe y vive con sus creencias. Está en su esencia. Es como un estandarte que flamea y convoca a todos a su alrededor en una unida comunidad.
-Así somos los judíos. Nuestra fe en D'os traspasa todas las fronteras. Nuestro pueblo vive con dignidad, y nuestra cultura nos identifica. Es algo nuestro.
-Son gente admirable, Meledeo.
-Gracias Polacles. Tú no debes perder la fe. El ser humano, en su insignificante existencia, puede realizar significantes cosas.
Y Polacles se fue pensando a su hogar qué cosa significante podría hacer para colaborar con los necesitados. Erradicar la pobreza era imposible. “Si estuviera a mi alcance lo haría con gusto, pero no puedo”. Le empezó a martillar la cabeza. “Vamos Polacles, piensa. Piensa profundo. ¿Qué de entre todas las cosas que no tienen los pobres, necesitarían más para poder ser considerada gente de la ciudad y no apartados sociales? Algo para que se manifiesten y así sean escuchados. Algo que les permita expresar su voluntad, la suya propia, para poder ser ellos mismos, y no entes que hablan por boca de otros y que obran por ambiciones de otros”.
La idea permaneció en la mente de Polacles mucho tiempo. Pasaron 20 años desde su conversación con el judío Meledeo, y Grecia no era la misma. Había experimentado un cambio substancial en su conformación como ciudad, en su régimen político y en su orden social. Y todo gracias a una persona.
Polacles en esas dos décadas se había dedicado a trabajar, a analizar, a filosofar, a probar, a comprobar. Un pensamiento alumbrado por inquebrantable voluntad y sostenido por sincero amor. Aquel muchacho que deseaba un cambio en su juventud, ayudó impresionantemente, y seguía contribuyendo. Ahora era un hombre grande, maduro, fortalecido, con estampa de solidez en su trabajo. Ocupaba nada más y nada menos que el cargo de gobernador de la polis. No eliminó la pobreza, no convirtió a los carenciados en personas con nivel económico medio, pero la obra de su vida fue más importante. Pensando en los pobres, le hizo un favor a toda la gente, tuviera dicha condición o no. Había instalado el sistema democrático, donde todas las personas de la ciudad tenían el derecho al voto mediante el cuál expresaban sus ideas, intereses, creencias. En este nuevo gobierno, el pueblo tomaba las decisiones, la intención de minorías y mayorías era puesta a luz y escuchada por todos. Fue así que los ricos tiranos de antaño que empañaban de corrupción a Grecia, fueron despojados de su poder y enterradas sus intenciones de sembrar súbditos para un reino de muerte, hambre y desamparo.
Polacles había estado en el lecho de muerte de su amigo Meledeo, y jamás olvidó aquel fuerte momento del cuál aprendió mucho.
-Y bien amigo, me toca partir ahora –le dijo cariñosamente el anciano, pasándole una mano amistosa por la cabeza-. Me voy con orgullo por haber sido un buen judío. Cumplí con lo que tenía designado por mi gente y mi historia.
-Aquí tienes a un alumno que te ama, y que recordará tus consejos como la mejor de las enseñanzas recibidas a lo largo de la vida.
-Eres privilegiado, Polacles. Tienes algo en ti, algo que me dice que estas llamado a ser un hombre destacado. Préstame atención por última vez, y ya te dejaré seguir libre. Para un judío, D'os es a quien se alaba. Es la Justicia Divina de D'os la que mi pueblo respeta y tiene como consigna. Las doctrinas y corrientes políticas fuertes que surgen, y que quieren regir con absoluta potestad sobre todo el mundo terrenal, son el peor mal que puede tener una sociedad. Cuando el Estado se transforma en un órgano que domina todo a su placer y no hay posibilidad de diálogo; cuando no escucha a la gente que gobierna, sino por el contrario les tapa la boca y las obliga a subordinarse por completo a una ideología feroz, ahí en ese momento la libertad se pierde y el ser humano no vive, sino sobrevive. La gente necesita tener un orden político para vivir con justicia, libertad y derecho. Pero recuerda muchacho, que el gobernador verdadero es D'os. La Ley de D'os está por encima de todo, y ningún sistema debe atentar contra ella, sino adaptarse a los principios del Creador de la Tierra. Espero que mi último aviso te sirva para tu futuro, Polacles. Lo vuelvo a repetir, serás un hombre destacado.
Dicho esto, besó al joven y su cuerpo murió en paz. Su alma ya iba viajando por cielos hermosos y estrellas resplandecientes.
Ahora Polacles llevaba aquellas palabras tatuadas en la frente y escritas con luz en su corazón. Cumplió fielmente con los preceptos de Meledeo, y el pueblo lo amaba. Veía en él a una figura imponente que había devuelto a la ciudad su tranquilidad, a la gente las ganas de seguir adelante. Y principalmente, los pobres lo querían porque gracias a él, eran considerados personas. La conciencia de la polis y sus miembros estaba limpia, y la discriminación que sufrieron en otros tiempos los carenciados ya no se sentía. El trabajo de Polacles era tan grande y magnífico, que perduraría en las generaciones posteriores. En países inmensos con millones de habitantes, la democracia sería elegida por excelencia para mantener la armonía entre los habitantes. Representantes de masas y grupos expondrían sus discursos y sus pedidos. El gobierno del pueblo permitiría la participación de todos y cada uno de los miembros de un país.
Y como a todo ser humano, a Polacles le llegó su hora. Cómodamente en su cama a la luz de una vela, miraba el techo, pero veía más allá. Pensó en toda su vida: sus conocidos, lugares, paisajes. Miró las largas canas que le caían como un símbolo de que el sendero caminado llegaba a su fin después de un arduo pero satisfactorio trayecto.
-Esta ha sido mi vida –le dijo a D'os, sonriendo-. Espero que como quería la voluntad de tu fiel Meledeo, yo haya cumplido y respetado tu Justicia. No se hacia dónde voy ahora, si al Cielo o al Hades. Pero se que no estaré solo, porque nunca abandonas. D'os siempre nos protege.
Ezequiel Eiben (2005)
El amado
El amado
Estaba peleado con absolutamente todo en este mundo. Era una persona que parecía haber olvidado lo que era la felicidad; parecía haber perdido la capacidad para reírse. Se encontraba en lo que consideraba el punto más bajo de su existencia, un pozo del cual ya no podría salir. Resignado a la angustia y al dolor, pasaba tristemente sus días cuestionando el por qué de tan tremenda situación. Le echaba la culpa a la vida misma, traicionera por someterlo a semejante castigo, justo a él, que tanto la había querido en una época. Hasta estaba enojado con D´os, y ya no temía insultarlo. D´os también era el principal culpable de lo que le pasaba. D´os era quien le había quitado todo lo que alguna vez había tenido: su casa, la mujer que fue el amor de su vida, los familiares, todo. ¿Era posible que ese Ser Supremo observara las desgracias que les pasara a sus hijos y se limitara solo a eso, a observar, sin intervenir a favor de los desdichados? ¿Sin proporcionar un mínimo de ayuda por lo menos para recuperar la fe perdida?
Tan profundo era el desinterés que sentía esta persona, de nombre David, que uno de los pocos amigos que tenía lo había invitado a un viaje y no deseaba ir.
-No puedes rechazar esta oferta, ven conmigo –le suplicó su amigo Iosef-. Es un viaje a Israel, la oportunidad de nuestras vidas.
-No me interesa –respondió el desdichado-. Yo ya no tengo vida.
-Si dejas pasar el tren, te arrepentirás para siempre –le aseguró insistente su amigo.
Luego de semanas de ruegos por parte de Iosef para que formara parte de la aventura, David terminó aceptando; en parte porque no tenía nada que hacer, y en parte porque ya no había nada que perder. “Un viaje más, un viaje menos… en el cementerio siempre terminaremos” era el dicho negativo cabecera de la tristeza de David.
Iosef, por su lado, se entusiasmó por la aceptación de David a viajar. Consideraba eso como un signo positivo que indicaba que todavía podía recuperar a su amigo, que no todo estaba perdido y que el vacío existencial de su persona quedaría atrás una vez que visitaran la Tierra Prometida. Así es como comenzó a realizar todos los preparativos para el viaje con un panorama más alentador.
Sergio era un chico joven, lleno de vida, con mucha determinación para los proyectos que encaraba. Su espíritu positivo y alegre no se desanimaba fácilmente. Sergio estaba frente a un gran desafío: iba a dejar su casa por un año para irse a Israel en un plan, Shnat, con el cual iba a aprender muchísimo acerca del judaísmo y de Israel, e iba a conocer gente de todas partes del mundo.
El chico pertenecía a la Tnuá Hejalutz Lamerjav, todos los sábados daba peulá, y participaba de los encuentros que se realizaban a nivel nacional. Shnat le brindaría una capacitación valiosa que después aplicaría en su merkaz, volcando la enriquecedora experiencia obtenida.
-No aguanto más, ¡¡me quiero ir ya!! –Comentaba con sus amigos, quienes lo acompañarían en la travesía-.
-¡Mira lo que es esto, David, por favor! –Dijo Iosef palmeándolo cariñosamente- ¡Lo hicimos, estamos en Israel!
Los dos amigos llegaron a Israel, cada uno en un momento personal bien diferente. A Iosef cualquier lugar que visitaran le resultaba una maravilla a sus ojos. Los paisajes, los monumentos, la historia que se leía en los libros hecha realidad en frente suyo. David permanecía callado. En cierta manera pensaba que era increíble estar en semejante lugar y no poder estar contento. ¿Cómo podía ser, pisar la Tierra de Israel, y no poder ser feliz?
Cuando estaba en las visitas y excursiones con Iosef, simulaba estar pasando un tiempo magnífico. Pero cuando nadie lo veía, o cuando se sumía en la angustiosa soledad de su habitación en el hotel, David lloraba. Derramaba lágrimas por aquellas heridas del pasado que ni el tiempo ni el viaje habían conseguido cerrar. Heridas profundas que permanecían abiertas y dolían igual que siempre, estuviera donde estuviera.
Llegó el momento para los dos amigos de ir a Jerusalén. Fueron al Kotel donde Iosef rezó mientras David se quedaba en silencio. Luego Iosef se retiró y David se quedó un rato más. Apoyó su cabeza contra el Muro y reflexionó acerca de toda su vida, del hombre que en un tiempo fue, y de en qué se había convertido últimamente, una sombra solitaria e infeliz.
De repente algo brotó dentro de él. Una sensación que nunca antes había experimentado. Sintió que allí en el Kotel podía rezar como en ningún otro lugar. David empezó a rezar, y las lágrimas volvieron a llover de sus ojos. Pero estas eran lágrimas distintas a las anteriores. No eran de resignación ni de abandono, sino sinceras lágrimas por el tiempo que había perdido y que ahora podía recuperar. Se dio cuenta de que D´os volvía a estar con él, mejor dicho, que nuca lo había dejado. Sus ojos avistaban nuevamente una luz al final del túnel oscuro en el cual estaba sumergido. David lloró en agradecimiento a la vida por la nueva mano que le tendía, para levantarse y volver a empezar. Cuando creía estar solo y despojado de todo, un amigo lo ayudó y lo llevó a Israel. Recuperó esas ganas de reír, esa capacidad de ser feliz que antaño poseía.
Los paseos por Jerusalén se volvieron inolvidables. David respiraba aire nuevo con pulmones renovados, las pequeñas cosas volvían a asombrarlo, y las magníficas obras nuevamente despertaban su curiosidad. En una de las visitas, conocieron a un grupo de jóvenes pertenecientes a la Tnuá Hejalutz Lamerjav que estaban realizando el plan Shnat. Iosef y David trabaron amistad especialmente con un chico llamado Sergio, quien les cayó bien de entrada por su simpleza, sencillez y simpatía.
Llegó el día de la despedida para David e Iosef, cuyo viaje culminaba bastante mejor de lo que había insinuado al principio, primordialmente por esa inyección de vida que había recibido David y el pronunciado cambio que su camino había tomado. En sus últimos momentos compartidos con su nuevo amigo Sergio, hablaron de lo que este viaje a Israel significaba para cada uno y el valor incalculable de poder ser perteneciente a ese grupo de personas que ha recibido la bendición de haber podido pisar el suelo de Eretz Israel.
-Israel es nuestra casa –afirmó David. –Es curioso que ahora que termina nuestro viaje digamos que volvemos a nuestro hogar, cuando en realidad estamos en él. Aquí siempre me sentiré como en casa. Israel para mi es eso, mi casa de siempre a la que estaba destinado a llegar.
-Si, es verdad –convino Sergio. –Esta tierra es mi fin último. Pertenezco a una Tnuá sionista. Mi mayor deseo es venirme a vivir acá, hacer aliá y poder desarrollarme en este hermoso lugar.
-Se podría decir que es el fin último del judío de la diáspora –aportó Iosef. –El retorno. El vivir en la Tierra Prometida. Israel significa tanto para nosotros los judíos… es un sueño cumplido haber podido conocerlo.
-Para mí, en lo personal, representa dos cosas Israel: fin y principio –contó David basándose en su reciente y rejuvenecedora experiencia. –Fin, tal como lo dice Iosef, una ilusión, una aspiración, un objetivo, un sueño, como quieras llamarlo, de vivir en Israel, nuestra tierra, la de nuestros padres. Donde todo judío pertenece y es recibido. Y principio, porque para mí este viaje ha significado eso: el principio de una nueva vida. Hay un antes y un después en mi vida luego de conocer Israel. Soy una persona completamente nueva, me reencontré conmigo mismo, logré salir de la crisis que me azotaba y vuelvo a ser feliz. Y principio también, porque si decimos que nuestro fin último es venir a vivir a Israel, a partir de cumplir con eso, hay un nuevo comienzo: una nueva vida que se inicia en esta tierra, el principio de nuestra nueva vida.
Todas estas reflexiones atravesaron la mente de los chicos: Israel como su casa, el fin y el principio, la meta de hacer aliá y vivir allí, el lugar al que el judío pertenece. Y la conversación se fue transformando en una emotiva despedida inundada por un cálido sentimiento de aprecio mutuo y de amistad forjada que perduraría en el tiempo por más que la distancia los separase. El corazón les latía irradiando amor hacia la tierra en la que estaban, hacia su Israel, el Israel de todos. En definitiva, algún día el destino los volvería a juntar en Israel, cuando cumplieran su sueño de poder vivir en la Tierra Prometida.
David e Iosef se despidieron de Sergio y tomaron el avión de regreso. El viaje no podría haber sido mejor para David, que cultivó amistades nuevas y halló su camino luego de estar extraviado en la oscuridad. También ocurrió algo milagroso: la reconciliación de David con D´os. David se encontraba mal los primeros días y D´os le generaba rechazo. Con el correr de los días y la gratificante vivencia en el Muro, David había firmado una tregua con D´os, como si se tratara de un pacto de no agresión. Esa tregua se había convertido en un arreglo, en un tratado. Había renacido el amor y la fe en David, quien recobraba la esperanza. David volvía a ser “amigo” de D´os, volvía a rezarle y a alabarlo.
Se podría decir que Israel pudo salvar una vida; pudo recuperar a un judío perdido en las tormentosas mareas de la soledad y rozando el borde de la locura. Y todo con la colaboración de un amigo de fierro, de una persona que daba todo por David y que lo apreciaba al punto máximo: el fiel Iosef, que jamás lo había abandonado.
Para la tradición judía, el nombre es algo de gran importancia, puesto que tiene significado y marca las cualidades de la persona. Es así que Iosef significa “el que alimenta a los otros, tanto física como espiritualmente”. David significa “el querido; el amado por D´os”. Sergio significa “el hazañoso; el protector”. Israel significa “el recto de D´os; el que combate con los poderosos; el que luchó con D´os”.
Ezequiel Eiben – Julio 2008
martes, 22 de diciembre de 2009
Las corrientes ideológicas del Sionismo. Zeev Vladimir Jabotinsky.
Las corrientes ideológicas del Sionismo
Zeev Vladimir Jabotinsky
Introducción
Acusado de fascista por algunos, de nazi por otros, idolatrado por quienes en verdad lo conocieron, nadie dentro de los pensadores sionistas es tan polémico, a la hora de su estudio, como Vladimir Jabotinsky. Como describe Elías Ventura en "Apuntes Sionistas": "Ningún pensador sionista produce y genera tanto amor y tanto odio. Para sus admiradores fue el líder sionista que tuvo la visión y la habilidad diplomática para obtener un Estado Judío. Para sus detractores fue en cambio la cabeza del ala fascista del movimiento sionista".
Frente a tan dispares opiniones acerca de Jabotinsky y su labor dentro del sionismo, cuya contribución en si misma es innegable, es importante abordar el estudio de sus ideas para conocer realmente cual era su visión del Estado Judío por crearse y los modos de hacerlo.
Contexto histórico
Jabotinsky nació en 1880, en la ciudad de Odessa, en Rusia. A los seis años falleció su padre, por lo que su madre fue aconsejada para que los hijos aprendieran un oficio, sin embargo ella quiso que la educación fuera lo primordial.
Vladimir recibió una educación judía y también formación rusa, y a la edad de los 18 años se fue a estudiar Suiza e Italia, la carrera de derecho. Demostró desde temprano una gran pasión y habilidad por la escritura, y eso se veía reflejado en su trabajo poético, por el cual era alabado, y periodístico, el cual desempeñaba escribiendo para periódicos rusos. Obviamente su labor no paso desapercibida, y se comenzó a verlo como una figura destacada en ascenso dentro de su ámbito. Firmaba sus trabajos bajo el seudónimo "Altalena".
La poesía de Jabotinsky estaba apuntando a llegar lejos, pero sin embargo los sucesos en Rusia que demostraban el antisemitismo violento que se desencadenaba en la sociedad, lo preocuparon más que cualquier otra cosa. Los pogroms en Rusia, especialmente el de Kishinev en 1903, fueron un punto de inflexión en Jabotinsky, quien a partir de allí se vinculo a la actividad sionista.
Fue delegado en el Sexto Congreso Sionista, y en ese evento tuvo la oportunidad de verlo a Herzl, por quien sintió una profunda admiración. Su participación en el Congreso lo llevo también a nuevas actividades: "Envidioso del fluente hebreo que escuchó hablar en el Congreso, Jabotinsky - que ya hablaba ruso, francés, inglés, alemán y varias lenguas eslavas - se abocó al estudio del hebreo, convirtiéndose en un exitoso orador y traductor. Sus escritos incluyen tanto obras originales - poemas, dramas y novelas, además de ensayos polémicos y filosóficos - como también traducciones de clásicos, y entre ellos una traducción al hebreo sin parangón del poema de Edgar Allen Poe "El Cuervo", y las obras del poeta nacional hebreo Jaim Najman Bialik al ruso" (http://jai.com.uy)
La autodefensa Judía
Jabotinsky abordo con todo compromiso el tema de la autodefensa judía para enfrentar el antisemitismo europeo, idea que lo acompañaría y se vería reflejada en la posteridad de sus escritos y acciones.
Como orador, enseñaba a todos su enorme capacidad, persuasiva y cautivante, levantando pasión en los corazones de quienes tenían la oportunidad de oírlo. Imprimía en sus comentarios un tono de urgencia, que no era compartido por algunos sionistas. Esto se debía a que Jabotinsky no quería perder el tiempo, ponía todos sus esfuerzos y llamaba a hacer lo mismo para establecer cuanto antes un Estado Judío. El mencionado creciente antisemitismo era la mancha que se veía en el camino de los judíos, y había que combatirlo a toda maquina y sin descanso. Era necesario prontamente un Estado Judío, donde la persona judía lograría su realización personal, y todos los judíos su realización nacional.
En su opinión, los judíos debían ser entrenados para defenderse y defender su tierra que seria su Estado, en el cual gozarían de derechos que no encontrarían en ningún otro país. Por eso comenzó a entrenar combatientes judíos, para combatir contra los agresores antisemitas y para llevar adelante sus objetivos sionistas contra quienes pretendían impedir el establecimiento de un Estado Judío. "La autodefensa judía se encontraba en el epicentro de la filosofía socio-política de Jabotinsky, como imperativo físico y como un manantial de orgullo y seguridad personal capaz de "ennoblecer" el espíritu judío" (http://jai.com.uy).
Accionar de Jabotinsky en relación a la Primer Guerra Mundial y su llegada a Palestina
Durante la Primer Guerra Mundial, el movimiento sionista declaraba su neutralidad, a los fines de no entrar en un conflicto con los otomanos que podría poner en riesgo a los judíos, especialmente los que estaban en Palestina y su empresa. Jabotinsky estaba en sumo desacuerdo con esta manera de encarar las cosas. Pronosticaba victoria aliada y disolución del Imperio Otomano una vez terminada la Guerra. Apoyo la idea de formar batallones de combatientes judíos para luchar a favor de los Aliados, que según el conseguirían la victoria. Este aporte del sionismo a la victoria aliada, les daría derechos y una posición firme para exigir el establecimiento de un Estado para el pueblo judío en Palestina.
Se reunió con dirigentes del gobierno de Gran Bretaña, a los cuales les manifestó su postura de lealtad para con su lucha en la Guerra. Batallones judíos se crearon como consecuencia de su proceder seguro. Jabotinsky fue oficial del 38o. Regimiento de Fusileros del Rey, luchando junto al general Allenby en 1917. Fue condecorado por encabezar la primera compañía que cruzó el río Jordán hacia Palestina.
Luego de terminada la Guerra, Jabotinsky se estableció con su esposa y sus hijos en Palestina. Frente a los ataques árabes que recibían los judíos que ya estaban residiendo allí, decidió no quedarse de brazos cruzados y organizar la autodefensa judía. Fue encarcelado por los británicos por posesión ilegal de armas, pero la presión popular y sionista sirvió para que quedara en libertad al poco tiempo.
El Sionismo Revisionista
El gobierno británico creo Transjordania, en una inmensa cantidad de territorio que se había tenido en cuenta para establecer precisamente allí el Estado Judío. Esto enojo a Jabotinsky, y se mostró en desacuerdo con la posición del movimiento sionista, que sumergido en una pasividad nada combativa frente a las determinaciones británicas, se mostraban de acuerdo en la mayoría de las cosas que hacían, sin protestar.
Jabotinsky decide renunciar al movimiento sionista en 1923.
En 1925, nace entonces, la Unión Mundial de Sionistas Revisionistas. Este movimiento se caracterizaba por tener una política mucho más activa y exigente respecto al Mandato Británico, oponiéndose a la pasividad del Movimiento Sionista. En 1930 los británicos, aprovechando que Jabotinsky se encontraba en el exterior, no renovaron su visa de retorno, por lo que Jabotinsky no pudo volver a Palestina. Esto no hizo menguar la actividad del líder sionista, que sin desaprovechar su tiempo, siguió invirtiendo todas sus energías en dar conferencias y buscar aliados alrededor del mundo.
El objetivo claro del sionismo revisionista era establecer un Estado Judío en Palestina, mientras que el Movimiento Sionista aun se negaba a declararlo oficialmente, ya que estos seguían trabajando para establecer el “Hogar Nacional Judío”. Es por eso que los revisionistas abogaban por una “revisión” en los objetivos de la empresa judía mundial. Frente a la negativa del movimiento sionista, y los continuos desacuerdos ante las elecciones a tomar, los revisionistas separaron de la organización sionista.
Cuando en 1937, le cupo testificar ante la comisión PEEL, encargada por los ingleses para estudiar la partición del territorio en dos estados, el declaró que no estaba en condiciones de comprometerse tan fácilmente. “Cuando escucho en la comisión que los sionistas estamos pidiendo demasiado.... no lo puedo entender...podría entenderlo si se dijese que es imposible, pero como lo que se dice es que piden demasiado.....no puedo entenderlo". Una de las cosas que le dijo a los miembros de la comisión fué: " La conmoción que se produjo cuando Oliver Twist llegó a pedir más, fué porque el niño no sabía como expresarse; lo que el quería decir era, ¿me darían Uds. una porción normal como para que un niño como yo pueda subsistir? Yo les aseguro ahora a Uds. que están frente a un pueblo judío que demanda proporcionalmente lo mismo que pedía Oliver Twist. Tal como el, no podemos hacer concesiones...porque necesitamos salvar a millones...rescatar a millones..." “…La comisión Peel tenía que decidir , de acuerdo a Jabotinsky , entre el clamor de aquellos movidos por el apetito y la ambición , y el clamor de los agonizantes. “Los árabes tienen muchos estados para regodearse. Los judíos tenemos uno solo” (Elías Ventura, “Apuntes sionistas”).
Jabotinsky entendía lo que significaba que Hitler estuviera en el poder en Alemania, el peligro que eso representaba a la judería europea. Por eso reclamaba un Estado a ambos márgenes del río Jordan. Para incluir ahí a todos los millones de judíos que peligraban en Europa, que no podrían integrarse en el pequeño territorio que la Comisión le había asignado a los judíos. “Terminen con la Diáspora, antes que ella termine con ustedes” sentencio.
Etzel y sus últimos años
En 1937 es nombrado comandante del Etzel, la organización militar judía clandestina de los revisionistas. Peleaban contra los soldados y las restricciones del Mandato Británico, en lo que era una clara muestra de la filosofía de Jabotinsky: la autodefensa judía activa contra las injusticias de los que impedían el establecimiento del Estado Judío. Organizo operaciones militares y aliot ilegales en la misión de traer la mayor cantidad posible de judíos a Palestina. Teniendo combatientes judíos que integraban al Etzel, el objetivo mayor luego de terminada la Segunda Guerra Mundial, seria la creación de un Ejército Judío.
Desafortunadamente, Jabotinsky murió en New York por un ataque al corazón, mientras visitaba un campamento de Betar, el Movimiento Juvenil que el mismo había creado. En 1935, cinco años antes de su muerte, Jabotinsky redactó su testamento, declarando que a su muerte podía ser enterrado en cualquier lugar, pero solicitaba que sus restos fueran trasladados a Israel "sólo por instrucción del gobierno judío ki takum" - "que será establecido". En indicativo.
En 1965, los restos de Zeev Jabotinsky fueron traídos e inhumados en el Monte Herzl en Jerusalén (http://jai.com.uy). Levi Eshkol fue quien ordeno el traslado de los restos a Israel. Jamás Ben , su rival político del Sionismo Laborista, quiso hacerlo. Al llamarlo “Vladimir Hitler”, podemos inferir que en vida no quería llegar a acuerdos con él, y una vez muerto no deseaba honrarlo
Ideología
Palabras del propio Jabotinsky: “El autor de estas líneas es considerado un enemigo de los árabes, alguien que propone su expulsión, etc. Esto no es verdad. Mi relación emocional con los árabes es la misma que con los otros pueblos – una educada indiferencia. Mi actitud política hacia ellos se caracteriza por dos principios. Primero: la expulsión de los árabes de Palestina es absolutamente imposible. Existirán siempre dos naciones en Palestina – lo cual para mí es bueno, en tanto los judíos sean mayoría. Segundo: estoy orgulloso de haber sido miembro del grupo que formuló el Programa de Helsingfors. Lo formulamos, no sólo para los judíos, sino para todos los pueblos, y su base es la igualdad de todas las naciones. Estoy dispuesto a jurar, por nosotros y nuestros descendientes, que nunca destruiremos esta igualdad y nunca intentaremos expulsar u oprimir a los árabes. Nuestro credo, como el lector puede ver, es completamente pacífico. Pero es absolutamente otro asunto si será posible lograr nuestros propósitos pacíficos a través de medios pacíficos. Esto depende, no de nuestra actitud hacia los árabes, sino exclusivamente de la actitud de los árabes hacia el sionismo” (La Muralla de Hierro, 1923).
En este texto de Jabotinsky, La Muralla de Hierro, están las bases de su ideología. Podemos entender que su visión incluía que los árabes vivieran en Palestina, pero que la mayoría judía en el Estado Judío seria siempre fundamental mantenerla. Vemos aquí la vigencia de los problemas planteados por Jabotinsky y las soluciones propuestas. Su postura era la de crear el Estado, afianzar a los judíos en la tierra, y que los árabes entendieran que no lograrían expulsarlos ni por medios violentos ni diplomáticos. Una vez que los árabes entendieran que los sionistas habían llegado para quedarse, se podría empezar a tejer relaciones con ellos. Pero era fundamental dejar en claro el mensaje de que la tierra le pertenecía a los judíos, y contar con un movimiento de autodefensa que garantizara la seguridad de la población judía. Jabotinsky escribió que creía que en el futuro, árabes y judíos llegarían a vivir en paz, pero primero era necesario el establecimiento de un gobierno sin influencia árabe. En otras palabras, rechazar acuerdos en aquella época en vistas de lograr acuerdos en el futuro, cuando el gobierno judío independiente ya estuviera firme.
Refiriéndose a los argumentos utilizados en contra del sionismo, y defendiendo la causa judía y el lugar que le correspondía en Eretz Israel, escribe: ““Democracia” y “Autodeterminación” son dos valores sagrados pero justamente las cosas sagradas, como el nombre de Dios (YHVH), no deben ser usados en vano… ni con intención de engañar o para fines injustos. El principio de “Autodeterminación”, no significa que si un pueblo se apodera cierta vez de alguna parcela de tierra ha de transformarse por ello, para siempre en su dueño; y el que fue expulsado de su tierra ha de constituirse por eso, en pueblo errante para la eternidad. Autodeterminación significa: Revisión… revisión del reparto de la tierra entre dos pueblos para que aquellos que la posean en demasía la entreguen a los que poseen poco o nada, para que asם puedan todos gozar en justicia del derecho a la autodeterminación” (La Ética de la Muralla de Hierro).
Esto refuerza la idea que tenemos de un Jabotinsky absolutamente defensor de la idea de un Estado Judío con población judía mayoritaria y un gobierno de autodeterminación del pueblo judío, quien posee sobre la tierra un derecho indiscutido. Y valora aquí claramente a la democracia para consagrar el gobierno que debía regir en el Estado, asegurando la igualdad de sus habitantes. Con esto refutamos las argumentaciones de sus rivales que lo descalificaban como fascista.
Además de los textos de Jabotinsky, podemos encontrar plasmada su ideología en la plataforma del movimiento juvenil Betar, que si bien se ha ido adaptando de acuerdo a los tiempos, mantiene en esencia y con fidelidad el pensamiento de este gran personaje de la historia judía sionista. Algunos de los pilares de esta plataforma son:
Monismo: Sionismo puro sin mezcla de otras ideologías ajenas. El betarí debe tener marcada una sola bandera sin mezcla de otros ideales que interfieran con la misión esencial que era en su momento la creación del Estado Judío, y ahora su mantenimiento y fortalecimiento. Jabotinsky llama al Monismo "Jad-Nes" (una sola bandera), en contraposición a "Shatnez" (termino bíblico que se refiere a la mezcla prohibida de lana y lino), al que alude como la mezcla del Sionismo con otras ideologías, particularmente el socialismo. Siendo el Sionismo un movimiento nacionalista, éste choca frontalmente (según la concepción Betárica) con el internacionalismo socialista.
Eretz Israel: El ideal planteado por Jabotinsky es la creación de un estado judío, con mayoría judía, a ambas márgenes del Jordán. El asunto de ambas márgenes del Jordán se dejó de lado, ya que no es real en nuestros días, pero se mantiene la idea de permanecer en las partes de Eretz Israel liberadas en 1967. Una vez creado, el estado de Israel debe ser un estado democrático y liberal en el que cada habitante, sin diferencia de religión o sexo, tenga los mismos derechos y obligaciones. Los derechos de todos los habitantes en Israel son alimento, vestimenta, hogar, educación y salud; y estos cinco elementos deben ser la base de las leyes sociales en el estado de Israel.
Hadar: Uno de los grandes principios de Betar es el Hadar, una palabra que no tiene traducción a ningún idioma más que hebreo. Ya que el pueblo judío es el que debe ser “la luz al resto de los pueblos”, éste debe comportarse de una manera que le permita ser ejemplo. El hadar trata de respeto, tanto al prójimo como a uno mismo. Esto no significa ser mejor, sino ser justos. Saber como comportarse. No importa frente a quien se esté, esa persona merece nuestro respeto al igual que nosotros merecemos el de ella. El hadar se manifiesta en nuestra vestimenta, en nuestra forma de hablar y nuestras relaciones con la gente.
Pionerismo: Pionero es el que marcha a la cabeza. En la Diáspora, se manifiesta en cambiar el rumbo de la historia y regresar a la verdadera casa que es Israel. En el Estado de Israel, es hacer cosas que aparte de conseguir la felicidad personal aporten significativamente al desarrollo del país (http://es.wikipedia.org/wiki/Beitar).
Conclusión
Gustavo Perednik, al referirse al discurso que Jabotinsky dedico a Herzl en la Sinagoga de Petrogrado, lo describe como “uno de los oradores mas grandes de la historia judia”.
Gerardo Stuczynskil, en su texto “La muerte de un profeta”, describe su pensamiento con afinidad y la vigencia que sus ideas tienen en la conformación del Estado de Israel de hoy: “…La visión de Jabotinsky fue de una clarividencia tal, que para muchos (entre los cuales me incluyo) estamos ante la presencia de un verdadero profeta moderno…Entendía que el idioma hebreo era un elemento central…Predijo explícitamente la Shoá…Exigió a las autoridades sionistas modificar sus moderadas políticas respecto a la imposición de restricciones a la inmigración judía a Palestina (Libro Blanco) por parte del Mandato Británico…Consideraba a la democracia como el mejor sistema político para expresar la voluntad de un pueblo e imprescindible para respetar a las minorías…Entendía a los prejuicios racistas como patologías que no podían ser curadas por medio del Derecho, sino que debían serlo por la educación general obligatoria…”.
“Mientras que las bases ideológicas de los movimientos socialistas han perdido una y otra vez su vigencia, “La Muralla de Hierro” y “La Ética de la Muralla de Hierro” siguen vigentes tras más de 80 años (El Libro Azul de los Betarim).
Jabotinsky fue, en definitiva, un líder visionario, profético, de aguda inteligencia e incansable accionar en pos de las metas sionistas. Su visión completa e integrada incluía todos los objetivos sionistas necesarios para establecer un Estado autosuficiente gobernado con autodeterminación por el pueblo judío.
El concepto de autodefensa tan consagrado en su ideología es hoy gracias a lo que existe el Estado de Israel, siendo Tzahal una piedra angular en la constitución y mantenimiento del país; justamente, las Fuerzas de Defensa de Israel. La autodefensa vista como un “imperativo físico y como un manantial de orgullo y seguridad personal capaz de "ennoblecer" el espíritu judío” (http://jai.com.uy).
Defensor del liberalismo, su pensamiento incluía conciencia social, que luego llevaría adelante Begin en el gobierno del Likud. Prueba de esto son las cinco Memim: “Puedo imaginar que lo que nosotros llamamos “necesidades elementales” de una persona común -aquellas que motivan hoy su lucha y la llevan a demandar una subsistencia asegurada- incluye cinco componentes: Alimentación, Vivienda, Vestimenta, la Posibilidad de Educar a sus hijos, y la Asistencia Medica, en caso de enfermedad. En hebreo, podemos simbolizar sucintamente todo esto con cinco conceptos: “Mazon” (Alimento), “Maon” (Vivienda), “Malbosh” (Vestimenta), “More” (Maestro), “Marpe” (Curación), cuya columna inicial es la letra Mem (eme). 5 mem.”(La Redención Social, Vladimir Jabotinsky).
Observamos como se preocupa por la constitución del Estado, la posición del individuo, su defensa y aseguramiento de recursos y bienestar para que tenga necesidades cubiertas, y en un país democrático pueda vivir dignamente con orgullo judío. Es una creencia betarí que “cada individuo es un rey”.
Desgraciadamente en varias oportunidades, más que nada frente a un público que no lo conoce en profundidad, no se puede empezar a hablar de Jabotinsky sin tener primero que desmitificar todo lo que mintieron en su contra. Prefiero quedarme con las opiniones que hablaron con la verdad sobre Jabotinsky que aquellos que lo desacreditaron para bajarlo del lugar al que con tanto merecimiento había llegado. Malinterpretado, o directamente descripto de forma malintencionada, se quiso deformar lo que dijo y escribió. Por suerte la pureza de sus contagiosas palabras, hacen que comprendamos su mensaje, insuflándonos en el espíritu el honor y la tenacidad para que los judíos entendamos la fuerza que tenemos y todo lo que podemos conseguir estando unidos.
Ezequiel Eiben
Diciembre 2009
Fuentes
http://jai.com.uy/zeev.htm
http://www.galeon.com/historiadeisrael/zeev_jabotinsky.htmhttp://es.wikipedia.org/wiki/Beitar
Apuntes Sionistas (Elías Ventura, en http://www.anajnu.cl/apuntessionistas.htm)
La muerte de un Profeta (Gerardo Stuczynskil)
El Libro Azul de los Betarim (Gabriel Ben-Tasgal)
Hebreo soy. Volumen 1 (Gustavo Perednik)
La Muralla de Hierro (Vladimir Jabotinsky)
La Ética de la Muralla de Hierro (Vladimir Jabotinsky)
La redención social (Vladimir Jabotinsky)
Zeev Vladimir Jabotinsky
Introducción
Acusado de fascista por algunos, de nazi por otros, idolatrado por quienes en verdad lo conocieron, nadie dentro de los pensadores sionistas es tan polémico, a la hora de su estudio, como Vladimir Jabotinsky. Como describe Elías Ventura en "Apuntes Sionistas": "Ningún pensador sionista produce y genera tanto amor y tanto odio. Para sus admiradores fue el líder sionista que tuvo la visión y la habilidad diplomática para obtener un Estado Judío. Para sus detractores fue en cambio la cabeza del ala fascista del movimiento sionista".
Frente a tan dispares opiniones acerca de Jabotinsky y su labor dentro del sionismo, cuya contribución en si misma es innegable, es importante abordar el estudio de sus ideas para conocer realmente cual era su visión del Estado Judío por crearse y los modos de hacerlo.
Contexto histórico
Jabotinsky nació en 1880, en la ciudad de Odessa, en Rusia. A los seis años falleció su padre, por lo que su madre fue aconsejada para que los hijos aprendieran un oficio, sin embargo ella quiso que la educación fuera lo primordial.
Vladimir recibió una educación judía y también formación rusa, y a la edad de los 18 años se fue a estudiar Suiza e Italia, la carrera de derecho. Demostró desde temprano una gran pasión y habilidad por la escritura, y eso se veía reflejado en su trabajo poético, por el cual era alabado, y periodístico, el cual desempeñaba escribiendo para periódicos rusos. Obviamente su labor no paso desapercibida, y se comenzó a verlo como una figura destacada en ascenso dentro de su ámbito. Firmaba sus trabajos bajo el seudónimo "Altalena".
La poesía de Jabotinsky estaba apuntando a llegar lejos, pero sin embargo los sucesos en Rusia que demostraban el antisemitismo violento que se desencadenaba en la sociedad, lo preocuparon más que cualquier otra cosa. Los pogroms en Rusia, especialmente el de Kishinev en 1903, fueron un punto de inflexión en Jabotinsky, quien a partir de allí se vinculo a la actividad sionista.
Fue delegado en el Sexto Congreso Sionista, y en ese evento tuvo la oportunidad de verlo a Herzl, por quien sintió una profunda admiración. Su participación en el Congreso lo llevo también a nuevas actividades: "Envidioso del fluente hebreo que escuchó hablar en el Congreso, Jabotinsky - que ya hablaba ruso, francés, inglés, alemán y varias lenguas eslavas - se abocó al estudio del hebreo, convirtiéndose en un exitoso orador y traductor. Sus escritos incluyen tanto obras originales - poemas, dramas y novelas, además de ensayos polémicos y filosóficos - como también traducciones de clásicos, y entre ellos una traducción al hebreo sin parangón del poema de Edgar Allen Poe "El Cuervo", y las obras del poeta nacional hebreo Jaim Najman Bialik al ruso" (http://jai.com.uy)
La autodefensa Judía
Jabotinsky abordo con todo compromiso el tema de la autodefensa judía para enfrentar el antisemitismo europeo, idea que lo acompañaría y se vería reflejada en la posteridad de sus escritos y acciones.
Como orador, enseñaba a todos su enorme capacidad, persuasiva y cautivante, levantando pasión en los corazones de quienes tenían la oportunidad de oírlo. Imprimía en sus comentarios un tono de urgencia, que no era compartido por algunos sionistas. Esto se debía a que Jabotinsky no quería perder el tiempo, ponía todos sus esfuerzos y llamaba a hacer lo mismo para establecer cuanto antes un Estado Judío. El mencionado creciente antisemitismo era la mancha que se veía en el camino de los judíos, y había que combatirlo a toda maquina y sin descanso. Era necesario prontamente un Estado Judío, donde la persona judía lograría su realización personal, y todos los judíos su realización nacional.
En su opinión, los judíos debían ser entrenados para defenderse y defender su tierra que seria su Estado, en el cual gozarían de derechos que no encontrarían en ningún otro país. Por eso comenzó a entrenar combatientes judíos, para combatir contra los agresores antisemitas y para llevar adelante sus objetivos sionistas contra quienes pretendían impedir el establecimiento de un Estado Judío. "La autodefensa judía se encontraba en el epicentro de la filosofía socio-política de Jabotinsky, como imperativo físico y como un manantial de orgullo y seguridad personal capaz de "ennoblecer" el espíritu judío" (http://jai.com.uy).
Accionar de Jabotinsky en relación a la Primer Guerra Mundial y su llegada a Palestina
Durante la Primer Guerra Mundial, el movimiento sionista declaraba su neutralidad, a los fines de no entrar en un conflicto con los otomanos que podría poner en riesgo a los judíos, especialmente los que estaban en Palestina y su empresa. Jabotinsky estaba en sumo desacuerdo con esta manera de encarar las cosas. Pronosticaba victoria aliada y disolución del Imperio Otomano una vez terminada la Guerra. Apoyo la idea de formar batallones de combatientes judíos para luchar a favor de los Aliados, que según el conseguirían la victoria. Este aporte del sionismo a la victoria aliada, les daría derechos y una posición firme para exigir el establecimiento de un Estado para el pueblo judío en Palestina.
Se reunió con dirigentes del gobierno de Gran Bretaña, a los cuales les manifestó su postura de lealtad para con su lucha en la Guerra. Batallones judíos se crearon como consecuencia de su proceder seguro. Jabotinsky fue oficial del 38o. Regimiento de Fusileros del Rey, luchando junto al general Allenby en 1917. Fue condecorado por encabezar la primera compañía que cruzó el río Jordán hacia Palestina.
Luego de terminada la Guerra, Jabotinsky se estableció con su esposa y sus hijos en Palestina. Frente a los ataques árabes que recibían los judíos que ya estaban residiendo allí, decidió no quedarse de brazos cruzados y organizar la autodefensa judía. Fue encarcelado por los británicos por posesión ilegal de armas, pero la presión popular y sionista sirvió para que quedara en libertad al poco tiempo.
El Sionismo Revisionista
El gobierno británico creo Transjordania, en una inmensa cantidad de territorio que se había tenido en cuenta para establecer precisamente allí el Estado Judío. Esto enojo a Jabotinsky, y se mostró en desacuerdo con la posición del movimiento sionista, que sumergido en una pasividad nada combativa frente a las determinaciones británicas, se mostraban de acuerdo en la mayoría de las cosas que hacían, sin protestar.
Jabotinsky decide renunciar al movimiento sionista en 1923.
En 1925, nace entonces, la Unión Mundial de Sionistas Revisionistas. Este movimiento se caracterizaba por tener una política mucho más activa y exigente respecto al Mandato Británico, oponiéndose a la pasividad del Movimiento Sionista. En 1930 los británicos, aprovechando que Jabotinsky se encontraba en el exterior, no renovaron su visa de retorno, por lo que Jabotinsky no pudo volver a Palestina. Esto no hizo menguar la actividad del líder sionista, que sin desaprovechar su tiempo, siguió invirtiendo todas sus energías en dar conferencias y buscar aliados alrededor del mundo.
El objetivo claro del sionismo revisionista era establecer un Estado Judío en Palestina, mientras que el Movimiento Sionista aun se negaba a declararlo oficialmente, ya que estos seguían trabajando para establecer el “Hogar Nacional Judío”. Es por eso que los revisionistas abogaban por una “revisión” en los objetivos de la empresa judía mundial. Frente a la negativa del movimiento sionista, y los continuos desacuerdos ante las elecciones a tomar, los revisionistas separaron de la organización sionista.
Cuando en 1937, le cupo testificar ante la comisión PEEL, encargada por los ingleses para estudiar la partición del territorio en dos estados, el declaró que no estaba en condiciones de comprometerse tan fácilmente. “Cuando escucho en la comisión que los sionistas estamos pidiendo demasiado.... no lo puedo entender...podría entenderlo si se dijese que es imposible, pero como lo que se dice es que piden demasiado.....no puedo entenderlo". Una de las cosas que le dijo a los miembros de la comisión fué: " La conmoción que se produjo cuando Oliver Twist llegó a pedir más, fué porque el niño no sabía como expresarse; lo que el quería decir era, ¿me darían Uds. una porción normal como para que un niño como yo pueda subsistir? Yo les aseguro ahora a Uds. que están frente a un pueblo judío que demanda proporcionalmente lo mismo que pedía Oliver Twist. Tal como el, no podemos hacer concesiones...porque necesitamos salvar a millones...rescatar a millones..." “…La comisión Peel tenía que decidir , de acuerdo a Jabotinsky , entre el clamor de aquellos movidos por el apetito y la ambición , y el clamor de los agonizantes. “Los árabes tienen muchos estados para regodearse. Los judíos tenemos uno solo” (Elías Ventura, “Apuntes sionistas”).
Jabotinsky entendía lo que significaba que Hitler estuviera en el poder en Alemania, el peligro que eso representaba a la judería europea. Por eso reclamaba un Estado a ambos márgenes del río Jordan. Para incluir ahí a todos los millones de judíos que peligraban en Europa, que no podrían integrarse en el pequeño territorio que la Comisión le había asignado a los judíos. “Terminen con la Diáspora, antes que ella termine con ustedes” sentencio.
Etzel y sus últimos años
En 1937 es nombrado comandante del Etzel, la organización militar judía clandestina de los revisionistas. Peleaban contra los soldados y las restricciones del Mandato Británico, en lo que era una clara muestra de la filosofía de Jabotinsky: la autodefensa judía activa contra las injusticias de los que impedían el establecimiento del Estado Judío. Organizo operaciones militares y aliot ilegales en la misión de traer la mayor cantidad posible de judíos a Palestina. Teniendo combatientes judíos que integraban al Etzel, el objetivo mayor luego de terminada la Segunda Guerra Mundial, seria la creación de un Ejército Judío.
Desafortunadamente, Jabotinsky murió en New York por un ataque al corazón, mientras visitaba un campamento de Betar, el Movimiento Juvenil que el mismo había creado. En 1935, cinco años antes de su muerte, Jabotinsky redactó su testamento, declarando que a su muerte podía ser enterrado en cualquier lugar, pero solicitaba que sus restos fueran trasladados a Israel "sólo por instrucción del gobierno judío ki takum" - "que será establecido". En indicativo.
En 1965, los restos de Zeev Jabotinsky fueron traídos e inhumados en el Monte Herzl en Jerusalén (http://jai.com.uy). Levi Eshkol fue quien ordeno el traslado de los restos a Israel. Jamás Ben , su rival político del Sionismo Laborista, quiso hacerlo. Al llamarlo “Vladimir Hitler”, podemos inferir que en vida no quería llegar a acuerdos con él, y una vez muerto no deseaba honrarlo
Ideología
Palabras del propio Jabotinsky: “El autor de estas líneas es considerado un enemigo de los árabes, alguien que propone su expulsión, etc. Esto no es verdad. Mi relación emocional con los árabes es la misma que con los otros pueblos – una educada indiferencia. Mi actitud política hacia ellos se caracteriza por dos principios. Primero: la expulsión de los árabes de Palestina es absolutamente imposible. Existirán siempre dos naciones en Palestina – lo cual para mí es bueno, en tanto los judíos sean mayoría. Segundo: estoy orgulloso de haber sido miembro del grupo que formuló el Programa de Helsingfors. Lo formulamos, no sólo para los judíos, sino para todos los pueblos, y su base es la igualdad de todas las naciones. Estoy dispuesto a jurar, por nosotros y nuestros descendientes, que nunca destruiremos esta igualdad y nunca intentaremos expulsar u oprimir a los árabes. Nuestro credo, como el lector puede ver, es completamente pacífico. Pero es absolutamente otro asunto si será posible lograr nuestros propósitos pacíficos a través de medios pacíficos. Esto depende, no de nuestra actitud hacia los árabes, sino exclusivamente de la actitud de los árabes hacia el sionismo” (La Muralla de Hierro, 1923).
En este texto de Jabotinsky, La Muralla de Hierro, están las bases de su ideología. Podemos entender que su visión incluía que los árabes vivieran en Palestina, pero que la mayoría judía en el Estado Judío seria siempre fundamental mantenerla. Vemos aquí la vigencia de los problemas planteados por Jabotinsky y las soluciones propuestas. Su postura era la de crear el Estado, afianzar a los judíos en la tierra, y que los árabes entendieran que no lograrían expulsarlos ni por medios violentos ni diplomáticos. Una vez que los árabes entendieran que los sionistas habían llegado para quedarse, se podría empezar a tejer relaciones con ellos. Pero era fundamental dejar en claro el mensaje de que la tierra le pertenecía a los judíos, y contar con un movimiento de autodefensa que garantizara la seguridad de la población judía. Jabotinsky escribió que creía que en el futuro, árabes y judíos llegarían a vivir en paz, pero primero era necesario el establecimiento de un gobierno sin influencia árabe. En otras palabras, rechazar acuerdos en aquella época en vistas de lograr acuerdos en el futuro, cuando el gobierno judío independiente ya estuviera firme.
Refiriéndose a los argumentos utilizados en contra del sionismo, y defendiendo la causa judía y el lugar que le correspondía en Eretz Israel, escribe: ““Democracia” y “Autodeterminación” son dos valores sagrados pero justamente las cosas sagradas, como el nombre de Dios (YHVH), no deben ser usados en vano… ni con intención de engañar o para fines injustos. El principio de “Autodeterminación”, no significa que si un pueblo se apodera cierta vez de alguna parcela de tierra ha de transformarse por ello, para siempre en su dueño; y el que fue expulsado de su tierra ha de constituirse por eso, en pueblo errante para la eternidad. Autodeterminación significa: Revisión… revisión del reparto de la tierra entre dos pueblos para que aquellos que la posean en demasía la entreguen a los que poseen poco o nada, para que asם puedan todos gozar en justicia del derecho a la autodeterminación” (La Ética de la Muralla de Hierro).
Esto refuerza la idea que tenemos de un Jabotinsky absolutamente defensor de la idea de un Estado Judío con población judía mayoritaria y un gobierno de autodeterminación del pueblo judío, quien posee sobre la tierra un derecho indiscutido. Y valora aquí claramente a la democracia para consagrar el gobierno que debía regir en el Estado, asegurando la igualdad de sus habitantes. Con esto refutamos las argumentaciones de sus rivales que lo descalificaban como fascista.
Además de los textos de Jabotinsky, podemos encontrar plasmada su ideología en la plataforma del movimiento juvenil Betar, que si bien se ha ido adaptando de acuerdo a los tiempos, mantiene en esencia y con fidelidad el pensamiento de este gran personaje de la historia judía sionista. Algunos de los pilares de esta plataforma son:
Monismo: Sionismo puro sin mezcla de otras ideologías ajenas. El betarí debe tener marcada una sola bandera sin mezcla de otros ideales que interfieran con la misión esencial que era en su momento la creación del Estado Judío, y ahora su mantenimiento y fortalecimiento. Jabotinsky llama al Monismo "Jad-Nes" (una sola bandera), en contraposición a "Shatnez" (termino bíblico que se refiere a la mezcla prohibida de lana y lino), al que alude como la mezcla del Sionismo con otras ideologías, particularmente el socialismo. Siendo el Sionismo un movimiento nacionalista, éste choca frontalmente (según la concepción Betárica) con el internacionalismo socialista.
Eretz Israel: El ideal planteado por Jabotinsky es la creación de un estado judío, con mayoría judía, a ambas márgenes del Jordán. El asunto de ambas márgenes del Jordán se dejó de lado, ya que no es real en nuestros días, pero se mantiene la idea de permanecer en las partes de Eretz Israel liberadas en 1967. Una vez creado, el estado de Israel debe ser un estado democrático y liberal en el que cada habitante, sin diferencia de religión o sexo, tenga los mismos derechos y obligaciones. Los derechos de todos los habitantes en Israel son alimento, vestimenta, hogar, educación y salud; y estos cinco elementos deben ser la base de las leyes sociales en el estado de Israel.
Hadar: Uno de los grandes principios de Betar es el Hadar, una palabra que no tiene traducción a ningún idioma más que hebreo. Ya que el pueblo judío es el que debe ser “la luz al resto de los pueblos”, éste debe comportarse de una manera que le permita ser ejemplo. El hadar trata de respeto, tanto al prójimo como a uno mismo. Esto no significa ser mejor, sino ser justos. Saber como comportarse. No importa frente a quien se esté, esa persona merece nuestro respeto al igual que nosotros merecemos el de ella. El hadar se manifiesta en nuestra vestimenta, en nuestra forma de hablar y nuestras relaciones con la gente.
Pionerismo: Pionero es el que marcha a la cabeza. En la Diáspora, se manifiesta en cambiar el rumbo de la historia y regresar a la verdadera casa que es Israel. En el Estado de Israel, es hacer cosas que aparte de conseguir la felicidad personal aporten significativamente al desarrollo del país (http://es.wikipedia.org/wiki/Beitar).
Conclusión
Gustavo Perednik, al referirse al discurso que Jabotinsky dedico a Herzl en la Sinagoga de Petrogrado, lo describe como “uno de los oradores mas grandes de la historia judia”.
Gerardo Stuczynskil, en su texto “La muerte de un profeta”, describe su pensamiento con afinidad y la vigencia que sus ideas tienen en la conformación del Estado de Israel de hoy: “…La visión de Jabotinsky fue de una clarividencia tal, que para muchos (entre los cuales me incluyo) estamos ante la presencia de un verdadero profeta moderno…Entendía que el idioma hebreo era un elemento central…Predijo explícitamente la Shoá…Exigió a las autoridades sionistas modificar sus moderadas políticas respecto a la imposición de restricciones a la inmigración judía a Palestina (Libro Blanco) por parte del Mandato Británico…Consideraba a la democracia como el mejor sistema político para expresar la voluntad de un pueblo e imprescindible para respetar a las minorías…Entendía a los prejuicios racistas como patologías que no podían ser curadas por medio del Derecho, sino que debían serlo por la educación general obligatoria…”.
“Mientras que las bases ideológicas de los movimientos socialistas han perdido una y otra vez su vigencia, “La Muralla de Hierro” y “La Ética de la Muralla de Hierro” siguen vigentes tras más de 80 años (El Libro Azul de los Betarim).
Jabotinsky fue, en definitiva, un líder visionario, profético, de aguda inteligencia e incansable accionar en pos de las metas sionistas. Su visión completa e integrada incluía todos los objetivos sionistas necesarios para establecer un Estado autosuficiente gobernado con autodeterminación por el pueblo judío.
El concepto de autodefensa tan consagrado en su ideología es hoy gracias a lo que existe el Estado de Israel, siendo Tzahal una piedra angular en la constitución y mantenimiento del país; justamente, las Fuerzas de Defensa de Israel. La autodefensa vista como un “imperativo físico y como un manantial de orgullo y seguridad personal capaz de "ennoblecer" el espíritu judío” (http://jai.com.uy).
Defensor del liberalismo, su pensamiento incluía conciencia social, que luego llevaría adelante Begin en el gobierno del Likud. Prueba de esto son las cinco Memim: “Puedo imaginar que lo que nosotros llamamos “necesidades elementales” de una persona común -aquellas que motivan hoy su lucha y la llevan a demandar una subsistencia asegurada- incluye cinco componentes: Alimentación, Vivienda, Vestimenta, la Posibilidad de Educar a sus hijos, y la Asistencia Medica, en caso de enfermedad. En hebreo, podemos simbolizar sucintamente todo esto con cinco conceptos: “Mazon” (Alimento), “Maon” (Vivienda), “Malbosh” (Vestimenta), “More” (Maestro), “Marpe” (Curación), cuya columna inicial es la letra Mem (eme). 5 mem.”(La Redención Social, Vladimir Jabotinsky).
Observamos como se preocupa por la constitución del Estado, la posición del individuo, su defensa y aseguramiento de recursos y bienestar para que tenga necesidades cubiertas, y en un país democrático pueda vivir dignamente con orgullo judío. Es una creencia betarí que “cada individuo es un rey”.
Desgraciadamente en varias oportunidades, más que nada frente a un público que no lo conoce en profundidad, no se puede empezar a hablar de Jabotinsky sin tener primero que desmitificar todo lo que mintieron en su contra. Prefiero quedarme con las opiniones que hablaron con la verdad sobre Jabotinsky que aquellos que lo desacreditaron para bajarlo del lugar al que con tanto merecimiento había llegado. Malinterpretado, o directamente descripto de forma malintencionada, se quiso deformar lo que dijo y escribió. Por suerte la pureza de sus contagiosas palabras, hacen que comprendamos su mensaje, insuflándonos en el espíritu el honor y la tenacidad para que los judíos entendamos la fuerza que tenemos y todo lo que podemos conseguir estando unidos.
Ezequiel Eiben
Diciembre 2009
Fuentes
http://jai.com.uy/zeev.htm
http://www.galeon.com/historiadeisrael/zeev_jabotinsky.htmhttp://es.wikipedia.org/wiki/Beitar
Apuntes Sionistas (Elías Ventura, en http://www.anajnu.cl/apuntessionistas.htm)
La muerte de un Profeta (Gerardo Stuczynskil)
El Libro Azul de los Betarim (Gabriel Ben-Tasgal)
Hebreo soy. Volumen 1 (Gustavo Perednik)
La Muralla de Hierro (Vladimir Jabotinsky)
La Ética de la Muralla de Hierro (Vladimir Jabotinsky)
La redención social (Vladimir Jabotinsky)
De la música a la política
De la música a la política
Escuché por radio una declaración de Keith Richards, guitarrista de los Rolling Stones, refiriéndose a Amy Winehouse, la cantante más popular del Reino Unido hoy en día. Ella tiene problemas de adicción, tanto al alcohol como a las drogas, por lo que Keith dijo “Amy tiene que parar, no sé cuánto tiempo más puede durar si sigue así”. El conductor del programa radial comentó, ejemplificando con artistas argentinos, “es como si Charly García le dijera a Pity de Intoxicados `che loco, pará que te va a hacer mal´”.
Queda en claro que el conductor ironizó respecto a la declaración de un adicto hacia otro adicto. En el momento que lo escuché me causó cierta gracia; ahora bien, pasados unos días a mi cabeza se le ocurrió relacionar ese episodio con un tema de actualidad internacional. Pasó del terreno musical al plano de la política.
¿Cuántas veces hemos escuchado ciertos comentarios de ciertos países hacia Israel? Comentarios de tinte agresivo “hacia Israel”, que mejor dicho son “contra Israel”. Lo de Keith fue más un consejo, un intento de que se eviten adicciones. Pero estos países hacen críticas; críticas destructivas. ¿Acaso Irán está legitimado para hablar en contra de Israel, para decirle que pare, para decir que hay que destruirlo? ¿Acaso el Irán que tiene en miras el objetivo de borrar del mapa a Israel, es el que nos echa la culpa de todo, de que haya violencia en Medio Oriente? ¿Acaso el Irán que odia a Israel y actúa supuestamente en nombre del pueblo, es el mismo que masacra a su propia gente? ¿Es el mismo que se cansa de asesinar y de armar escuelas de asesinos?
Me pregunto si ponemos a un hombre cualquiera de algún país cualquiera en la posición del conductor radial, y también lo pasamos de la música a la política, qué pasaría. ¿Diría que el comentario de Irán contra Israel es el comentario de un estado asesino contra otro estado asesino? Porque también se escucha por ahí que Israel es un estado genocida. ¿Este conductor nos metería en la misma bolsa que Irán? No quiero tener que llegar a escuchar a un conductor ironizar con eso: “un asesino le dijo a otro que no mate, que es malo. Es como si Irán le dice a Israel `che loco, no matés que es malo´”.
Así como Keith aconsejó parar, Israel pararía la guerra. Israel quiere paz.
Ezequiel Eiben
2008
Escuché por radio una declaración de Keith Richards, guitarrista de los Rolling Stones, refiriéndose a Amy Winehouse, la cantante más popular del Reino Unido hoy en día. Ella tiene problemas de adicción, tanto al alcohol como a las drogas, por lo que Keith dijo “Amy tiene que parar, no sé cuánto tiempo más puede durar si sigue así”. El conductor del programa radial comentó, ejemplificando con artistas argentinos, “es como si Charly García le dijera a Pity de Intoxicados `che loco, pará que te va a hacer mal´”.
Queda en claro que el conductor ironizó respecto a la declaración de un adicto hacia otro adicto. En el momento que lo escuché me causó cierta gracia; ahora bien, pasados unos días a mi cabeza se le ocurrió relacionar ese episodio con un tema de actualidad internacional. Pasó del terreno musical al plano de la política.
¿Cuántas veces hemos escuchado ciertos comentarios de ciertos países hacia Israel? Comentarios de tinte agresivo “hacia Israel”, que mejor dicho son “contra Israel”. Lo de Keith fue más un consejo, un intento de que se eviten adicciones. Pero estos países hacen críticas; críticas destructivas. ¿Acaso Irán está legitimado para hablar en contra de Israel, para decirle que pare, para decir que hay que destruirlo? ¿Acaso el Irán que tiene en miras el objetivo de borrar del mapa a Israel, es el que nos echa la culpa de todo, de que haya violencia en Medio Oriente? ¿Acaso el Irán que odia a Israel y actúa supuestamente en nombre del pueblo, es el mismo que masacra a su propia gente? ¿Es el mismo que se cansa de asesinar y de armar escuelas de asesinos?
Me pregunto si ponemos a un hombre cualquiera de algún país cualquiera en la posición del conductor radial, y también lo pasamos de la música a la política, qué pasaría. ¿Diría que el comentario de Irán contra Israel es el comentario de un estado asesino contra otro estado asesino? Porque también se escucha por ahí que Israel es un estado genocida. ¿Este conductor nos metería en la misma bolsa que Irán? No quiero tener que llegar a escuchar a un conductor ironizar con eso: “un asesino le dijo a otro que no mate, que es malo. Es como si Irán le dice a Israel `che loco, no matés que es malo´”.
Así como Keith aconsejó parar, Israel pararía la guerra. Israel quiere paz.
Ezequiel Eiben
2008
El anti-israelí informe Goldstone
El anti-israelí informe Goldstone
Otro elemento más de discriminación internacional anti-israelí y van… muchos. A la ONU deberían darle un premio al continuo merito anti-israelí que ha logrado mantener mediante tantas resoluciones y decisiones por semejante cantidad de años. La última novedad es el informe Goldstone.
La comisión del juez Richard Goldstone se dedicó a investigar el último enfrentamiento en Gaza entre el Estado de Israel y el grupo terrorista Hamas, y los resultados arrojados provocan un justificado grito enardecido de bronca por parte de las gargantas sionistas. Acusa a Israel de cometer crímenes de guerra y tal vez crímenes de lesa humanidad, y apenas dedica unas pocas líneas a acusaciones contra Hamas. El solo hecho de intentar equiparar deliberadamente las acciones de un ejército de defensa de un Estado Soberano, con el terrorismo perpetrado por una organización dedicada al mal (no es una mera opinión, puede leerse su carta fundacional y descubrirlo), ya hace pensar de manera sospechosa la seriedad del informe. El mismo gobierno de Israel decidió no colaborar con el mismo, al considerarlo con justa razón tendencioso, y que ya tenía resultados predeterminados aun antes de la investigación. Queda para la discusión si el gobierno debió colaborar o no. Entre los que piensan que debería haberlo hecho, se esgrime el argumento que eso habría ayudado a esclarecer los hechos ocurridos en Gaza a través de una versión oficial proveniente de las autoridades israelíes. Pero es certera la posición de los que apoyan la determinación de no haber colaborado con la comisión de Goldstone, ya que eso hubiese significado estamparle la firma del propio gobierno a un informe que acusa a sus ciudadanos de ser criminales de guerra. Porque los integrantes de Tzahal son israelíes que ejecutaron acciones de autodefensa de su país. No esta demás decir que días antes, un documento oficial del ejercito israelí fue presentado con todo el contenido de las propias investigaciones hechas acerca de lo ocurrido durante la Operación Plomo Fundido en Gaza, y no fue considerado por la ONU a la hora de analizar los sucesos o tenerlo en cuenta como fuente para la toma de decisiones.
Por supuesto que el informe cuando salió fue analizado por intelectuales y profesionales israelíes. Es clara la posición al respecto adoptada por la reconocida jurista Ruth Lapidot, quien en una entrevista hecha por Ana Jerozolimski, se refirió al mismo como ¨muy malo¨ y criticó el atrevimiento del juez sudafricano Goldstone de ir más allá de las atribuciones que le correspondían originalmente. ¨Ante todo, la comisión que encabezó estaba planteada como “fact-finding mission”, o sea que su rol debía ser registrar ordenadamente hechos ocurridos en el terreno, que constituían violaciones de los derechos humanos. Pero él agregó por su cuenta dos cosas. Incluyó cinco recomendaciones de acciones respecto a Israel, algo que nadie le pidió. Y además, aunque su mandato se refería a la Franja de Gaza, parece haber disfrutado tanto que escribió también sobre Cisjordania y los asentamientos, algo que nadie le planteó¨ opino Lapidot.
No son menores las polémicas desatadas por el informe Goldstone. Es bochornoso que en el tiempo de efectuarlo, en la boca de la ONU no se mencione por ninguna parte o no se hayan establecido comisiones especiales para tratar ocho años previos al enfrentamiento en Gaza de ininterrumpidos lanzamientos de cohetes por parte de los terroristas contra blancos civiles israelíes. Se sigue atacando a Israel y se le critica el ejercicio de su derecho de autodefensa, y cuando lo ejerce, se lo llama desproporcionado. Sin embargo hay que atender a lo dispuesto por el derecho internacional: Cuando ya se salio al combate la ley autoriza a usar la fuerza que se considere necesaria para que el otro lado no ataque mas.
Frente a todo este daño ocasionado a Israel por parte de un juez que irónicamente se hace llamar sionista, vale leer lo escrito por Ed morgan: ¨ Hay muchas tragedias en Gaza que merecen una investigación apropiada, incluyendo, por ambas partes, la muerte y la destrucción. Pero, la mayor tragedia del Informe Goldstone, es el daño hecho a la ley internacional. Goldstone, un jurista renombrado, desperdició su reputación en un Informe profundamente defectuoso y tendencioso que socava la fe en el dominio de la ley internacional para algunos quienes, en apariencia, a diferencia de los miembros del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, se toman realmente el tiempo de leerla¨.
Otra mala noticia en contra de Israel proveniente de organismos internacionales. Otro intento descarado de atentar contra la credibilidad y los legítimos derechos del Estado Judío. Y lamentablemente, otra muestra más de irresponsabilidad internacional que baja las barreras defensivas de aquellos que encabezan la lucha contra el terrorismo y permite el goce de aquellos que lo fomentan ante semejante muestra de impunidad y falta de condenación. Israel es el país que defiende los derechos de sus ciudadanos y pelea por mantener en alto los más grandes valores de la humanidad entera y a cambio recibe golpes de aquellos que deberían apoyarlo. Y los terroristas ven cada vez mas legitimadas sus acciones por no recibir reprimendas estrictas a su asqueroso accionar. Deben pensar que después de esto solo falta una invitación oficial de la ONU a que sigan haciendo terrorismo con una pequeñita advertencia de que habrá leves sanciones. Hasta que el mundo libre, democrático y sensato no se ponga bien los pantalones como los tiene puestos Israel y enfrente al verdadero enemigo que es el terrorista, seguirán los asesinos como los de Hamas disfrutando de la impunidad, y los justos como el Estado Judío recibiendo ensañadas críticas de los que no asumen sus obligaciones y afrontan las amenazas.
Ezequiel Eiben
28-11-2009
Otro elemento más de discriminación internacional anti-israelí y van… muchos. A la ONU deberían darle un premio al continuo merito anti-israelí que ha logrado mantener mediante tantas resoluciones y decisiones por semejante cantidad de años. La última novedad es el informe Goldstone.
La comisión del juez Richard Goldstone se dedicó a investigar el último enfrentamiento en Gaza entre el Estado de Israel y el grupo terrorista Hamas, y los resultados arrojados provocan un justificado grito enardecido de bronca por parte de las gargantas sionistas. Acusa a Israel de cometer crímenes de guerra y tal vez crímenes de lesa humanidad, y apenas dedica unas pocas líneas a acusaciones contra Hamas. El solo hecho de intentar equiparar deliberadamente las acciones de un ejército de defensa de un Estado Soberano, con el terrorismo perpetrado por una organización dedicada al mal (no es una mera opinión, puede leerse su carta fundacional y descubrirlo), ya hace pensar de manera sospechosa la seriedad del informe. El mismo gobierno de Israel decidió no colaborar con el mismo, al considerarlo con justa razón tendencioso, y que ya tenía resultados predeterminados aun antes de la investigación. Queda para la discusión si el gobierno debió colaborar o no. Entre los que piensan que debería haberlo hecho, se esgrime el argumento que eso habría ayudado a esclarecer los hechos ocurridos en Gaza a través de una versión oficial proveniente de las autoridades israelíes. Pero es certera la posición de los que apoyan la determinación de no haber colaborado con la comisión de Goldstone, ya que eso hubiese significado estamparle la firma del propio gobierno a un informe que acusa a sus ciudadanos de ser criminales de guerra. Porque los integrantes de Tzahal son israelíes que ejecutaron acciones de autodefensa de su país. No esta demás decir que días antes, un documento oficial del ejercito israelí fue presentado con todo el contenido de las propias investigaciones hechas acerca de lo ocurrido durante la Operación Plomo Fundido en Gaza, y no fue considerado por la ONU a la hora de analizar los sucesos o tenerlo en cuenta como fuente para la toma de decisiones.
Por supuesto que el informe cuando salió fue analizado por intelectuales y profesionales israelíes. Es clara la posición al respecto adoptada por la reconocida jurista Ruth Lapidot, quien en una entrevista hecha por Ana Jerozolimski, se refirió al mismo como ¨muy malo¨ y criticó el atrevimiento del juez sudafricano Goldstone de ir más allá de las atribuciones que le correspondían originalmente. ¨Ante todo, la comisión que encabezó estaba planteada como “fact-finding mission”, o sea que su rol debía ser registrar ordenadamente hechos ocurridos en el terreno, que constituían violaciones de los derechos humanos. Pero él agregó por su cuenta dos cosas. Incluyó cinco recomendaciones de acciones respecto a Israel, algo que nadie le pidió. Y además, aunque su mandato se refería a la Franja de Gaza, parece haber disfrutado tanto que escribió también sobre Cisjordania y los asentamientos, algo que nadie le planteó¨ opino Lapidot.
No son menores las polémicas desatadas por el informe Goldstone. Es bochornoso que en el tiempo de efectuarlo, en la boca de la ONU no se mencione por ninguna parte o no se hayan establecido comisiones especiales para tratar ocho años previos al enfrentamiento en Gaza de ininterrumpidos lanzamientos de cohetes por parte de los terroristas contra blancos civiles israelíes. Se sigue atacando a Israel y se le critica el ejercicio de su derecho de autodefensa, y cuando lo ejerce, se lo llama desproporcionado. Sin embargo hay que atender a lo dispuesto por el derecho internacional: Cuando ya se salio al combate la ley autoriza a usar la fuerza que se considere necesaria para que el otro lado no ataque mas.
Frente a todo este daño ocasionado a Israel por parte de un juez que irónicamente se hace llamar sionista, vale leer lo escrito por Ed morgan: ¨ Hay muchas tragedias en Gaza que merecen una investigación apropiada, incluyendo, por ambas partes, la muerte y la destrucción. Pero, la mayor tragedia del Informe Goldstone, es el daño hecho a la ley internacional. Goldstone, un jurista renombrado, desperdició su reputación en un Informe profundamente defectuoso y tendencioso que socava la fe en el dominio de la ley internacional para algunos quienes, en apariencia, a diferencia de los miembros del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, se toman realmente el tiempo de leerla¨.
Otra mala noticia en contra de Israel proveniente de organismos internacionales. Otro intento descarado de atentar contra la credibilidad y los legítimos derechos del Estado Judío. Y lamentablemente, otra muestra más de irresponsabilidad internacional que baja las barreras defensivas de aquellos que encabezan la lucha contra el terrorismo y permite el goce de aquellos que lo fomentan ante semejante muestra de impunidad y falta de condenación. Israel es el país que defiende los derechos de sus ciudadanos y pelea por mantener en alto los más grandes valores de la humanidad entera y a cambio recibe golpes de aquellos que deberían apoyarlo. Y los terroristas ven cada vez mas legitimadas sus acciones por no recibir reprimendas estrictas a su asqueroso accionar. Deben pensar que después de esto solo falta una invitación oficial de la ONU a que sigan haciendo terrorismo con una pequeñita advertencia de que habrá leves sanciones. Hasta que el mundo libre, democrático y sensato no se ponga bien los pantalones como los tiene puestos Israel y enfrente al verdadero enemigo que es el terrorista, seguirán los asesinos como los de Hamas disfrutando de la impunidad, y los justos como el Estado Judío recibiendo ensañadas críticas de los que no asumen sus obligaciones y afrontan las amenazas.
Ezequiel Eiben
28-11-2009
¿Qué es Igal Amir?
¿Qué es Igal Amir?
La pregunta "¿quién es el asesino de Rabin?" ya está contestada. La pregunta "¿qué es el asesino de Rabin?" es lo que se ha estado intentando contestar todos estos años desde que el asesinato al primer ministro ocurrió.
Respuestas crédulas, medidas, sensatas (como decir que es un asesino no representativo), otras fanáticas y enfermizas (como culpar a toda la derecha israelí del magnicidio), se han escuchado por doquier en los medios de prensa y en las calles.
Lo concreto es la información que manejamos dada por las versiones oficiales de los hechos sucedidos. El asesino, Igal Amir, actuó solo, por su cuenta, no respondía a un partido político. Hizo lo que hizo basándose en un convencimiento propio de que era lo correcto para Israel.
Ema Friedman opina de él como alguien "en paz consigo mismo, imbuido de un enorme poder. No tiene dudas que ha realizado la tarea del siglo". Años después del crimen cometido, el parecer de Amir sobre lo que hizo no ha variado, no ha modificado sus creencias acerca de su modo de actuar. Lo cual claramente nos demuestra que obro por puro convencimiento, y por más que hubiera sido incitado por alguien más, no habría hecho falta para infundirle valor o reforzar su extrema determinación para llevar a cabo el asesinato. Esto no quitaría gravedad si alguien en especial o alguna organización lo hubiera impulsado, en cuyo caso ellos también deberían ser condenados, pero facilita observar el radicalismo de Amir, que para él es una tarea misionera, una obra encomendada por el mismo D-os. Se investigo al entorno familiar de Amir, y su hermano Hagai fue detenido aceptando que le proporciono los proyectiles con los que mato, pero negando que Amir le hubiera dicho que iba a matar a Rabin. También se investigaron organizaciones ilegales y extremistas con las que tenia conexión.
El propio Amir hablo ante el magistrado, días después del crimen, y conto que lo motivo: detener el proceso de paz en medio oriente, impedir que Rabin realizara las concesiones a los árabes que se habían acordado en los Acuerdos de Oslo. Según el, actuó "con D-os". Realizó su propia interpretación de las escrituras judías para considerar que lo suyo era un objetivo a cumplir en una guerra, y por lo tanto se encontraba habilitado a perseguirlo hasta concretarlo.
En una entrevista hecha por Roxana Levinson, Gad Ben Ari, vocero y asesor de prensa de Rabin entre 1992 y 1995 sostuvo: "A mí realmente no me agrada hacer referencia a ese hombre. A pesar de que, de hecho, con el asesinato que él cometió no sólo mató a una persona sino que intentó derribar las bases sobre las cuales existe el Estado de Israel. Él no es importante. Creo que no tiene sentido ocuparse de él, para mí es polvo humano. Creo que no vale ni siquiera una referencia o comentario y que lo único que importa es confirmar que habrá de pasar hasta el último de sus días en la cárcel. A mi entender, él fue sólo un instrumento que cometió un acto deplorable". Cuando se le pregunto de quien era instrumento Amir, respondió: "El fue instrumento de un fenómeno marginal de la sociedad israelí, muy a mi pesar, de un fenómeno que todavía existe, aunque no esté tan a la vista. Existe en grupos extremistas, que no son pocos en Israel. Se trata de un fenómeno cuya expresión es que cuando los valores democráticos contradicen o entran en conflicto con los valores judíos como ellos los interpretan –obviamente una interpretación retorcida y enfermiza– entonces sus valores son más importantes que los de la democracia. Y si para eso hay que matar a un primer ministro, se lo mata..."
Volvemos a las preguntas. ¿Qué es igal amir? ¿Es un componente autodestructivo de la sociedad israelí, en cuanto que mata a quien quiere lo mejor para ella? O la pregunta odiosa: ¿es un componente autodefensivo que apunta a detener a quien estaba regalando al país?
¿Es una figura aislada y loca o representa el pensamiento de gran parte de la sociedad?
Organizaciones extremistas las hay, pero para nada son la mayoría ni están cerca de representar los mayores intereses de la sociedad y mucho menos aun los medios para realizar los propósitos israelíes. El asesinato hecho por Amir es obra de una persona fanática, solitaria, quizá con apoyo espiritual de unos extremistas más que piensan como él.
Acto de terrorismo, asesinato selectivo, matar a sangre fría, este hombre dio un gran golpe a Israel. No cabe duda de que las preguntas formuladas tienen respuesta. Hasta repugna preguntarse si Amir es un instrumento autodefensivo viendo lo que se propuso y los medios que utilizo para cumplir con su misión autoplanteada.
Es claro que Amir es un elemento antidemocrático por donde se lo mire con sus expresiones extremistas, y peligroso tras escuchar que no se arrepiente de lo hecho y que lo volvería a hacer. Un asesino que está condenado, como debe ser.
Ezequiel Eiben
9-11-2009
La pregunta "¿quién es el asesino de Rabin?" ya está contestada. La pregunta "¿qué es el asesino de Rabin?" es lo que se ha estado intentando contestar todos estos años desde que el asesinato al primer ministro ocurrió.
Respuestas crédulas, medidas, sensatas (como decir que es un asesino no representativo), otras fanáticas y enfermizas (como culpar a toda la derecha israelí del magnicidio), se han escuchado por doquier en los medios de prensa y en las calles.
Lo concreto es la información que manejamos dada por las versiones oficiales de los hechos sucedidos. El asesino, Igal Amir, actuó solo, por su cuenta, no respondía a un partido político. Hizo lo que hizo basándose en un convencimiento propio de que era lo correcto para Israel.
Ema Friedman opina de él como alguien "en paz consigo mismo, imbuido de un enorme poder. No tiene dudas que ha realizado la tarea del siglo". Años después del crimen cometido, el parecer de Amir sobre lo que hizo no ha variado, no ha modificado sus creencias acerca de su modo de actuar. Lo cual claramente nos demuestra que obro por puro convencimiento, y por más que hubiera sido incitado por alguien más, no habría hecho falta para infundirle valor o reforzar su extrema determinación para llevar a cabo el asesinato. Esto no quitaría gravedad si alguien en especial o alguna organización lo hubiera impulsado, en cuyo caso ellos también deberían ser condenados, pero facilita observar el radicalismo de Amir, que para él es una tarea misionera, una obra encomendada por el mismo D-os. Se investigo al entorno familiar de Amir, y su hermano Hagai fue detenido aceptando que le proporciono los proyectiles con los que mato, pero negando que Amir le hubiera dicho que iba a matar a Rabin. También se investigaron organizaciones ilegales y extremistas con las que tenia conexión.
El propio Amir hablo ante el magistrado, días después del crimen, y conto que lo motivo: detener el proceso de paz en medio oriente, impedir que Rabin realizara las concesiones a los árabes que se habían acordado en los Acuerdos de Oslo. Según el, actuó "con D-os". Realizó su propia interpretación de las escrituras judías para considerar que lo suyo era un objetivo a cumplir en una guerra, y por lo tanto se encontraba habilitado a perseguirlo hasta concretarlo.
En una entrevista hecha por Roxana Levinson, Gad Ben Ari, vocero y asesor de prensa de Rabin entre 1992 y 1995 sostuvo: "A mí realmente no me agrada hacer referencia a ese hombre. A pesar de que, de hecho, con el asesinato que él cometió no sólo mató a una persona sino que intentó derribar las bases sobre las cuales existe el Estado de Israel. Él no es importante. Creo que no tiene sentido ocuparse de él, para mí es polvo humano. Creo que no vale ni siquiera una referencia o comentario y que lo único que importa es confirmar que habrá de pasar hasta el último de sus días en la cárcel. A mi entender, él fue sólo un instrumento que cometió un acto deplorable". Cuando se le pregunto de quien era instrumento Amir, respondió: "El fue instrumento de un fenómeno marginal de la sociedad israelí, muy a mi pesar, de un fenómeno que todavía existe, aunque no esté tan a la vista. Existe en grupos extremistas, que no son pocos en Israel. Se trata de un fenómeno cuya expresión es que cuando los valores democráticos contradicen o entran en conflicto con los valores judíos como ellos los interpretan –obviamente una interpretación retorcida y enfermiza– entonces sus valores son más importantes que los de la democracia. Y si para eso hay que matar a un primer ministro, se lo mata..."
Volvemos a las preguntas. ¿Qué es igal amir? ¿Es un componente autodestructivo de la sociedad israelí, en cuanto que mata a quien quiere lo mejor para ella? O la pregunta odiosa: ¿es un componente autodefensivo que apunta a detener a quien estaba regalando al país?
¿Es una figura aislada y loca o representa el pensamiento de gran parte de la sociedad?
Organizaciones extremistas las hay, pero para nada son la mayoría ni están cerca de representar los mayores intereses de la sociedad y mucho menos aun los medios para realizar los propósitos israelíes. El asesinato hecho por Amir es obra de una persona fanática, solitaria, quizá con apoyo espiritual de unos extremistas más que piensan como él.
Acto de terrorismo, asesinato selectivo, matar a sangre fría, este hombre dio un gran golpe a Israel. No cabe duda de que las preguntas formuladas tienen respuesta. Hasta repugna preguntarse si Amir es un instrumento autodefensivo viendo lo que se propuso y los medios que utilizo para cumplir con su misión autoplanteada.
Es claro que Amir es un elemento antidemocrático por donde se lo mire con sus expresiones extremistas, y peligroso tras escuchar que no se arrepiente de lo hecho y que lo volvería a hacer. Un asesino que está condenado, como debe ser.
Ezequiel Eiben
9-11-2009
¿El deicidio de la derecha israelí?
¿El deicidio de la derecha israelí?
Uno de los argumentos clásicos del antisemitismo cristiano es el acusar al pueblo judío de deicidio, es decir, de ser los asesinos de Cristo. Los judíos son los responsables de matar a Jesús, quien para los cristianos es el mesías, hijo de D-os, que vino a redimir a la humanidad. Incluso los judíos nacidos miles de años después deben seguir pagando por este crimen de sus antepasados.
Parte de la sociedad israelí pareciera haber filtrado este tipo de acusaciones en sus mentes, adaptándolas a otra clase de situación, y haber aprendido a esgrimirlas para cuando hace falta defender su postura en un debate. Hoy en día se tilda a la derecha israelí de haber cometido deicidio, más precisamente pazcidio, al haber asesinado al Primer Ministro Itzjak Rabin.
Lo concreto es que su asesino, Igal Amir, si bien manifestaba una postura fanática religiosa de ultraderecha, no respondía a ningún partido de derecha, sino a su propio interés influenciado por su totalitarismo y potenciado quizá por una insalubre situación mental. Está en la cárcel como corresponde. Y aunque fuese un enviado de alguna organización de derecha, se trataría de un grupo fanático minoritario y para nada representativo del verdadero proceder democrático de la derecha Israelí.
Ahora bien, ¿es justo culpar a la derecha israelí del crimen? no solo del crimen por haber asesinado a un ser humano primer ministro de Israel, sino que lo que se le echa en cara tiene un agravante, que es haber liquidado el proceso de paz con los palestinos. La derecha se dice que no solo mato a Rabin, sino que mato a la paz. tras la muerte del primer ministro, ya no era posible conseguir la paz porque la sociedad estaba dividida con mayor profundidad, porque el líder político y espiritual de la gente y el país se había ido, y porque quien le sucediera en el cargo no sería capaz o no tendría intenciones de continuar con las negociaciones.
Tal ha sido la idealización de la izquierda hacia la figura de Rabin, que su muerte hace creer que ninguna paz es posible con los palestinos, porque la derecha que lo siguió no la quiso, y porque se descarrilaba el acuerdo sin una de sus principales figuras
es innegable y seria estúpido e imprudente pensar lo contrario, que el asesinato de Rabin y más aun por ser a manos de un connacional, provoco una fractura en la sociedad israelí. Un cachetazo del cual cuesta horrores recuperarse y pueden pasar anos hasta ver las primeras reacciones de recuperación a semejantes bofetadas. Nadie puede discutir esto, que era en aquel momento tan palpable en la realidad como las caras largas de las personas que creían en la política de Rabin y en los valores del Estado de Israel.
Ahora, no solo hay que dejarse llevar por la terrible sensación de que todo un país se quedo huérfano. Hay que analizar, aparte de la tragedia, la situación política previa a tan fatídico acontecimiento.
Las encuestas y la opinión pública reflejaban un descontento de gran parte de la población israelí hacia la política de Rabin, y se preveía una dura pelea en las elecciones por parte de Netanyahu. Se podría decir que el resultado de las urnas en las próximas elecciones era incierto. La derecha hacia rato venia descontenta con Rabin, y se recuerda la famosa marcha donde se lo mostro con uniforme de las SS o con kefia.
"Las encuestas realizadas antes de su muerte demostraban que la popularidad de Rabin había bajado, y que la de su opositor Benjamín Netanyahu había subido. El público israelí se había desilusionado de Arafat, y también de Rabin, quien se limitaba a decir, después de cada acto terrorista palestino, "este es el precio que pagamos por la paz" dice David Mandel".
Por lo tanto, tras saber que quizá iba a perder las elecciones, o por lo menos que tenía muchos detractores, ¿es sensato acusar a la derecha israelí de haber eliminado toda chance de llegar a un acuerdo de paz con los palestinos?
Rabin no tenía la fuerza con la que gano tras su campana electoral, las muertes por atentados y el terrorismo en aumento habían saturado a las personas. "A pesar, y en contravención, del Acuerdo de Oslo de 1993, el terrorismo palestino no sólo continuó, sino que se agudizó, durante el gobierno de Rabin, azuzado por la demonización de Israel y de los judíos en las mezquitas, en los colegios y en los medios de comunicación palestinos, todos ellos controlados por Yasser Arafat.
Desde la firma de Oslo en 1993 hasta el mes de febrero de 1996, 168 personas murieron en Israel víctimas del terror palestino; 47 de ellos en 1995, el año que murió Rabin" aporta Mandel en claros datos estadísticos de lo que era el ambiente en Israel.
La figura de Netanyahu emergía como un durísimo rival a vencer, que de hecho se termino imponiendo a Shimon Peres, Arafat no había renunciado al terrorismo y seguía engañado a los israelíes, y también es importante no olvidar que el asesino de Rabin no respondía de modo directo a la derecha sino que actuó por voluntad propia.
Habrá que replantearse este supuesto pazcidio de la derecha israelí, que si bien incito al odio a Rabin y a boicotear su política, no es la responsable directa por los actos personales de un solo fanático. Repugnantes son las escenas que muestran a Rabin como terrorista o como nazi, y es una provocación que no debería repetirse por ser asquerosamente errada y grosera. Pero de levantar una pancarta a levantar un arma y matar al hombre más importante del Estado de Israel, hay una gran distancia. El asesinato de Rabin fue realizado por un solo hombre, Igal Amir, y no por toda la derecha de todo un país. Al ser interrogado por el magistrado, Amir afirmo que había actuado con D-os. No dijo que actuó para la derecha.
Queda destacar que Netanyahu continuo con los procesos de paz, pero a su manera. Impuso la dureza típica de un primer ministro de derecha que no va a ceder hasta que no vea reciprocidad, y con ese tipo de política se identificaba más todos aquellos que marcharon en contra de Rabin.
Los datos y hechos históricos, las muertes y el terrorismo por doquier que siguieron a la firma de Oslo I y Oslo II, demuestran que el fracaso estrepitoso del proceso de paz era un destino inminente. Muriera o no Rabin, se veía venir el colapso de una falsa ilusión que se creó en la mente de los políticos y la sociedad israelí. Oslo fue un error, condenado a fracasar, y lo que hizo la muerte de Rabin fue cambiar el responsable del fracaso y casi avalar lo que hasta ese momento se venía haciendo.
Las muertes por terrorismo resultarían suficientes para entender que los culpables de seguir llevando adelante un inequitativo e iluso proceso de paz eran los dirigentes de izquierda, mas los de derecha resultan ser los culpables por matar al primer ministro.
Las muertes por terrorismo resultarían suficientes para condenar el mal proceder israelí durante las concesiones en los acuerdos, pero la muerte de Rabin hace creer que hasta ahí se venía obrando bien y que fue eso y la posterior política de Netanyahu lo que descarrilo la negociación.
Las muertes de los conciudadanos terminarían pesando más en la voluntad de los israelíes a la hora de hacer una evaluación que la creencia de poder llegar a un acuerdo de paz con terroristas que decían ser pacifistas pero que con un poco de cordura se descubre no van a cambiar de la noche a la mañana.
Por lo tanto, como hizo el Concilio Vaticano II con el pueblo judío que lo absolvió del crimen de matar a quien consideran Cristo, la izquierda israelí debe mentalmente absolver a la derecha por un crimen que no cometió y dejar de adjudicarle responsabilidades injustas que deberían haber sido propias de la izquierda y que la desgraciada muerte de un primer ministro hizo cambiar de lugar. Absolver mentalmente, porque en los hechos la derecha no tiene por qué responder por cosas que no hizo, y debe seguir con sus creencias de reciprocidad en las concesiones, ya que solo así, dando y exigiendo, se llegara a una paz que beneficie a los dos pueblos.
Ezequiel Eiben
Noviembre 2009
Uno de los argumentos clásicos del antisemitismo cristiano es el acusar al pueblo judío de deicidio, es decir, de ser los asesinos de Cristo. Los judíos son los responsables de matar a Jesús, quien para los cristianos es el mesías, hijo de D-os, que vino a redimir a la humanidad. Incluso los judíos nacidos miles de años después deben seguir pagando por este crimen de sus antepasados.
Parte de la sociedad israelí pareciera haber filtrado este tipo de acusaciones en sus mentes, adaptándolas a otra clase de situación, y haber aprendido a esgrimirlas para cuando hace falta defender su postura en un debate. Hoy en día se tilda a la derecha israelí de haber cometido deicidio, más precisamente pazcidio, al haber asesinado al Primer Ministro Itzjak Rabin.
Lo concreto es que su asesino, Igal Amir, si bien manifestaba una postura fanática religiosa de ultraderecha, no respondía a ningún partido de derecha, sino a su propio interés influenciado por su totalitarismo y potenciado quizá por una insalubre situación mental. Está en la cárcel como corresponde. Y aunque fuese un enviado de alguna organización de derecha, se trataría de un grupo fanático minoritario y para nada representativo del verdadero proceder democrático de la derecha Israelí.
Ahora bien, ¿es justo culpar a la derecha israelí del crimen? no solo del crimen por haber asesinado a un ser humano primer ministro de Israel, sino que lo que se le echa en cara tiene un agravante, que es haber liquidado el proceso de paz con los palestinos. La derecha se dice que no solo mato a Rabin, sino que mato a la paz. tras la muerte del primer ministro, ya no era posible conseguir la paz porque la sociedad estaba dividida con mayor profundidad, porque el líder político y espiritual de la gente y el país se había ido, y porque quien le sucediera en el cargo no sería capaz o no tendría intenciones de continuar con las negociaciones.
Tal ha sido la idealización de la izquierda hacia la figura de Rabin, que su muerte hace creer que ninguna paz es posible con los palestinos, porque la derecha que lo siguió no la quiso, y porque se descarrilaba el acuerdo sin una de sus principales figuras
es innegable y seria estúpido e imprudente pensar lo contrario, que el asesinato de Rabin y más aun por ser a manos de un connacional, provoco una fractura en la sociedad israelí. Un cachetazo del cual cuesta horrores recuperarse y pueden pasar anos hasta ver las primeras reacciones de recuperación a semejantes bofetadas. Nadie puede discutir esto, que era en aquel momento tan palpable en la realidad como las caras largas de las personas que creían en la política de Rabin y en los valores del Estado de Israel.
Ahora, no solo hay que dejarse llevar por la terrible sensación de que todo un país se quedo huérfano. Hay que analizar, aparte de la tragedia, la situación política previa a tan fatídico acontecimiento.
Las encuestas y la opinión pública reflejaban un descontento de gran parte de la población israelí hacia la política de Rabin, y se preveía una dura pelea en las elecciones por parte de Netanyahu. Se podría decir que el resultado de las urnas en las próximas elecciones era incierto. La derecha hacia rato venia descontenta con Rabin, y se recuerda la famosa marcha donde se lo mostro con uniforme de las SS o con kefia.
"Las encuestas realizadas antes de su muerte demostraban que la popularidad de Rabin había bajado, y que la de su opositor Benjamín Netanyahu había subido. El público israelí se había desilusionado de Arafat, y también de Rabin, quien se limitaba a decir, después de cada acto terrorista palestino, "este es el precio que pagamos por la paz" dice David Mandel".
Por lo tanto, tras saber que quizá iba a perder las elecciones, o por lo menos que tenía muchos detractores, ¿es sensato acusar a la derecha israelí de haber eliminado toda chance de llegar a un acuerdo de paz con los palestinos?
Rabin no tenía la fuerza con la que gano tras su campana electoral, las muertes por atentados y el terrorismo en aumento habían saturado a las personas. "A pesar, y en contravención, del Acuerdo de Oslo de 1993, el terrorismo palestino no sólo continuó, sino que se agudizó, durante el gobierno de Rabin, azuzado por la demonización de Israel y de los judíos en las mezquitas, en los colegios y en los medios de comunicación palestinos, todos ellos controlados por Yasser Arafat.
Desde la firma de Oslo en 1993 hasta el mes de febrero de 1996, 168 personas murieron en Israel víctimas del terror palestino; 47 de ellos en 1995, el año que murió Rabin" aporta Mandel en claros datos estadísticos de lo que era el ambiente en Israel.
La figura de Netanyahu emergía como un durísimo rival a vencer, que de hecho se termino imponiendo a Shimon Peres, Arafat no había renunciado al terrorismo y seguía engañado a los israelíes, y también es importante no olvidar que el asesino de Rabin no respondía de modo directo a la derecha sino que actuó por voluntad propia.
Habrá que replantearse este supuesto pazcidio de la derecha israelí, que si bien incito al odio a Rabin y a boicotear su política, no es la responsable directa por los actos personales de un solo fanático. Repugnantes son las escenas que muestran a Rabin como terrorista o como nazi, y es una provocación que no debería repetirse por ser asquerosamente errada y grosera. Pero de levantar una pancarta a levantar un arma y matar al hombre más importante del Estado de Israel, hay una gran distancia. El asesinato de Rabin fue realizado por un solo hombre, Igal Amir, y no por toda la derecha de todo un país. Al ser interrogado por el magistrado, Amir afirmo que había actuado con D-os. No dijo que actuó para la derecha.
Queda destacar que Netanyahu continuo con los procesos de paz, pero a su manera. Impuso la dureza típica de un primer ministro de derecha que no va a ceder hasta que no vea reciprocidad, y con ese tipo de política se identificaba más todos aquellos que marcharon en contra de Rabin.
Los datos y hechos históricos, las muertes y el terrorismo por doquier que siguieron a la firma de Oslo I y Oslo II, demuestran que el fracaso estrepitoso del proceso de paz era un destino inminente. Muriera o no Rabin, se veía venir el colapso de una falsa ilusión que se creó en la mente de los políticos y la sociedad israelí. Oslo fue un error, condenado a fracasar, y lo que hizo la muerte de Rabin fue cambiar el responsable del fracaso y casi avalar lo que hasta ese momento se venía haciendo.
Las muertes por terrorismo resultarían suficientes para entender que los culpables de seguir llevando adelante un inequitativo e iluso proceso de paz eran los dirigentes de izquierda, mas los de derecha resultan ser los culpables por matar al primer ministro.
Las muertes por terrorismo resultarían suficientes para condenar el mal proceder israelí durante las concesiones en los acuerdos, pero la muerte de Rabin hace creer que hasta ahí se venía obrando bien y que fue eso y la posterior política de Netanyahu lo que descarrilo la negociación.
Las muertes de los conciudadanos terminarían pesando más en la voluntad de los israelíes a la hora de hacer una evaluación que la creencia de poder llegar a un acuerdo de paz con terroristas que decían ser pacifistas pero que con un poco de cordura se descubre no van a cambiar de la noche a la mañana.
Por lo tanto, como hizo el Concilio Vaticano II con el pueblo judío que lo absolvió del crimen de matar a quien consideran Cristo, la izquierda israelí debe mentalmente absolver a la derecha por un crimen que no cometió y dejar de adjudicarle responsabilidades injustas que deberían haber sido propias de la izquierda y que la desgraciada muerte de un primer ministro hizo cambiar de lugar. Absolver mentalmente, porque en los hechos la derecha no tiene por qué responder por cosas que no hizo, y debe seguir con sus creencias de reciprocidad en las concesiones, ya que solo así, dando y exigiendo, se llegara a una paz que beneficie a los dos pueblos.
Ezequiel Eiben
Noviembre 2009
Discurso en el acto de OSA filial Córdoba en Macabi Noar por la conmemoración del 61º aniversario de la creación del Estado de Israel
Hagamos uso de nuestra imaginación por un momento. Desprendámonos de este tiempo y espacio. No estamos en Macabi Noar, no estamos en el acto de la OSA, estamos fuera de nuestro contexto cotidiano. Elevémonos de nuestro lugar. Observemos la historia desde arriba, desde la altura donde todo abajo parece que se mueve como un puñado de hormigas. La historia misma está ante nuestros ojos. Veamos como nuestro pueblo salió de la esclavitud en Egipto, como llegó a ser libre. Veamos como reinó David en nuestra tierra, como soportamos el oscurantismo de la edad media, el nazismo en Europa.
Llegamos a una etapa en la que vemos a personas dejando todo atrás para volver a la tierra de sus padres. Vemos a gente que llega para poblar el desierto y trabajar arrancando desde cero. Vemos como esa gente era movida por la fuerza inquebrantable de sus ideales, por la pasión de hacer algo en lo que creía, algo por lo que valía todo sacrificio.
Esta gente, estos judíos, estaban encarando con tesón los desafíos que la vida y la historia les planteaba. Los iban superando como personas y como pueblo, como comunidad unida por una tradición moral con creencias fuertemente arraigadas. Estas personas, los jalutzim, se jugaron el todo por el todo, construyeron los cimientos del Estado, las bases económicas y materiales sobre las que hoy se desarrolla nuestra política. Y tanto valía su incesante lucha, que dieron su vida en la Guerra de la Independencia, luego de años de arduo trabajo y dolorosos pesares.
Ya contemplamos la historia desde arriba, ahora bajamos de las alturas. Volvemos nuevamente a nuestro contexto, pero lo hacemos con otra mentalidad. Ahora sabemos que no estamos simplemente viviendo un día, una hora, un segundo en un tiempo determinado. Ahora sabemos que estamos haciendo historia, que lo que hacemos como personas y como pueblo marca y marcará nuestra historia y el rumbo del judaísmo. Hoy en día somos notros los responsables de trabajar para la comunidad, de ayudar a Israel y llevarlo en nuestro corazón con los más profundos sentimientos de amor, pertenencia y compromiso. Hoy nosotros enfrentamos los desafíos que nos ponen a prueba, y tenemos que demostrar como defendemos nuestros ideales, somos los pioneros que vamos hacia delante. Hoy somos el presente, y mañana nos mirarán como la historia, así que reunamos esfuerzos para que nuestra página en los libros sea otra más de aquellas gloriosas que ya se escribieron. Como dijo Albert Einstein, reconocido científico y sionista, nuestra causa del judaísmo y sionismo es importante y es sagrada. En representación de la Tnuá Hejalutz Lamerjav y Macabilandia manifiesto el apoyo incondicional al sionismo y al Estado de Israel, el Estado de todos los judíos.
Ezequiel Eiben
Mayo 2009
Llegamos a una etapa en la que vemos a personas dejando todo atrás para volver a la tierra de sus padres. Vemos a gente que llega para poblar el desierto y trabajar arrancando desde cero. Vemos como esa gente era movida por la fuerza inquebrantable de sus ideales, por la pasión de hacer algo en lo que creía, algo por lo que valía todo sacrificio.
Esta gente, estos judíos, estaban encarando con tesón los desafíos que la vida y la historia les planteaba. Los iban superando como personas y como pueblo, como comunidad unida por una tradición moral con creencias fuertemente arraigadas. Estas personas, los jalutzim, se jugaron el todo por el todo, construyeron los cimientos del Estado, las bases económicas y materiales sobre las que hoy se desarrolla nuestra política. Y tanto valía su incesante lucha, que dieron su vida en la Guerra de la Independencia, luego de años de arduo trabajo y dolorosos pesares.
Ya contemplamos la historia desde arriba, ahora bajamos de las alturas. Volvemos nuevamente a nuestro contexto, pero lo hacemos con otra mentalidad. Ahora sabemos que no estamos simplemente viviendo un día, una hora, un segundo en un tiempo determinado. Ahora sabemos que estamos haciendo historia, que lo que hacemos como personas y como pueblo marca y marcará nuestra historia y el rumbo del judaísmo. Hoy en día somos notros los responsables de trabajar para la comunidad, de ayudar a Israel y llevarlo en nuestro corazón con los más profundos sentimientos de amor, pertenencia y compromiso. Hoy nosotros enfrentamos los desafíos que nos ponen a prueba, y tenemos que demostrar como defendemos nuestros ideales, somos los pioneros que vamos hacia delante. Hoy somos el presente, y mañana nos mirarán como la historia, así que reunamos esfuerzos para que nuestra página en los libros sea otra más de aquellas gloriosas que ya se escribieron. Como dijo Albert Einstein, reconocido científico y sionista, nuestra causa del judaísmo y sionismo es importante y es sagrada. En representación de la Tnuá Hejalutz Lamerjav y Macabilandia manifiesto el apoyo incondicional al sionismo y al Estado de Israel, el Estado de todos los judíos.
Ezequiel Eiben
Mayo 2009
La trilogía antijudía
La trilogía de conceptos que se utilizan en nuestro tiempo contra los judíos, sospecho, está entrelazada, y mediante un análisis me dispongo a comprobarlo.
Empiezo admitiendo que como judío, en mi fuero interno, los tres conceptos me afectan del mismo modo: antiisraelismo, antisionismo y antisemitismo. Pero no me quiero quedar en que soy un judío con sindrome de perseguido y confundo una simple crítica a Israel con un argumento antisemita ; ni quiero crear una generalización que aumente o desproporcione un pensamiento, tergiversándolo y dándole un nuevo significado que antes de pasar por mi intelecto judío no tenía. En vez de caer en estos pozos propios artificialmente creados, me valdré del pensamiento crítico para demostrar que son verdaderos pozos creados por otros a través del engaño y el encubrimiento.
Retornemos a la trilogía del antiisraelí, antisionista y antisemita. Tomando al antiisraelismo, lo voy a definir (digo ¨lo voy a definir¨ y no ¨lo vamos a definir¨, porque me hago cargo de mi pensamiento, siendo dueño de la idea y si otros la comparten, mejor, pero no voy a envolverlos sin su consentimiento) como la negación al Estado de Israel, el no reconocimiento a su existencia, el detractar su derecho a ser.
No se incluye dentro del concepto a quien no coincide con una política determinada adoptada por el gobierno israelí, a quien discrepe con leyes o medidas, pero que lo hace sin cuestionar la existencia misma del Estado. Me refiero exclusivamente a los que ponen en tela de juicio, mejor dicho directamente niegan, el derecho a la existencia. Estoy hablando por ejemplo del grupo terrorista Hamas, que tiene la postura que Israel no debe existir y se deben ¨arrojar a todos los judíos al mar¨. Estoy hablando de Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán, que alienta a ¨borrar a Israel del mapa¨.
Se escucha en muchos círculos intelectuales el término ¨antinorteamericanismo¨. Algunos pensadores occidentales lo emplean para definir su repudio a lo que consideran la política imperialista de Estados Unidos. Radicales musulmanes como Bin Laden consideran además que se debe destruir al denominado ¨imperio¨. Más allá de eso, lo que deseo dejar en claro es que el antiisraelismo voy a circunscribirlo, por lo menos en este texto, a la posición extremista de querer hacer desaparecer a Israel. Se toma como un problema concreto que tiene Israel con sus enemigos; no vamos a escuchar por ahí ¨antiargentinismo¨ o ¨antiitalianismo¨ en el sentido de buscar borrar a dichos países por enemigos mortales.
Ahora es el turno del antisionismo, generador de innumerables polémicas y controversias. El sionismo es un movimiento que rescata al pueblo judío como una nación, hay una nacionalidad judía. El mejor lugar para el desarrollo y crecimiento de la nación judía es Israel. Los pensadores sionistas coinciden en que Israel es el Hogar Judío, el punto al cual se convoca a todos los judíos del mundo a fortalecer y colaborar con la patria. Se defiende el derecho del pueblo judío de tener un Estado en su tierra.
Los antisionistas no reconocen ese derecho. Están en contra de las políticas realizadas en consecuencia, es decir, de la edificación de un País Judío. El antisionista no acepta la cración de Israel, sino que protesta por la supuesta ocupación del territorio en Palestina. Los argumentos antisionistas identifican al sionismo como una ideología racista, y lo vinculan con el imperialismo, en una acusación directa de la alianza de Israel con Estados Unidos. Otras severas y falaces críticas se le han hecho al sionismo. Se lo acusa de ocupar ilegalmente el territorio de la Palestina, de expansionismo tratando de avanzar y desposeer cada vez más, en el siglo XXI principalmente se lo tilda de aplicar políticas nazis.
Llegando al antisemitismo, no hace falta detenernos mucho puesto que el concepto está mucho más claro. El antisemitismo carga el odio milenario y ancestral a los judíos. Por antisemitismo se les ha robado, desposeído, ultrajado, convertido, asesinado, y podría seguir. Aquí rescatamos nada más que algunas de sus múltiples manifestaciones, como el deicismo (acusando a los judíos de ser los asesinos de Cristo), los Protocolos de los Sabios de Sión (panfleto que incluye una mentira asquerosa acerca de una conspiración judía para dominar al mundo), o el expresado por el nazismo (ver al judío como una raza inferior, lacra de la sociedad, culpable de la derrota alemana en la Primer Guerra Mundial, y dominador corrupto de la economía).
Ya habiendo desglosado la para nada agradable Trilogía Antijudía (así se podría encasillar a los tres conceptos, ¨antijudaísmo¨), el desafío planteado consiste en la demostración de su íntima relación, de esa vinculación maliciosamente oculta o a veces claramente visible. Y creanme que se puede demostrar tanto racional como empiricamente, para despejar cualquier duda al respecto.
Hay un sujeto que abiertamente manifiesta que es antiisraelí. Ahí, ya partimos desde el inicio que no quiere que Israel exista. No debe haber un Estado Judío. Concebido como está, le molesta que los judíos tengan un Estado, y los elementos judíos del mismo. Por más que se refugie en pensamientos como que el Estado Judío está en contra del Estado Democrático, no debemos permitir que empiece a desvirtuar (eso es otra discución aparte que los mismos judíos tenemos, pero sin eliminar el derecho de Israel a existir).
El antiisraelí necesariamente es antisionista. No quiere un Hogar Nacional Judío bajo la forma de un Estado. No apoyará y será contrario al Movimiento Sionista en su esfuerzo de llevar judíos a Israel y consolidar un país que sea judío por definición. Al ser antiisraelí y antisionista, le niega el derecho natural al pueblo judío de tener un Estado en su tierra. No concibe a los judíos como una nación con derecho a un país, mientras que seguramente no cuestiona a ningún otro Estado su derecho a existir, ni a las naciones. No admitir los derechos de un grupo es estar en su contra. Este sujeto es antisemita.
Se puede partir de otro punto. Quien es antisionista, aparte de oponerse al movimiento y su ideología, hemos visto que alienta a los boicots en contra de Israel, aboga por la desocupación de Palestina y la eliminación de un gobierno israelí. De más está decir que es antiisraelí. Y por mismas razones es un antisemita, tratando de eliminar el autogobierno y la autodeterminación del pueblo judío.
Si arrancamos desde el sujeto antisemita, es obvia la conexión con los otros dos conceptos. El antisemita que mata, que discrimina, no quiere ver a un judío triunfante ni gozando de un Estado con todas las letras. El que los separa y aisla, no es para reunirlos en un buen país, sino para hacer un campo de concentración o un pogrom.
Por vía racional ya llegué a la conclusión de que los términos de la trilogía son como sinónimos. Ahora en lo práctico, en la observación de la realidad, es aún mucho más fácil.
Los grupos autodenominados antisionistas realizan marchas violentas en contra de las instituciones y comunidades judías de varios países. En Agentina, Venezuela y demás lugares se han pintado, mayormente en 2009, leyendas como ¨fuera judíos de Palestina¨, ¨no a la ocupación¨, ¨judíos vuelvan al ghetto¨. Con estas manifestaciones quieren echar a los judíos de Palestina. Es decir, no solo no reconocen a Israel cuando dicen ¨Palestina¨ u ¨ocupación¨, sino que piensan que los judíos deben abandonar la tierra. Piden que vuelvan al ghetto, o sea, a que se encierren en su comunidad o a que sean prisioneros en barrios nazis.
Cuando las pancartas igualan a un Maguen David con una cruz svástica, se profana un símbolo religioso judío y se mancha a Israel como un régimen fundamentalista y totalitario que no existe en la realidad. Aparte, las marchas de estas agrupaciones han ido acompañadas de golpizas a judíos (como en la celebración de Iom Haatzmaut por el 61º aniversario de la creación del Estado de Israel en Buenos Aires) y destrucción de sinagogas (como en Caracas, donde se dañó la arquitectura del templo y se rompió la Toráh).
Hay que decir también que los grupos e intelectuales que dicen ser antisionistas y no antisemitas, han apoyado a dictadores que quieren destruir a Israel y asesinar a los judíos (Pino Solanas y Luis D´elía, por ejemplo, que han firmado cartas de apoyo a Ahmadinejad y su sangriento régimen iraní). Ser un antisionista que apoya a un antisemita para que mate judíos, no puede ni un poco ocultar el propio antisemitismo. Muchos dirán que no están en contra de que los judíos profesen su religión, pero judaísmo es más que religión, hay nacionalidad, y estos antijudíos están en contra del país de los judíos. Y el pueblo judío tiene un derecho histórico y una base de legalidad afianzada en las Naciones Unidas para tener un Estado en su tierra.
Por todo lo dicho, concluyo que la Trilogía Antijudía expresa lo mismo. El antiisraelismo, antisionismo y antisemitismo son lo mismo, son iguales, parejas demostraciones de las caras del antijudaísmo.
Vuelvo a repetir y a reafirmar para evitar malas interpretaciones y prevenir a lecturas ligeras, que dicha afirmación la hago apoyándome en las definiciones de las palabras que aquí mencioné. Lo digo escapando a ser un judío perseguido que siente que están todos en su contra o lo miran mal de reojo, e impidiendo peligrosas generalizaciones que meten a todos en una misma bolsa. Lo digo con argumentos expuestos y aclarados. No se puede tildar a una persona que protesta si Israel no respeta la Línea Verde, de ser un odiador de judíos que merece condena. Pero tampoco una persona autodenominada antisionista que golpea con un palo a un judío en Argentina por la política internacional de Israel, puede pretender que le creamos que no es un antisemita. Las acciones hablan por sí mismas. Judíos, sionistas y pro-israelíes, a estar prevenidos.
Ezequiel Eiben
11-7-2009
Empiezo admitiendo que como judío, en mi fuero interno, los tres conceptos me afectan del mismo modo: antiisraelismo, antisionismo y antisemitismo. Pero no me quiero quedar en que soy un judío con sindrome de perseguido y confundo una simple crítica a Israel con un argumento antisemita ; ni quiero crear una generalización que aumente o desproporcione un pensamiento, tergiversándolo y dándole un nuevo significado que antes de pasar por mi intelecto judío no tenía. En vez de caer en estos pozos propios artificialmente creados, me valdré del pensamiento crítico para demostrar que son verdaderos pozos creados por otros a través del engaño y el encubrimiento.
Retornemos a la trilogía del antiisraelí, antisionista y antisemita. Tomando al antiisraelismo, lo voy a definir (digo ¨lo voy a definir¨ y no ¨lo vamos a definir¨, porque me hago cargo de mi pensamiento, siendo dueño de la idea y si otros la comparten, mejor, pero no voy a envolverlos sin su consentimiento) como la negación al Estado de Israel, el no reconocimiento a su existencia, el detractar su derecho a ser.
No se incluye dentro del concepto a quien no coincide con una política determinada adoptada por el gobierno israelí, a quien discrepe con leyes o medidas, pero que lo hace sin cuestionar la existencia misma del Estado. Me refiero exclusivamente a los que ponen en tela de juicio, mejor dicho directamente niegan, el derecho a la existencia. Estoy hablando por ejemplo del grupo terrorista Hamas, que tiene la postura que Israel no debe existir y se deben ¨arrojar a todos los judíos al mar¨. Estoy hablando de Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán, que alienta a ¨borrar a Israel del mapa¨.
Se escucha en muchos círculos intelectuales el término ¨antinorteamericanismo¨. Algunos pensadores occidentales lo emplean para definir su repudio a lo que consideran la política imperialista de Estados Unidos. Radicales musulmanes como Bin Laden consideran además que se debe destruir al denominado ¨imperio¨. Más allá de eso, lo que deseo dejar en claro es que el antiisraelismo voy a circunscribirlo, por lo menos en este texto, a la posición extremista de querer hacer desaparecer a Israel. Se toma como un problema concreto que tiene Israel con sus enemigos; no vamos a escuchar por ahí ¨antiargentinismo¨ o ¨antiitalianismo¨ en el sentido de buscar borrar a dichos países por enemigos mortales.
Ahora es el turno del antisionismo, generador de innumerables polémicas y controversias. El sionismo es un movimiento que rescata al pueblo judío como una nación, hay una nacionalidad judía. El mejor lugar para el desarrollo y crecimiento de la nación judía es Israel. Los pensadores sionistas coinciden en que Israel es el Hogar Judío, el punto al cual se convoca a todos los judíos del mundo a fortalecer y colaborar con la patria. Se defiende el derecho del pueblo judío de tener un Estado en su tierra.
Los antisionistas no reconocen ese derecho. Están en contra de las políticas realizadas en consecuencia, es decir, de la edificación de un País Judío. El antisionista no acepta la cración de Israel, sino que protesta por la supuesta ocupación del territorio en Palestina. Los argumentos antisionistas identifican al sionismo como una ideología racista, y lo vinculan con el imperialismo, en una acusación directa de la alianza de Israel con Estados Unidos. Otras severas y falaces críticas se le han hecho al sionismo. Se lo acusa de ocupar ilegalmente el territorio de la Palestina, de expansionismo tratando de avanzar y desposeer cada vez más, en el siglo XXI principalmente se lo tilda de aplicar políticas nazis.
Llegando al antisemitismo, no hace falta detenernos mucho puesto que el concepto está mucho más claro. El antisemitismo carga el odio milenario y ancestral a los judíos. Por antisemitismo se les ha robado, desposeído, ultrajado, convertido, asesinado, y podría seguir. Aquí rescatamos nada más que algunas de sus múltiples manifestaciones, como el deicismo (acusando a los judíos de ser los asesinos de Cristo), los Protocolos de los Sabios de Sión (panfleto que incluye una mentira asquerosa acerca de una conspiración judía para dominar al mundo), o el expresado por el nazismo (ver al judío como una raza inferior, lacra de la sociedad, culpable de la derrota alemana en la Primer Guerra Mundial, y dominador corrupto de la economía).
Ya habiendo desglosado la para nada agradable Trilogía Antijudía (así se podría encasillar a los tres conceptos, ¨antijudaísmo¨), el desafío planteado consiste en la demostración de su íntima relación, de esa vinculación maliciosamente oculta o a veces claramente visible. Y creanme que se puede demostrar tanto racional como empiricamente, para despejar cualquier duda al respecto.
Hay un sujeto que abiertamente manifiesta que es antiisraelí. Ahí, ya partimos desde el inicio que no quiere que Israel exista. No debe haber un Estado Judío. Concebido como está, le molesta que los judíos tengan un Estado, y los elementos judíos del mismo. Por más que se refugie en pensamientos como que el Estado Judío está en contra del Estado Democrático, no debemos permitir que empiece a desvirtuar (eso es otra discución aparte que los mismos judíos tenemos, pero sin eliminar el derecho de Israel a existir).
El antiisraelí necesariamente es antisionista. No quiere un Hogar Nacional Judío bajo la forma de un Estado. No apoyará y será contrario al Movimiento Sionista en su esfuerzo de llevar judíos a Israel y consolidar un país que sea judío por definición. Al ser antiisraelí y antisionista, le niega el derecho natural al pueblo judío de tener un Estado en su tierra. No concibe a los judíos como una nación con derecho a un país, mientras que seguramente no cuestiona a ningún otro Estado su derecho a existir, ni a las naciones. No admitir los derechos de un grupo es estar en su contra. Este sujeto es antisemita.
Se puede partir de otro punto. Quien es antisionista, aparte de oponerse al movimiento y su ideología, hemos visto que alienta a los boicots en contra de Israel, aboga por la desocupación de Palestina y la eliminación de un gobierno israelí. De más está decir que es antiisraelí. Y por mismas razones es un antisemita, tratando de eliminar el autogobierno y la autodeterminación del pueblo judío.
Si arrancamos desde el sujeto antisemita, es obvia la conexión con los otros dos conceptos. El antisemita que mata, que discrimina, no quiere ver a un judío triunfante ni gozando de un Estado con todas las letras. El que los separa y aisla, no es para reunirlos en un buen país, sino para hacer un campo de concentración o un pogrom.
Por vía racional ya llegué a la conclusión de que los términos de la trilogía son como sinónimos. Ahora en lo práctico, en la observación de la realidad, es aún mucho más fácil.
Los grupos autodenominados antisionistas realizan marchas violentas en contra de las instituciones y comunidades judías de varios países. En Agentina, Venezuela y demás lugares se han pintado, mayormente en 2009, leyendas como ¨fuera judíos de Palestina¨, ¨no a la ocupación¨, ¨judíos vuelvan al ghetto¨. Con estas manifestaciones quieren echar a los judíos de Palestina. Es decir, no solo no reconocen a Israel cuando dicen ¨Palestina¨ u ¨ocupación¨, sino que piensan que los judíos deben abandonar la tierra. Piden que vuelvan al ghetto, o sea, a que se encierren en su comunidad o a que sean prisioneros en barrios nazis.
Cuando las pancartas igualan a un Maguen David con una cruz svástica, se profana un símbolo religioso judío y se mancha a Israel como un régimen fundamentalista y totalitario que no existe en la realidad. Aparte, las marchas de estas agrupaciones han ido acompañadas de golpizas a judíos (como en la celebración de Iom Haatzmaut por el 61º aniversario de la creación del Estado de Israel en Buenos Aires) y destrucción de sinagogas (como en Caracas, donde se dañó la arquitectura del templo y se rompió la Toráh).
Hay que decir también que los grupos e intelectuales que dicen ser antisionistas y no antisemitas, han apoyado a dictadores que quieren destruir a Israel y asesinar a los judíos (Pino Solanas y Luis D´elía, por ejemplo, que han firmado cartas de apoyo a Ahmadinejad y su sangriento régimen iraní). Ser un antisionista que apoya a un antisemita para que mate judíos, no puede ni un poco ocultar el propio antisemitismo. Muchos dirán que no están en contra de que los judíos profesen su religión, pero judaísmo es más que religión, hay nacionalidad, y estos antijudíos están en contra del país de los judíos. Y el pueblo judío tiene un derecho histórico y una base de legalidad afianzada en las Naciones Unidas para tener un Estado en su tierra.
Por todo lo dicho, concluyo que la Trilogía Antijudía expresa lo mismo. El antiisraelismo, antisionismo y antisemitismo son lo mismo, son iguales, parejas demostraciones de las caras del antijudaísmo.
Vuelvo a repetir y a reafirmar para evitar malas interpretaciones y prevenir a lecturas ligeras, que dicha afirmación la hago apoyándome en las definiciones de las palabras que aquí mencioné. Lo digo escapando a ser un judío perseguido que siente que están todos en su contra o lo miran mal de reojo, e impidiendo peligrosas generalizaciones que meten a todos en una misma bolsa. Lo digo con argumentos expuestos y aclarados. No se puede tildar a una persona que protesta si Israel no respeta la Línea Verde, de ser un odiador de judíos que merece condena. Pero tampoco una persona autodenominada antisionista que golpea con un palo a un judío en Argentina por la política internacional de Israel, puede pretender que le creamos que no es un antisemita. Las acciones hablan por sí mismas. Judíos, sionistas y pro-israelíes, a estar prevenidos.
Ezequiel Eiben
11-7-2009
El espectáculo del antisemitismo
Este verano de 2009 hemos sido testigos de un atroz y bien financiado espectáculo. El artista invitado que dio funciones en todas partes llenando salas (y bocas atrevidas) fue el antisemitismo. Dicho de otra forma, hubo antisemitismo para todos los gustos, de todos los colores.
Lo dijo con cruda razón Marcos Aguinis al señalar que Israel es judío entre las naciones. Ya que fue justamente el conflicto palestino-israelí, que desembocó en la guerra y entrada de Israel en la franja de Gaza, lo que despertó ese tan arraigado antisemitismo, siempre latente, nunca durmiente. La decisión del Estado Judío de defenderse contra aquellos que amenazan su existencia fue lo que desató la oleada antisemita en Argentina y muchas partes del mundo. Y aunque suene temerario o arriesgado, hay que decirlo: el carácter judío de Israel despierta odios inconmensurables que se transmiten en protestas, y que más violentamente se manifiestan en agresivas marchas y múltiples ataques.
Se buscaron muchos motivos, se mintió descaradamente, se disfrazaron información y posturas. Ya nos estamos acostumbrando a ese enfoque moderno, de quien es antisemita e intenta disimularlo para no quedar demasiado mal: el antisemitismo que ahora se disfraza de antisionismo, pero no nos logra engañar a aquellos que nos tomamos las cosas de manera personal, como corresponde para un judío, y que de esta forma logramos descubrir ocultos designios en manifestaciones que aparentan ser meramente políticas. Porque una cosa es estar en discordancia con algunas decisiones del gobierno de turno israelí, y otra muy distinta es cuestionar su derecho a existir.
Las voces que se levantan clamando que Israel no debería existir, que Israel usurpó lo que no le pertenecía, son voces antisemitas. Son voces que no quieren que los judíos tengan su Estado. El espectáculo morboso que se vivió en Argentina, claro reflejo de la decadencia moral,de la falta de etica y de la ignorancia aberrante que azota al país, fue una fiel muestra en este 2009. Uno se pregunta, ¿cómo pretenden que los judíos le creamos a esos antisemitas que saltaron a las calles con pancartas, que solo son antisionistas, cuando profanaron el símbolo religioso judío? Equipararon al Maguen David con la cruz svástica, en un acto simbólico repudiable por donde se lo mire. Ellos que dicen ser antinazis, son antijudíos. El símbolo de la religión que profesa la creencia en el D-os todopoderoso, el amor al prójimo, el compromiso y la solidaridad social, resulta ser que es puesto con un signo igual a una cruz svástica, el escudo de un régimen feroz, esclavista, asesino, totalitario, fundamentalista y despiadado.
La postura antisemita antisionista que se vio en esas pintadas, en las manifestaciones, y en las marchas por las calles de Buenos Aires, Rosario, Córdoba y demás lugares, es la postura principalmente de muchos que no estaban precisamente allí. Son las ideas de dirigentes, políticos y odiadores que financiaron las marchas, que compraron la ignorancia de los que realmente portaban las banderas. El ejemplo que produjo igual gracia que indignación por ser el colmo de la chanchada política y moral, fue cuando le preguntaron a uno de los manifestantes que marchaba contra AMIA acompañado por personas vestidas como terroristas y flameando banderas de hezbolla, por qué estaba allí. Éste respondió que no sabía nada, simplemente le habían pagado 200 pesos. Gracioso, indignante, argentino.
Pero las ideas de otros que marchaban, independientemente de lo que piensen los financistas, no se quedan atrás. Los piqueteros de Quebracho, simpatizantes del terrorismo en Oriente Medio, no simpatizan con lo que tiene que ver con el judaísmo. No solo recurren a la violencia, sino también a las injurias y calumnias, a las mentiras descaradas. El líder Fernando Esteche afirmó que “hermanos de Memoria Activa” los acompañaban en su acto contra la sede judía. Y he ahí precisamente otro signo de antisemitismo y de querer escrachar a los judíos no solo en repudio a la política de Israel, sino también por ser judíos: dirigir un acto contra la mutual, que no es la embajada del país en cuestión. Ni que hablar del escrache a Elztain, el empresario al que le pintaron la puerta de su hotel insultándolo en su condición de judío.
Los antisemitas se agarraron de la excusa de protestar contra Israel para ventilar su odio contra los judíos. El caso Venezuela es de suma gravedad. Manifestantes irrumpieron en una sinagoga, sometieron a los guardias, permanecieron varias horas dentro provocando destrozos. En fin, otro espectáculo de daño material y moral en contra del pueblo judío. Las leyendas de “judíos vuelvan al ghetto” recorrieron los rincones de las ciudades de un país que, por culpa de la mentalidad de su presidente aspirante a dictador, va camino a ser considerado o mejor dicho ya es considerado un lugar peligroso para los judíos y uno de los polos actuales del antisemitismo mundial. Las despotricaciones de Chávez en contra de Israel y sus comentarios filosos para con la comunidad judía de su propio país no hacen más que demostrar que es un caradura protegiendo su negociado político con el régimen de Teherán. Una persona con dos dedos de frente que verdaderamente busque la paz y la justicia social, que reivindique a las clases bajas y pelee por los que menos tienen, ¿puede ser tan hipócrita de criticar a Israel y apoyar abiertamente a Irán? Si no somos ilusos, sabemos que no se podía esperar otra cosa del aspirante a dictador. Cómo iba él a defender la única democracia en Medio Oriente mientras tiene semejante oferta de Ahmadineyad, el aspirante a asesino nuclear, sometedor de su propia gente a un fundamentalismo con peores castigos que los de la época medieval. Así es obvio que tanto Chávez como Evo Morales echen a los embajadores de Israel de Venezuela y Bolivia y corten sus relaciones diplomáticas con el Estado Judío. Si no les gustan los judíos, y se sienten atraidos por quienes pretenden su exterminio, para qué relacionarse.
Igual, ese progresismo que supuestamente activa en pos de la causa palestina (cuando acabamos de ver que en casos concretos es netamente anti-israelí, antisemita y prodictatorial) hoy en día no es solo rasgo común en Venezuela y Bolivia. Si en Argentina no teníamos suficiente con grupos como Quebracho que activan defendiendo intereses de terroristas orientales, observamos como casi toda la izquierda parece olvidarse de Hamas cuando se habla de Gaza y solo se dedica a descalificar a Israel.La Izquierda argentina empapada de antisemitismo profundo reconoce a la causa palestina como propia, traslada los conflictos de Oriente Medio al territorio argentino y ataca a las instituciones judías. El rabino Sergio Bergman exclamó en una entrevista dada a La Nación que esos que querían activar por el conflicto en Medio Oriente debían viajar allí, y no causar en Argentina los revuelos que hicieron, porque en territorio nacional según el preámbulo se debía consolidar la paz interior. Esas palabras, sobre todo paz interior, no creo que puedan ingresar a oídos tan tapados de cerilla como los de Luis D’Elía, el vocero del terrorismo en Argentina, a quien le da lo mismo apoyar a Hamas, Hezbolla, Irán o cualquiera con tal de que la causa sea en contra de Israel. Aparte de ser antisemita hasta la médula, es un nuevo ejemplo de los ya incontables personajes de la izquierda que si quisieran ser de izquierda no podrían tranzar con los más cerrados y grotescos fundamentalismos que subyugan a enteras poblaciones. Pero bueno, se sabe que D’Elía es un agarrado del poder; hoy su negocio está ahí y mañana estará en otro lado. Por ahora sigue haciendo movilizaciones con Esteche y con el ex dirigente montonero Roberto Pernía contra la embajada de Israel por el conflicto con los palestinos. Una de las principales fuentes de vida que reciben estos agresivos dirigentes, además de plata de políticos y del gobierno propiamente, es la publicidad de los medios tendenciosos comprados por el oficialismo o por ellos mismos, para hacer de su supuesta causa palestina, una verdadera afrenta contra los derechos humanos de la comunidad judía argentina, que sufre discriminación, que ve en peligro su seguridad, que se quiere sabotear el normal funcionamiento de sus instituciones.
Ya se ha hecho referencia a este daño material y moral. Mas esos ataques producidos en el tiempo del conflicto palestino-israelí, en principio solo produjeron las desacertadas palabras de la titular del INADI, María José Lubertino: “Somos concientes de que Israel violó normas de derecho internacional y eso se le vino en contra”. Así justificó los ataques de los grupos izquierdistas a la comunidad judía argentina. Ése es el grado de reflexión y maduración sobre el conflicto que tiene la mayor referente de un instituto en contra de la discriminación. La decisión del Estado de Israel de atacar a Hamas va de la mano con que dirigentes y militantes argentinos tienen derecho a atacar a la comunidad judía. Me pregunto cómo reaccionará Lubertino si España o Italia entran en guerra y se producen ataques en contra de sus respectivas comunidades en suelo argentino. Ah no, pero ésto es especial, porque se trata de Israel, el país de los judíos. A ésto se lo debe mirar con una óptica diferente. Nos ponemos otros lentes a la hora de observar a Israel, y a todo lo que tenga que ver con los judíos. Y sobre todo la tan maligna ignorancia que regala malos tragos por doquier, juega su partido también aquí. Se confunde “israelí” con “israelita”, “hebreo”, “judío”. Lo que por supuesto lleva a sacar conclusiones erróneas. Si alguien no está a favor de una medida concreta y determinada del gobierno israelí, no debería atacar en la calle o ir a buscar a su casa a un judío. Ese tipo de agresiones son las que no pueden dejarse pasar considerándolas como expresiones que no son antisemitas. Porque sí son de corte antisemita.
Así estamos hoy, y así estaremos si no se toman medidas rápidas. La hasbará por parte de la comunidad judía es una necesidad imperante.La DAIA denuncia constantemente las expresiones antisemitas que van pululando por ahí. Hay que colaborar con el esclarecimiento de la información, con las explicaciones acerca de Israel y del judaísmo. Hay que defender lo nuestro, y combatir la ignorancia. La información debe llenar las cabezas y expurgar prejuicios puertas adentro y puertas afuera, en la comunidad judía y para el resto de la sociedad. Porque los maliciosos pueden capturar mal parado a un desprevenido y hacerle creer en serio que no tiene derecho a vivir, que su existencia nunca se debería haber dado, que es un mamotreto del imperialismo.
De lo contrario, si nosotros mismos no tomamos la posta y nos movemos, la pereza y el antisemitismo de los representantes de órganos e instituciones estatales no nos ayudarán en nada. Lubertino esperó críticas como las del Jefe de Gabinete Sergio Massa para presentar denuncias formales; el Ministro de Justicia y Seguridad Aníbal Fernández desmintió que hubiese un brote antisemita en Argentina. Si nosotros mismos, los judíos que creemos en el Estado de Israel y en el judaísmo, no los defendemos, directamente permitimos que las figuras como D’Elía tengan el camino allanado para seguir haciendo de las suyas. De las suyas y de las de Ahmadineyad, a quien hay que combatir.
El rabino Daniel Goldman afirmó que fue la propia comunidad judía la que transformó a D’Elía en el enemigo de renombre, en el sentido de que le dio más importancia de la que merecía. Yo no estoy completamente de acuerdo con ese pensamiento. D’Elía con sus seguidores y mantenedores coparon medios de comunicación, y sus marchas fueron violentas. Él cargó en contra de Israel y de los judíos; se ganó un repudio merecido por parte del judaísmo argentino. Él sólo quiso ser la contra, el adversario. En lo que sí creo es que no debemos magnificar a este personaje que quiere ser nuestro enemigo. No podemos poner a D’Elía a la altura de los verdaderos rivales que ha tenido el judaísmo a lo largo de la historia. No es un ser brillante en su pensamiento, no tiene razonamientos filosóficos que deslumbren, no puede ir más allá de la confrontación violenta en las calles y pantallas de televisión. Darle a D’Elía el status suficiente para juzgar a una cultura de mas de 5000 años sí es un error garrafal. Por eso pienso que no debemos dejar en el olvido lo que hace, porque causa daño y convence a ignorantes, pero tampoco debemos elevarlo a la calidad de villano que ostentan otras personas mucho más peligrosas, que sí han deseado y han tenido medios para hacernos desaparecer. En definitiva, le doy la razón a Goldman acerca de que D’Elía es un personaje comprable. Está más que claro. Más allá de su carga antisemita, sus códigos se hunden cada vez que se pelea y vuelve con el kirchnerismo.
Avanzando un poco más en los pasillos del museo donde se exhibe el antisemitismo, encontramos cuestiones verdaderamente más importantes que la de personajes comprables. La gala de argumentos antisemitas tiene en el cuestionamiento a la existencia del Estado de Israel una de sus mayores armas. Siempre es Israel el responsable de todas las guerras, el culpable de las masacres, el monstruo devorador de los pueblos árabes. El derecho a existir de Israel es permanentemente sometido a tela de juicio por algunos y directamente negado por otros como Irán. Ahora bien, en la prensa mundial este tema florece aún más cada vez que se produce una guerra. El último conflicto en Gaza no fue la excepción. “Fuera judíos de Palestina” constituyó una leyenda común y corriente durante los días del enfrentamiento.
Lo que varios deberían saber es que un 29 de noviembre de 1947la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la resolución 181, habiendo votado a favor el 58% de los países que componían la ONU. El Plan de Partición establecía la creación de dos Estados: un Estado Judío y un Estado árabe. A pesar de las críticas formuladas, la solución fue acatada por el sionismo y el Estado de Israel se creó. El Estado Palestino aún no es fundado, debido a que ciertas dirigencias están más preocupadas en destruir al Estado que se creó que en construir el que quedó en la nada. El sionismo representa una causa fundamental para el judaísmo mundial; bien lo expresó Ben Gurión: “Es el derecho natural del pueblo judío el ser dueño de su propio destino”. Israel se erigió en una fantástica obra judía, y los detractores quieren negarle su existencia. Lo importante aquí es saber que hay espiritualidad, cultura, política, legalidad, que afirma y reafirma la vida de Israel.
Reconocido el derecho del pueblo judío de tener su Estado en su Tierra, debemos enfrentar a estos descalificadores opositores. Se le echa la culpa a Israel de iniciar la guerra en Medio Oriente. El sionista Albert Einstein tiene una posición moderada al respecto, argumentando que el principal culpable del conflicto es el Mandato Británico, que impidió las buenas relaciones entre árabes y judíos, sembrando discordia entre ellos para impedir acuerdos y reforzar el yugo. Sin embargo, me parece inevitable culpabilizar con dolo directo a la coalición de ejércitos árabes que no se hizo esperar ni un día entero para iniciar su ataque en contra del naciente Israel. El Estado Judío combatió y ganóla Guerra de la Independencia , un motivo más para enorgullecerce y honrar a los que dieron la vida para que hoy disfrutemos Israel.
Es en Camp David, año 2000, que se perdió una oportunidad histórica. De esas que dificilmente vuelvan en tiempos venideros, ya que practicamente se aplasta todo un proceso forzándose a replantear las bases y empezar de cero. La negativa de Arafat para firmar la paz es una herida al corazón de la ilusión de tiempos más tranquilos en Medio Oriente. Seguramente habrán saltado los antisionistas antisemitas de sus asientos, protestando que Barack, por ser un militar, es facista o nazi. Nada más lejos, nada más desacertado para referirse a una persona brillante, con errores, pero brillante (y confieso que no estoy de acuerdo con su oferta de paz a Arafat, y la considero un error). Porque hasta el militar más condecorado de la historia de Israel puede llegar hasta lo último en un acuerdo para firmar la paz. Hasta ese militar puede representar la izquierda de un país en el Partido Laborista. Hay que superar esa visión de izquierda redentora del pueblo y militar represivo. En Israel hay corrientes que tiran a favor de la gente, de su bienestar y seguridad, presidida por militares. El Tzahal es un Ejército de Defensa, no de ataque, despojándo de fundamentos a los que tildan a Israel de expansionista, imperialista y genocida. Lo que sí se ha hecho es defender territorios conquistados en guerras y entablar negociaciones para devolverlos o administrarlos.
¿Van a culpar a Israel también de esa quebradura en las negociaciones de paz? ¿Hay gente en Argentina que protesta en contra de ese “no” histórico de Arafat con el mismo fervor con que protesta contra Israel? Lo que es seguro, es que hay gente que ni por un segundo deja de protestar contra los judíos. O de mentir en contra de ellos. Coincidió justo en el verano del morboso espectáculo mediático de 2009, la reivindicación papal del Obispo Richard Williamson, el negador del Holocausto. Para agregarle la frutilla al postre del espectáculo antisemita, el Sumo Pontífice, en el Vaticano, levanta la excomunión a un obispo con tesis negacionistas, tirando por el piso el enorme trabajo de Juan Pablo II. Los lefebvristas se ríen con este gesto inentendible de Benedicto XVI que entierra determinaciones del Concilio Vaticano II. Williamson dice no tener evidencias históricas de las cámaras de gas en el régimen nazi, que los judíos asesinados fueron “solamente” unos 200.000, que el rabinato internacional aumentó la cifra a seis millones para dar lástimas conla Shoá. Curioso que este tipo Williamson necesite pruebas históricas. Curioso que necesite pruebas científicas cuando pertenece a una corriente religiosa historicamente negadora y detractora de la ciencia. No sorprende tanto, porque el antisemitismo puede alcanzar dimensiones abismales. De más está decir que las evidencias históricas abundan. Williamson debería aceptar una invitación de la Primer Ministro alemana Angela Merkel para recorrer campos de concentración y conocer los medios de exterminio nazis. Los instrumentos de tortura, las cámaras de gas, los hornos crematorios, las fosas comunes, toda la barbarie nazi fue desnudada ante los ojos del mundo, y aún así no resulta suficiente para mentes cerradas y antisemitas como las de Williamson. No solo hay pruebas concretas materiales, sino también informes y confesiones testimoniales, como las de Eichmann. Y la propaganda nazi de la época demonizando a los judíos conduce a pensar que se los trataba acorde a lo que los consideraban. Los judíos no eran personas, sino bestias, demonios. Eran inhumanizados por las más maliciosas y macabras estrategias. Redistribuir Los Protocolos de los Sabios de Sión, libro que ya había rendido sus frutos en los pogroms soviéticos, colaboró con la tarea de concientizar al pueblo alemán acerca de la amenaza que los judíos representaban, y el destino de fracaso que le esperaba a la nación germana si no se deshacía de ellos. Los nazis imponían la creencia en la farsa de los Protocolos: el plan de los judíos de dominar el mundo no debía llevarse a cabo, antes había que liquidarlos.
En fin, este repaso por el antisemitismo obliga a extenderse más allá del mencionado espectáculo argentino versión 2009, que ya había tenido un antecedente reciente en 2006 con la segunda guerra del Líbano. Y ésto es así porque los argumentos que denigran a los judíos y a Israel están casi todos conectados, son clásicos, tienen tinte histórico, encima potenciados por los nuevos que van surgiendo en su incesante lucha para acabar con el pueblo de los 10 mandamientos, de la ética y moral, de los principios fundamentales de la cosmovisión occidental. Por más que en algunos momentos el antisemitismo da la impresión que se apacigua, los rebrotes están siempre a flor de piel. Basta con un fanático que no le gusten lo judíos o una decisión política cualquiera de Israel, para que se despierten nuevamente. Hay que estar atentos. El espectáculo 2009 por Gaza es reciente y sigue vigente. Como ya se dijo, en mayor o menor medida, el odio a los judíos está siempre latente.
Ojalá mi país Argentina no tenga que vivir a contrareloj; que su gente no deba correr a esconderse surcada por alarmas que anuncian detrucción; que misíles no le lluevan lanzados de forma indiscriminada contra población civil. Todos esos dramas los vive mi país Israel. Y no es nada bueno. Como argentino, quiero que mi comunidad viva en paz. Como judío, estoy atado espiritual, cultural, política y afectivamente a mi Israel, y también quiero que viva en paz. Como judío, tengo derecho a tener un Estado libre en mi Tierra. Como judío, mi país también será siempre Israel.
Lo dijo con cruda razón Marcos Aguinis al señalar que Israel es judío entre las naciones. Ya que fue justamente el conflicto palestino-israelí, que desembocó en la guerra y entrada de Israel en la franja de Gaza, lo que despertó ese tan arraigado antisemitismo, siempre latente, nunca durmiente. La decisión del Estado Judío de defenderse contra aquellos que amenazan su existencia fue lo que desató la oleada antisemita en Argentina y muchas partes del mundo. Y aunque suene temerario o arriesgado, hay que decirlo: el carácter judío de Israel despierta odios inconmensurables que se transmiten en protestas, y que más violentamente se manifiestan en agresivas marchas y múltiples ataques.
Se buscaron muchos motivos, se mintió descaradamente, se disfrazaron información y posturas. Ya nos estamos acostumbrando a ese enfoque moderno, de quien es antisemita e intenta disimularlo para no quedar demasiado mal: el antisemitismo que ahora se disfraza de antisionismo, pero no nos logra engañar a aquellos que nos tomamos las cosas de manera personal, como corresponde para un judío, y que de esta forma logramos descubrir ocultos designios en manifestaciones que aparentan ser meramente políticas. Porque una cosa es estar en discordancia con algunas decisiones del gobierno de turno israelí, y otra muy distinta es cuestionar su derecho a existir.
Las voces que se levantan clamando que Israel no debería existir, que Israel usurpó lo que no le pertenecía, son voces antisemitas. Son voces que no quieren que los judíos tengan su Estado. El espectáculo morboso que se vivió en Argentina, claro reflejo de la decadencia moral,de la falta de etica y de la ignorancia aberrante que azota al país, fue una fiel muestra en este 2009. Uno se pregunta, ¿cómo pretenden que los judíos le creamos a esos antisemitas que saltaron a las calles con pancartas, que solo son antisionistas, cuando profanaron el símbolo religioso judío? Equipararon al Maguen David con la cruz svástica, en un acto simbólico repudiable por donde se lo mire. Ellos que dicen ser antinazis, son antijudíos. El símbolo de la religión que profesa la creencia en el D-os todopoderoso, el amor al prójimo, el compromiso y la solidaridad social, resulta ser que es puesto con un signo igual a una cruz svástica, el escudo de un régimen feroz, esclavista, asesino, totalitario, fundamentalista y despiadado.
La postura antisemita antisionista que se vio en esas pintadas, en las manifestaciones, y en las marchas por las calles de Buenos Aires, Rosario, Córdoba y demás lugares, es la postura principalmente de muchos que no estaban precisamente allí. Son las ideas de dirigentes, políticos y odiadores que financiaron las marchas, que compraron la ignorancia de los que realmente portaban las banderas. El ejemplo que produjo igual gracia que indignación por ser el colmo de la chanchada política y moral, fue cuando le preguntaron a uno de los manifestantes que marchaba contra AMIA acompañado por personas vestidas como terroristas y flameando banderas de hezbolla, por qué estaba allí. Éste respondió que no sabía nada, simplemente le habían pagado 200 pesos. Gracioso, indignante, argentino.
Pero las ideas de otros que marchaban, independientemente de lo que piensen los financistas, no se quedan atrás. Los piqueteros de Quebracho, simpatizantes del terrorismo en Oriente Medio, no simpatizan con lo que tiene que ver con el judaísmo. No solo recurren a la violencia, sino también a las injurias y calumnias, a las mentiras descaradas. El líder Fernando Esteche afirmó que “hermanos de Memoria Activa” los acompañaban en su acto contra la sede judía. Y he ahí precisamente otro signo de antisemitismo y de querer escrachar a los judíos no solo en repudio a la política de Israel, sino también por ser judíos: dirigir un acto contra la mutual, que no es la embajada del país en cuestión. Ni que hablar del escrache a Elztain, el empresario al que le pintaron la puerta de su hotel insultándolo en su condición de judío.
Los antisemitas se agarraron de la excusa de protestar contra Israel para ventilar su odio contra los judíos. El caso Venezuela es de suma gravedad. Manifestantes irrumpieron en una sinagoga, sometieron a los guardias, permanecieron varias horas dentro provocando destrozos. En fin, otro espectáculo de daño material y moral en contra del pueblo judío. Las leyendas de “judíos vuelvan al ghetto” recorrieron los rincones de las ciudades de un país que, por culpa de la mentalidad de su presidente aspirante a dictador, va camino a ser considerado o mejor dicho ya es considerado un lugar peligroso para los judíos y uno de los polos actuales del antisemitismo mundial. Las despotricaciones de Chávez en contra de Israel y sus comentarios filosos para con la comunidad judía de su propio país no hacen más que demostrar que es un caradura protegiendo su negociado político con el régimen de Teherán. Una persona con dos dedos de frente que verdaderamente busque la paz y la justicia social, que reivindique a las clases bajas y pelee por los que menos tienen, ¿puede ser tan hipócrita de criticar a Israel y apoyar abiertamente a Irán? Si no somos ilusos, sabemos que no se podía esperar otra cosa del aspirante a dictador. Cómo iba él a defender la única democracia en Medio Oriente mientras tiene semejante oferta de Ahmadineyad, el aspirante a asesino nuclear, sometedor de su propia gente a un fundamentalismo con peores castigos que los de la época medieval. Así es obvio que tanto Chávez como Evo Morales echen a los embajadores de Israel de Venezuela y Bolivia y corten sus relaciones diplomáticas con el Estado Judío. Si no les gustan los judíos, y se sienten atraidos por quienes pretenden su exterminio, para qué relacionarse.
Igual, ese progresismo que supuestamente activa en pos de la causa palestina (cuando acabamos de ver que en casos concretos es netamente anti-israelí, antisemita y prodictatorial) hoy en día no es solo rasgo común en Venezuela y Bolivia. Si en Argentina no teníamos suficiente con grupos como Quebracho que activan defendiendo intereses de terroristas orientales, observamos como casi toda la izquierda parece olvidarse de Hamas cuando se habla de Gaza y solo se dedica a descalificar a Israel.
Ya se ha hecho referencia a este daño material y moral. Mas esos ataques producidos en el tiempo del conflicto palestino-israelí, en principio solo produjeron las desacertadas palabras de la titular del INADI, María José Lubertino: “Somos concientes de que Israel violó normas de derecho internacional y eso se le vino en contra”. Así justificó los ataques de los grupos izquierdistas a la comunidad judía argentina. Ése es el grado de reflexión y maduración sobre el conflicto que tiene la mayor referente de un instituto en contra de la discriminación. La decisión del Estado de Israel de atacar a Hamas va de la mano con que dirigentes y militantes argentinos tienen derecho a atacar a la comunidad judía. Me pregunto cómo reaccionará Lubertino si España o Italia entran en guerra y se producen ataques en contra de sus respectivas comunidades en suelo argentino. Ah no, pero ésto es especial, porque se trata de Israel, el país de los judíos. A ésto se lo debe mirar con una óptica diferente. Nos ponemos otros lentes a la hora de observar a Israel, y a todo lo que tenga que ver con los judíos. Y sobre todo la tan maligna ignorancia que regala malos tragos por doquier, juega su partido también aquí. Se confunde “israelí” con “israelita”, “hebreo”, “judío”. Lo que por supuesto lleva a sacar conclusiones erróneas. Si alguien no está a favor de una medida concreta y determinada del gobierno israelí, no debería atacar en la calle o ir a buscar a su casa a un judío. Ese tipo de agresiones son las que no pueden dejarse pasar considerándolas como expresiones que no son antisemitas. Porque sí son de corte antisemita.
Así estamos hoy, y así estaremos si no se toman medidas rápidas. La hasbará por parte de la comunidad judía es una necesidad imperante.
De lo contrario, si nosotros mismos no tomamos la posta y nos movemos, la pereza y el antisemitismo de los representantes de órganos e instituciones estatales no nos ayudarán en nada. Lubertino esperó críticas como las del Jefe de Gabinete Sergio Massa para presentar denuncias formales; el Ministro de Justicia y Seguridad Aníbal Fernández desmintió que hubiese un brote antisemita en Argentina. Si nosotros mismos, los judíos que creemos en el Estado de Israel y en el judaísmo, no los defendemos, directamente permitimos que las figuras como D’Elía tengan el camino allanado para seguir haciendo de las suyas. De las suyas y de las de Ahmadineyad, a quien hay que combatir.
El rabino Daniel Goldman afirmó que fue la propia comunidad judía la que transformó a D’Elía en el enemigo de renombre, en el sentido de que le dio más importancia de la que merecía. Yo no estoy completamente de acuerdo con ese pensamiento. D’Elía con sus seguidores y mantenedores coparon medios de comunicación, y sus marchas fueron violentas. Él cargó en contra de Israel y de los judíos; se ganó un repudio merecido por parte del judaísmo argentino. Él sólo quiso ser la contra, el adversario. En lo que sí creo es que no debemos magnificar a este personaje que quiere ser nuestro enemigo. No podemos poner a D’Elía a la altura de los verdaderos rivales que ha tenido el judaísmo a lo largo de la historia. No es un ser brillante en su pensamiento, no tiene razonamientos filosóficos que deslumbren, no puede ir más allá de la confrontación violenta en las calles y pantallas de televisión. Darle a D’Elía el status suficiente para juzgar a una cultura de mas de 5000 años sí es un error garrafal. Por eso pienso que no debemos dejar en el olvido lo que hace, porque causa daño y convence a ignorantes, pero tampoco debemos elevarlo a la calidad de villano que ostentan otras personas mucho más peligrosas, que sí han deseado y han tenido medios para hacernos desaparecer. En definitiva, le doy la razón a Goldman acerca de que D’Elía es un personaje comprable. Está más que claro. Más allá de su carga antisemita, sus códigos se hunden cada vez que se pelea y vuelve con el kirchnerismo.
Avanzando un poco más en los pasillos del museo donde se exhibe el antisemitismo, encontramos cuestiones verdaderamente más importantes que la de personajes comprables. La gala de argumentos antisemitas tiene en el cuestionamiento a la existencia del Estado de Israel una de sus mayores armas. Siempre es Israel el responsable de todas las guerras, el culpable de las masacres, el monstruo devorador de los pueblos árabes. El derecho a existir de Israel es permanentemente sometido a tela de juicio por algunos y directamente negado por otros como Irán. Ahora bien, en la prensa mundial este tema florece aún más cada vez que se produce una guerra. El último conflicto en Gaza no fue la excepción. “Fuera judíos de Palestina” constituyó una leyenda común y corriente durante los días del enfrentamiento.
Lo que varios deberían saber es que un 29 de noviembre de 1947
Reconocido el derecho del pueblo judío de tener su Estado en su Tierra, debemos enfrentar a estos descalificadores opositores. Se le echa la culpa a Israel de iniciar la guerra en Medio Oriente. El sionista Albert Einstein tiene una posición moderada al respecto, argumentando que el principal culpable del conflicto es el Mandato Británico, que impidió las buenas relaciones entre árabes y judíos, sembrando discordia entre ellos para impedir acuerdos y reforzar el yugo. Sin embargo, me parece inevitable culpabilizar con dolo directo a la coalición de ejércitos árabes que no se hizo esperar ni un día entero para iniciar su ataque en contra del naciente Israel. El Estado Judío combatió y ganó
Es en Camp David, año 2000, que se perdió una oportunidad histórica. De esas que dificilmente vuelvan en tiempos venideros, ya que practicamente se aplasta todo un proceso forzándose a replantear las bases y empezar de cero. La negativa de Arafat para firmar la paz es una herida al corazón de la ilusión de tiempos más tranquilos en Medio Oriente. Seguramente habrán saltado los antisionistas antisemitas de sus asientos, protestando que Barack, por ser un militar, es facista o nazi. Nada más lejos, nada más desacertado para referirse a una persona brillante, con errores, pero brillante (y confieso que no estoy de acuerdo con su oferta de paz a Arafat, y la considero un error). Porque hasta el militar más condecorado de la historia de Israel puede llegar hasta lo último en un acuerdo para firmar la paz. Hasta ese militar puede representar la izquierda de un país en el Partido Laborista. Hay que superar esa visión de izquierda redentora del pueblo y militar represivo. En Israel hay corrientes que tiran a favor de la gente, de su bienestar y seguridad, presidida por militares. El Tzahal es un Ejército de Defensa, no de ataque, despojándo de fundamentos a los que tildan a Israel de expansionista, imperialista y genocida. Lo que sí se ha hecho es defender territorios conquistados en guerras y entablar negociaciones para devolverlos o administrarlos.
¿Van a culpar a Israel también de esa quebradura en las negociaciones de paz? ¿Hay gente en Argentina que protesta en contra de ese “no” histórico de Arafat con el mismo fervor con que protesta contra Israel? Lo que es seguro, es que hay gente que ni por un segundo deja de protestar contra los judíos. O de mentir en contra de ellos. Coincidió justo en el verano del morboso espectáculo mediático de 2009, la reivindicación papal del Obispo Richard Williamson, el negador del Holocausto. Para agregarle la frutilla al postre del espectáculo antisemita, el Sumo Pontífice, en el Vaticano, levanta la excomunión a un obispo con tesis negacionistas, tirando por el piso el enorme trabajo de Juan Pablo II. Los lefebvristas se ríen con este gesto inentendible de Benedicto XVI que entierra determinaciones del Concilio Vaticano II. Williamson dice no tener evidencias históricas de las cámaras de gas en el régimen nazi, que los judíos asesinados fueron “solamente” unos 200.000, que el rabinato internacional aumentó la cifra a seis millones para dar lástimas con
En fin, este repaso por el antisemitismo obliga a extenderse más allá del mencionado espectáculo argentino versión 2009, que ya había tenido un antecedente reciente en 2006 con la segunda guerra del Líbano. Y ésto es así porque los argumentos que denigran a los judíos y a Israel están casi todos conectados, son clásicos, tienen tinte histórico, encima potenciados por los nuevos que van surgiendo en su incesante lucha para acabar con el pueblo de los 10 mandamientos, de la ética y moral, de los principios fundamentales de la cosmovisión occidental. Por más que en algunos momentos el antisemitismo da la impresión que se apacigua, los rebrotes están siempre a flor de piel. Basta con un fanático que no le gusten lo judíos o una decisión política cualquiera de Israel, para que se despierten nuevamente. Hay que estar atentos. El espectáculo 2009 por Gaza es reciente y sigue vigente. Como ya se dijo, en mayor o menor medida, el odio a los judíos está siempre latente.
Ojalá mi país Argentina no tenga que vivir a contrareloj; que su gente no deba correr a esconderse surcada por alarmas que anuncian detrucción; que misíles no le lluevan lanzados de forma indiscriminada contra población civil. Todos esos dramas los vive mi país Israel. Y no es nada bueno. Como argentino, quiero que mi comunidad viva en paz. Como judío, estoy atado espiritual, cultural, política y afectivamente a mi Israel, y también quiero que viva en paz. Como judío, tengo derecho a tener un Estado libre en mi Tierra. Como judío, mi país también será siempre Israel.
Ezequiel Eiben
Mayo 2009
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